Verdades que Estados Unidos oculta.


Por Arthur González.

A poco más de una semana del cierre del gobierno de los Estados Unidos por falta de fondos, se percibe un caos en la sociedad yanqui.

¿Alguien se imagina que pasaría si ese país fuera sometido a la misma guerra económica, comercial y financiera que desde hace 60 años sufre el pueblo de Cuba?

Sin dudas se convertiría en un país de mendigos y harapientos, como se puede constatar en barrios como Liberty City en Miami, o en Skid Row, ubicado en el centro de la ciudad de Los Ángeles, al que le llaman el barrio de los indigentes.

Algo muy diferente sucede en la estoica isla de Cuba, donde a pesar de esa despiadada guerra económica, la salud y la educación son gratuitas, y aunque no exentas de dificultades provocadas por la escasez de recursos, se mantienen brindando servicios por el esfuerzo del gobierno socialista, que tiene como primera prioridad el hombre, a pesar de las campañas tendenciosas fabricadas por los yanquis.

En la Cuba bloqueada por más de medio siglo, no hay indigentes durmiendo en las calles, ni niños limpiando cristales de autos, vendiendo baratijas o trabajando como esclavos sexuales, como ocurre en muchos países, incluso en los propios Estados Unidos donde la industria del cine porno los exhibe como trofeos.

Mucho critican a Cuba por la suciedad en sus calles ante la falta de colectores de basura y camiones suficientes para recogerla diariamente, pero no hablan del alto costo de cada camión y colectores, dinero del que las finanzas cubanas no siempre disponen para su adquisición, ni del crédito necesario porque las leyes del Bloqueo impiden acceder a ellos, e incluso a la ejecución de una transacción bancaria, debido a las sanciones millonarias que impone Estados Unidos a quienes se atrevan a llevarla a cabo.

El gobierno cubano se esfuerza por buscar soluciones sin lamentar epidemias, como las que parecen estar avocadas en grandes ciudades estadounidenses, debido a las dos semanas de cierre del gobierno, por negarse el Presidente Donald Trump a la aprobación del presupuesto, hasta tanto el Congreso acepte su capricho de que accedan a suscribir 5 mil millones de usd, para la construcción de un muro en la frontera con México.

Lo que oculta la gran prensa yanqui es que, por falta de una política coherente de ayuda real al pueblo, su sistema de salud pública es un negocio para hospitales y su industria farmacéutica, al cobrar sumas exorbitantes por una operación de hernia discal, cercana a los 60 mil dólares, mientras en Cuba el paciente no paga un solo centavo, aunque se trate de un enemigo al proceso revolucionario y reciba financiamiento desde Estados Unidos para sus acciones.

Un ejemplo reciente fue revelado por Rusia Today, al conversar con un sin techo en la ciudad de Los Ángeles, California. El entrevistado fue Ronald Anderson, un ingeniero eléctrico que hace años perdió su empleo y cayó en una depresión psicológica. Padecía de una lesión, al parecer una hernia discal, y al no disponer de seguro médico ni de los 60 mil dólares para someterse a la operación, quedó invalido para siempre. Además, contrajo una infección que le provocó la amputación de uno de sus pies.

Hoy Anderson vive en las calles de Los Ángeles, pero casos como este no son considerados violaciones de los derechos humanos.

En el barrio Skid Row, residen 4 mil 500 indigentes expuestos a enfermedades curables como el tifus y la hepatitis, si tuvieran un sistema de salud gratuito similar al de Cuba.

Esos ciudadanos se ven obligados a defecar en las calles por carecer de baños y un techo donde vivir. No tienen donde bañarse y son focos de contaminación para la ciudad, algo que The New York Times o The Washington Post nunca mencionan, lo contrario a sus artículos para hablar mal de Cuba y Venezuela, países sometidos a guerras económicas y mediáticas sin precedentes.

En Los Ángeles, donde residen muchas celebridades de la cultura de Estados Unidos, existen cerca de 58 mil personas sin techo, producto del sistema político y económico que tiene ese país, y no precisamente socialista.

Estados Unidos sin estar bajo una guerra económica como padece Cuba y con pocos días sin presupuesto, tiene casi 800 mil trabajadores estatales sin cobrar sus salarios, entre ellos los controladores aéreos, algo que puede poner en riesgo la seguridad de miles de pasajeros.

Museos, parques y otros sitios recreativos permanecen cerrados por falta de presupuesto, dejando de recibir un aproximado de 1,2 millones de visitantes, de mantenerse cerrados todo el mes de enero.

Numerosos científicos que trabajan en agencias federales, como la Fundación Nacional Científica, hacen que laboratorios de todo el país también estén cerrados, situación que afecta los ensayos clínicos relacionados con el cáncer, entre otras investigaciones de alta prioridad.

Ante la falta de financiamiento del Departamento de Agricultura, los campesinos confrontan problemas para optar por ayudas del gobierno, afectándose la producción de alimentos para la población.

Los empleados públicos, al no recibir sus salarios no pueden pagar el alquiler de sus viviendas, corriendo el peligro de desalojo.

En fin, el pueblo norteamericano no está preparado para esas limitaciones y se verá sumamente afectado por las penurias a la que están sometidos por la terquedad de su presidente.

Ahora podrán tener una ligera idea de las consecuencias que sufre el pueblo de Cuba desde hace más de medio siglo, por la criminal guerra económica, comercial y financiera a la que Estados Unidos somete a 11 millones de personas, con la intensión de debilitar su economía, negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno, escenario que ocultan los ideólogos yanquis.

Por actitudes similares, expresó José Martí:

“Mientras más de cerca toco las cosas políticas

, más repugnancia me inspiran”.

 

La verdadera Miami detrás de la fachada.


Por Arthur González.

No son pocos los que desde Miami critican y acusa a la Revolución cubana por el nivel de vida de los ancianos, obviando lo que realmente sucede a diario con los que residen en esa ciudad, en situaciones muy diferentes a las de Cuba.

Es cierto que en la Isla se vive con muchas limitaciones materiales, pero desde el Norte no mencionan las crueles y despiadadas medidas de la guerra económica, comercial y financiera que se incrementan cada día contra Cuba, con el único fin que el pueblo se desencante de su Revolución, algo no logrado.

A pesar de la escasez en la vida cotidiana del cubano, los servicios de salud, educación, cultura, seguridad ciudadana, deporte y la solidaridad ciudadana, mantienen la meta de atender ante todo al ser humano, sin más miramiento.

Sin embargo, en Miami y en otros estados no ocurre lo mismo.

Para tener acceso a los servicios médicos en los Estados Unidos, hay que tener un seguro que cuesta mensualmente cientos de dólares, de acuerdo al respaldo que cubre cada seguro médico, situación que no pueden asumir millones de residentes en ese país, por carecer de recursos económicos.

En días pasados el reaccionario diario Nuevo Herald, publicó una crónica del sufrimiento de una anciana de 94, nacida en Cuba, al no contar con dinero para seguir viviendo en su apartamento, ubicado en Hialeah.

Esa señora sufrió un derrame cerebral y reside sola, a pesar de tener hijos, nietos y bisnietos. Su apartamento es prácticamente una pocilga y no tiene los recursos monetarios para su reparación, aunque en todas las ferreterías venden los materiales, ya que Estados Unidos no está sometido a una guerra económica total como Cuba.

El derrame cerebral le paralizó el lado derecho del cuerpo, dejándola condenada a una silla de ruedas, porque ella no pudo asistir a un policlínico a recibir la fisioterapia indicada en esos casos, ante la falta de dinero.

En la Cuba comunista son miles las personas que han sufrido un accidente cerebro vascular, pero al ser gratuitos los servicios médicos, se recuperan en un alto por ciento de los casos, gracias a la existencia de los llamados Médicos de la Familia y Policlínicos que poseen departamentos para la fisioterapia, con especialistas calificados y el equipamiento necesario para tratamientos de magneto terapia, laser y otros ejercicios, que ayudan a la recuperación de los pacientes.

La anciana residente en Miami también perdió la audición y no tiene el dinero que cuesta la consulta y el aparato para poder escuchar mejor, pero en la Cuba que tanto atacan, los equipos para la audición son gratuitos, a pesar de que hay que comprarlos en Europa a un alto costo.

Ante la desgracia de esa señora, The Miami Herald y el Nuevo Herald, lanzaron una campaña desde sus páginas, solicitando donaciones para ayudarla, lo que también hacen por centenares de personas sin dinero ni amparo familiar, acción que desapareció de los diarios cubanos desde enero de 1959, tras el triunfo de la Revolución que tanto odian los yanquis.

A pesar de que el apartamento donde reside la anciana es de su propiedad desde hace 20 años, al quedar viuda y sin dinero tuvo que pedir un préstamo revertido, en el que la vivienda funciona como un colateral para pagar sus gastos, pero consumió todo el dinero del préstamo y no tiene más para vivir.

En la Cuba bloqueada hay multiplex problemas de vivienda, pero nadie vive en los portales de las tiendas o escalinatas de las iglesias, como era común hasta 1958. Existen programas de atención a los ancianos que residen sin familiares, muchos a causa de la emigración de estos hacia los Estados Unidos, donde se les ofrece alimentación, medicinas, servicios de podología, barbería y peluquería y otros, como el disponible en la Habana Vieja inaugurado en un antiguo convento.

La anciana en cuestión llegó a Miami en 1962, “huyéndole al comunismo” y ahora el capitalismo no se acuerda de ella, dejándola a merced de las pocas donaciones que pudiera recibir para solventar sus necesidades por algunas semanas, mientras en la Isla, con múltiples necesidades materiales, tendría atención médica garantizada y el apoyo solidario de sus vecinos, situación que jamás encontrará en el país de la “libertad y los derechos humanos”, porque como dijo José Martí:

¡Qué culpa tan grande es la de no amar, y mimar, a nuestros ancianos!

Insisten en Miami darle lecciones a Cuba


Por Arthur González

Medio siglo no es suficiente para darse cuenta de la realidad, pues los autodenominados “exiliados” cubanos continúan con su arcaica y gasta retórica de “luchar por una Cuba Libre”.

Parece que la vejez de muchos de los miembros del mal llamado “exilio” les impide discernir lo que es realmente un exiliado y el concepto de libertad. miami

Los que abandonaron su país en 1959, lo hicieron huyéndole a la justicia que les pedía cuenta por los crímenes cometidos durante la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista, hechos de los cuales esos “exiliados” no protestaban ni reclamaban el cumplimiento de los derechos humanos, cuando la sangre de los cubanos si corría calles abajo por todas las ciudades.

Tampoco pedían transiciones en Cuba ante el robo a manos llenas que cotidianamente cometía Batista. Ante eso callaban y se salpicaban con lo que podían alcanzar de tantos negocios turbios ejecutados por la mafia ítalo-norteamericana.

Jamás esos “exiliados” en Miami, protestaron por los abusos de la guardia rural que quemaba casas de campesinos, ni por los niños pidiendo limosnas en las ciudades, o por los que no tenían dinero con que pagar una cama en un hospital, ni enviar a sus hijos a una escuela para no engrosar el ejército de analfabetos que encontró la Revolución tras su triunfo.

Ese “exilio” que se enriqueció con el dinero recaudado para “liberar” a Cuba otorgado por la CIA y el Gobierno estadounidense, ahora se las dan de excelentes emprendedores, pero olvidan que el capital inicial no fue del sudor, como muchos quieren aparentar.

Solo basta con leerse los recientes documentos publicados por la CIA, para comprobar lo que en ese “exilio” ha hecho. Ahí está el caso de uno de los cinco hombres que se introdujeron secretamente en la sede del Comité Nacional Demócrata en 1972, dando lugar al escándalo del Caso Watergate.

En sus más reciente desclasificaciones, la CIA reconoce que ese cubano Eugenio Martínez, alias “musculito”, estaba a sueldo de la Agencia y calificado como un ferviente miembro del “exilio” anticastrista, participante en 1961 de la derrotada invasión por Bahía de Cochinos.

La propia CIA afirma que “musculito” secretamente le proporcionaba información sobre sus compatriotas “exiliados” en Miami. Sigue leyendo

Una embustera en Miami


Por Arthur González.

En una carrera angustiosa por obtener algunos dólares, la vetusta Martha Beatriz Roque Cabello, la maestra en mentir y engañar a la opinión pública, ofreció una conferencia de prensa el 9 de marzo de 2016, en la Casa Bacardí, ubicada en la Universidad de Miami.

El tema tratado fue la situación económica, social y política actual de Cuba después del 17.12.2014, cuando Estados Unidos restableció las relaciones diplomáticas, rotas desde el 3 de enero de 1961.

De acuerdo con sus declaraciones al llegar a Miami, “para ella era muy importante informar a los ciudadanos estadounidenses y sus dirigentes lo que se encontrará el presidente Obama en su próximo viaje a Cuba”, como si fuera el gran oráculo y la Casa Blanca no estuviese totalmente informada mediante su embajada en La Habana y por los oficiales de la CIA que en allí laboran.

Martha Beatriz huelga
Martha ha vivido durante tres décadas del engaño y la mentira, siendo famosa por la llamada “Huelga del Aguacate”, protagonizada hace pocos años, haciéndole creer a los diplomáticos estadounidenses, representantes de la prensa extranjera y hasta sus colegas de la llamada “disidencia”, que estaba decidida a dejarse morir por inanición.

Las fotos de su cuasi cadáver recorrieron el mundo, fingiendo estar semi inconsciente, debido a la «huelga de hambre» que fingió premeditadamente, algo que podía agravar su salud por padecer diabetes mellitus por eso la campaña mediática de su inminente peligro de muerte que muchos pronosticaron.

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Increíble pero cierto


Por Arthur González .

Jamás un presidente de los Estados Unidos envió a un funcionario de la Casa Blanca para explicarles a las comunidades extranjeras que allí residen, lo que espera alcanzar en su visita al país de origen de esos ciudadanos. Aunque parezca increíble, Barack Obama lo hará antes de viajar a La Habana.

ben rhodes
Agencias de noticias informan que Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional del Presidente, arribará el 11 de marzo a Miami, capital de la mafia terrorista anticubana, donde explicará a los líderes de la comunidad cubana lo que Obama aspira a lograr en su breve estancia en Cuba.

Ese gesto es la prueba irrebatible del compromiso de la Casa Blanca con esa mafia terrorista, amamantada durante medio siglo por todas las administraciones y gracias a ese apoyo logró encadenar la política exterior estadounidense hacia Cuba, donde ha primado el odio y el rencor de los que salieron huyendo de la justicia revolucionaria.

Los líderes históricos de esa comunidad cubana fueron testaferros del dictador Fulgencio Batista, quien asesinó durante su gobierno a partir de un golpe de estado, a más de 20 mil cubanos. Hoy algunos de sus hijos ocupan asientos en el Congreso, como Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.

Otros, a pesar de que sus padres se vieron obligados a emigrar para no ser asesinados por sicarios de Batista, entre ellos Marco Rubio, Bob Menéndez y Ted Cruz, vieron la oportunidad de hacer carrera política respaldando a los mafiosos anticubanos. Sigue leyendo