Washington premia terroristas a su servicio.


Por Arthur González.

En medio de la más terrible pandemia de la humanidad, en la que han perdido la vida 100 mil estadounidenses por el mal manejo ejecutado por el presidente Donald Trump, una depresión económica muy fuerte y el desempleo de cientos de miles de trabajadores, Washington decide otorgarle una medalla a uno de sus lacayos contrarrevolucionarios en Cuba, José Daniel Ferrer.

Se conoce que ese secuaz de los yanquis, es uno de los que más dinero recibe para ejecutar acciones provocativas, con la intensión de desestabilizar el orden interno en la provincia de Santiago de Cuba, donde recluta partidarios a partir de los dólares que entrega.

Al no tener otras opciones, los yanquis se aferran a él para trasladar la imagen de una “disidencia” en la Isla, la cual carece de respaldo popular y membresía, muy fragmentada por el dinero y carente de una ideología capaz de arrastras a las masas, situación reiterada desde que, en los años 80 del siglo XX, la CIA apostó por fabricar una “oposición” interna similar a la de Polonia.

Su nivel de egocentrismo es tal que dividió al grupúsculo Damas de Blanco, al no reconocer la dirección de Berta Soler. Lo mismo hace con otros elementos, pues aspira a ser el único cabecilla contrarrevolucionario, con el fin de centralizar el dinero que Estados Unidos destina para esos “disidentes”.

La violencia es parte de su personalidad, comprobada en su autoagresión vista en la TV, al golpearse la cabeza contra una mesa cuando estaba detenido y acusado de agredir a dos de sus compinches, quienes tuvieron que ser hospitalizados.

Diplomáticos yanquis de su Misión en La Habana, hicieron lo imposible por alcanzar la unidad entre las decenas de grupúsculos construidos por ellos. Impartieron clases de subversión mediante teleconferencias, cursos de periodismo, instrucciones de cómo actuar en la vía publica para provocar a las fuerzas del orden, cerrar calles sentándose en el asfalto y otras formas como las ejecutadas por Lesch Walesa, pero ninguna tuvo éxito.

Tal fue la decepción de los diplomáticos que en sus reportes secretos enviados al Departamento de Estado y a la CIA, informaron:

“Muchos grupos de oposición son dominados por individuos con encumbrados egos que no trabajan bien en equipo, por lo que pueden ser fácilmente manipulados por la Seguridad cubana”.

 “Osvaldo Payá, ha recogido algunos disidentes dispersos, pero no ha hecho acciones importantes en meses”.

“Es improbable que el movimiento disidente tradicional pueda reemplazar al gobierno cubano”.

“Dirigen sus mayores esfuerzos en obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día, de los principales organizadores     y      sus  seguidores”.

(Referencia: 09HAVANA221. ID:202438. Fecha: 2009-04-15) 

En un intento desesperado por hacerle creer a los aliados europeos que en Cuba existe una “oposición” a la Revolución, los yanquis repiten la vieja y fracasada fórmula de las medallas y premios, olvidándose que en el pasado hicieron lo mismo con otros asalariados, sin el menor resultado, como fueron los casos de Dagoberto Valdés, Oswaldo Payá, Berta Soler, Laura Pollán, Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas y Elizardo Sánchez-Santa Cruz, quienes se llenaron los bolsillos de dólares y viajaron a decenas de países gracias al dinero de Estados Unidos, pero la Revolución socialista siguió su curso.

La prueba de quiénes son los premiados, están en sus antecedentes y vínculos con el terrorismo, como es el caso de Ileana Ros-Lehtinen, ex congresista que gestionó con el presidente de Estados Unidos, la liberación de los asesinos del ex canciller chileno, su secretaria norteamericana y el chofer, quienes colocaron una bomba en el auto. Uno de esos asesinos es Guillermo Novo Sampoll, de origen cubano y vinculado a otros actos terroristas, residente en Miami.

La ex congresista también solicitó clemencia presidencial, para los connotados terroristas Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles, ambos participantes en decenas de actos criminales y la voladura en pleno vuelo, del avión de una línea aérea cubana donde perecieron 73 civiles. Para ambos tramitó la entrada ilegal en Estados Unidos y la residencia permanente.

Similar relación mantiene con Ramón Saúl Sánchez, sicario de la organización terrorista Omega 7, cómplice de Eduardo Arocena, asesino de un diplomático cubano ante las Naciones Unidas. Por sus antecedentes terroristas, el FBI le niega a Sánchez el estatus de residente en Estados Unidos, aunque nunca lo han enjuiciado por sus crímenes al servicio de la CIA.

Otro de los que ostenta esa medalla, es Armando Valladares, terrorista y esbirro de la tiranía de Fulgencio Batista, quien cumplió sanción en Cuba, al ser sorprendido después de hacer estallar una bomba en un centro comercial habanero, cuando formaba parte de una célula creada por la CIA.

En la cárcel fingió estar inválido, y por mediación de la entonces Primera Dama de Francia, Madame Mitterrand, fue liberado y acogido por ese gobierno, pero la sorpresa fue cuando al llegar a Paris, descendió del avión por sus propios pies, provocando el rechazo inmediato de las autoridades francesas.

Washington lo premió por sus actos terroristas, nombrándolo como embajador ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

Igual medalla le fue entregada al “faquir cubano”, Guillermo Fariñas, nombrado así jocosamente por asegurar que estuvo 154 días sin comer ni tomar agua, en una de sus divulgadas “huelgas de hambre”, orientadas por los yanquis en su intentona de acusar a Cuba de “violar” los derechos humanos.

Fariñas estuvo encarcelado por golpear a la directora de un hospital pediátrico de La Habana donde trabaja, al no aceptar una decisión laboral. En prisión fue captado y decidió integrar un grupúsculo contrarrevolucionario. Desde entonces no ha trabajado nunca más, es mantenido por los yanquis con un buen salario.

Hace pocos años, en una de sus visitas a Miami, se reunió con el asesino terrorista Luis Posada Carriles, constancia publicada en la prensa de esa ciudad.

La denominada Medalla de la Libertad Truman-Reagan, otorgada según los yanquis, por la “lucha por la democracia”, ya sabemos que la han recibido aquellos que tienen sobre su conciencia la muerte de cubanos inocentes o tienen estrecha relación con ellos.

Por esas razones, Estados Unidos acumula 60 años de fracasos en su intento por destruir a la Revolución cubana, porque como dijera José Martí:

“Contra la verdad nada dura”

 

Cuando el presidente Bill Clinton entregó el poder a la mafia terrorista anticubana.


Por Arthur González.

  Se iniciaba el año 1996 y la mafia terrorista anticubana radicada en Estados Unidos, veía con odio como el gobierno del presidente William Bill Clinton daba señales de un posible mejoramiento de las maltrechas relaciones con su vecino cubano, al desarrollar su política de Pueblo a Pueblo, permitiendo un tibio acercamiento con delegaciones de estudiantes estadounidenses a Cuba y de otros sectores de esa sociedad.

Varios senadores y representantes llegaban a la Habana y eran recibidos por el propio Fidel Castro, algo que la mafia observaba con disgusto y por tanto tenían que diseñar alguna provocación que impidiera esa peligrosa aproximación, según la consideraban ellos.

Ante ese escenario la representante Ileana Ros-Lehtinen intervino como facilitadora de la compra de varias avionetas, por parte de la organización contrarrevolucionaria Hermanos Al Rescate, con el fin de que esta iniciara varios vuelos ilegales a Cuba.

Tales vuelos eran para violar de forma reiterada el espacio aéreo cubano y lanzar a baja altura, propaganda en contra del gobierno cubano donde llamaban a la sublevación, acción riesgosa por hacerlo encima del populoso barrio del Vedado, en el cual se ubican los principales hoteles, ministerios, la universidad de la Habana, cinco hospitales, y los edificios de mayor altura del país.

Cuba denunció públicamente esas provocaciones e incluso envió mensajes al propio presidente Clinton, a través de una delegación de militares retirados que visitó la Isla.

Ninguna de esas denuncias fue escuchada, a pesar de la alerta de que no se permitirían otras provocaciones similares.

El gobierno cubano tenía muchos antecedentes de violaciones del espacio aéreo, cuando el 11 de octubre de 1959, a solo 10 meses del triunfo revolucionario, aviones procedentes de los Estados Unidos incursionaron en tres ocasiones sobre zonas de las provincias de Pinar del Río y Camagüey, donde bombardearon centrales azucareros.

El 21 del mismo mes y año, otro avión voló sobre la capital cubana y lanzó bombas, que dejaron un saldo de dos muertos y 45 heridos. El piloto de dicho avión era el desertor de la Fuerza Aérea de Cuba, Pedro Luis Díaz Lanz, quien días después lo admitió en declaraciones ante el FBI, sin que fuera detenido ni sancionado.

Un día después, el 22 de octubre, otra aeronave procedente de los Estados Unidos bombardeó un tren de pasajeros cuando recorría la provincia de Las Villas.

Al año siguiente, el 12 de enero de 1960 bombas incendiarias caían sobre campos de caña de azúcar en La Habana y el 21 de enero un avión también procendente de Estados Unidos, lanzaba cuatro bombas de cien libras sobre La Habana, causando cuantiosos daños materiales.

Acciones similares se produjeron el 28 y 29 de enero, cuando cinco aviones bombardearon campos de caña en las provincias de Camagüey y otros tres en Oriente. Actos idénticos suceden el 7 de febrero de 1960 en Camagüey, y el 23 sobre Las Villas y Matanzas.

En esta última provincia, el día 18 fue abatido un avión que atacó un central azucarero, donde resultó muerto el piloto yanqui, Roberts Ellis Frost.  En los documentos rescatados consta que en tres oportunidades anteriores había violado el espacio aéreo cubano, hechos reconocidos por el Departamento de Estado, ante las evidencias presentadas.

La lista de actos iguales es larga, por lo que Cuba ante las constantes provocaciones de la organización Hermanos Al Rescate, y su negativa de suspenderlas, decidió derribar a dos de las tres aeronaves en su nueva violación del territorio nacional.

Al tratarse de un plan concebido para lograr ese suceso, la mafia terrorista con representación en el Congreso yanqui, conformó un show mediático, haciéndole creer a la opinión pública que los pilotos de Miami eran inocentes y Cuba, la agredida, era la responsable del hecho, lo que condujo a fuertes presiones contra el presidente Clinton, conminándolo a que el 12 de marzo de 1996 aprobara la execrable Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubanas, conocida como Ley Helms-Burton.

Con su firma, Clinton le regaló al Congreso el derecho, que tenían hasta entonces los presidentes de Estados Unidos, de derogar el mal llamado Embargo contra Cuba, imponiéndole sanciones más fuertes con el propósito de matar por hambre y enfermedades a su pueblo.

La citada Ley “Libertad”, incrementa las medidas de guerra económica, comercial y financiera, establecidas en 1962 por el presidente John F. Kennedy, sancionando además a los bancos extranjeros que otorguen financiamientos a Cuba y otras medidas como la persecución de los extranjeros que inviertan en la Isla.

Triste día para la historia, donde se puso de manifestó como un grupo de terroristas secuestraron las facultades del presidente de los Estados Unidos, ante intereses espurios contra un pueblo, cuyo único delito fue decidir caminar soberanamente sin cadenas imperiales.

Mucha razón tenía José Martí cuando afirmó:

“Nada más justo que dejar en punto de verdad las cosas de la historia”.

 

 

 

Rosa María Payá Acevedo, ¿nueva vocera de la Casa Blanca?


Por Arthur González.

Como si fuese la actual vocera de la Casa Blanca, Rosa María Payá, la neo estrella de la mafia terrorista anticubana, concedió el pasado 1ro de junio 2019 una entrevista al programa La Tarde, de la cadena colombiana NTN24, donde descartó que “Cuba pueda implicarse en la búsqueda de una solución a la actual crisis venezolana”.

Quien no tiene antecedentes de analista política, pero sí caracterizarse por repetir el guion que le escriben en Miami, Rosa María consideró absurda la propuesta formulada por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, al vicepresidente norteamericano Mike Pence, de involucrar a La Habana en el proceso para la democracia en Venezuela.

Siguiendo las acciones del gobierno yanqui contra el primer ministro Justin Trudeau, la Payá afirmó a la cadena colombiana, considerar ilógico que el presidente de una democracia tan respetable como Canadá, se atreviera a proponer un argumento de que el régimen castrista, que lleva en el poder 60 años, pueda tener alguna influencia positiva en la democracia en Venezuela, sobre todo cuando se trata de un país altamente infiltrado por el régimen cubano.

En ese orden añadió:

“No tiene sentido darle ese papel a Cuba, cuando se dedicó a difundir el fracasado modelo del socialismo del siglo XXI en varios países de Latinoamérica, a través de una enorme red de injerencia y del denominado Foro de Sao Paulo, que agrupa a los movimientos sociales y de izquierda del continente”.

Sobre Cuba, señaló:

“Estamos a las puertas de una crisis humanitaria. Los cubanos no tienen ya que comer… El pueblo ha estado pasando hambre y necesidades por 60 años y por períodos ha estado enfermándose por hambre”.

Por supuesto, ella repite como una marioneta, lo mismo que afirman Mike Pompeo y Donald Trump, pues esa es la línea establecida para fortalecer la matriz de opinión contra Cuba, pero no mencionó al verdadero responsable, el cruel bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por los yanquis desde hace medio siglo.

Esto confirma que la mafia terrorista anticubana de Miami y especialmente su mentor, el senador Marco Rubio, la quieren convertir en “figura política”, a pesar de no contar en su currículo con antecedentes de “opositora” dentro de Cuba.

Hija del contrarrevolucionario Oswaldo Paya Sardiñas, cabecilla de un grupúsculo vinculado a la Iglesia Católica cubana, jamás estuvo involucrada en las actividades de su padre, de ahí que pudiera graduarse en la Universidad de la Habana como licenciada en Geografía, donde participaba en actividades de apoyo a la Revolución, al igual que el resto de sus compañeros de curso.

Al morir su padre en un accidente automovilístico provocado por el conductor del vehículo, el español Ángel Carromero, líder de las juventudes del Partido Popular español, mientras repartían dinero para acciones provocativas contra el gobierno cubano, Rosa María avizoró el corte de dinero que recibía su progenitor desde Estados Unidos, por tanto pactó con “diplomáticos” estadounidenses acreditados en La Habana, de acusar a Cuba del accidente, a cambio de ser favorecida con una visa del programa de “refugiados políticos” del Departamento de Estado, la que obtuvo de inmediato.

A su llegada a Miami junto a su madre y dos hermanos, fue recibida por los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, quienes, después de valorar sus potencialidades, la presentaron al Senador Marco Rubio, iniciando así una acelerada carrera contrarrevolucionaria, con el propósito de hacerle creer al mundo que la juventud de Cuba no acepta el socialismo.

Por ese motivo, fue enviada a varios países de Europa, incluida una comparecencia ante el Parlamento Europeo, y a otras capitales de América Latina, donde fue recibida por presidentes y ex presidentes, situación imposible de realizar sin órdenes de los yanquis.

Empero, Rosa María no hizo mención a la grave situación que vive Colombia, donde asesinan semanalmente a líderes sociales y la pobreza crece por día. Tampoco tocó el tema de las violaciones de los derechos humanos en Honduras, país que enfrenta una dramática crisis económica por privatizar todos los sectores productivos y de servicios, algo que incrementa notablemente la desigualdad, así como la salvaje represión que ejecutan las fuerzas policiales, contra los participantes de los sectores de la salud y la educación, opuestos a la privatización de esas ramas vitales para el pueblo, donde los estudiantes han recibido embestidas brutales por la policía.

Esas gravísimas violaciones a los derechos humanos no son condenadas por quien se auto proclama “defensora” de tales derechos.

Menos aún criticó a su “amigo” chileno, el presidente Sebastián Piñera, quien ordenó en días pasados la criminal represión ejecutada por los carabineros, contra profesores y estudiantes de Historia, quienes protestaban pacíficamente por la nueva medida tomada por el Consejo Nacional de Educación (CNED), de eliminar de la asignatura de Historia, de los planes de estudio obligatorios de 3° y 4°, de todos los liceos del país.

Sin piedad alguna, cerca de 200 carabineros atacaron a estudiantes y profesores con bombas lacrimógenas, algo que nunca se ha visto en esa Cuba que Rosa María y sus patrocinadores acusan de “violar” los derechos humanos.

De la situación que enfrentan los brasileños, a partir de la presidencia del pro yanqui Jair Bolsonaro, tampoco habló nada, a pesar de las medidas neoliberales que está imponiéndole al pueblo, país considerado actualmente con mayor nivel de desigualdad de distribución de ingresos en América Latina.

Similar silencio hizo la neo estrella de Miami, respecto a lo que sufre en estos momentos el pueblo del Perú, donde las fuerzas policiales arremetieron con bestialidad contra los ciudadanos de Lima y un grupo de transportistas, quienes se protestan contra el cobro exagerado de peajes en las casetas de Rutas de Lima y Lamsac, exigiendo la nulidad de los contratos de concesión a las empresas.

Esa es la fórmula empleada por los yanquis para deformar la realidad contra aquellos que se niegan a subordinárseles, pero como dijera José Martí:

“La verdad continua incólume su marcha por la tierra”.

 

Alboroto fabricado por la prensa de Miami.


Por Arthur González.

Acostumbrados a los dimes y diretes, chismes de farándula, golpizas y divorcios escandalosos entre parejas famosas, unido al acoso y violaciones sexuales, el periodista Mario Vallejo, radicado en Miami, pretende hacer un show publicitario a partir de la respuesta que recibiera de parte de Boris Fuentes, periodista de la televisión cubana, ante la pretendida provocación que quiso efectuar durante la visita a New York, del Presidente Miguel Díaz-Canel.

Idéntico teatro está conformando Carla Angola, periodista venezolana del canal EVTV Miami, quien también acudió a las afueras del edificio donde se encontraban los Presidentes de Cuba y Venezuela, mientras un grupo de residentes en Estados Unidos coreaban consignas contra el criminal bloqueo económico, comercial y financiero, mantenido contra el pueblo cubano por casi 60 años.

Siguiendo la misma posición asumida por la representante Ileana Ros-Lehtinen, debido al otorgamiento por el Departamento de Estado de las visas a la delegación cubana que participó en la Asamblea General de la ONU, Vallejo impugnó ante el periodista de la televisión de Cuba, la validez de la elección del Presidente Díaz-Canel, dando origen a un intercambio acalorado entre ambos

La venezolana alude que el coronel Jorge Eleazar Márquez Monsalve, ministro del Despacho de la Presidencia de Nicolás Maduro, la amenazó cuando ella de forma provocativa e insistente, preguntaba provocativamente al Presidente venezolano y a su esposa Cilia Flores, si visitarían a los sobrinos que se encuentran cumpliendo condenas por narcotráfico en EE.UU.

No hay que ser erudito para percatarse que todo fue planificado desde Miami, para molestar y crear conflictos con las delegaciones oficiales de ambos países.

Ya el periodista de Univisión había realizado otras acciones contra la delegación cubana, al pretender que varias personas le hablaran sobre la situación que se vive en la Isla, calificando al gobierno de Cuba como una “dictadura castrista”, por lo que también recibió duras respuestas de los cubanos.

Pero lo que llama la atención de la alharaca formada por Vallejo y Carla Angola, es que no mencionan para nada al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por sus ofensas y actos repudiables contra la prensa norteamericana y periodistas de importantes medios.

¿Por qué no asumen la misma postura por el desprecio que muestra Trump por la prensa?

Se olvidaron ambos que el 1ro de octubre 2018, durante la conferencia de prensa para informar el acuerdo comercial -USMCA-, logrado con Canadá y México, Trump se burló y ofendió a la corresponsal de ABC News, Cecilia Vega, cuando en el momento que ella tomaba el micrófono para abrir la ronda de consultas, dijo:

“Está sorprendida de que la haya elegido (como moderadora). Está en estado de shock”.

Ante eso, Cecilia Vega le respondió que no, dándole las gracias (I’m not, thank you Mr. President), pero Trump, con su incontinencia verbal y la prepotencia que lo caracterizan, añadió:

“No pasa nada. Sé que no estás pensando. Nunca lo haces (I know you are not thinking. You never do)”.

¿No es eso un acto más ofensivo y bochornoso que la respuesta de cubanos y venezolanos ante las provocaciones recibidas?

No satisfecho con el maltrato a una periodista mujer, poco después llamó “locos”, a todos los periodistas.

Sería muy positivo escuchar las opiniones de Vallejo y de la Sra. Angola y si piensan acusarlo por tales acciones.

Ninguno de los dos periodistas al servicio de los contrarrevolucionarios de Miami, ha dicho ni media palabra referente a las acusaciones del Presidente Trump, contra la prensa el pasado 18 de agosto 2018, cuando afirmó: “gran parte de lo que dicen son noticias falsas”.

Ante ese violento ataque sin precedentes, más de 300 diarios de todo el país, publicaron, coordinadamente, editoriales donde denunciaron los ataques y amenazas reiterados por Donald Trump a la prensa, señalándole como un “peligro para la sociedad estadounidense”.

Las acciones de Trump contra la prensa son constantes y de todo tipo, pero Vallejo parece olvidarlos, y ataca al periodista cubano y calla ante los desmanes de su Presidente.

¿Olvidó el desagradable incidente ocurrido el 2 de enero de 2017, en la Sala Oval de la Casa Blanca, cuando Trump era entrevistado para programa Face the Nation, de la cadena CBS, y disgustado por las preguntas que realizaba el periodista John Dickerson, cortó abruptamente la misma y lo botó del lugar?

Hay más.

Siendo aun candidato a la presidencia, el 25 de agosto de 2015, el famoso periodista y presentador de Univisión, Jorge Ramos, fue expulsado por el propio Donald Trump, de la conferencia de prensa que se efectuaba, y ordenó que el personal de seguridad lo sacara a la fuerza del lugar.

La verdad que motivó la provocación de Vallejo, fue la gran acogida que tuvo Díaz-Canel en varios sectores de la sociedad norteamericana y el rechazo total de las delegaciones participantes al Bloqueo.

A eso se suman el caluroso recibimiento que tuvo en la iglesia Riverside, en Nueva York; reuniones con intelectuales y artistas; académicos; miembros de la comunidad de cubanos, y especial con comerciantes interesados en el mercado cubano, situación que agria sobremanera a la mafia terrorista, al constatar que no tienen apoyo en la gran masa de estadounidenses, los que ven como arcaica y fracasada la política hostil que permanece hace 59 años, sin resultados.

Siempre tenemos que recordar a José Martí, cuando ante hechos similares dijo:

“Es el odio del que no inspira simpatías hacia el que sí las inspira”

 

¿Por qué Cuba es tema de campaña electoral en la Florida?


Por Arthur González.

Cada vez que se aproximan las elecciones en la Florida, es difícil que alguno de los candidatos a cargos disponibles, no aborde en sus discursos el tema cubano, a pesar de ser un país independiente y no una colonia yanqui, como lo fue 60 años atrás.

Así se manifestó en estos días el representante Ron DeSantis, candidato republicano a gobernador de la Florida, quien prometió arreciar las medidas contra Cuba, ante un auditorio compuesto mayoritariamente por votantes de origen cubano, muchos de ellos testaferros y torturadores del dictador Fulgencio Batista, o ex miembros de la vieja burguesía que abandonó la Isla, con la trasnochada ilusión de que Estados Unidos impidiera la consolidación del triunfo revolucionario alcanzado en 1959.

DeSantis, ganó el 68 por ciento de los votos en las recientes elecciones primarias republicanas en Miami-Dade, y ahora compite contra su oponente demócrata, el progresista de raza negra, Andrew Gillum.

Para hacer más ridículo su discurso, aunque atractivo para los asistentes, afirmó: “Soy el único candidato capitalista para gobernador de Florida. El socialismo sería un desastre para la Florida. No podemos permitir que las políticas socialistas ganen en esta tierra libre”.

Buscando aplausos y votos, DeSantis auguró que si ganaba las elecciones iba a pedirle al gobierno de Estados Unidos que acusara formalmente a Raúl Castro, como responsable del derribo de las avionetas de la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate, dirigida por un terrorista nacido en Cuba, que, en franca y premeditada provocación, violaban sistemáticamente el espacio aéreo habanero, situación que Estados Unidos nunca permitiría sobre su territorio.

Este candidato tiene el respaldo de los mafiosos terroristas anticubanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Marco Rubio, todos vinculados a las políticas opuestas a la normalización de relaciones con Cuba.

Lo extraño del asunto es que DeSantis no habló de lo que haría como gobernador para eliminar la pobreza, la desigualdad, ni los crímenes violentos que continuamente se producen en la Florida, unido al alto consumo de drogas y la prostitución, que afectan a la población de esa ciudad.

En su discurso, pasó por alto lo expuesto en el informe de Philip Alston, Relator Especial de la Organización de Naciones Unidas, sobre la pobreza extrema y derechos humanos, donde afirma que: “En Estados Unidos hay más de 40 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 18,5 millones viven bajo el umbral de la pobreza extrema, víctimas de las condiciones de exclusión, inequidad y baja movilidad social que imperan en ese país”.

Tampoco mencionó que solo en el año 2013, las tasas de mortalidad infantil en EE.UU. fueron las más altas en el mundo desarrollado; donde los estadounidenses tienen la esperanza de vida más corta y se enferman mucho más que en otros países desarrollados, debido a su pésimo sistema de salud, que lo cobra todo.

Por el contrario, la Cuba socialista disfruta de una de las mejores tasas de mortalidad infantil, con solo 4.2 por cada mil nacidos vivos, de 60 que dejaron los “exiliados” en 1960.

Hoy la esperanza de vida de los cubanos es 78,4 años, gracias a la elevada calidad del sistema de salud pública socialista, que les ofrece cobertura universal y asistencia gratuita a todos, situación reconocida por la Organización Mundial de la Salud.

El aspirante a gobernador, antes de atacar a Cuba con sus palabrerías engañosas, debería conocer que Estados Unidos ocupa el puesto 35, de 37, en términos de pobreza y desigualdad; al tener la tasa Gini más alta de todos los países occidentales, esa que mide la desigualdad mundial.

Por supuesto, que tal panorama de desgracias solo afecta a la población pobre, visiblemente fraccionada por décadas de políticas de discriminación social y étnica, exclusión y por la dominación cultural de las altas esferas conservadoras.

Ron DeSantis, como candidato republicano a gobernador de la Florida, debería conocer la denominación efectuada por la revista Forbes, cuando seleccionó a Miami como la “Ciudad Más Miserable del País”, seguida por Detroit y Flint, en Michigan, y West Palm Beach, en la Florida. En el 2014, el sitio Wallethub.com definió a Miami como la segunda peor ciudad para criar a un hijo, detrás de Detroit.

En caso de ganar las elecciones, deberá tener en cuenta la cantidad de terroristas cubanos que residen en la Florida, especialmente en Miami, los que tienen a su haber números crímenes por haber pertenecido a organizaciones como Comandos L y Omega 7, hechos reconocido por sus participantes y que constan en los archivos del FBI, aunque nunca han sido juzgados por ellos.

Entre esos terroristas están Armando Valladares, detenido en Cuba por hacer estallar bombas en varios centros comerciales de la Habana y Carlos Alberto Montaner, detenido in fraganti cuando colocó una petaca explosiva en una tienda por departamentos, que hirió a una madre y a sus dos hijos. Fue juzgado y condenado, pero se fugó del centro penitenciario y buscó asilo en la embajada de Brasil.

Además, se pasean libremente por las calles de Miami otros como Ramón Saúl Sánchez, miembro de la organización terrorista Omega 7, autor confeso de varios actos terroristas contra Cuba, ahora compinche de Rosa María Paya, que incita a acciones de desobediencia en Cuba, sin que las autoridades yanquis tomen medidas por esos actos violatorios de las leyes internacionales.

Muchas son las cosas que deben preocuparle al aspirante a gobernador para poner orden en la Florida, antes de hacer declaraciones injerencistas y falsas contra Cuba, para ser aceptado por esbirros, torturadores y terroristas manchados de sangre inocente de ciudadanos cubanos.

Por conocerlos a cabalidad, expresó José Martí:

“Las elecciones en los Estados Unidos están por lo común en manos de la gente de tabernas”