Organización contrarrevolucionaria ataca al embajador español en La Habana.


Por Arthur González.

La organización creada y sostenida financieramente desde Estados Unidos, denominada “Observatorio Cubano de Derechos Humanos” pero radicada en Madrid, atacó en los medios de prensa al embajador español acreditado en La Habana, Juan José Buitrago de Benito, como represalia por la visita que este realizara al Cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, donde se tomó una foto frente al monolito de granito gris que guarda las cenizas del Comandante Fidel Castro Ruz.

Para los lacayos de Miami eso fue “un gesto insensible e indolente del embajador, que, para ellos, constituyen actuaciones innecesarias de la diplomacia española, de la cual siempre hemos esperamos cierto recato y profesionalidad”.

Los apelativos empleados por dicha organización al servicio de la política yanqui, son producto de la impotencia por no haber podido destruir a la Revolución, ni lograr el asesinato de su líder histórico, a pesar de los cientos de planes que organizó la CIA para matarlo.

Aunque les duela, Fidel Castro es un estadista sin igual del siglo XX, su obra es aplaudida por cientos de millones de personas en el mundo, con sus ideas y esfuerzos se liquidó el sistema del apartheid en África, que fue siempre respaldado por Estados Unidos.

Cuba logró las tasas de salud, educación y cultura jamás imaginables, reconocido por la Naciones Unidas y sus organismos especializados.

¿Por qué emprenderla con el funcionario diplomático y no hacer lo mismo con el Rey Juan Carlos, que visitó La Habana para participar en los actos fúnebres de Fidel?

El propio Rey tuvo la oportunidad de observar directamente como el pueblo cubano quería a su líder y la despedida amorosa que le brindó, comprobando las mentiras de las campañas financiadas por Miami para hacerle creer al mundo lo contrario.

España y Cuba sostienen plenas relaciones diplomáticas y jamás Francisco Franco se sometió a los dictados de Washington que le exigía el rompimiento de relaciones y sumarse a la guerra económica impuesta por ellos desde 1962.

Aunque las posiciones políticas de los dos países son diferentes y en muchas ocasiones, España se ha involucrado en el apoyo al diseño subversivo yanqui contra Cuba, como fue la actitud lacayuna del ex presidente José María Aznar, responsable de la llamada Posición Común que pretendía incrementar la guerra económica, los vínculos históricos y culturales han sido más fuertes que las propias presiones de Estados Unidos.

Esos que reclaman libertad de pensamiento, expresión y otros por el estilo, no soportan que personas honradas asuman otras diferentes y en respuesta actúan de forma dictatorial, demostrando que, de democráticos no tienen ni rezagos y al no permitir posiciones diferentes a las de ellos.

El embajador Buitrago de Benito, hizo una visita oficial a Santiago de Cuba el pasado mes de febrero 2018 y dentro de sus actividades recorrió el Cementerio Santa Ifigenia, donde puso ofrendas en el Mausoleo que guardan los restos de José Martí y en el Panteón de los Mártires del Deber, construido para los españoles caídos en la Guerra hispano-cubano-norteamericana de 1898.

La contrarrevolución cubana, fabricada y financiada por Estados Unidos, nunca ha podido sumar al pueblo a su favor, es rechazada incluso por personas que no simpatizan con el sistema político porque saben el carácter mercenario que poseen, y ausentes de ideología, solo buscan los beneficios económicos que les proporciona el calificativo de “disidentes”.

El llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, creado en Madrid para sus campañas anticubanas, debería mirar primero a su alrededor y denunciar las violaciones allí existentes, de las cuales no dicen media palabra ante hechos como los ocurridos el pasado 1ro de marzo en toda España, cuando miles de jubilados salieron nuevamente a protestar en las calles de las principales ciudades, para exigirle al gobierno que revaloricen sus pensiones, pues desde hace años sufren una dramática caída de su poder adquisitivo, producto de la crisis en la que está sumida la economía ibérica.

España no tiene un sistema socialista ni sufre una guerra económica como la cubana; sin embargo, los niveles de pobreza, incluida la de la niñez, se incrementan.

De esa triste realidad no se hacen cruzadas mediáticas para exigir cambios de sistema político como en el caso cubano.

Antes de continuar sus falacias contra una pequeña Isla bloqueada desde hace más de medio siglo, con una persecución financiera sin igual en toda la historia de la humanidad, los supuestos defensores de los derechos humanos deberían ponerse de parte de los adultos mayores  que se concentraron bajo la lluvia y el frio, frente al Ministerio de Hacienda para condenar el exiguo aumento del 0.25% de sus pensiones, aprobado por el gobierno de Mariano Rajoy y en otras ciudades como Bilbao, Valencia, Sevilla y Cádiz.

Cuando el amo que los creó y sostiene, les recorte el dinero que desde Estados Unidos les llega mensualmente, los miembros del “Observatorio”, tendrán una situación similar a la de esos jubilados, y no les quedará otra alternativa que sumarse a las protestas, algo que en la Cuba socialista y bloqueada no sucede, porque gracias a Fidel la atención médica es gratuita y para aquellos que tienen pensiones bajas, las medicinas se les entregan sin costo alguno.

Es muy probable que por toda la realidad que pudo palpar el embajador español en Cuba, se haya decidido a fotografiarse ante la tumba de Fidel Castro, aunque a los contrarrevolucionarios se les irrite el hígado, porque como afirmó José Martí:

“No se tenga miedo de honrar a quien lo merece”.

 

 

 

Lecciones de democracia a la española


Por Arthur González.

Lo que el mundo observó el pasado 1ro de octubre del 2017 en Cataluña, fue la mejor lección de “democracia” al estilo de la derecha, a pesar de que se la pasan criticando a Cuba por tener un gobierno soberano y anti imperialista.

Funcionarios del gobierno de Mariano Rajoy, acusan a la Revolución de “violar” los derechos humanos y “reprimir” a los asalariados de Washington. Sin embargo, acaban de acometer una brutal represión contra el pueblo catalán, tan solo por querer ejercer su derecho al voto.

Allá no hubo “detenciones arbitrarias”, como le imputan a Cuba cuando se conduce a los “disidentes” que, siguiendo orientaciones de los yanquis, se acuestan en medio de las calles para crear desordenes públicos y hacerse las víctimas del régimen cuando los cargan para despejar la vía publica.

En Cataluña, Rajoy ordenó reprimir sin piedad a un pueblo pacífico que solo hacia filas en los colegios electorales. La represión fue salvaje y criminal, dejando a miles de heridos, solo porque desde Madrid consideraron que Cataluña no tiene derecho a su independencia.

¿Se olvidó Rajoy que España apoyó el desmembramiento de Yugoslavia y posteriormente el de la URSS?

Esas divisiones sin eran de la conveniencia de Estados Unidos y de la OTAN, había que debilitar a los países socialistas a todo costo para que no fueran un adversario con fuerza.

¿Dónde está el presidente del Parlamento Europeo, ese que apoyaba con vehemencia al megalómano cubano Guillermo Fariñas, a quien entregaron el manipulado premio Sajarov para hacerlo un “héroe”?  Ahora hace silencio cómplice y no defiende los derechos del pueblo catalán contra el inhumano accionar de la policía española.

¿Se habrá quedado muda Elena Valenciano, eurodiputada y dirigente del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, esa que el pasado 30.05.2017, durante su intervención en los debates del Parlamento Europeo, expresó:

“Es necesario exigirle a Cuba altos estándares en materia de Derechos Humanos, entre ellos el libre acceso a los medios de comunicación, porque la mayoría de los grupos “disidentes” quieren ver cambios en Cuba. Es evidente, quieren ver una transformación del sistema político cubano y, sobre todo, ver una mejora de los cubanos, con un estándar común a todos”.

¿Por qué no apoya a Cataluña para que todos tengan la libertad de escoger el camino que la mayoría desee, sin represión por solo ejercer su derecho al voto? Ahora es el momento de alzar su voz para que los catalanes no sean agredidos por la policía al servicio de Rajoy y no del pueblo, para eso es miembro del Partido Socialista Obrero Español.

¿Estarán escondidos bajo la cama los eurodiputados Luis De Grandes e Ignacio Salafranca, que no acusan a Rajoy de violar los derechos humanos como hacen constantemente contra Cuba?

Y qué decir del engendro creado con dinero de la mafia terrorista anticubana de Miami, el “Observatorio Cubano de Derechos Humanos”, OCDH, radicado en Madrid, cuya obstinación enfermiza es satanizar a la Revolución cubana y acusarla de “violar de los derechos humanos”. ¿No saldrán a defender al pueblo catalán al que se le violan todos sus derechos ciudadanos?

Es la mejor ocasión para que el nuevo presidente de la Junta Directiva del OCDH, el economista cubano residente en España, Elías Amor Bravo, demuestre que realmente lucha por los derechos humanos.

Lo mismo debería hacer la presidenta saliente, Elena Larrinaga, nacida en Cuba y nacionalizada española, esa que tanto veneno destila contra la isla y se exhibe con los asalariados de Miami, para ejecutar campañas contra la Revolución.

Todos callan pues están de acuerdo con las acciones acometidas por la policía, porque cuando hay que cerrar filas para no perder el poder, todo lo que se haga vale, aunque tengan que morir personas inocentes o salir mal heridas. Los que pretendan exigir independencia tienen que recibir una lección de golpes y sangre, para que no lo intenten nuevamente.

El17.12.2014 con total desfachatez el presidente Barack Obama, afirmó en su discurso por el restablecimiento de relaciones diplomáticas con La Habana:

“…No me hago ilusiones con respecto a los continuos obstáculos a la libertad que aún enfrenta el ciudadano cubano común. Los Estados Unidos consideran que ningún cubano debe ser víctima de acoso, arresto o golpizas, solo por ejercer el derecho universal de hacer que su voz se escuche […] Continuamos pensando que… los ciudadanos deben tener la libertad de participar en los procesos políticos”.

Estados Unidos no le dice a España lo que esputan sobre la Revolución cubana, por eso Rajoy fue a Washington a consultarse con Donald Trump.

En Cuba el pueblo tiene el derecho a postular y elegir a sus delegados al Poder Popular, en Cataluña se apalea y arresta por solo querer ejercer ese derecho universal.

El sistema capitalista ataca sin piedad a todos los que pretendan levantar su voz para realizar cambios de régimen, eso no se permite ni tolera, por eso son las inhumanas represiones que ejecutan sus fuerzas antimotines, pero ante esas no hay campañas propagandísticas, ni hay condenas en organismos internacionales. Para los reprimidos no hay premios internacionales.

Cuando gobiernos corruptos y represivos desaparecen a jóvenes, obreros y campesinos que luchan por mejoras sociales, no hay resoluciones del parlamento europeo y menos aún posiciones comunes, como hicieron contra la Revolución cubana, esa que no se somete a los dictados de Washington, ni tiene un gobierno aceptable para ellos.

No hay una sola declaración del Departamento de Estado yanqui a favor del joven argentino Santiago Maldonado. Para los mapuches que luchan por el respeto a sus derechos no hay premios.

España ha dado la mejor lección de “democracia”, esa que los cubanos no desean, porque de libertad y derechos no tiene ni puntos ni comas.

Es conveniente que Cataluña recuerde lo que expresó José Martí:

“Los derechos se toman, no se piden, se arrancan, no se mendigan”.

España asume la encomienda


Arthur González

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Arthur González

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Entre los que encabezan la lista de preocupados y temerosos están Mariano Rajoy y José María Aznar, dos de los máximos responsables de la actual situación que viven los españoles. Sigue leyendo

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Arthur González

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