Mayo en la historia de las agresiones contra Cuba.


Por Arthur González.

Un repaso a la historia de las agresiones de Estados Unidos contra la Revolución cubana, nos detiene en el mes de mayo, aunque todos están cargados de hechos similares.

El 17 de mayo de 1959 el gobierno revolucionario aprobó la primera Ley de la Reforma Agraria, acto que demostró el cumplimiento del programa anunciado por Fidel Castro, durante su defensa en el juicio por el ataque al cuartel Moncada, julio de 1953.

Los yanquis vieron esa ley como un paso peligroso hacia el comunismo y el pretexto para reforzar sus actos subversivos, contemplados desde abril de 1959 en un informe elaborado por su embajada en La Habana, (Foreign Relations of United States, volumen VI, Cuba, 1958-1959, páginas 458-466), cuyos autores fueron Daniel M. Braddock, ministro consejero y James A. Noel, jefe de la Estación Local de la CIA.

Un año después, el 17 de mayo de 1960 salía al aire la emisora subversiva Radio Swan, desde la isla hondureña de igual nombre, con noticias falsas contra Cuba. Por la misma, la CIA inició su campaña de la execrable Operación Peter Pan, logrando sacar del país a 14 mil 48 niños sin acompañantes, al divulgar un inexiste proyecto de Ley de Pérdida de la Patria Potestad.

El 3 de mayo de 1961, días después de la derrota de la invasión contra Cuba por Bahía de Cochinos, el mercenario Manuel Artime, cabecilla de la organización contrarrevolucionaria Movimiento de Recuperación Revolucionaria, MRR, reconoció durante entrevista a la radio cubana, que la CIA planificó y dirigió la frustrada invasión y que Howard Hunt Jr., lo había recomendado como líder político y militar de la brigada invasora.

Al siguiente año, en mayo 1962, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos le retira a Cuba el estatus de “nación más favorecida en el comercio”, que ostentaba desde hacía décadas, incluso durante el régimen del dictador Fulgencio Batista.

El 7 de mayo de ese año oficiales de la CIA informaron al fiscal general Robert Kennedy, que esa agencia se involucró con el mafioso ítalo-norteamericano San Giancana, para asesinar a Fidel Castro.

Una lancha artillada procedente de Miami, ataca el 12 de mayo de 1962, una embarcación de pescadores cubanos, matando a tres tripulantes e hiriendo a cinco. La organización Alfa 66 se adjudicó la acción criminal, sin que las autoridades yanquis actuaran contra ellos.

El 7 de mayo de 1963 es presentado en la TV de Cuba el contrarrevolucionario Víctor Llufrio Bofill, capturado días antes por fuerzas cubanas. En sus declaraciones afirma que la CIA financiaba las acciones de su grupo denominado Triple A.

Días después, el 10 de mayo, la agencia de prensa AP reporta que en Miami se intenta crear una organización única para derrocar a la Revolución cubana. Se asegura que el plan fue discutido con oficiales de la CIA y que el mercenario de Bahía de Cochinos, Enrique Ruiz Williams, sería el líder de esa ambicionada fórmula.

El 13 de mayo de 1964 una lancha artillada procedente de Miami, ametralla un central azucarero en la provincia de Oriente y destruye 70 mil sacos de azúcar, acto terrorista organizado por Paul Lionel Edward Helliwell, agente CIA asentado en la Isla Andros, Bahamas.

El día 14, el Departamento de Comercio exige que se solicite una licencia especial para empresas de medicamentos de Estados Unidos que pretendan venderle a Cuba.

Se detectan las primeras acciones de guerra biológica contra el pueblo cubano, pues el 29 de mayo de 1964, las Fuerzas Armadas Revolucionarias reportan desde la provincia de Sancti Spíritus, el avistamiento de globos de varios tamaños que caían desde gran altura, los que explotaban al tocar la tierra y las plantas, dejando escapar una sustancia gelatinosa, semejante al caldo de cultivo bacteriano. Posteriormente se detectaron varios enfermos de meningoencefalitis, principalmente niños.

La Seguridad del Estado cubano detiene, el 6 de mayo de 1965, al agente de la CIA Lawrence K. Lunt, quien radicaba en la Isla desde 1956 como agente encubierto.

El Congreso yanqui, como parte de la guerra económica y comercial iniciada en 1962, declaró ilegales todas las transportaciones marítimas de cualquier país que le venda o envíe hacia Cuba, bienes estratégicos o no.

El 21 de mayo de 1966 muere por un disparo procedente del territorio de la base naval yanqui en Guantánamo, el soldado cubano Luis Ramírez López.

El 3 de mayo de 1967 explota una bomba en el auto del embajador cubano en México, quien no estaba en el vehículo. Cuatro personas resultaron heridas.

En mayo 3 de 1969 fuerzas cubanas dieron captura a un grupo contrarrevolucionario al servicio de la CIA, cuando desembarcaba en las costas de la provincia de Oriente.

Un acto terrorista se ejecuta el 1ro de mayo de 1970, contra un almacén de azúcar en la provincia de Las Villas. El fuego devoró toda la producción que allí se encontraba.

El 10 del mismo mes, dos embarcaciones pesqueras cubanas fueron destruidas por un ataque perpetrado por lanchas procedentes de Miami, comandadas por el agente CIA Ramón Orozco Crespo. Los once pescadores fueron secuestrados y trasladados a una isla de Bahamas. La población de La Habana se movilizó para exigir su liberación inmediata. El día 18 fueron liberados y regresados a la patria.

El 6 de mayo de 1971, Cuba detecta por primera vez en el hemisferio occidental el virus de la fiebre porcina africana, por tal motivo fueron sacrificados medio millón de cerdos en todo el país. En 1977 la prensa de Estados Unidos publica que una fuente secreta de la CIA, admitió que dicho virus, procedente de Fort Gulick, base yanqui en el canal de Panamá, fue introducido en la Isla en marzo de 1971 por contrarrevolucionarios cubanos.

El día 26 de mayo de 1971 unidad de Guardacostas yanqui, arrestaron a ocho pescadores cubanos en aguas internacionales. Cuatro pescadores fueron liberados y los demás trasladados a Estados Unidos donde fueron sentenciados a seis meses de cárcel y multados con 10 mil dólares cada uno. Es la política del terror para evitar esa vía de alimentación al pueblo cubano.

Mayo de 1974. Actos terroristas contra la embajada cubana en Londres el día 4 y el día 14 contra el consulado en Mérida, México, demuestran que Estados Unidos organiza acciones de este corte y da cobijo a sus autores.

El 29 de mayo de 1975 Robert A. Maheu, reconoció ante el Comité Selecto de Inteligencia de Estados Unidos, su participación en los intentos de asesinato contra Fidel Castro, organizados por la CIA.

Al día siguiente, el Coronel Sheffield Edwards declaró ante ese Comité, sobre la participación de la CIA en dichos planes de asesinato.

El propio día 30, el Mayor General (retirado) Edward Lansdale, confiesa a la agencia AP, que en 1962 por órdenes del presidente J.F. Kennedy, inició el desarrollo de planes para derrocar a Fidel Castro. Similares declaraciones las hizo ante el Comité Selecto de Inteligencia, donde por primera vez reveló públicamente, la Operación Mangosta, considerada como la más amplia y abarcadora en tareas de subversión contra Cuba.

Los meses de mayo de los años subsiguientes están igualmente cargados de hechos, que demuestran la política hostil y terrorista de Estados Unidos contra la Revolución cubana, esos que ahora confeccionan listas negras y acusan a otros, cuando ellos deberían estar sentados en el banco de los sancionados.

Razón tenía José Martí cuando afirmó:

“Hay pocas cosas en el mundo tan odiadas como los hipócritas”.

 

60 años de la declaración de guerra de los Estados Unidos contra Cuba.


Por Arthur González.

El 17 de marzo de 1960, coincidiendo con el santoral de San Patricio, el presidente republicano Dwight Eisenhower, le daba su aprobación a la CIA para ejecutar el primer Programa de Acciones Encubiertas contra la Revolución cubana, con el objetivo de destruir el proceso que despedazó la subordinación de Cuba a los Estados Unidos.

Fidel Castro no era aceptado por Eisenhower desde antes del 1ro de enero de 1959, sentimiento recogido en el acta de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, celebrada el 23 de diciembre de 1958, donde el director de la CIA, Allen Dulles y el mismo presidente de los Estados Unidos, afirmaron: “hay que evitar la victoria de Castro”.

A la vez, Eisenhower orientó buscar una tercera persona, ni Fulgencio Batista ni Fidel Castro, sino un hombre capaz que pudiera crecer en fortaleza e influencia, al que le darían suficiente dinero y armamentos, para lograr la dirección política de Cuba.

Ante la derrota del ejercito batistiano y la huida del dictador, Fidel Castro entraba triunfante en el escenario político cubano, a pesar de los esfuerzos yanquis por impedirlo. Por ese motivo Estados Unidos tomó la decisión de minarlo desde adentro y para eso la CIA tenía que repetir el plan ejecutado años antes en Guatemala, contra el presidente Jacobo Arbenz.

El objetivo del Programa de Acciones Encubiertas contra Cuba expone explícitamente:

Provocar la sustitución del régimen de Castro por uno que responda mejor a los verdaderos intereses del pueblo cubano y sea más aceptable para Estados Unidos, de manera tal que se evite cualquier asomo de intervención estadounidense”.

Esa negación ante la opinión pública, fue el requisito impuesto por Eisenhower, por si ocurría algún descalabro, poder decir que “no sabía nada de lo que la CIA había ejecutado”.

Para alcanzar dicho objetivo se establecieron varios procedimientos o metas, las que recogen:

Fabricar una oposición cubana responsable, atractiva y unificada al régimen de Castro, que se declare públicamente como tal, por lo que debe estar necesariamente ubicada fuera de Cuba”.

Esa “oposición” se construiría con elementos de la tiranía batistiana y testaferros de su política, con los cuales la CIA ya tenía contactos, preparándolos con el fin de “conformar una entidad política en forma de Consejo o Junta, integrada por tres grupos de aceptables”.

El lema que la CIA decidió utilizar era el de “Restaurar la Revolución”, acusando a Fidel Castro de haber traicionado los principios de la misma.

“Iniciar una poderosa ofensiva propagandística en nombre de la   oposición declarada”.

El fin era emplear una emisora radial clandestina, que transmitirá por onda larga y corta desde la isla Swan, en Honduras, para debilitar la base del apoyo popular a Castro. Así nacía la conocida Radio Swan que trasmitía noticias falsas, como parte de la guerra psicológica.

Desde esa emisora se emitieron las campañas de la inventada Ley de pérdida de la patria potestad, dando a luz a la Operación Peter Pan, que, bajo el terror infundido fueron enviados por sus padres hacia Estados Unidos, 14 mil 48 niños sin acompañantes, criminal acción diseñada por los jefes de la CIA, en contubernio con la Iglesia Católica.

“Creación de una organización secreta de inteligencia y acción dentro de Cuba, que responderá a las órdenes e instrucciones de la oposición en el “exilio”.

Con esa organización, la CIA buscaba obtener informaciones importantes de inteligencia, gestionar la infiltración y ex filtración de individuos de su interés, ayudar en la distribución en Cuba de propaganda, planear la disidencia de individuos claves y organizar grupos de apoyo a sus planes subversivos.

En esa época la CIA organizó y dirigió una veintena de redes con cerca de 500 agentes para la recolección de información militar, económica y política de Cuba, para trazar sus planes de terrorismo, reclutamiento de personas y la traición de funcionarios gubernamentales.

Paralelamente en territorio yanqui organizaron una fuerza paramilitar, con los mecanismos para el apoyo logístico a operaciones militares encubiertas en la Isla, con la intensión de crear focos contrarrevolucionarios en las zonas campesinas, que posibilitaran conformar una oposición armada a la Revolución.

“Evitar la rivalidad que perturbe y divida a los principales líderes cubanos de la oposición, en su papel de dirección dentro de la organización. Seleccionar a un presidente que sea un político juicioso, no ambicioso y eminente. Para derrocar a Castro se debe seleccionar a un líder, con apoyo norteamericano concentrado sobre él y fortalecido con la tarea a realizar”.

“La CIA tendrá que tener contactos directos con cierto número de cubanos y, para protegerlos, utilizará cuidadosamente como cobertura a un grupo de hombres de negocio norteamericanos, los cuales tienen interés marcado en los asuntos cubanos y desean apoyar a la oposición. Esos hombres de negocio actuarán como un mecanismo de financiamiento y a la vez como una vía para la dirección y apoyo al directorio de la oposición, bajo condiciones controladas por oficiales de la CIA.”

Estas acciones fueron desmanteladas por la Revolución cubana con el apoyo del pueblo, algo que no tuvieron en cuenta los dirigentes yanquis, al menospreciar la conciencia revolucionaria fortalecida a diario en torno a su máximo líder.

60 años después, la CIA repite sus mismos errores, tanto en Cuba como en Venezuela, país al que le aplican similares planes, a pesar de sus permanentes fracasos.

Ni ese ni los subsiguientes Programas de Acciones Encubiertas pudieron derrocar a la Revolución cubana, ni tampoco asesinar a Fidel Castro, a pesar de los centenares de planes.

Hoy la política yanqui no es secreta ni encubierta, es abierta y pública, lo que demuestra su verdadera faceta de emperadores del mundo, y aun así lo que recogen son más fracasos, porque como dijo José Martí:

“Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, detiene a un escuadrón de acorazados”.

Demanda de Venezuela contra Estados Unidos un ejemplo a imitar.


Por Arthur González.

La denuncia presentada ante la Corte Penal Internacional por el gobierno de Venezuela contra Estados Unidos, ante los crímenes de lesa humanidad que cometen los yanquis contra ese pueblo, es un ejemplo a imitar por todos los países que sufren similares acciones genocidas, ejecutadas por el gobierno estadounidense.

Basta ya de soportar su hacer y deshacer en el mundo sin que nadie los sancione.

Guerras genocidas que barren ciudades enteras, monumentos del patrimonio de la humanidad, asesinatos en masa de niños, mujeres y hombres, cárceles secretas con métodos de tortura copiados a los nazis, robo de recursos naturales, guerras económicas, comerciales, financieras y biológica para matar de hambre y enfermedades, todo sin que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ni otros organismos internacionales, condenen y sancionen a los responsables de tantos crímenes.

El mundo no puede tolerar ese silencio cómplice de los aliados europeos, que ven, callan y hasta participan en las guerras fratricidas yanquis, por apoderarse de territorios ricos en minerales importantes.

¿Por qué los pueblos tienen que aguantar las medidas de guerra económica, comercial y financiera diseñadas por Estados Unidos, sin que sean sancionados?

Un evidente ejemplo es la votación anual que se ejecuta en la Asamblea General de la ONU, contra el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba desde hace 60 años. La totalidad de las naciones lo condenan, pero Estados Unidos en vez de eliminarlo lo incrementa con medidas cada vez más brutales, con el deseo de exterminar a todo un pueblo.

La decisión tomada por Venezuela es correcta, aunque se enfrentará a las presiones yanquis sobre quienes deben decidir. No importa, el mundo conocerá la demanda bien argumentada de cada medida que adopta Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro, solo con el objetivo de imponer a un peón que vuelva a colocar los recursos naturales venezolanos en manos de empresas norteamericanas.

Cuba también puede presentar pruebas irrefutables de las criminales Operaciones Encubiertas ejecutas por Washington, muchas de ellas desclasificadas y publicadas, como pruebas de su política delictiva, entre ellas los planes de asesinato a Fidel Castro, algunos reconocidos por la denominada Comisión Church del Comité Selecto del Senado, en los años 70 del siglo XX.

Constan documentos elaborados por la CIA de sus acciones ilícitas contra la Revolución cubana desde 1959, como el Plan de influencia subversiva y reclutamiento en sectores priorizados de la sociedad cubana”, elaborado en abril de 1959 por la embajada yanqui y la estación CIA en La Habana; el informe confeccionado por el Jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, enviado al director general el 11 de diciembre de 1959, donde propone “darle una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro”.

Otros planes macabros como el aprobado por el presidente Dwight Eisenhower a la CIA, el 17 de marzo 1960, para crear una oposición a Castro, una red de espionaje interno en la Isla, iniciar una poderosa ofensiva propagandística a nombre de la “oposición”, y organizar la invasión mercenaria financiada por la CIA.

Solamente la despiadada Operación Peter Pan, diseñada por la CIA con campañas falsas sobre una inventada Ley revolucionaria que les quitaría la patria potestad a los padres cubanos, sirve para condenar a Estados Unidos en cualquier tribunal que respete la ley, pues mediante el engaño y la mentira lograron sacar de Cuba, sin acompañantes, a 14 mil 48 niños que quedaron afectados psicológicamente para toda la vida, al verse separados abruptamente de sus padres.

Cualquier Corte de Justicia sancionaría sin reservas a Estados Unidos por ejecutar la Operación Mangosta en enero de 1962, la cual estuvo dirigida a “provocar una rebelión del pueblo cubano, a partir de una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar, en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, junto a operaciones psicológicas que acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen…”

Esa Operación pretendía justificar una invasión a Cuba por parte del ejército yanqui, como respuesta a la derrota sufrida en su invasión mercenaria por Bahía de Cochinos en 1961.

En la misma se demuestra como Estados Unidos preparó la reunión de la OEA en 1962, para condenar a Cuba y organizó, a través del Departamento de Estado, las presiones a gobiernos latinoamericanos y las manifestaciones populares, sumadas a las campañas de prensa en apoyo a tal acción, todas sufragadas por su Agencia de Información (USIA).

Cualquier juez que se respete no le temblaría la mano para castigar a Estados Unidos, máxime si Cuba presenta como prueba contundente en su denuncia, otros planes yanquis desclasificados y publicados, como es el documento preparado por CIA para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, el 8                                                     de junio de 1963, titulado “Política encubierta y programa integrado de acciones propuestas hacia Cuba”, el cual contiene tareas para llevar a cabo acciones de terrorismo de Estado contra toda la economía cubana, un espionaje total, unido a la propagada mediática  para estimular los sabotajes.

Con qué derecho un país extranjero puede aprobar leyes para aniquilar el sistema político y económico de otro estado soberano. ¿Eso es permitido por la Corte de Justicia Internacional?

Las Leyes Torricelli y la repudiable Helms-Burton son ejemplos irrebatibles de las actividades ilegales de Estados Unidos contra una pequeña isla del Caribe, solo por haber decidido cortar las cadenas impuestas en 1901.

La lista de pruebas es larga y cada una más convincente, respecto a las violaciones de la ley internacional que comete el país que se auto proclama “paladín de los derechos humanos en el mundo”.

Pocas investigaciones tendrían que hacer los fiscales de la Corte Internacional de la Haya. Solo con leer los documentos oficiales yanquis les bastaría para conocer la verdad, esa que es manipulada o silenciada por la prensa de Estados Unidos.

Sabio José Martí al sentenciar:

“La justicia a secas, es lo único a lo que ha de asirse el hombre decoroso y sensato”.

 

 


Lanzan oleadas de mentiras contra Cuba.

Por Arthur González.

Siguiendo las tácticas ejecutadas en las elecciones de Estados Unidos, denunciadas con elevada profesionalidad en el documental Great Hack, diseñan y lanzan mentiras contra Cuba con el propósito de demonizar a la Revolución, haciéndole creer a los incautos que existe una represión contra los “opositores”, dígase agentes pagados por Washington.

No es nada novedoso. Desde el mismo año 1959 especialistas en guerra psicológica de la CIA, conforman campañas mediáticas contra Cuba, que van, desde transformar a asesinos y torturadores en santos varones, hasta operaciones subversivas como la cruel y repudiable Peter Pan, mediante la cual sacaron a 14 mil 48 niños de la Isla sin acompañantes, bajo la mentira de que la Revolución les quitaría la patria potestad a los padres, para enviar a sus hijos a Rusia donde serían convertidos en carne enlatada.

En esa misma línea de trabajo han inventado represiones que nadie ve, golpizas indemostrables y detenciones denominada “arbitrarias”, cuando los asalariados que financia Washington, desarrollan actos provocativos.

Por eso aspiran a conformar matrices de opinión contra Cuba, especialmente en Estados Unidos, donde sus ciudadanos tienen prohibido visitar la mayor de las Antillas, para que no comprueben las mentiras con las que han crecido varias generaciones de estadounidenses. Muchos de ellos así lo verificaron cuando Barack Obama, se ilusionó con la idea de “empoderar” a los cubanos, y acabar con el socialismo desde adentro, permitiendo los viajes a Cuba, pero solo bajo licencias aprobadas por el Departamento de Estado.

En estos días se intensifica la cruzada propagandística, de la cual se hace eco la ultraderechista asociación International Pen, con sede en Londres, la que agrupa a escritores de posiciones conservadoras y anti izquierdas, que, siguiendo la táctica made in USA, denunció una inventada represión contra escritores y periodistas, de los etiquetados “independientes” del gobierno cubano, pero totalmente dependientes del dinero y orientaciones yanquis.

Esta cruzada va dirigida a presionar a la Unión Europea, quien establecerá nuevas conversaciones con La Habana el 8 de septiembre 2019, situación que no aprueba Washington en su escalada para ahogar económicamente a Cuba.

De ahí las falsas acusaciones de las “represiones contra los disidentes”, como si la historia de las fantasmales organizaciones contrarrevolucionarias no se conociese por el pueblo cubano y muchas personas en el mundo.

¿Por qué Pen International no ejecuta acusaciones contra México y otros países latinoamericanos, donde los asesinatos de verdaderos periodistas de reconocidos medios de prensa, son el pan de cada día?

En Cuba no hay un solo periodista desaparecido, ni asesinado. Los que se denominan periodistas “independientes”, en verdad dependen del financiamiento que anualmente entrega Estados Unidos, en su vieja lucha por derrocar a la Revolución socialista que tanto odian.

Son públicos los presupuestos destinados a las acciones subversivas contra Cuba, pudiéndose comprobar que desde enero 2017 la administración de Donald Trump, gastó 22 millones 92 mil 43 dólares en diferentes proyectos contrarrevolucionarios, prueba de que ningún “opositor” es independiente de las órdenes y programas diseñados en Washington, aunque con sus falsas operaciones intenten crear esa idea en los lectores.

Esa suma es parte del dinero que le asignan a la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y al Departamento de Estado, sin contar el destinado a la USAID y la CIA para tales acciones.

Se afirma que 14 millones 386 mil 98 dólares fueron concedidos a 42 organizaciones que ejecutan supuestos proyectos para “promover la democracia” en Cuba, aunque experiencias anteriores dicen del desvío de cuantiosos recursos en beneficios personales, comprobado en auditorías oficiales.

Entre las organizaciones que se benefician con parte de esos millones, están, además de la NED, la Fundación de la Familia Bacardí, que recibió 288 mil 283 dólares y la empresa Comunicaciones Canyon, con 273 mil 580 dólares, más otros 159 mil 263 dólares para fondos dirigidos a programas de la llamada “sociedad civil”, que no fueron revelados.

La repartición es amplia, comprobándose las razones para tanta gritería y acusaciones a Cuba, de “reprimir y asediar” a los contrarrevolucionarios, pues sobra dinero para tales maniobras, al igual que se hace durante los procesos eleccionarios yanquis, donde se sufragan medios de prensa para convencer a los electores, muchas veces con mentiras.

La NED informó oficialmente que en 2018 gastó 4 millones 643 mil 525 dólares en “subvenciones” para Cuba, lo que significó un incremento del 22% en comparación con los 3 millones 814 mil 328 dólares en 2017.

El dinero corre para tratar de subvertir a los cubanos, por eso son los 27 mil 640 dólares asignados para “Promover la libertad de prensa en Cuba”; los 220 mil para la Asociación Diario de Cuba, a fin de conformar un medio de comunicación “independiente”; los 132 mil 730 dólares para el “Instituto cubano por la libertad de expresión y prensa”; 91 mil 500 dólares para la “Campaña Global por la Libertad de Expresión”; 71 mil 934 dólares para promover el acceso a la información en Cuba; 72 mil 324 para fomentar el pensamiento y la escritura independiente en Cuba, así como 60 mil dólares para la Libertad de información en la Isla.

Esa es la razón que mueve a Pen International para afirmar que “la represión se cierne sobre periodistas independientes y blogueros”, que como se conoce, algunos fueron formados a la carrera en locales de la misión diplomática yanqui en La Habana.

Para deformar la realidad de Cuba hay mucho dinero y después afirman con desfachatez que son “independientes”.

En su pretensión de presionar a la Unión Europea durante la celebración del Consejo Conjunto con Cuba, el 8 de septiembre 2019 en La Habana, dos de los grupúsculos contrarrevolucionarios mejor pagados por los yanquis, (UNPACU y Rosa María Payá), incitan a una provocación callejera ese mismo día, “para que la Alta Representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, tenga que pronunciarse en contra de Cuba”, aunque nunca han logrado una manifestación callejera por ausencia de apoyo popular.

La verdadera causa de toda esa algarabía, es la mortificación de Estados Unidos por la firma del Acuerdo de Diálogo Político, Cooperación y Comercio (PDCA), entre la Unión Europea y Cuba, pues este abre la posibilidad a la inversión extranjera en la Isla, situación que Washington intenta impedir con todos sus medios, para apretar aún más la soga en el cuello de la economía cubana, siguiendo el viejo principio de “debilitar la vida económica, negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del  gobierno”.

Ilusos los servidores de los yanquis que no aprenden que el pueblo cubano no se dejará arrebatar su Revolución, porque como dijo José Martí:

“La justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho, eso es la Revolución”.

Manipulan a los lectores con noticias falsas contra Cuba.


Por Arthur González.

Estados Unidos tiene una estrategia bien definida contra países que no son de su agrado, entre ellos Cuba que es víctima de una guerra total, incluida la mediática, con el objetivo de satanizar a su gobierno revolucionario.

Desde el mismo año 1959, cuando triunfó la Revolución popular encabezada por Fidel Castro, los yanquis iniciaron campañas de prensa contra el proceso cubano, al no ser del agrado de Washington, tal y como aseguraron en 1958 durante la reunión del Consejo de Seguridad, el director de la CIA y el presidente Dwight Eisenhower: “Es necesario evitar la victoria de Castro”.

El empleo de la tergiversación y mentiras falsas que hoy se mantienen contra Cuba, y otros países como Venezuela e Irán, está protegido por la Directiva de Seguridad Nacional de Estados Unidos, conocida como NSC10/2 de junio de 1948.

En dicha directiva se expresa: “Estados Unidos denomina operaciones encubiertas, a las acciones de propaganda negra, guerra económica, sabotaje y subversión, contra aquellos estados considerados hostiles”.

Basado en ese principio han acusado a Cuba a través de la fabricación de noticias falsas, entre ellas una de alta crueldad como fue la llamada Operación Peter Pan, en la cual la CIA hizo circular un falso proyecto de ley que aprobaría el gobierno revolucionario, donde se establecía la pérdida de la patria potestad de los padres sobre sus hijos, los que sería enviados a la URSS para convertirlos en carne y envasarlos en latas, lavarles el cerebro y otras atrocidades que fueron apoyadas por la Iglesia Católica cubana y de Estados Unidos.

Engañando a los padres y embuidos por la propaganda negra diseñada por especialistas de la CIA, sacaron de la Isla a 14 mil 48 niños y entregados a la Iglesia Católica estadounidense, sin acompañantes, para desplegar la noticia por el mundo que se iban huyendo de su patria.

La mentira más reciente para dañar a Cuba y justificar nuevas sanciones, fue publicada el 20 de mayo 2019, por el libelo El Nuevo Herald y replicado por otras agencias al servicio de los yanquis, referente a la detección de un cargamento de drogas en un contenedor que arribó al Puerto de Cristóbal, provincia de Colón, proveniente de Cuba con destino final Estambul, Turquía, con una escala antes en el puerto de Rotterdam, Holanda.

La noticia añade que Unidades del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá, descubrieron mil 517 paquetes de cocaína en supuestos sacos de carbón vegetal, distribuidos en más de 40 maletines.

A partir del hecho, comenzaron las acusaciones contra Cuba y para hacerlas más creíbles y confundir a la opinión pública aseveran que “no es la primera vez que un barco proveniente de Cuba con material ilícito es descubierto en Panamá”.

Entre líneas y después de acusar con sus infamias, el artículo señala que “las autoridades panameñas no descartan que personal, o trabajadores del mismo puerto panameño, estén involucrados en el trasiego de la sustancia, o hayan contaminado el contenedor”.

Para sembrar la duda en los lectores, de forma mal intencionada ponen como ejemplo que “en marzo del 2015, autoridades de Colombia inmovilizaron el barco chino Da Dan Xia, que viajaba con destino a Cuba y transportaba ilegalmente “100 toneladas de pólvora, 2.6 millones de fulminantes, 99 núcleos de proyectil y alrededor de 3,000 casquillos de referencia para la construcción de cañones de artillería”.

Sin embargo, después de predisponer a quienes leyeron la noticia con las fanfarrias anticubanas, diluyen la información de que:

En el 2016, Panamá incautó un cargamento de 401 paquetes de cocaína provenientes de la Isla. La droga se encontraba dentro de un contenedor, camuflada entre tanques con melaza de caña y tenía como destino Bélgica, explicó en aquella ocasión el Ministerio de Seguridad Pública panameño. La droga fue incautada como parte de un operativo denominado “Caña Brava” por agentes de la zona policial de Colón, de servicio en la Dirección de Inteligencia Policial. En aquel momento las investigaciones demostraron que la droga fue introducida en Panamá”.

Por tanto, Cuba no fue responsable del hecho, pero la forma en que se relata la información persigue el propósito de confundir e introducir subliminalmente la culpabilidad de Cuba.

Sumándose a las campañas de condena a Cuba, sospechosamente el agente CIA, Luis Almagro, Secretario General de la OEA, a través de su cuenta en Twitter, felicitó a las autoridades panameñas por el descubrimiento de la droga “proveniente de Cuba”, y añadió: “Es hora de acabar los vínculos del narcotráfico con las dictaduras, mientras sus pueblos viven oprimidos y en la miseria estas actividades crecen”.

Con estos elementos, podemos versionar que estamos ante el preludio de nuevas sanciones contra Cuba, como pudiera ser incluirla nuevamente a la lista de países patrocinadores del terrorismo, en vez de mantenerla en la lista de países observados, en la que el presidente Barack Obama la colocó, aunque las sanciones para ambos listados son similares.

La campaña mediática está en desarrollo y ahora las informaciones van dirigidas a señalar que, a dos días del descubrimiento de la droga en Panamá, “el Gobierno cubano sigue sin ofrecer una versión oficial, ni sin reaccionar sobre el descubrimiento”.

Llama la atención que la noticia de marras es lanzada durante la visita a La Habana del canciller turco, para estrechar relaciones con el gobierno de la Isla, algo que no es del agrado de los yanquis que intentar cércala aún más, con el fin de derrocar el sistema socialista.

Cuba mantiene relaciones de cooperación con Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas, especialmente la que es bombardeada en el mar y recala en las costas de la Isla.

Razón tenía José Martí cuando apuntó:

“Levantarse sobre intrigas, es levantarse sobre serpientes”.