Lo que les duele a los yanquis.


Por Arthur González.

A Estados Unidos no le importan los muertos, los heridos, los torturados ni los detenidos por las fuerzas represivas de Ecuador, Chile, Colombia, Honduras y otros países latinoamericanos que reprimen salvajemente al pueblo, durante protestas pacíficas contra las medidas neoliberales impuestas por sus gobernantes, presionados por el FMI y Washington.

No hay una sola declaración de condena del Departamento de Estado o de la Casa Blanca ante esos crímenes, algo bien diferente a las cruzadas mediáticas fabricadas contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, acusándolas de reprimir la libertad de expresión, pensamiento y otras similares para satanizar a sus gobernantes, solo por no someterse a los dictados de Estados Unidos.

Los yanquis llevan años reuniéndose con los llamados “opositores” provenientes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, con el fin de entrenarlos en actos provocativos para desestabilizar a sus gobiernos, además de destinar sumas millonarias canalizadas a través de la CIA, algunas ONG y Fundaciones creadas con ese objetivo; pero cuando son las fuerzas de izquierda las que se congregan, ahí mismo cunde el pánico y comienzan las condenas y mentiras para desprestigiarlas.

Como les duele observar el éxito del Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo, convocado por el Instituto de Amistad con los Pueblos, en La Habana, del 1ro al 3 de noviembre 2019,  con la asistencia de mil 200 representantes de organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda de numerosos países del mundo, quienes se costearon su viaje a Cuba, contrario a los millones que erogan los yanquis en los eventos que organizan con los llamados “disidentes”.

En dicho encuentro los oradores denunciaron el acoso de Estados Unidos contra Cuba y Venezuela, el incremento de medidas de guerra económica, comercial y financiera que imponen con el propósito de matar por hambre y enfermedades a sus pueblos, para después culpar al sistema socialista de ser responsable de las carencias materiales.          También exigieron la libertad de Luis Ignacio Lula, celebraron la victoria del dúo Alberto Fernández y Cristina en Argentina y Evo Morales en Bolivia, y se reclamó la independencia de Puerto Rico.

Washington y la desprestigiada OEA, su apéndice principal para sus acciones en América Latina, acusan a Cuba por el apoyo a Venezuela, trastocando las misiones médicas, educativa, deportiva, cultural y agrícola, en tropas militares, algo que todos saben que es falso, por ser una más de las elaboradas en su vieja y fracasada guerra psicológica.

Sin embargo, cuando los yanquis y algunos de sus aliados organizan reuniones de preparación a los elementos contrarrevolucionarios, financian sus boletos de avión, hoteles, transporte, alimentación y viáticos, hay que aceptarlo, porque ellos se sienten los dueños del mundo.

Recientemente en Miami, con la presencia del senador Marco Rubio y el agente CIA Luis Almagro, secretario general de la OEA, se reunieron para atacar a Cuba y a Venezuela, y debatir nuevas tácticas para destruir sus procesos políticos y sociales con la mayor desfachatez, mostrando total injerencia en los asuntos internos de naciones soberanas.

El conclave bajo el nombre de “Pasos de Cambio”, se efectuó el 25 de octubre 2019, en la llamada Torre de la libertad en Miami, donde Almagro afirmó: “Es necesario ratificar la llamada -hoja de ruta- para derrocar el sistema socialista de Cuba e instaurar nuevamente el capitalismo”.

Lo que buscan es reforzar el apoyo del gobierno estadounidense al Acuerdo por la Democracia en Cuba y denunciar la “ilegitimidad” del nuevo gobierno presidido por Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

No son nuevos esos eventos, desde hace años utilizan a la Fundación Friedrich Ebert (FFE), la más grande y antigua de las fundaciones políticas alemanas, creada por el Partido Socialdemócrata Alemán, dedicada a “promover la socialdemocracia y el socialismo democrático, el respeto a la voluntad democrática, el pacifismo, el Estado de Derecho, el compromiso sociopolítico y el entendimiento entre los pueblos a nivel mundial”.

En ese sentido la FFE, se interesa por formar “líderes para el cambio”, idéntico propósito al que persigue Estados Unidos en Cuba y para lo cual en el 2009 la entonces Sección de Intereses en La Habana, lanzó un programa de becas para preparar “líderes comunitarios”, replicado en el 2015 por la organización World Learning Inc., con sede en Washington, con un nuevo “Programa de Liderazgo de Verano”, igual al propuesto en 2017 por  la organización Líderes Sociales, para “promover el desarrollo profesional juvenil y fortalecer la sociedad civil cubana”.

Un diseño idéntico fue convocado hace algunos años por la Fundación Friedrich Ebert, bajo el nombre de “Agentes de Cambio”, con el propósito de formar políticamente a jóvenes, teniendo como base la libertad, la justicia, la solidaridad y contribuir a la preparación de nuevos cuadros, para que puedan accionar políticamente en la redefinición de un proyecto sociopolítico nacional, transformador y democrático.

Esos programas persiguen cambiar el pensamiento de izquierda por la social democracia, pero no son criticados por la OEA, al ser creados por ideólogos yanquis para desmontar las ideas revolucionarias en Latinoamérica.

Si Cuba o Venezuela reúnen a los movimientos de izquierda, Estados Unidos declara que “quieren subvertir al mundo”, contrario al apoyo que brindan a los celebrados por ellos para ganar la mente de los jóvenes, mediante la subversión ideológica.

Precisamente ese es el papel que juega la Fundación Friedrich Ebert, sobre algunas sociedades para ejecutar una “transición” de sistema, algo detallado por el ex agente de la CIA, Philip Agee, durante una entrevista a la revista Zona Cero, en marzo de 1987.

Philip Agee reveló como la CIA cuida con atención a las fundaciones de los partidos políticos alemanes, principalmente a la Friedrich Ebert Stiftung, del Partido Socialdemócrata y la Konrad Adenauer Stiftung, de los democristianos, ambas fundaciones establecidas en los años cincuenta y utilizadas para canalizar el dinero de la CIA, como parte de sus operaciones “construcción de la democracia”.

Los requisitos exigidos por la FFE para su programa “Agentes de Cambio”, son:

Tener entre 18 y 30 años. Ser graduado de bachillerato. Participar de una organización social y/o política. Estar comprometido con un accionar democrático para lograr las transformaciones políticas y sociales que el país necesite. Diseñar e implementar un proyecto que impacte en su organización o comunidad.

Tales parámetros coinciden con los exigidos por la Sección de Intereses de Estados Unidos en los dos planes de becas ofertadas en la Habana en 2009:

Tener menos de 25 años, ser graduado de bachillerato y estar estudiando en la Universidad, poseer trayectoria de liderazgo en actividades educaciones o comunitarias.

Para el otro plan los requisitos eran:

Tener menos de 25 años, ser graduado de bachillerato o técnico medio superior y experiencia laboral relevante en el área académica escogida.

“Casualmente”, del 21 al 27 de octubre 2019, cinco representantes de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, visitaron la ciudad de Berlín invitados por la Fundación Friedrich Ebert, con el objetivo de intercambiar experiencias con jóvenes locales, entre estos la organización de la juventud del partido socialdemócrata alemán (Jusos in der SPD), sobre las perspectivas y los desafíos que enfrenta la juventud en ambos países.

Recordamos que en 1999 el contrarrevolucionario Elizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco, fue recibido en la Fundación Friedrich Ebert, como parte de su preparación para su accionar subversivo contra la revolución cubana, como hicieron Oswaldo Payá, Dagoberto Valdés y Yoani Sánchez.

Ninguna de sus operaciones subversivas da resultado y la prueba es que Cuba resiste soberanamente el accionar yanqui, sin reblandecerse ideológicamente, porque como afirmó José Martí:

“Con los oprimidos hay que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores”.

Yoani Sánchez, propaganda anticubana financiada por Estados Unidos.


Arthur González.

A pesar de los cientos de miles de dólares que gasta Estados Unidos en su fallido intento de fabricar una oposición joven, con Yoani Sánchez Cordero no obtuvieron resultados, al no poder atraer a la juventud cubana a su proyecto contrarrevolucionario.

Reclutada en Madrid en el 2004 por Carlos Alberto Montaner, agente CIA y prófugo de la justicia cubana por terrorismo, Yoani aceptó el plan de repatriarse a Cuba e iniciar en 2007 su trabajo con el Blog “Generación Y”.

Con el propósito de construirle una imagen de líder juvenil, le otorgaron importantes premios de periodismo, con la bonificación de cientos de miles de euros, convirtiéndola en tres años, en una persona acaudalada.

Los yanquis utilizaron a las revistas TIME y PEOPLE, para que la seleccionaran, a solo un año de salir su Blog, como una de las 100 personas “más influyentes” del mundo, y entre las 25 “más relevantes” de América Latina, respectivamente, algo insólito para quien no tiene historia.

A pesar del fracaso con la “estrella naciente”, la emplean para deformar la realidad cubana con informaciones falsas y análisis ausentes de elementos verídicos; siendo invitada en julio 2019 por la Universidad Complutense de Madrid, al Congreso Anual de Estudios en Comunicación Social, cuando en La Habana se debate la conformación del gobierno electrónico, se amplían las capacidades de acceso a Internet, e incluso se autoriza el uso de dispositivos en las viviendas para conformar redes inalámbricas de datos de alta velocidad.

Dicho evento, tuvo como temas “La Comunicación, Tecnologías y Dignidad humana”, con delegados de 82 países del mundo, razones para que llevaran a Yoani a difamar sobre Cuba.

En sus declaraciones aseguró que “confía en que el tiempo y los vientos de globalización ganen la batalla en Internet, a favor de la información veraz e independiente contra el castrismo”, repitiendo ideas expresadas por el senador Marco Rubio, durante un evento celebrado en 2012 en la Fundación Heritage con Google Idea, donde afirmó:

El sistema totalitario cubano podría derrumbarse si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, porque Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.

El guion entregado en la embajada de Estados Unidos, contempla la misma línea seguida para acusar a la Revolución cubana, reiterada por Donald Trump, durante su campaña presidencial en 2016, al declarar:

Reclamamos la promoción del acceso a Internet, como herramienta tecnológica para fortalecer el movimiento pro-democracia en Cuba.”

Esa fue la motivación que siguió el presidente Barack Obama, cuando autorizó el acceso de Cuba a Google, argumentando:

Podemos hacer más para apoyar al pueblo cubano y promover nuestros valores a través del compromiso. Los cambios introducidos en nuestra nueva política potenciarán aún más nuestro objetivo de empoderar al pueblo cubano. […] y brindarles nuevas fuentes de información…”

En sus aseveraciones, Yoani Sánchez mintió y se contradijo, al no tener elementos para sustentar las mentiras. Ejemplo fue cuando dijo: “El gobierno de Díaz-Canel está suponiendo pasos atrás para recuperar un control que el oficialismo había perdido”.

¿En qué momento la Revolución perdió el control del país?

Ella misma se contradice al responderle a la agencia EFE, de sí Internet no es una pequeña parcela de libertad en Cuba:

Internet es un fenómeno que va muy deprisa en la sociedad cubana, a pesar de que es todavía unos de los países menos conectados del mundo”.

En sus dimes y diretes Yoani vuelve a contradecirse sobre la “falta de libertad” en Cuba, al asegurar que: “en diciembre 2018, el oficialismo se atrevió a abrir el acceso de los teléfonos móviles a Internet, y esto se ha notado en que el activismo social de muchos tipos ha crecido muchísimo, incluso las críticas al régimen se hacen sentir en las redes, aunque esa libertad todavía no llega en la misma medida a la realidad de la calle, pues todo intento es profundamente reprimido”.

En similar lenguaje de Cantinflas, excelente actor mexicano, Yoani se desmiente nuevamente, al poner como ejemplo del libre empleo de las redes sociales, la convocatoria para la marcha LGTBI del 11 de mayo en La Habana, organizada desde Internet.

¿Hay o no libertad para el uso de las redes en Cuba? Por supuesto que la realidad demuestra que existe libertad, sin la represión que ella plantea.

Otro de sus cantinfleos lo expuso cuando durante su intervención en el evento, al decir que “el presidente Miguel Díaz-Canel promovió que ministros y altos funcionarios estuvieran presentes en las redes sociales”, porque según ella:

“Eso deja en evidencia su incapacidad para dialogar (…) porque se comportan de una manera tan agresiva a veces, tan intolerante, tan militante, que Internet también está sirviendo para dejar a la vista pública de todo el mundo ese discurso de la prepotencia ideológica y política”.

Así califica un paso importante que pocos países han dado, al brindarle al pueblo la capacidad de que sus ministros interactúen con todos.

¿Qué opinará ella sobre lo que hace Trump, cuando ofende, agrede y sanciona a otros países mediante sus alocados tuitees?

En sus desvaríos Yoani afirmó que “no se puede ejercer el periodismo en Cuba sin recibir un castigo por eso”; cuando ella mantiene un Blog y un periódico digital, creado desde Estados Unidos, sin ser reprimida, al igual que hacen otros que reciben financiamientos y equipos para similar actuación.

Vuelve a contradecirse al señalar:

“Gracias a la tecnología y los dispositivos electrónicos se ha logrado que crezca y se desarrolle un ecosistema de medios independientes en la Isla. Los tiempos están invitando a la globalización, a un mayor flujo de información, a ciudadanos cada vez más conectados; y el castrismo va a tener que lidiar con una ciudadanía mucho más activa, totalmente contraria al modelo político y social impuesto”.

Entonces ¿se puede o no hacer periodismo por Internet en Cuba?

Lo que nunca mencionó Yoani, fue la guerra económica impuesta hace 60 años por Estados Unidos, que le impide a Cuba el acceso pleno a Internet, situación denunciada ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en Ginebra.

A pesar de eso, la Revolución da pasos de avances en el proceso de informatización de la sociedad cubana, e impulsa el uso de las tecnologías informáticas para el bienestar de la población.

Cuba no se cansará de denunciar el uso ilegal y encubierto que personas como ella, al servicio de una potencia extranjera, hacen para subvertir el orden interno y ejecutar actos terroristas a través de los sistemas informáticos.

Por eso expuso José Martí:

“El lacayo se alquila al señor de más lujo y poder”.

¿Qué se esconde detrás de Rosa María Paya?


Por Arthur González.

Desde que Rosa María Paya Acevedo, hija del contrarrevolucionario Oswaldo Paya Sardiñas, contactó con “diplomáticos” yanquis en La Habana, para aquellos buscadores de líderes juveniles cubanos de la CIA, fue como encontrar la combinación de una caja fuerte rellena de dólares, pues notoria es la ausencia de jóvenes que acepten trabajar para organizaciones creadas por los norteamericanos, en su intento por socavar a la Revolución socialista.

De inmediato, los “diplomáticos” informaron a Washington la aceptación de Rosa María de comenzar una campaña contra el gobierno cubano, responsabilizándolo con la muerte de su padre, a cambio de obtener una visa de refugiados políticos para ella, sus dos hermanos y la madre.

Al llegar a Miami fue recibida por Senadores y Congresistas de la mafia anticubana, quienes, junto a especialistas de la CIA en subversión política, la instruyeron en cómo actuar, qué decir y los países que visitaría para iniciar la fabricada cruzada acusatoria contra Cuba.

Al igual que hicieron con Yoani Sánchez, Rosa María fue recibida por miembros del Parlamento Europeo, ex presidentes y senadores latinoamericanos, pero al llegar a España para acusar a Cuba fue remitida a las Cortes de Justicia, donde se ventilaban esos temas.

Ahí mismo se acabó la farsa montada por los yanquis, pues el fallo fue en su contra, ante ausencia de pruebas legales para desmentir al tribunal cubano que juzgó al verdadero responsable del accidente automovilístico, en el cual resultaron muertos su padre y otro contrarrevolucionario que lo acompañaba repartiendo el dinero enviado por Esperanza Aguirre, del Partido Popular, para ejecutar acciones provocativas contra la Revolución.

No obstante, ese revés, los yanquis carentes de líderes jóvenes se aferran a Rosa María para intentar demostrar que sí existen, aunque ella es residente en Estados Unidos y carece de historial contrarrevolucionario en la Isla.

Ese es el motivo por el cual siguen promoviéndola con apoyo de los medios de prensa a su servicio y ejemplo de ello fue el reconocimiento a nombre del condado de Miami-Dade, de Florida, otorgado el 18.06.2019 por el Comisionado de Miami, Esteban Bovo, quien la considera “defensora de la libertad, la democracia y los derechos humanos universales, ser la voz para las personas de Cuba que buscan la libertad y que son oprimidas diariamente bajo el régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel”.

La maquinaria yanqui está en función de propagandizar que es “una líder” contra el gobierno cubano, muestra del desespero que tienen por conformar una oposición entre los jóvenes de la Isla.

El pasado 13 de junio 2019, Rosa María recibió en Ginebra el Premio Morris Abram de Derechos Humanos, la más alta distinción de derechos humanos de Naciones Unidas Watch.

Se sabe que los yanquis son famosos en construir estrellas al mejor estilo de Hollywood, así lo hicieron con Yoani Sánchez, a quien la revista TIME declaró entre las 100 personas más influyentes del mundo, a solo un año de iniciar el blog Generación Y, construido por la CIAAl año siguiente, la revista People la seleccionó entre las 25 personas más prestigiosas de Latinoamérica, algo totalmente fabricado para darla a conocer en el mundo, proyecto que tampoco impactó entre los jóvenes cubanos.

Todos los planes de la CIA, por seducir adeptos en ese sector de la sociedad cubana, han fracasado a pesar de los millonarios presupuestos destinados para tales fines.

Ni el atractivo programa de becas para estudiar en universidades norteamericanas, lanzado en el 2009, ni los que le siguieron en 2015 y 2017, ni siquiera el más reciente en 2019, obtuvieron resultados.

La autorización del presidente Barack Obama, para que Google pudiera estar presente en la Isla, y ejercer influir en los jóvenes cubanos, no dio los frutos soñados, acción que según declaró el propio senador Marco Rubio en 2012, durante un evento de Google Idea, en la Heritage Foundation:

“El objetivo es derrumbar el sistema totalitario cubano, si todos en Cuba tienen libre acceso a Internet, porque seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.

Esa pretensión data de 1996, cuando la Rand Corporation, del Instituto de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, preparó un estudio para el Departamento de Defensa, donde afirma:

“Es nuestro interés ayudar a la apertura y forzar el surgimiento de una sociedad civil independiente, mediante el empleo del enlace de Cuba a Internet, utilizándola para transmitir noticias y análisis balanceados, promover su uso por ONG cubanas, universidades y otros destinatarios”.

En resumen, hoy solo les queda manipular la imagen de una joven sin aval alguno, ni reconocimiento en Cuba por la gran masa de jóvenes, ni siquiera entre los elementos contrarrevolucionarios, quienes la califican de oportunista y usurpadora de las actividades de su padre.

Al no tener otra alternativa, se aferran a Rosa María Payá Acevedo y continúan pregonando las falsas acusaciones contra el gobierno de Cuba, responsabilizándolo por la muerte de Oswaldo Payá Sardinas, quien dirigió el exiguo grupúsculo respaldado por la Iglesia Católica cubana, Movimiento Cristiano Liberación, algo totalmente carente de pruebas legales.

En su infértil pataleteo, remitieron una carta a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, solicitándole   investigar la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero, pues afirman que “no está aclarada”.

Más de lo mismo para que el tema no se olvide y seguir acusando a Cuba; vieja táctica empleada por la CIA desde 1959 que nunca ha tenido resultados, porque tal y como afirmó José Martí:

“Quien sobre su fama duerme, se despierta desnudo”.

 

Olvidadizos de mala entraña.


Por Arthur González.

El acto terrorista ocurrido hace unos días en Colombia y la supuesta autoría del ELN, dando pie a la reclamación del presidente Iván Duque de que Cuba entregue a los miembros de la delegación que negocia la paz, es algo realmente extraño.

No es difícil versionar que el trágico suceso sirve para acusar a Cuba de ser un “reducto de terroristas”, teniendo en cuenta las declaraciones del presidente Duque, unidas a las de su vecino brasileño el capitán Jair Bolsonaro, las estrechas relaciones de ambos con el secretario de Estado yanqui, Mike Pompeo y la estrategia que teje Washington contra la izquierda latinoamericana,

Tal situación abre la posibilidad al presidente Uribista de apresar y hasta condenar a muerte a los líderes del ELN, enterrando la posibilidad de un acuerdo de paz y la conversión del grupo guerrillero en un partido político.

No por gusto ya comenzó la campaña desde Miami y algunos de sus principales asalariados en La Habana, de que Cuba “es santuario de prófugos de la justicia”, queriendo transformar la verdad histórica.

Esos “disidentes” creados por la CIA y mantenidos con su dinero, pretenden acusar a Cuba olvidándose de que fue Estados Unidos quien, desde el 1ro de enero de 1959, acogió y otorgó categoría de refugiados políticos, a los asesinos, torturadores y ladrones al servicio del dictador Fulgencio Batista, algo que continúan haciendo sin el menor sonrojo.

¿No recuerdan esos que ahora escriben contra su país, quien fue Conrado Carratalá Ugalde, ex jefe del Departamento de la Dirección de la Policía batistiana, criminal de guerra y prófugo de la justicia cubana, como lo son Luis Alberto del Rio Chaviano, General de Brigada del ejército batistiano, Orlando Piedra Negueruela, Mariano Faget Díaz y Rafael M. A. Gutiérrez Martínez, todos prófugos de la justicia cubana por delitos cometidos durante la tiranía de Fulgencio Batista, en la Causa No. 321/57 y la Causa No. 321/57, a quienes los yanquis se negaron a extraditar?

Similar negativa mantuvo la justicia de Estados Unidos sobre José Franco Mira, ex miembro del Buró de Investigaciones del régimen de Batista y asesino de los revolucionarios Sergio González “El Curita” y de Efraín Alfonso Liriano, sancionado a 30 años de prisión en la Causa 833/61; Pilar Danilo García y García, jefe de la Policía del tirano Batista, autor de varios asesinatos, pero a pesar de eso fue aceptado como refugiado en Miami.

La lista es bien extensa y la integran otros asesinos como Julio Stelio Laurent Rodríguez, oficial del Servicio de Inteligencia Naval de la tiranía batistiana, asesino del Capitán Jorge Agostini. Laurent fue reclamado a Estados Unidos en notas diplomáticas del día 9 y 20 de enero de 1959, por ser autor de numerosos y gravísimos delitos comunes, con causas pendiente en los tribunales cubanos. La respuesta fue retenerlo en el centro migratorio Mc Allen, en Texas, junto al múlti asesino Rolando Masferrer Rojas, pero ambos recibieron refugio en ese país.

Para mayor desvergüenza, Masferrer arribo a territorio yanqui con una maleta que contenía 17 millones de dólares robados al Estado cubano y jamás fueron devueltos.

Ejemplo del país donde se encuentra el mayor santuario de asesinos, terroristas y ladrones, son los casos de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, asesinos a sueldo de la CIA, autores de múltiples actos terroristas en América Latina, e incluso dentro de los propios Estados Unidos, razón por la que el FBI consideraba oficialmente a Bosch como un hombre peligroso e inadmisible en esa nación.

Otros de los terroristas que colocaron bombas en Cuba, es Carlos Alberto Montaner, sancionado y detenido en La Habana, que se fugó de la cárcel y hoy reside entre Madrid y Miami, y fue el reclutador de Yoani Sánchez Cordero para el proyecto de la CIA que ella desarrolla.

En Miami también encontró refugio Inocente Orlando Montano, Coronel salvadoreño reclamado por las cortes españolas por asesinar a varios sacerdotes Jesuitas.

Qué decir de Gaspar Jiménez, asesino del diplomático cubano Dartagnan Díaz, cómplice de Posada Carriles, condenado en Panamá por terrorista, quien se refugió en Miami bajo la protección del FBI, o Guillermo Novo Sampoll, terrorista residente en Miami a pesar de ser cómplice en el asesinado al ex canciller chileno Orlando Letelier, su secretaria y el chofer; así como Roberto Guillermo Bravo, ex militar argentino responsable de la masacre de Trelew, donde murieron 16 jóvenes, y Patricia Poleo, cómplice del asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson, refugiada igualmente en Estados Unidos con la suma de 7 millones de usd robados de su país.

En Cuba residen como asilados políticos revolucionarios del mundo, que no son considerados como disidentes por Estados Unidos, algo manipulado a su antojo para calificarles como “terroristas” por tener ideas diferentes y haber luchado contra la discriminación racial, la exclusión social y por alcanzar una vida mejor para sus pueblos.

Esa historia no se puede borrar de un plumazo y a la vez pretender señalar a Cuba como parte de campañas de mentiras fabricadas, situación a lo que los cubanos están acostumbrados, precisamente en este año que se cumplen 60 años de la conocida Operación Verdad, enfrentada por el propio Fidel Castro ante más de 300 periodistas extranjeros, al querer Estados Unidos defender a los asesinos del régimen de Batista que eran sometidos a juicios públicos y sancionados por sus miles de crímenes.

Tiempo al tiempo que en la tierra nada se puede ocultar y más temprano que tarde la verdad saldrá a la luz, pues como afirmó José Martí:

“La deshonestidad y el atrevimiento inmoderado, si bien deslumbran con sus primeros arranques, no pueden crear una prosperidad segura”.

 

 

 

Cuba, la obsesión eterna


Por Arthur González

Desde antes del triunfo de la Revolución cubana, ya los políticos de Estados Unidos estaban preocupados ante la inminente caída de la dictadura de Fulgencio Batista, apoyada y sostenida con financiamiento, inversiones, entrega de armamentos, asesoramiento en el combate contra el comunismo y enseñanza de métodos de tortura, más el entrenamiento militar a su ejército en las principales academias yanquis.

Al asumir el poder Fidel Castro, Estados Unidos entró en pánico, porque nacía un estado que se declaraba independiente, a solo 90 millas de sus costas, algo insólito para quienes siempre habían campeado a su gusto en Cuba y en toda América Latina.

Por esas razones, desde el mismo año 1959 la CIA inició sus planes para tratar de asesinar a Castro, fabricar una “oposición” y desplegar todo su arsenal en guerra psicológica y acciones subversivas, ninguna con éxito, a pesar de los cientos de miles de millones empleados para lograr sus propósitos.

Prueba de esa obcecación fueron las palabras dedicadas por el Presidente Donald Trump, en su primer discurso a la nación el pasado 30 de enero 2018, donde solo hizo mención a Cuba y Venezuela, ignorando al resto de países, a pesar de los graves problemas que sufre la región entre asesinatos impunes, corrupción gubernamental, elecciones fraudulentas, desempleo, miseria y crisis económica.

Entre las actividades que desarrollan para intentar sostener una matriz de opinión contra Cuba, financian hasta proyectos artísticos como el que ejecuta la artista plástica Tania Bruguera, residente desde hace años en New York, aunque viaja a La Habana para realizar provocaciones diseñadas y costeadas por la mafia terrorista anticubana de Miami.

Su más reciente acción, con la pretensión de deformar la realidad cubana, es la instalación plástica que presentará el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el próximo 3 de febrero 2018, nombrada Untitled (Havana, 2000), en la cual pretende exponer las supuestas “contradicciones de la vida en Cuba durante la etapa revolucionaria”.

Esa obra la expuso en La Habana durante la VII Bienal de La Habana en el año 2000, pero fue retirada por la participación de hombres totalmente desnudos, algo inusual en la isla, ante un público de todas las edades, incluidos niñas y niños.

Según declaraciones de su autora en New York:

“Cuba atraviesa por un momento de mucha confusión, el gobierno está cometiendo errores que afectan a varios grupos poblacionales y la gente tiene menos miedo porque empieza a tener acceso a una información que no es generada por los canales oficiales. Muchos cubanos ya han visto otros mundos y algunos tienen cierta independencia económica que podría traducirse en independencia ideológica”.

Es importante recordar que Tania Brugueras nunca tuvo obstáculos para su trabajo como artista, fue formada en la universidad de las artes de La Habana, era miembro de la Unión de Escritores y Artistas, hija de un destacado diplomático y gozó de todas las oportunidades materiales.

Añas atrás, logró radicarse en Estados Unidos para ampliar sus estudios, pero dio un brusco giro ideológico al parecer por falta de suficientes recursos económicos, al decaer el interés de sus obras en el mercado, y necesitar de propaganda para alcanzar mayores ventas, por lo que aceptó vincularse a elementos sufragados por los servicios de inteligencia yanqui, como Yoani Sánchez Cordero y más tarde con Rosa María Payá Acevedo.

Con ambas realizó actos provocativos en sus visitas a Cuba, sin poder movilizar a otros artistas ni a la población.

Tania jamás ha ejecutado una acción plástica en México, Honduras, Guatemala, Argentina o Brasil, para denunciar el asesinato de periodistas, los miles de desaparecidos, el desempleo, la corrupción administrativa, el hambre de los desposeídos, las muertes por falta de asistencia médica, el analfabetismo y muchos de los males que afectan a esos países, y no existentes en Cuba.

Es cierto que los cubanos pueden viajar al exterior con más facilidad y tener la posibilidad de conocer realidades que nunca han visto en su país, y aquellos que logran una visa para ingresar a los Estados Unidos, pueden ver a diario asesinatos, brutales agresiones entre los ciudadanos, cómo la policía mata a tiros a haitianos y latinos, tiroteos en escuelas debido a la adquisición libre de armas de fuego, asaltos a mano armada en centros comerciales y joyerías,  secuestro y asesinato de mujeres y niños, los efectos nocivos de las drogas y otros delitos que no ven en su patria.

Si realmente esta artista estuviera preocupada por la situación de las personas, debería dedicarle una instalación a Estados Unidos, donde, según reconoció el propio presidente Trump, hay más de 43 millones de personas que viven en la pobreza, y 1 de cada 5 ciudadanos no tiene trabajo.

Mucha hipocresía persiste entre los asalariados que le venden su alma a la mafia anticubana, esa que tiene las manos manchadas de sangre y que no ha podido destruir una Revolución auténtica ganada por su pueblo, pues como afirmó José Martí:

“Hay pocas cosas que en el mundo sean tan odiadas como los hipócritas”.