Parlamento Europeo calla ante asesinatos en Colombia.


Por Arthur González.

En demostración de su doble moral y la politización de sus sanciones y resoluciones de condenas a Venezuela y Cuba, el Parlamento Europeo y otras organizaciones al servicio de Estados Unidos, no sancionan los crímenes cometidos en Colombia contra líderes sociales, ni el más reciente asesinato del abogado de 46 años, Javier Ordóñez, el pasado 08.09.2020, a manos de dos policías que, con ensañamiento brutal, le aplicaron innecesarias descargas eléctricas, a pesar de sus súplicas.

Este crimen provocó indignación en la población mediante protestas populares reprimidas salvajemente por la policía, donde otras 5 personas perdieron la vida.

No es la primera vez que la policía colombiana mata por su actuación desmedida. El 25 de noviembre de 2019, un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía, disparó a la cabeza de Dilan Cruz, durante protestas pacíficas en Bogotá, contra del Gobierno del presidente Iván Duque.

Otro asesinado en 2011, fue el menor de edad y grafitero, Diego Felipe Becerra, cuando el policía Wilmer Alarcón le disparó por la espalda, mientras dibujaba un grafiti al noroeste de Bogotá.

Ante estos alevosos asesinatos no hay una sola resolución de condena, ni sanciones a Iván Duque y otros miembros de su gobierno.

Muy diferente es la actitud asumida por el Parlamento Europeo y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, contra Venezuela y Cuba, lo que pone en evidencias las presiones políticas de los Estados Unidos.

El 27 de septiembre de 2019 el organismo europeo sancionó a siete miembros de las fuerzas de seguridad e inteligencia de Venezuela, añadidos a una lista de otros funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, acusados sin prueba alguna, de estar implicados en “torturas y otras violaciones graves de los derechos humanos”.

Esas sanciones están relacionadas con la Declaración emitida el 16 de julio de 2019 por la Alta Representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, elaborada con instrucciones directas del Departamento de Estado yanqui, para deformar la realidad que vive Venezuela por la guerra económica, comercial y financiera impuesta por Washington, unidas a las acciones subversivas ejecutadas por los grupos opositores, instruidos y financiados por la CIA, a través de organizaciones pantallas como la USAID y la NED.

¿Los asesinatos selectivos en Colombia de decenas de líderes sociales y la criminal actuación de sus agentes de la policía, no son graves violaciones de los derechos humanos que merecen ser condenados por la entidad europea y la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU?

Sigue leyendo

Cuba víctima de una cacería de brujas por Estados Unidos.


Por Arthur González.

Desde hace algún tiempo, el presidente Donald Trump aduce ser “perseguido” por una supuesta “cacería de brujas”; sin embargo, quien padece desde hace 60 años esa persecución implacable, es el pueblo cubano ante una despiadada guerra económica, financiera y biológica, unida a la guerra de subversión política estructurada para intentar destruir el sistema que soberamente posee la República de Cuba.

Los datos no mienten y los miles de millones de dólares que Estados Unidos ha gastado en esa guerra sucia contra la Revolución lo confirman.

El incremento de la cacería de brujas contra Cuba se palpa en varios ámbitos y uno de los más activos en los últimos tiempos es el Parlamento Europeo, donde eurodiputados de derecha reciben instrucción del Departamento de Estado para sus campañas anticubanas.

El propósito perseguido es el mismo desde 1959, ahogar económicamente a la Revolución para culpar al socialismo de las carencias que sufre el pueblo cubano, a partir de esa guerra que constituye el arma principal de los yanquis en su diseño anticubano.

En días recientes parlamentarios europeos repitieron sus espectáculos contrarrevolucionarios, al convocar un evento ideado por la CIA, para sustentar la matriz de opinión de que Cuba “viola los derechos humanos”, sirviéndose de su asalariada Rosa María Payá, convertida en “refugiada política” sin historia en la Isla, ni participación alguna en las acciones contrarrevolucionarias de su padre, Oswaldo Paya.

Para darle amplificar sus falsas denuncias, la CIA mediante la USAID y la NED, organizaciones para enmascarar su actuación, reparte cientos de millones de dólares en programas de subversión política y el sostenimiento de otros engendros, como el llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, con sede en España, encargado de redactar acusaciones para la cacería de brujas contra Cuba.

El tema para demonizar a la Revolución cubana son las apócrifas “detenciones arbitrarias”, ejecutadas contra asalariados yanquis, creados el 17 de marzo de 1960 según el plan de Acciones Encubiertas de la CIA aprobado por Eisenhower.

Al analizar la cruzada mediática se comprueba quienes son los colaboradores principales, pues todos hablan el mismo lenguaje y sus líneas de mensajes son idénticas.

Lo que expone la agente española Elena Larrinaga, directora del llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, es repetido textualmente por Virginie Battu-Henriksson, portavoz de la Comisión Europea, por Anders L. Petersson, director ejecutivo de Civil Rights Defenders, y eurodiputados del partido español Ciudadanos.

El contenido de la presente campaña es la liberación de José Daniel Ferrer, delincuente en proceso judicial acusado de secuestro y agresiones contra personas, sufragado por los yanquis para ejecutar acciones provocativas en Cuba.

Ante las pruebas presentadas en su contra, donde se demuestran sus mentiras respecto a las violaciones de los derechos humanos, suman otras detenciones “arbitrarias” de elementos contrarrevolucionarios.

Esos son los casos de Berta Soler, Ángel Moya, Manuel Cuesta Morua y Guillermo Fariñas, todos respaldados por Marco Rubio, senador y miembro de la mafia terrorista de Miami.

La realidad es que en Cuba no hay un solo “opositor” asesinado o desaparecido, a diferencia de Colombia, donde solo en enero 2020, asesinaron a 30 líderes sociales y cinco excombatientes de las FARC.

Esos muertos no cuentan con padrinos en la CIA para reclamar justicia por ellos, ni el gobierno colombiano recibe acusaciones y sanciones del parlamento europeo, la OEA y otras ONG dedicas al tema de los derechos humanos contra Cuba.

Julián Assange, fundador de WikiLeaks, detenido en una prisión de alta seguridad en Reino Unido, nunca ha recibido apoyo del Parlamento europeo, ni se proyectan denuncias contra las autoridades británicas por negarle durante 7 años el salvo conducto, mientras permaneció asilado en la embajada de Ecuador en Londres, acción violatoria del derecho diplomático y humanitario.

A diferencia del delincuente José Daniel Ferrer, Assange corre el riesgo de ser condenado a 175 años de prisión, por darle a conocer al mundo que Estados Unidos engañó a la opinión pública sobre sus actividades en Afganistán e Irak, sus crímenes de guerra, abusos y delitos, todos de importancia histórica.

Es un preso político que Estados Unidos pretende condenar por su contundente denuncia que representa un interés público, reconocido mediante el Premio Walkley por contribución destacada al periodismo, Premio Martha Gellhorn de Periodismo, Premio Índice de Censura, New Media Award de The Economist, New Media Award de Amnistía Internacional y el Premio Gavin MacFayden de 2019, todos de alto reconocimiento internacional.

Datos oficiales de la USAID y la NED exponen el presupuesto que destina Estados Unidos contra Cuba, proveniente de los millones de dólares aprobados para programas de subversión.

Un artículo publicado por el sitio web Cuba Money Project, afirma que 22 millones 93 mil 43 dólares, se emplearon por el Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional, en ese período contra la Revolución. Algunas partidas se distribuyeron así:

Fundación Panamericana para el Desarrollo 1 millón 740 mil 784 usd; Grupo de Apoyo a la Democracia 1 millón 442 mil usd; Directorio Democrático Cubano 1 millón 300 mil usd; Evangelical Christian Humanitarian Outreach for Cuba 1 millón 3 mil 674 usd.

Solamente en el año fiscal 2017-2018, la NED distribuyó dinero a las dos manos en sus programas contra Cuba, entre ellos:

Observatorio Cubano de Derechos Humanos 125 mil usd; Plataforma Internacional de Derechos Humanos en Cuba 85 mil usd; Documentar e informar violaciones a los derechos humanos en Cuba 100 mil usd; Lucha contra la impunidad y violaciones de los derechos humanos en Cuba 90 mil usd; Asistencia legal a la sociedad civil cubana 24 mil usd; Apoyo a los defensores de los derechos humanos en Cuba 95 mil usd; ONG People in Need Eslovaquia 98 mil usd; CubaNet News Inc. 225 mil usd.

La USAID gasta otras sumas plasmadas en sus programas:

Promover una “primavera cubana” en su Programa Cuba constan 316 proyectos, que entre los años 2007 y 2013 recibieron 120 millones 639 mil 795 dólares.

La Fundación Panamericana para el Desarrollo, FUPAD, desde 2003 hasta 2019, recibió de USAID 32 millones 904 mil 899 dólares, para ejecutar proyectos subversivos principalmente contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. Su director John Sanbrailo, declaró que solo entre 2013 y 2017, el presupuesto de FUPAD excedió al presupuesto regular de la OEA.

Esto si es una cacería que Cuba resiste y vence estoicamente, porque como expresó José Martí:

“Las batallas se ganan entre ceja y ceja”

Las frustraciones de Mara Tekach, Encargada de Negocios yanquis.


Por Arthur González.

La Encargada de Negocios de Estados Unidos en Cuba, Mara Tekach, sufre la frustración de no ser nombrada embajadora por la oposición de los congresistas anticubanos, pero a esa se le suma otra, como la de tener que comprobar que la Revolución cubana cumple 61 años, a pesar de los planes terroristas ejecutados por su gobierno, la fabricación de una contrarrevolución que nunca ha contado con el apoyo popular, y la guerra económica, comercial, financiera y biológica, que jamás han alcanzado sus propósitos.

La amargura de la señora Tekach se incrementa en estos días, al constatar la unidad y resistencia de los cubanos ante la andanada de sanciones aplicadas por la actual administración del presidente Donald Trump, medidas que lejos de hacerle creer al pueblo que sus penurias son culpa del socialismo, incrementan el rechazo a los yanquis por su crueldad contra el pueblo de Cuba, al pretender convertir la Isla en un campo de concentración, como intentó hacer el General español Valeriano Weyler en 1896.

En Cuba se sabe que “En tiempos difíciles, debemos tener presentes nuestros éxitos, ver nuestra brillante perspectiva y aumentar nuestro coraje”, como sabiamente aseguro el líder chino Mao Tse Tung.

61 años de castigos, por haber decidido ser soberanos e independientes de la bota del Gigante de las 7 leguas, no han doblegado la voluntad de millones de cubanas y cubanos, algo que llena de odio y rabia a los dirigentes yanquis, porque se percatan que gastan miles de millones de dólares sin alcanzar, con sus campañas de mentiras y acciones subversivas, retrotraer a Cuba al pasado oprobioso pleno de desigualdades en el que sumieron al pueblo.

Mara llegó a La Habana con el sueño de ver caer el socialismo, igual al que tuvieron sus antecesores, como el jefe de la entonces Sección de Intereses, James Cason, quien desplegó numerosas provocaciones similares a las que ella realiza, pero saldrá de Cuba igualmente fracasada sin haber logrado que la expulsaran, algo que para ella sería una salida “victoriosa” y la convertiría en una “víctima del socialismo cubano”.

Tanto esfuerzo ha realizado la Encargada de Negocios para lograr que el gobierno cubano tome represalias contra ella, que en su desespero escribe nuevos insultos en las redes sociales, como el más reciente publicado, donde afirmó:

“Sigo muy preocupada por los más de 100 presos políticos en Cuba, el daño que pudiera ocurrirles y la falta de un debido proceso. Como representante de los Estados Unidos en Cuba, continuaré abogando por un gobierno responsable para el pueblo cubano, que no quiere más que libertad y prosperidad”.

Mentiras y más mentiras en su cruzada mediática dictada por el Departamento de Estado, quien sabe perfectamente que en Cuba no hay presos de conciencia, sino asalariados que solo actúan por el dinero que reciben proveniente de los 20 millones de dólares, aprobados por la Casa Blanca para subvertir el orden interno en la Isla.

Si Mara estuviera tan “preocupada”, debería exigirle al presidente Trump que dejara libre a los miles de emigrantes latinoamericanos que tiene en cárceles inhumanas, a los niños separados de sus padres que muchos nunca los volverán a ver, ante la falta de control de los lugares a donde fueron enviados, sin documentos filiales.

¿Por qué no se preocupa por los chilenos que pierden la vida, la vista y son detenidos de forma arbitraria por la policía de ese país, por solo reclamar el derecho a una vida más justa y prospera?

¿No siente preocupación por los bolivianos asesinados durante el golpe militar gestado por la CIA, los detenidos sin justificación y las violaciones de la Convención de Viena que hace el gobierno de facto contra las embajadas de México y España?

¿Y por lo que sucede en Colombia, donde asesinan semanalmente a varios líderes sociales y se reprime salvajemente al pueblo, no siente preocupación?

¿Habrá tenido preocupación algún día por los negros detenidos injustamente en su país, donde solo por el color de la piel los encarcelan y matan?

¿Y por los 42 millones de estadounidenses que viven en el nivel de pobreza y por los millones de sus coterráneos que no tienen seguro médico, y los niños sin recibir las vacunas que previenen enfermedades, ante la falta de dinero para pagarlas?

¿No siente preocupación por todo eso la representante de la política más despreciable del mundo actual?

A otro con ese cuento, porque en Cuba la Revolución enseñó a leer y a escribir a todos sus ciudadanos, quienes conocen bien la historia de los Estados Unidos y su afán imperial por apoderarse de las tierras latinoamericanas, de sus riquezas naturales y la participación directa que han tenido en las invasiones, golpes de estado, asesinatos y torturas a todos los que se oponen a sus doctrinas.

El máximo violador de los derechos de la humanidad es Estados Unidos; por tanto, a dar lecciones de “libertad” a otra parte, porque en Cuba como dijo José Martí:

“Saber leer es saber andar y saber escribir es saber ascender”

 

Encargada de Negocios de la embajada yanqui en Cuba se reunió con elementos contrarrevolucionarios.


Por Arthur González.

En franca actitud provocativa para que las autoridades cubanas la expulsen y justificar así medidas de respuestas del gobierno de Estados Unidos, Mara Tekach, Encargada de Negocios de la Embajada yanqui en La Habana, se reunió el martes 10 de diciembre 2019, con varios de los contrarrevolucionarios financiados por la Casa Blanca desde hace 60 años.

En su fallido intento por fabricar una oposición a la Revolución, la diplomática yanqui conversó con un reducido grupo de esos subordinados a los dictados de Estados Unidos, entre ellos la desprestigiada Martha Beatriz Roque Cabello, la misma que hace pocos años los engañó diciendo que estaba en huelga de hambre y casi moribunda, hasta que la Tv cubana divulgó las filmaciones de como recibía por una ventana de su vivienda, aguacates, calabazas y habichuelas, para alimentarse, unido a vigorosas sopas de pollo.

Triste papel tiene que jugar la diplomática, quien conoce perfectamente que todos esos “opositores” solo buscan dinero y visas del programa de refugiados, para emigrar a Miami sufragados con los impuestos que anualmente desembolsan los ciudadanos norteamericanos, para mantener a esos cubanos que ni trabajan ni producen.

Ninguno de ellos representa a la sociedad cubana de trabajadores, campesinos, estudiantes, artistas, intelectuales, deportistas y profesionales, que resisten unidos los 60 años de guerras económica comercial, financiera y biológica impuesta por Estados Unidos contra el pueblo cubano.

Los que dicen ser “reprimidos” por las autoridades cubanas, se presentaron bien vestidos, gordos y relucientes, ante la representante del presidente Donald Trump, ese que se ensaña contra el pueblo cubano con la pretensión de matarlo por hambre y enfermedades, como propuso en abril de 1960 el entonces subsecretario de Estado Lester Mallory, para congraciarse con la mafia terrorista anticubana de Miami, en sus aspiraciones electorales.

La nueva campaña mediática intenta crear la matriz de opinión de que la Revolución “arremete contra los opositores”, mediante “arrestos domiciliarios”, algo que nadie ve, ni es comprobado por la Iglesia Católica, ni las cristianas, la prensa extranjera e incluso por las embajadas de cientos de países acreditadas en La Habana.

Ya la vieja y gastada información de la “represión” contra los contrarrevolucionarios y las mentiras sobre los “detenciones arbitrarias” no funcionan, por tanto, la nueva línea estructurada son los llamados “arrestos domiciliarios”, ridícula mentira que se desboronará como las anteriores.

¿Qué elemento contrarrevolucionario en Cuba ha sido reprimido con métodos similares a los que el mundo observa en Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Francia y otros países? Ninguno.

El uso de Internet en Cuba, que tanto ambicionaron los yanquis desde que, en 1996, fue propuesto por la RAND Corporation para la subversión en la Isla, permite divulgar lo que sucede con una inmediatez inimaginable hace pocos años, y no existe en las redes sociales una sola imagen de esa falsa e inflada represión, que dicen padecer los elementos contrarrevolucionarios, cada vez con más exceso de peso.

Ni una sola de las llamadas “damas” de blanco está escuálida, todas pesan cientos de kilogramos y con una celulitis propia de mujeres obsesas.

La inventada represión contra José Daniel Ferrer, quedó desbarata con el video mostrado al mundo, donde se pudo comprobar cómo se auto agredió para culpar a uno de los funcionarios que lo entrevistaron, las visitas familiares que tuvo, la fortaleza física que posee y el sobre peso corporal, a pesar de las mentiras expuestas por su actual esposa junto a la diplomática yanqui.

Es fallida e inservible la política yanqui, que no logra su añejo sueño de retrotraer a los cubanos al pasado, aquel donde los marines yanquis se emborrachaban en bares y burdeles para después orinarse encima de la estatua de José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba.

El Departamento de Estado yanqui y su jefe Mike Pompeo, se desgastan a diario orientando a la diplomática Mara Tekach, la que pasará a la historia sin penas ni glorias, igual que sus antecesores, uno de los cuales informó secretamente a su gobierno el 15 de abril 2007, en el cable 07HAVANA252:

“Martha Beatriz Roque Cabello dijo al Jefe de Misión y al Consejero político, el 14 de marzo 2007, que ella se retiraba de sus actividades diarias con Asamblea para la Promoción de una Sociedad Civil, por razones de salud y también para concentrarse en una perspectiva más abarcadora. Su objetivo para los próximos meses es planificar cómo movilizar a un millón de cubanos para que se lancen a las calles, en demanda de importantes cambios políticos y económicos”.

Han transcurrido 12 años y la protagonista de la “Huelga del Aguacate”, no ha podido reunir ni 12 contrarrevolucionarios en las calles, mientras el pueblo cubano marcha todos los 1ro de mayo por las plazas del país en apoyo a su Revolución, algo que por mucho que les duela a los yanquis, no pueden ocultar.

Los yanquis deberían estudiar a José Martí para comprender cuando aseguró:

“Las empresas históricas son imposibles cuando no las desea y alienta la voluntad de un pueblo”

Repudiables mentiras.


Por Arthur González.

Se sabe que el tema migratorio cubano es manipulado por Estados Unidos con fines subversivos desde hace 60 años. Ese interés dio pie a la creación de la Ley de Ajuste Cubano, como justificación de que los cubanos “huyen del comunismo”.

«periodista independiente»

Por ese motivo se mantiene inamovible con un tratamiento que solo reciben los nacidos en Cuba, aunque al llegar a Estados Unidos estuvieran residiendo en algún país del llamado “mundo libre”.

El presidente Barack Obama antes de terminar su mandato, colegió con Donald Trump la eliminación de la política conocida como “pies secos-pies-mojados”, establecida por Bill Clinton en 1995. No obstante, como la Ley de Ajuste continua vigente, los cubanos que llegan a la frontera yanqui y solicitan asilo por huir de los comunistas, tienen derecho a un día de Corte para exponerle al juez sus argumentos.

Un ejemplo de cómo manipulan ese tema contra la Revolución cubana, es el caso del recién otorgamiento de asilo a Serafín Morán Santiago, autocalificado como “periodista independiente”, persona desconocida en Cuba, sin título universitario, ni currículo profesional alguno.

Ese asalariado, que dependía de las instrucciones y dinero recibidos desde Miami, en mayo de 2017 fue llevado a los tribunales cubanos acusado de “simulación de delito”, pues una de las orientaciones que reciben aquellos que dependen del dinero yanqui, es precisamente remitir denuncias falsas sobre hechos inventados, como parte de la guerra mediática organizada contra la Revolución desde 1959.

Esas noticias son las que divulgan las televisoras y agencias de prensa de Miami en sus campañas anticubanas, pero la vida se encarga de desmentirlas.

Morán Santiago llegó a la frontera yanqui desde México el 13 de abril 2018, donde solicitó asilo político bajo el argumento de ser un “perseguido político”, y si regresaba a Cuba podría ser “atacado o asesinado”, por su “trabajo” como periodista “independiente”.

A finales del pasado agosto, un juez de inmigración del estado de Texas, le negó la fianza por no encontrar argumentos sólidos, pero lo remitió a una audiencia de asilo, celebrada este mes de octubre, la cual falló a su favor después de que la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), al servicio de los yanquis, le ofreciera asistencia legal gratuita, algo que no hace con los miles de latinoamericanos que huyen de la muerte a manos de bandas del crimen organizado, del hambre y la miseria en que los tienen sumidos el sistema capitalista.

Morán también recibió apoyo de la organización Fundamedios, la que dice “velar por la libertad de prensa en Estados Unidos” y a la vez sostiene relaciones de trabajo con la bloguera y editora de 14yMedio, Yoani Sánchez, reclutada en 2004 por el agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, terrorista y prófugo de la justicia cubana por colocar bombas en centros comerciales de La Habana.

Ahora Moran es un refugiado político y el gobierno de Estados Unidos deberá sufragarle un paquete de gastos básicos de por vida, con el dinero de los contribuyentes.

Prueba de que no es perseguido por ninguna autoridad cubana fue su viaje libre hacia Guyana, país que no exige visado a los cubanos, porque México ni Estados Unidos no le concederían una visa, ni lo aceptarían dentro del amplio programa de visas de refugiados políticos, que otorga el Departamento de Estados a los cubanos.

Para comprobar la guerra mediática de desinformación contra Cuba, basta citar los argumentos de RSF, al acusar a la Isla de ser “una de las naciones más peligrosas para ejercer el periodismo”, calificándola como “la peor en cuanto a libertad de prensa” en el continente americano.

Desfachatez sin límites, porque en Cuba no hay un solo periodista muerto o desaparecido después de 1959, incluidos esos que no poseen título ni trabajan en medios de prensa reconocidos oficialmente, a diferencia de México, donde la vida de un periodista peligra las 24 horas del día y acumula en los últimos 6 años la alarmante cifra de cerca de 2 mil hechos, entre agresiones y asesinatos contra los profesionales de la prensa.

Los asesinatos de periodistas informados por estadísticas oficiales a nivel mundial, nunca han señalado a Cuba. Los crímenes contra la prensa en América Latina se concentran en México, seguido de Brasil, Honduras, Bolivia, Colombia, Argentina, Ecuador y Haití.

Otro ejemplo de las falsedades que respaldan los jueces que otorgan el asilo político a esos cubanos, es aceptar el argumento de que “su vida peligra” si regresan a Cuba, al no tomar en cuenta que el Departamento de Estado no les concede ese tipo de visas, ni que connotados contrarrevolucionarios con apoyo financiero y moral de Estados Unidos y del Parlamento Europeo, salen y regresan a Cuba sin ser molestados por ninguna autoridad y siguen su vida normal, con miles de dólares para ejecutar acciones provocativas contra la Revolución.

Entre esos casos están Berta Soler, Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer, Manuel Cuesta Morua, Dagoberto Valdés y algunos más, que han hecho de la contrarrevolución un jugoso negocio, permitiéndoles vivir sin tener que sudar.

El doble racero de Estados Unidos con el tema migratorio es vergonzoso, pues mientras a cubanos como Serafín Morán, los protegen con esa categoría, en los últimos cuatro meses Donald Trump separó de forma inhumana a más de 6 mil familias migrantes latinoamericanas, como parte de su política de tolerancia cero.

Razón tenía José Martí para afirmar:

“Hay algo que daña mucho el ejercicio del derecho y es la hipocresía del derecho”.