En política nada es casualidad.


Por Arthur González.

En días pasados, el recién electo presidente de Brasil, Luis Ignacio Lulada Silva, convocó una reunión de presidentes suramericanos con el objetivo de unir a los países de la región para trabajar por el bienestar de los pueblos y la paz. Aspecto significativo fue la invitación al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para reinsertar a esa gran nación en el bloque suramericano, excluida por las presiones y sanciones de Washington, debido a la posición vertical de no someterse a los dictados del régimen yanqui.

El retroceso en la región estuvo marcado por la llegada al poder de los presidentes derechistas de Ecuador, Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay, piezas claves empleadas por Estados Unidos para impedir el avance de la izquierda, que había asumido posiciones de unidad en contra su política neoliberal.

El liderazgo del presidente Lula permitió la presencia en Brasilia de 11 presidentes, incluidos algunos que mantienen enfoques pro norteamericano y que evidentemente asistieron con indicaciones precisas de Estados Unidos, expuestas en ese foro sin decoro.

Evidentemente la orientación de Washington fue la de rechazar la presencia de Nicolás Maduro y acusarlo de violar los derechos humanos, algo que hicieron el uruguayo Luis Lacalle Pou y el chileno Gabriel Boric, este último a pesar de tener el cartelito de “izquierdista”.

La posición pro yanqui de Lacalle Pou es conocida y lo hace en cada foro latinoamericano con sus ataques a Cuba, bajo el libreto que le envían del Departamento de Estado, a través de su embajada en Montevideo, pero la del “izquierdista” Boric, puso al descubierto la estrategia yanqui empleada en Chile, para evitar que el partido comunista llegara al poder, lo que recuerda la utilizada en España en la década de los años 70 del siglo XX.

Si repasamos lo que hizo la CIA en España, durante el proceso previo a la muerte del dictador fascista Francisco Franco, encontramos muchas similitudes con el ascenso del chileno Gabriel Boric.

La CIA organizó toda la transición con apoyo de Franco, incluida la aceptación de restaurar la monarquía con Juan Carlos de Borbón, el apoyo del ejército y los órganos de seguridad, para evitar puntos de oposición a sus planes.

El caso del chileno Boric, tiene aspectos análogos a los que hicieron en España, para impedir a toda costa que los líderes históricos del Partido Comunista asumieran la dirección del país.

La pieza fundamental en España fue Felipe González, principal producto del proceso de transición, elegido presidente del Partido Socialista Obrero Español en 1974, durante una reunión celebrada en Francia, a donde acudió protegido por oficiales de la inteligencia española y con pasaporte facilitado por ese servicio.

Por instrucciones de la CIA, en 1979 durante el 28 Congreso del PSOE, Felipe González impuso la desaparición del término marxista de los estatutos del partido y cumplió obedientemente la orden de hundir al Partido Comunista Español.

La postura asumida por el presidente chileno en Brasilia, coincide exactamente con la del Departamento de Estado yanqui, para mantener la imagen de que “Maduro viola los derechos humanos”. Sin embargo, no criticó las sanciones contra el pueblo venezolano, ni las acciones terroristas financiadas por la CIA en las centrales eléctricas y las refinerías de petróleo, el bloqueo a las importaciones para alimentar la población y otros productos, causa de la emigración.

Tampoco se pronunció contra el reconocimiento del títere Juan Guaidó y las maniobras yanquis para desconocer al gobierno electo venezolano, lo que prueba su subordinación a la política injerencista de Estados Unidos, poniéndo en evidencia que cumple órdenes de quienes lo respaldan políticamente.

Esas agresiones yanquis contra Venezuela no pueden meterse debajo de la alfombra o hacerse de la vista gorda.

La coincidencia de posiciones políticas entre el “izquierdista” Gabriel Boric y el derechista Luis Lacalle Pou, de responsabilizar al chavismo de la situación que sufren los venezolanos no es casualidad, es una orden de Estados Unidos, que por su obstinación y prepotencia han puesto en evidencias la colaboración del chileno con Washington y al parecer con el cuartel general de Langley, como el caso del español Felipe González, que dé socialista solo le quedaron los botones de la camisa.

Igual postura asume para acusar a Cuba y a Nicaragua de violar los derechos humanos, incluso apoya a la marioneta yanqui, Rosa María Paya Acevedo, quien llegó a Chile el pasado 31 de mayo 2023 y, como su fuera una personalidad política, fue recibida por Juan Antonio Coloma, presidente del Senado de Chile, a quien expuso el guión yanqui para cambiar el sistema socialista en Cuba y exhortó a Gabriel Boric, a pronunciarse sobre la situación de Cuba y a tomar medidas en favor de la defensa de los derechos humanos en la isla.

Boric da serias señales de su falso izquierdismo, en particular por su viraje en el caso de los reclamos de las comunidades mapuches por sus tierras ancestrales, al aprobar el estado de excepción y autorizar a los militares, a custodiar las carreteras en la región de La Araucanía y en las vecinas provincias de Arauco y Biobío, epicentro de las protestas populares, a lo que hasta ahora era un férreo detractor.

El empleo de las fuerzas militares es considerado en Chile como una política que atenta contra la democracia y el respeto a las libertades individuales.

En varios eventos internacionales ha denunciado las supuestas violaciones a los derechos humanos cometidas en Cuba, Nicaragua y Venezuela, tal como ordenan los yanquis.

La acusación de que en Cuba hay presos por pensar diferente, la hizo en junio del 2022 a su llegada a Estados Unidos, para asistir a la Cumbre de las Américas, en la ciudad de Los Ángeles, en coincidencia con las declaraciones de Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del hemisferio occidental.

Boric logró su primer gran triunfo político en 2011, al derrotar a la comunista Camila Vallejo, en las elecciones por la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En aquel momento se definía como un joven de izquierda “con ganas de cambiar el país”.

Hasta el 2016 Boric no se ocultaba para exponer su admiración hacia el gobierno cubano e incluso rindió homenaje a Fidel Castro en un tuit, pero al mes de mes de asumir la presidencia, declaró que “imaginaba unespacio progresista sin Venezuela ni Cuba”.

La interrogante de sus verdaderas posiciones de izquierda se encuentra en las luchas estudiantiles y después en una izquierda con énfasis en las “cuestiones ambientales y de género”, a pesar de los graves problemas sociales que persisten en Chile, heredados de la dictadura de Pinochet, impuesta por Estados Unidos.

Su trayectoria es zigzagueante, porque en 2009 después de egresar de la carrera de derecho, no se tituló como abogado, al suspender en 2011 el examen de grado, dedicándose a la vida política. En las elecciones realizadas el 5 y 6 de diciembre de 2011, su agrupación Creando Izquierda, obtuvo el 30,52 % de los votos, y obtuvo el cargo de presidente de la Federación, superando a Camila Vallejo, candidata a la reelección por la lista de las Juventudes Comunistas de Chile.

En julio de 2018, Gabriel Boric había dicho: “no me quiero dedicar a ser abogado, ni tampoco a ser político, porque deseo dedicarme durante dos años a escribir una novela de ficción”.

En octubre de ese mismo año, se ausentó de su labor parlamentaria, internándose voluntariamente en el hospital psiquiátrico de la Universidad de Chile por dos semanas, producto a una crisis por trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), diagnosticada a los doce años.

En las elecciones primarias del 18 de julio de 2021, se impuso al candidato del Partido Comunista de Chile, Daniel Jadue, y fue nominado candidato presidencial del Pacto «Apruebo Dignidad» para las elecciones presidenciales de noviembre de 2021.

El 19 de diciembre de 2021, ganó en segunda vuelta las elecciones para presidente del país.

Para apuntalar su imagen, como hicieron con la contrarrevolucionaria cubana Yoany Sánchez, la Revista Times lo seleccionó como una de las 100 personas más influyentes de 2022 y en diciembre del mismo año es reconocido por la revista Bloomberg, como una de las personas más influyentes del mundo, vieja táctica yanqui para afianzar a sus colaboradores.

En una maniobra política nombró en marzo del 2022, a la comunista Camila Vallejo, como ministra del Ministerio Secretaría General de Gobierno y de esa forma evitar una opositora que pusiera en peligro su gobierno.

Boric enfrenta serios problemas internos de la sociedad que no ha resuelto, como los reclamos del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile por el pago de la Deuda Histórica y el Bono de Retiro atrasados, el cambio en el sistema de financiamiento de la educación y de la jornada escolar completa, así como el cese del agobio laboral y la violencia contra los maestros, entre otras cuestiones.

Además, persiste la represión policial contra quienes reclaman sus derechos, como lo que acontece con el pueblo Mapuche, situaciones que violan los derechos humanos, algo que debe preocuparlo más que sumarse a las campañas mediáticas diseñadas por sus amigos del norte, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.

No se equivocó José Martí cuando afirmó:

“En política lo real es lo que no se ve”

Perú sin caretas.


Por Arthur González.

Aunque se sabía que la embajada de los Estados Unidos en Lima, es quien dirige todo el proceso político que vive el pueblo peruano, ahora con la decisión tomada el 31 de mayo del 2023, de autorizar el ingreso en ese país andino de más de 1,000 militares yanquis y su armamento, con la endeble justificación de “entrenar” a fuerzas armadas y a la policía, la presidenta golpista Dina Ercilia Boluarte Zegarra, acaba de quitarse la careta y  demostrarle al mundo que es una total subordinada a Washington.

Esa es la razón por la cual los yanquis y su agencia especial la OEA, le dieron todo su apoyo y asesoramiento para sacar del poder al verdadero presidente Pedro Castillo, quien constituía una piedra en el zapato estadounidense desde que ganó las elecciones. Por eso intentaron escamotearle el triunfo y dárselo a la corrupta Keiko Fujimori, sancionada a prisión por sus delitos, pero proyanqui hasta la médula al igual que su padre.

Sin el menor escrúpulo, Dina Boluarte ahora permite que tropas yanquis se asienten en el país, para evitar que el pueblo insista en denunciar sus crímenes, que ya suman más de 60 asesinatos y miles de heridos, la violación de los derechos humanos, de expresión y de pensamiento, tan criticados por los yanquis en países que no son de su agrado, pero tolerados en aquellos donde dirigen sus peones, como en este caso.

Esta acción fue respaldada por el Congreso, al aprobar la Resolución Legislativa N.º 31758, publicada en el Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, y refrendada por el Ejecutivo, donde se comunica que “los militares estadounidenses llegarán al país con armas de guerra para realizar actividades de cooperación para el entrenamiento, a partir del 1 de junio y hasta el 31 de diciembre de este año”.

Para hacer más evidente las intenciones yanquis de asentarse en el Perú, la presidenta golpista aprobó otra resolución que permite el ingreso de medios aéreos y náuticos, para el uso de los militares estadounidenses, bajo el pretexto de “llevar a cabo actividades de cooperación y entrenamiento conjunto con las Fuerzas Armadas peruana, asociadas con el Ejercicio Militar Internacional Resolute Sentinel 2023”.

De acuerdo a dicha resolución, el primer grupo lo integran 42 miembros de las Fuerzas Especiales yanquis, y con ellos traerán sus fusiles, pistolas, ametralladoras, lanzagranadas, cañones cortos, morteros y escopetas, para participar en un entrenamiento con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjunta (Cioec), las Fuerzas Especiales Conjuntas (FEC) y las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) de la Marina de Guerra, con el Grupo de Fuerzas Especiales (Grufe) de la Fuerza Aérea del Perú, la Dirección Antidrogas (Dirandro) y la Dirección de Fuerzas Especiales (Diroes) de la Policía Nacional.

Dichos entrenamientos se efectuarán en Lima, Callao, Loreto, San Martín, Santa Lucía, Huánuco, Ucayali, Pasco, Junín, Huancavelica, Cusco, Ayacucho, Iquitos, Pucusana y Apurímac; mientras un equipo de cinco especialistas en asuntos civiles y un planificador de asuntos civiles estadounidenses, brindarán apoyo y asistencia a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional peruana, en operaciones especiales.

Otros 160 militares estadounidenses ingresarán con 9 aeronaves, para entrenar a los grupos aéreos número 3, 8 y 11 de la Fuerza Aérea del Perú, del Grufe, del Centro de Operaciones Especiales (Copes), y del Centro Nacional de Imágenes de Satélite (Cnois).

En el ejercicio “Resolute Sentinel 2023” participarán en total 970 integrantes de la Fuerza Aérea (USAF), Fuerza Espacial (USSF) y las Fuerzas Especiales estadounidenses que, como se aprobó en la resolución, contarán con su armamento, aviones, camiones y embarcaciones navales de respuesta rápida.

Si esos ejercicios de entrenamiento los hicieran Cuba, Venezuela y Nicaragua con fuerzas militares rusas ¿qué reacción tendría el Departamento de Estado yanqui?

De inmediato pondrían en alerta al Comando Sur, convocarían al Consejo de Seguridad de la ONU y acusarían a Moscú de querer expandir sus fuerzas a Latinoamérica.

Cuando en Cuba quedó una pequeña brigada del ejército soviético después de la crisis de los misiles, el entonces presidente Ronald Reagan casi propone la invasión a la Isla.

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Hipócritas y desvergonzados.


Por Arthur González.

No por ser repetitivas sus mentiras contra Cuba, dejan de causar indignación, al constatar la doble moral y la hipocresía de la política de Estados Unidos, patente en el informe que presentó al Congreso el 23 de mayo, Antony Blinken, Secretario de Estado, donde afirmó que el Registro Federal en su certificación anual, expuso que Cuba, Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela, no cooperan plenamente con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y por tanto la administración de Joe Biden los mantendrá en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Desvergüenza total del país que más acciones terroristas ejecuta y patrocina en el mundo, contra naciones que no aceptan arrodillarse a sus pies.

Sería muy conveniente que Blinken empleara algunas horas para leerse algunos documentos de la CIA y de su propio Departamento, muchos publicados en los volúmenes del FRUS, Foreign Relations United State, para que conociera realmente lo que Estados Unidos hace contra Cuba y su pueblo, los muertos y los daños causados por criminal política de terrorismo de estado.

Se sabe perfectamente que esa lista es parte de la guerra económica, comercial y financiera, que por 64 años le aplican al pueblo cubano para matarlo de hambre y enfermedades, pretensión inhumana demostrada durante la pandemia de la Covid-19, cuando Estados Unidos se negó a vender, y trató de impedir a terceros, la venta a la Isla de respiradores artificiales y otros insumos para salvar vidas.

Durante la tiranía de Fulgencio Batista, apoyada totalmente por Washington, jamás lo sancionaron, por el contrario, Allen Dulles, director de la CIA llegó a La Habana en abril de 1955 y se reunió con Batista, para coordinar la creación del Buró de Represiones Anticomunistas, BRAC, responsable de los asesinatos y torturas a miles de jóvenes que se oponían a los desmanes del tirano, órgano al que brindaron financiamiento, asesoramiento y entrenamiento operativo, más el abastecimiento de medios técnicos secretos.

Lyman Kirkpatrick, Inspector General de la CIA, realizó visitas a La Habana en 1956, 57 y 58, para darle seguimiento al desarrollo de esas actividades contra los líderes de las organizaciones políticas y estudiantiles, considerados hostiles a los intereses yanquis, reconociendo el “buen trabajo” que ejecutaba el tirano.

La CIA supo de las ideas de Fidel Castro durante su autodefensa en el juicio por el asalto al Cuartel Guillermón Moncada y por eso estaban convencidos que no aceptaría subordinarse a los intereses yanquis; de ahí que el 23 de diciembre de 1958, en una sesión del Consejo de Seguridad Nacional, Allen Dulles, director de la CIA, le expresó al presidente Eisenhower: “Debemos evitar la victoria de Castro”.

Una semana después Fidel ganaba la guerra en la que Estados Unidos había empleado dinero, armas y asesoramiento militar para impedir ese triunfo.

Mantener a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, posibilita incrementar las medidas de guerra económica, comercial y financiera, mediante la presión y amenaza de sanciones, a las empresas que desean invertir y hacer negocios con las naciones incluidas, a los bancos para que no acepten transacciones de pago y compras, haciéndole la vida más difícil al pueblo por el incremento de las penurias.

Recientemente la congresista por Florida, María Elvira Salazar, emplazó al propio Blinken, durante una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, exigiéndole de forma impositiva que se comprometiera a no retirar a Cuba de esa lista, sin previa consulta con los congresistas. Evidentemente desconcertado por la forma empleada por Salazar, Blinken le respondió: “Si va a haber tal revisión, se basará en la ley y en los criterios de la ley establecidos por el Congreso”.

Días después la congresista propuso un proyecto de Ley, para quitarle al presidente de Estados Unidos la potestad de extraer a un país de la mencionada lista y que fuera el Congreso quien decidiera, similar a lo que la mafia anticubana logró con la Ley Helms- Burton, para evitar que Bill Clinton pudiera levantar el “embargo”.  

Antony Blinken debe saber que el 11 de diciembre de 1959, el jefe de la División del hemisferio occidental de la CIA, el sr. J.C. King, envió un informe a su director general, Allen Dulles, proponiendo dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro”.

Además, debería leerse cuidadosamente el informe del Inspector General de la CIA, confeccionado en 1967, donde se detallan algunos de los cientos de planes que esa agencia desarrolló para asesinar a Castro, prueba que quienes ahora elaboran listas de países patrocinadores del terrorismo, son los verdaderos ejecutores del terrorismo internacional: los hipócritas yanquis que asesinan sin el menor remordimiento.

Otro documento que el Secretario de Estado no puede dejar de leer para comprender como su gobierno viola los derechos humanos y participa en acciones terroristas, es el preparado por la CIA para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, el 8 de junio de 1963, donde se expone en detalles la política encubierta y el programa integrado de acciones hacia Cuba.

Dicho documento recoge entre muchas tareas:

“…la información de inteligencia se necesita para permitir el planteamiento y organización de operaciones para la represalia económica y blancos de ataque”. “Solamente después que los efectos de la represalia económica y de las acciones de sabotaje, se sientan profundamente en la población y en los grupos de élite, puede uno esperar convertir la desafección en las fuerzas armadas y otros centros de poder del régimen, en revueltas activas contra el séquito Castro-comunista”.

Eso es terrorismo de Estado contra un país independiente y debiera ser sancionado por la ONU, pero nunca ha sucedido.

Para ser más específico, ese programa integrado de acciones, detalla lo siguiente:

Los sabotajes en este programa son tanto un arma económica como un estímulo a la resistencia, debe existir una visible y dramática evidencia del sabotaje para que sirva como un símbolo del creciente desafío popular al régimen de Castro. Estas operaciones serán realizadas lo mismo por agentes controlados desde afuera, ahora disponibles, o por los agentes internos o aquellos que se consignan.

“Ningún acto de sabotaje aislado por sí mismo puede afectar materialmente la economía o estimular una resistencia significativa. Sin embargo, es nuestra opinión que una serie de esfuerzos de sabotajes bien planeados y ejecutados adecuadamente a su tiempo, producirán el efecto que buscamos”.

“Cada acción tendrá sus peligros: habrá fracasos con la consecuente pérdida de vidas y acusaciones contra EEUU, que resultarán en críticas en casa y afuera. Ninguna de esas consecuencias esperadas deberá hacernos cambiar nuestro curso, si el programa expuesto puede tener el éxito esperado”.

¿Necesita Blinken una afirmación más monstruosa y sínica?

¿Por qué la prensa yanqui y los periodistas especializados en Cuba y Latinoamérica, no publican estos documentos que prueban quién es el verdadero país terrorista?

Un documento elaborado por el coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA, en la denominada “Operación Cubana”, señala sin el más mínimo pudor:

Durante el período comprendido entre octubre de 1960 y el 15 de abril de 1961, se perpetraron alrededor de 110 atentados dinamiteros contra objetivos políticos y económicos, se colocaron más de 200 bombas. Se descarrilaron 6 trenes, se dejó inactiva la refinería de Santiago de Cuba durante una semana, como resultado de un ataque sorpresivo desde el mar.  Se provocaron más de 150 incendios contra centros estatales y privados, incluyendo 21 viviendas de comunistas y 800 incendios en plantaciones de caña”.

Según sus propios informes, la CIA introdujo ilegalmente en Cuba desde el 28 de septiembre de 1960 hasta el mes de abril de 1961, “75 toneladas de explosivos y armamentos, mediante 30 misiones aéreas, más 46,5 toneladas en 33 misiones de infiltración marítima, para abastecer a grupos terroristas urbanos y bandas de alzados en zonas montañosas”.

La voladura intencional del buque francés La Coubre, en marzo de 1960, dejó un saldo de 101 muertos y más de 200 heridos, unido a la del avión civil de Cubana de Aviación en 1976, donde murieron 73 personas inocentes, entre ellos el equipo nacional juvenil de esgrima, bastan para juzgar y sancionar en un tribunal a cada uno de los directores de la CIA y a los presidentes de Estados Unidos que aprobaron esos planes criminales y después dieron cobija a los asesinos.

A estos hechos terroristas hay que sumarle las acciones biológicas contra los cubanos, la flora y la fauna, entre los que se destaca la introducción del Dengue Hemorrágico en 1981, que trajo como resultado la muerte de 158 personas, de ellos 101 menores de edad, del total de 344,203 enfermos.

En 1984 uno de los agentes de la CIA, Eduardo Arocena, confesó ante el tribunal federal de New York, donde era juzgado por asesinato de un diplomático cubano ante la ONU, que la misión del grupo que dirigía era introducir gérmenes patógenos en la Isla. El juez no reparó en esa confesión y fue condenado solo por asesinato. El presidente Donald Trump le concedió el indulto sin tener en cuenta sus crímenes.

Los legajos que contienen las acciones terroristas llevadas a cabo por Estados Unidos contra Cuba, ocupan varios estantes del Archivo de Seguridad Nacional y conforman la verdad histórica, esa que bastaría para conformar un tribunal que los juzgue por sus crímenes horrendos, contra un pueblo que solo decidió defender su soberanía nacional y se niega a ser colonia del imperio más poderoso y deshumanizado del mundo.

Exacto fue José Martí cuando afirmó:

“Nada más justo que dejar en punto de verdad las cosas de la historia”.

Josep Borrell bajo presión y chantaje


Por Arthur González

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, tiene prevista su visita a Cuba los días 25, 26 y 27 de mayo 2023, pero ya varias organizaciones creadas y financiadas por Estados Unidos, iniciaron sus presiones y chantajes para que actúe como desean los yanquis, en su desesperado intento de estrangular a la Revolución y ver cumplidos sus trasnochados sueños de derrocarla.

Las sanciones sostenidas e incrementadas por Washington contra la Isla, han puesto a Cuba en una de las más críticas situaciones económicas de los últimos 64 años y al igual que en otras ocasiones, los más recientes estimados de la CIA afirman que “de esta no escapa el socialismo cubano”.

Por esa razón, se niegan a escuchar los reclamos de la Asamblea General de la ONU para que elimine la guerra económica, comercial y financiera, y retire a La Habana de la lista de Países Patrocinadores del Terrorismo, ya que esto garantiza el impedimento de las inversiones extranjeras, las transacciones bancarias, la compra de productos imprescindibles para el desarrollo del país, presiona a las agencias turoperadoras de turismo y por supuesto incrementa el descontento popular, debido al sostenido agobio por la falta de alimentos, medicinas, problemas con el petróleo, el transporte, la generación eléctrica, en fin, la vida cotidiana del pueblo.

Unido a estas acciones de presión, a las que no han sometido a ningún otro país del mundo durante casi tres cuartos de siglo, se suma la guerra mediática, creada y dirigida por la CIA desde 1959 según sus documentos, para hacerle creer a los cubanos y al mundo que el socialismo es un fracaso.

En este escenario Borrell llegará a la Isla y desde ya lo presionan para que exija la liberación inmediata de los llamados prisioneros “políticos y de conciencia”, como Estados Unidos califica a quienes reciben su dinero y orientaciones para crear desórdenes que afecten la estabilidad cubana, algo que no admiten en su territorio ni en el de sus aliados, donde son calificados de terroristas y delincuentes.

Otro punto en el que emplean el chantaje contra el Alto Representante de Política Exterior de la UE, es la revisión del Acuerdo de Diálogo Político que Estados Unidos nunca vio con buenos ojos, pues rompía la llamada Posición Común europea, impuesta en 1997 con apoyo de su peón José María Aznar y que no logró los objetivos trazados de ahogar a Cuba.

Por eso, el llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, radicado en Madrid, España, financiado anualmente con parte del presupuesto millonario de la USAID para la subversión contra Cuba, le advirtió a Borrell que su visita a Cuba la evaluarán en la medida en que logre cumplir los puntos exigidos por ellos, como si fueran sus jefes y responsables de pagar su salario.

Además de esas exigencias injerencistas en los asuntos internos de Cuba, le sumaron otras en las que Borrell deberá mostrarse “duro” con la parte cubana, como es la derogación de todos los artículos del Código Penal, que, según ellos, persiguen el ejercicio de los derechos humanos, los veinticuatro artículos que establecen la Pena de Muerte como sanción y oponerse al proyecto de Ley de Comunicación Social.

¿Pensarán esos desmemoriados que Cuba es aún colonia de España?

¿Por qué no le exigen a Estados Unidos que elimine la pena de muerte, aplicada incluso a menores de edad que encarcelan en prisiones para adultos?

Al parecer olvidaron que España aprobó en 2015 la llamada Ley Mordaza, que, según Amnistía Internacional: “Es una amenaza real contra la libertad de expresión y los derechos de reunión pacífica y de información, que se emplea contra cientos de periodistas mientras intentan documentar abusos, miles de activistas que defienden el derecho a la vivienda o al medioambiente y decenas de miles de personas que han sido sancionadas por manifestarse o realizar actos de protesta pacíficos”.                           

Yaxis Cires, director de Estrategia de OCDH, no recuerda que, por la Ley Mordaza de España, quienes participen en manifestaciones no comunicadas, pueden ser sancionados hasta con 600,000 euros y aquellos que se manifiesten frente a edificios de instituciones como el Congreso o el Senado, hospitales, escuelas o universidades, sin haberlo comunicado previamente, son sancionados, pero ojo, no son considerados presos políticos o de conciencia.

Los detenidos el 11 de julio 2021 fueron penalizados por actos violentos contra las autoridades, edificios públicos y centros comerciales y por tanto no son presos políticos como ahora quieren llamarlos desde Estados Unidos.

La Ley Mordaza española, de la cual el OCDH no habla, sanciona las faltas de respeto y consideración a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles. Lo mismo hacen con quienes tomen fotos a los agentes enplena operación policial y a los que usen imágenes, datos personales o profesionales de autoridades y miembros de las fuerzas de seguridad, sin autorización.

Cuba sí tiene que soportar que desde el exterior se estimulen y financien acciones semejantes, para satanizar a la Revolución.

Estos aspectos se le pueden recordar al español Joseph Borrell, si osara cumplir las exigencias de la embajada yanqui y las organizaciones contrarrevolucionarias, pues en España su Ley de Seguridad castiga a quienes causan desórdenes en las calles y/o las obstaculicen con barricadas; perturben la seguridad ciudadana en actos públicos, espectáculos deportivos o culturales, solemnidades y oficios religiosos y otras reuniones a las que asistan numerosas personas, como hicieron en el concierto del dúo Buena Fe, pero a los responsables no le aplicaron esa Ley.

Igualmente, son sancionados quienes se nieguen a disolver reuniones y manifestaciones en lugares de tránsito público, cuando lo ordenen las autoridades competentes y los que ocasionen alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes.

Cuando son las autoridades cubanas las que actúan ante similares hechos, entonces la guerra mediática se dispara para decir que se “violan los derechos humanos, la libertad de expresión” y los detenidos son “presos de conciencia”.

La contrarrevolución siempre ha violado las leyes cubanas con acciones delictivas y las autoridades muchas veces no actúan, como sí sucede en países latinoamericanos y europeos, donde reprimen con salvajismo y brutalidad, tal como ocurre hoy en Perú, Estados Unidos y Francia.

Estados Unidos juega al gato y al ratón con Cuba, no cede a los reclamos mundiales de eliminar la guerra económica, comercial y financiera, porque la CIA pronostica que existe una oportunidad mejor que nunca, para que el gobierno caiga en pocos años.

En sus estimados de inteligencia de los últimos años, afirman:

“…los nuevos líderes cubanos estarán pobremente preparados para tratar con los extraordinarios problemas económicos y sociales que enfrentarán” …. “Cuando las condiciones en la isla se deterioren más, es más probable que los incidentes violentos se extiendan por la creciente frustración sobre los cortes en la electricidad, del transporte y los alimentos…”  “Hay una directa relación entre graves privaciones económicas y la inestabilidad política”.

La historia se encarga de demostrar los errores de cálculo de los yanquis prepotentes e inhumanos, porque el pueblo cubano sabe que está en juego su soberanía y libertad.

La triste realidad de lo que han sufrido aquellos que no tuvieron la resistencia para soportar los embates imperiales, confirma que frente a los imperialistas no se puede claudicar y por eso afirmó José Martí:

“No hay hombres más dignos de respeto que los que no se avergüenzan de haber defendido la patria con honor”.

Dios en el cielo y Antony Blinken en la tierra.


Por Arthur González.

El 15 de mayo del 2023, Antony Blinken, secretario de Estado del imperio yanqui, presentó el Informe sobre Libertad Religiosa Internacional correspondiente al 2022, donde se acusa a Cuba de “violaciones a la libertad religiosa”, y la incluyó en la lista de “países de especial preocupación” que confeccionan unilateralmente.

En ninguna parte del viejo testamento, consta que Dios haya designado a Blinken para representarlo en la tierra y por tanto no tiene poder divino para decir que en Cuba se violan las libertades religiosas, sin prueba alguna.

Sin embargo, cuando Dios escribió los 10 mandamientos, en dos tablas de piedra que entregó a Moisés en el monte Sinaí, en el octavo expuso claramente:

“No darás falso testimonio ni mentirás contra tu prójimo” (Ex 20, 16).

Mentir y dar falsos testimonios es lo que constantemente hacen los que ahora incluyen a Cuba en espurias listas, en un intento por deformar la realidad de la Isla y así justificar la cruel guerra económica, comercial y financiera que desde hace 64 años le imponen al pueblo.

Como dicen sus documentos, esa guerra es para enajenar el apoyo interno a la Revolución, a través del desencanto y el desaliento, a partir de la insatisfacción y las dificultades económicas e intentar matar de hambre y enfermedades al pueblo, como recurso ideado para causar desesperación y agotamiento en los cubanos.

Esos que se toman el derecho celestial de sancionar a otros, violan todos los mandamientos de la ley de Dios, entre ellos el que dice:

“No matarás. La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”.

¿Qué ha hecho Estados Unidos desde hace siglos con sus guerras imperiales? Asesinar inocentes y mentir.

Con esos antecedentes Blinken y sus antecesores no tienen moral para juzgar a nadie.

En vez de tergiversar la realidad en los países que no aceptan ser sus súbditos, deberían preocuparse por evitar los asesinatos que tienen a diario en su propio territorio, por la venta sin límites de armas de fuego.

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