Prensa pro yanqui, eje de nueva campaña.


Por Arthur González.

Especialistas de Estados Unidos en temas de guerra psicológica, seleccionan temas para sus campañas contra la Revolución cubana, con el fin de conformar matrices de opinión que intentan sembrar en los lectores. Ahora tocó el turno a la llamada “prensa independiente”, pero financiada y fabricada por oficiales de la CIA.

Ese tipo de guerra se conoce también como guerra política, para ganar las mentes y los corazones, con el ánimo planeado de evocar una reacción psicológica en otras personas, siempre dirigido a influir en el sistema de valores, destruir la moral, lacerar la credibilidad del sistema, manipular las emociones, el razonamiento y el comportamiento del público.

Estados Unidos emplea la guerra psicológica como una política habitual para agredir a los gobiernos que no se someten a sus órdenes, con el propósito de minar la opinión pública y dañar la valoración del pueblo sobre sus gobernantes.

Al igual que hicieron los nazis, los Estados Unidos emplean sus poderosos medios de comunicación para repetir, manipuladamente, temáticas de su interés contra sus adversarios, con el objetivo de influir en la actitud de las masas, sobre las que ejecutan sus operaciones psicológicas para ponerlas a su favor.

Es por eso que actualmente retoman la falsa afirmación de que Cuba “reprime” a la mal llamada prensa independiente y para ello se valen de organizaciones creadas para acusar a quienes consideran sus enemigos, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que jamás ha denunciado la situación de la prensa estadounidense, esa que no puede publicar nada que afecte al sistema yanqui. A esta cruzada anticubana se sumó también el Senador Marco Rubio.

La algarabía preparada contra la Revolución se hizo visible en el show mediático diseñado durante el desarrollo de la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa, celebrada recientemente en Miami, capital de la mafia terrorista anticubana que da refugio a terroristas, asesinos a sueldo, ladrones y a cuanto deshecho de la sociedad existe.

Esa misma SIP jamás condenó la presencia en Miami del asesino Orlando Bosch, ni de Luis Posada Carriles, autores de la voladura en pleno vuelo de un avión civil de Cubana de Aviación, donde murieron 73 civiles inocentes, más otros crímenes entre ellos la colocación de bombas en oficinas y consulados cubanos en el exterior; planes para asesinar a Fidel Castro y artefactos explosivos detonados en varios hoteles en La Habana, con saldo de muertos y heridos, e incluso bombas en oficinas dentro del territorio de Estados Unidos, por lo que el FBI los consideraba personas peligrosas, aunque nunca los enjuició por contar con el apoyo de congresistas de origen cubano.

La matriz que pretenden sembrar en los lectores es que en Cuba “se reprime” a los seudo periodistas construidos por Washington y que dependen del salario que mensualmente reciben, junto a las líneas de mensajes que deben publicar en sitios de Internet.

Al no tener pruebas de esa supuesta represión, alegan que el gobierno “amenaza a los periodistas con enjuiciarlos”, pero ninguno ha sido encarcelado por su permanente presencia en las redes sociales con acusaciones falsas, calumnias y difamaciones, a pesar de que esas acciones tipifican como delitos en el código penal de Cuba y de muchos países del mundo, incluidos los Estados Unidos.

Ni uno solo de esos asalariados ha sido asesinado o desaparecido, como sucede en países de la región que jamás han sido acusados por los yanquis y sus organizaciones satélites.

Un ejemplo de la libertad que gozan en la Isla es Yoani Sánchez, convertida en periodista por el terrorista y prófugo de la justicia cubana, Carlos Alberto Montaner, agente de la CIA que colocaba explosivos en centros comerciales de La Habana.

Montaner la reclutó cuando era una emigrada en España y buscaba trabajo, imponiéndole como condición de regresar a Cuba y accionar desde adentro en la captación de jóvenes, para convertirlos en contrarrevolucionarios.

A pesar de sus calumnias y tergiversaciones de la realidad cubana, Yoani nunca ha sido detenida ni condenada por colaborar con una potencia extranjera. La táctica seguida con ella fue hacerla una “estrella” del periodismo y en solo tres años recibió los más altos galardones internacionales, como el premio Ortega Gacet, Cepos, Jaime Brunet, Príncipe Claus, María Moors Cabet, además se ser nombrada por el diario español El País, su corresponsal en Cuba.

Sus reuniones constantes con diplomáticos yanquis en La Habana se divulgan en el sitio oficial y a pesar de eso no es molestada por las autoridades.

Para fortalecer el trabajo que tiene que ejecutar en la Isla, los yanquis le crearon el periódico digital 14yMedio, sin ser reprimida.

Los inventos de la represión no los pueden demostrar porque no existen, pero la SIP y Marco Rubio no señalan al presidente Donald Trump, por sus constantes acusaciones a los periodistas y la prensa de su país, calificando a los reporteros como “enemigos del pueblo”, expulsándolos de la Casa Blanca, e impidiendo el acceso a las conferencias de prensa a aquellos representantes de los medios que le critican por sus mentiras y despotismo sin par.

¿Dónde están las acusaciones de Marco Rubio contra Milos Zeman, presidente de la República Checa, cuando en octubre de 2017 se presentó en una conferencia de prensa con un fusil de asalto AKM, falso, en el que se leía: “para los periodistas”; o su posición contra Robert Fico, quien fuera primer ministro de Eslovaquia hasta marzo de 2018, quien llamó a los periodistas: “sucias prostitutas anti-eslovacas, idiotas y hienas”?

Nada semejante sucede en la Cuba socialista que tanto odian.

Que decir de México, país en el que el periodismo es una de las profesiones más peligrosas y los reporteros asesinados en plena calle con total impunidad.  Allí la vida no vale nada, algo que los asalariados de Estados Unidos en Cuba no tienen ni idea de lo que es una verdadera represión mortal.

Esta operación de guerra psicológica contra la Revolución, se produce en la antesala de la presentación de Cuba del informe contra el criminal Bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto desde hace 60 años por Estados Unidos contra el pueblo cubano, en un intento desesperado por empañar una obra que sacó del hambre, el analfabetismo, la desigualdad y la discriminación a millones de cubanos.

Estados Unidos impone a los cubanos restricciones de acceso a determinados sitios en Internet, sanciona a empresas que trabajan en la red por relacionarse con Cuba, y prohíbe el acceso a las tecnologías para la navegación plena, algo que la SIP no tiene escrito en el guion que le entrega Washington para sus ataques a la Revolución.

Las autoridades cubanas dan pleno acceso al pueblo para la navegación en Internet, incluido Facebook, twitter y otros sitios, pero es Estados Unidos quien limita y sanciona a los cubanos que escriben a favor del proceso revolucionario, cerrándole sus cuentas para que la verdad no sea conocida, limitando la plena libertad de prensa, quienes sienten la persecución que les hacen los administradores de esos sitios por las informaciones que publican, situación que tampoco señalan los funcionarios de la SIP.

Yoani Sánchez viaja constantemente al exterior sin ser importunada, el asalariado José Daniel Ferrer, mencionado como “víctima del régimen” cubano por el senador Rubio, es un ejemplo de todo lo contrario, es asiduo visitante a Miami y con el dinero que recibe de sus patronos, ha adquirido nuevas viviendas, se ha casado varias veces y lleva una vida plena de placeres, según relatan sus propios seguidores.

Las informaciones falsas las inventaron en Estados Unidos, no en Cuba o Venezuela y son precisamente para engañar a la opinión pública, tal y como ejecuta el presidente Donald Trump.

Gracias al acceso logrado por millones de cubanos a las redes sociales, se percatan de las mentiras que escriben los “periodistas independientes”, esos que la embajada yanqui en La Habana formó a la carrera en cursos emergentes.

Cuando informan de la supuesta “represión policial” en Cuba y adjuntan las fotos, hasta los más tontos del mundo observan a los agentes del orden sin armas largas, escudos, cascos, chalecos anti balas, y la ausencia de gases lacrimógenos y carros lanzando chorros de agua, como sucede en otros países donde se reprime salvajemente a los que se oponen a las políticas neoliberales, entre ellos Francia, Chile, Argentina, Estados Unidos y por estos días Ecuador.

En Cuba no hay cabida para la mentira y la contrarrevolución pro yanqui, quienes la visitan constatan la libertad de movimientos y de expresión de sus ciudadanos, la seguridad existente y la ausencia de la represión que mencionan los asalariados de Washington, pues desde 1959 se acabaron la tortura, los desaparecidos y asesinados por la policía y los chorros de agua para reprimir a los estudiantes.

La prensa cubana, como dijo José Martí:

“Es el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las ideas”.

Repudiables mentiras.


Por Arthur González.

Se sabe que el tema migratorio cubano es manipulado por Estados Unidos con fines subversivos desde hace 60 años. Ese interés dio pie a la creación de la Ley de Ajuste Cubano, como justificación de que los cubanos “huyen del comunismo”.

«periodista independiente»

Por ese motivo se mantiene inamovible con un tratamiento que solo reciben los nacidos en Cuba, aunque al llegar a Estados Unidos estuvieran residiendo en algún país del llamado “mundo libre”.

El presidente Barack Obama antes de terminar su mandato, colegió con Donald Trump la eliminación de la política conocida como “pies secos-pies-mojados”, establecida por Bill Clinton en 1995. No obstante, como la Ley de Ajuste continua vigente, los cubanos que llegan a la frontera yanqui y solicitan asilo por huir de los comunistas, tienen derecho a un día de Corte para exponerle al juez sus argumentos.

Un ejemplo de cómo manipulan ese tema contra la Revolución cubana, es el caso del recién otorgamiento de asilo a Serafín Morán Santiago, autocalificado como “periodista independiente”, persona desconocida en Cuba, sin título universitario, ni currículo profesional alguno.

Ese asalariado, que dependía de las instrucciones y dinero recibidos desde Miami, en mayo de 2017 fue llevado a los tribunales cubanos acusado de “simulación de delito”, pues una de las orientaciones que reciben aquellos que dependen del dinero yanqui, es precisamente remitir denuncias falsas sobre hechos inventados, como parte de la guerra mediática organizada contra la Revolución desde 1959.

Esas noticias son las que divulgan las televisoras y agencias de prensa de Miami en sus campañas anticubanas, pero la vida se encarga de desmentirlas.

Morán Santiago llegó a la frontera yanqui desde México el 13 de abril 2018, donde solicitó asilo político bajo el argumento de ser un “perseguido político”, y si regresaba a Cuba podría ser “atacado o asesinado”, por su “trabajo” como periodista “independiente”.

A finales del pasado agosto, un juez de inmigración del estado de Texas, le negó la fianza por no encontrar argumentos sólidos, pero lo remitió a una audiencia de asilo, celebrada este mes de octubre, la cual falló a su favor después de que la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), al servicio de los yanquis, le ofreciera asistencia legal gratuita, algo que no hace con los miles de latinoamericanos que huyen de la muerte a manos de bandas del crimen organizado, del hambre y la miseria en que los tienen sumidos el sistema capitalista.

Morán también recibió apoyo de la organización Fundamedios, la que dice “velar por la libertad de prensa en Estados Unidos” y a la vez sostiene relaciones de trabajo con la bloguera y editora de 14yMedio, Yoani Sánchez, reclutada en 2004 por el agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, terrorista y prófugo de la justicia cubana por colocar bombas en centros comerciales de La Habana.

Ahora Moran es un refugiado político y el gobierno de Estados Unidos deberá sufragarle un paquete de gastos básicos de por vida, con el dinero de los contribuyentes.

Prueba de que no es perseguido por ninguna autoridad cubana fue su viaje libre hacia Guyana, país que no exige visado a los cubanos, porque México ni Estados Unidos no le concederían una visa, ni lo aceptarían dentro del amplio programa de visas de refugiados políticos, que otorga el Departamento de Estados a los cubanos.

Para comprobar la guerra mediática de desinformación contra Cuba, basta citar los argumentos de RSF, al acusar a la Isla de ser “una de las naciones más peligrosas para ejercer el periodismo”, calificándola como “la peor en cuanto a libertad de prensa” en el continente americano.

Desfachatez sin límites, porque en Cuba no hay un solo periodista muerto o desaparecido después de 1959, incluidos esos que no poseen título ni trabajan en medios de prensa reconocidos oficialmente, a diferencia de México, donde la vida de un periodista peligra las 24 horas del día y acumula en los últimos 6 años la alarmante cifra de cerca de 2 mil hechos, entre agresiones y asesinatos contra los profesionales de la prensa.

Los asesinatos de periodistas informados por estadísticas oficiales a nivel mundial, nunca han señalado a Cuba. Los crímenes contra la prensa en América Latina se concentran en México, seguido de Brasil, Honduras, Bolivia, Colombia, Argentina, Ecuador y Haití.

Otro ejemplo de las falsedades que respaldan los jueces que otorgan el asilo político a esos cubanos, es aceptar el argumento de que “su vida peligra” si regresan a Cuba, al no tomar en cuenta que el Departamento de Estado no les concede ese tipo de visas, ni que connotados contrarrevolucionarios con apoyo financiero y moral de Estados Unidos y del Parlamento Europeo, salen y regresan a Cuba sin ser molestados por ninguna autoridad y siguen su vida normal, con miles de dólares para ejecutar acciones provocativas contra la Revolución.

Entre esos casos están Berta Soler, Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer, Manuel Cuesta Morua, Dagoberto Valdés y algunos más, que han hecho de la contrarrevolución un jugoso negocio, permitiéndoles vivir sin tener que sudar.

El doble racero de Estados Unidos con el tema migratorio es vergonzoso, pues mientras a cubanos como Serafín Morán, los protegen con esa categoría, en los últimos cuatro meses Donald Trump separó de forma inhumana a más de 6 mil familias migrantes latinoamericanas, como parte de su política de tolerancia cero.

Razón tenía José Martí para afirmar:

“Hay algo que daña mucho el ejercicio del derecho y es la hipocresía del derecho”.

 

 

Terroristas en Miami hablan de presidio político en Cuba


Por Arthur González.

Muchos de los que se auto califican “exiliados” cubanos en Miami, parece olvidar las verdaderas razones que les hicieron abandonar la Isla, incluidos sus actos criminales durante la tiranía del dictador Fulgencio Batista, y las posteriores acciones terroristas ejecutadas cumpliendo órdenes de la CIA, causándole la muerte a muchos inocentes.

Ante el cambio generacional que se produce en la dirección del gobierno cubano con el apoyo mayoritario del pueblo a la Revolución, a pesar de la guerra económica, comercial y financiera más larga de la historia, que pretende sembrar el desencanto y el desaliento a partir de la insatisfacción de las necesidades básicas que esa criminal guerra provoca, en Miami ese “exilio” organiza el llamado “Primer Coloquio del Presidio Político Cubano”.

Después de 60 años viviendo del dinero que el gobierno yanqui le entrega como pago por sus servicios, pretenden llamar la atención de la prensa con ese Coloquio, omitiendo que la CIA los reclutó y entrenó para matar y sembrar el terror entre la población de Cuba.

Esos actos son calificados por las leyes de Estados Unidos como terrorismo y espionaje, nunca como acciones políticas.

El citado Coloquio lo organizó el llamado Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, y se efectuó el 7 de octubre 2018 con varias mesas de trabajo, una de las cuales estuvo presidida por Ángel de Fana Serrano, participante en 1997 en un plan de asesinato al presidente Fidel Castro Ruz, durante la celebración de la Cumbre Iberoamericana en Isla Margarita, Venezuela.

De Fana fue uno de los vínculos más cercanos al asesino y terrorista Luis Posada Carriles, autor de la voladura del avión civil cubano en 1976 y de las bombas en varios hoteles de La Habana.

Esos terroristas pretenden que el público de Estados Unidos, y especialmente los cubanos, los consideren “presos políticos”, como Carlos Alberto Montaner, condenado en Cuba por colocar petacas explosivas en un centro comercial, que incendió el local e hirió gravemente a una madre con sus dos hijos pequeños, o Armando Valladares, igualmente agente CIA, que ejecutó idénticas acciones que Montaner. Ambos fueron juzgados y condenados por terroristas.

La historia no se puede variar al antojo de personas, y las acciones terroristas diseñadas por la CIA, todas con la aprobación de la Casa Blanca, se pueden leer hoy en miles de documentos desclasificados, como el plan de terrorismo de Estado, aprobado por el presidente J.F. Kennedy, en junio 1963, donde se expone:

“El Programa encubierto para Cuba es competencia de la CIA. Algunas partes del Programa han sido aprobadas y están siendo puestas en práctica”.

“Dentro del contexto de las presunciones políticas y los estímulos de la situación en Cuba descritos, la CIA presenta un programa consistente en los cursos de acción interdependientes siguientes:

-Recolección encubierta de inteligencia, tanto de los requerimientos estratégicos de EE.UU. como de las necesidades operativas.

-Acciones de propagada para estimular sabotajes simples de bajo riesgo y otras formas de resistencia pasiva y activa.

-Aprovechamiento y estimulación de desafección en los centros de poder militar y otros.

-Acciones negativas económicas sobre una base creciente.

-Sabotaje general y hostigamiento.

-Apoyo a los grupos cubanos anticastristas autónomos para su complemento y ayuda en la ejecución de los cursos de acción expuestos arriba.

[…] Los agentes entrenados y controlados por la CIA serán empleados como lo serán los grupos autónomos exiliados seleccionados”.

Este plan concluye con una aseveración que no permite dudas de que de presos políticos no tienen ni el nombre, al afirmar categóricamente:

[…] “Habrá fracasos con la consecuente pérdidas de vida y acusaciones contra EE.UU., que resultarán en críticas dentro y afuera. Ninguna de esas consecuencias esperadas deberá hacernos cambiar nuestro curso, si el programa expuesto tiene éxito como esperamos”.

Los que han cumplido o cumplen hoy prisión en Cuba no son santos inocentes, todos actuaron bajo órdenes de la CIA para espiar, hacer sabotajes y/o asesinar, no por tener ideas diferentes.
¿Acaso fue una presa política Leopoldina Grau Alsina?

Ella fue responsable y participante activa en el plan de la CIA para asesinar a Fidel Castro, mediante pastillas de veneno.

Tampoco es un delito político el haber ejecutado la despiadada Operación Peter Pan, que separó a 14 mil 48 niños de sus padres, quienes ante la propaganda psicológica de que el gobierno revolucionario cubano los enviaría para la Unión Soviética, donde algunos serían convertidos en carne para el consumo humano y a otros les “lavarían el cerebro” hasta convertirlos en comunistas, decidieron enviarlos para Miami sin acompañantes.

Fueron miles los delitos comunes cometidos por esos “exiliados políticos” bajo la dirección de la CIA, que están en la memoria histórica del pueblo de Cuba.

Un documento elaborado por el Coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA, afirma:

“Durante el período comprendido entre octubre de 1960 y el 15 de abril de 1961, se perpetraron alrededor de 110 atentados dinamiteros contra objetivos políticos y económicos. Se colocaron más de 200 bombas. Se descarrilaron 6 trenes, se dejó inactiva la refinería de Santiago de Cuba durante una semana como resultado de un ataque sorpresivo desde el mar. Se provocaron más de 150 incendios contra centros estatales y privados, incluidas 21 viviendas de comunistas, y 800 incendios en plantaciones de caña”.

[…] “Estas operaciones lograron un éxito considerable. Las embarcaciones que prestaban servicio de Miami a Cuba entregaron más de 40 toneladas de armas, explosivos y equipos militares e infiltraron y sacaron a un gran número de personal. […] La mayoría de los sabotajes perpetrados en La Habana y otros lugares se realizaron con materiales suministrados de esta manera” …

Ahora en Miami quieren cambiar los tenebrosos actos cometidos, por simples acciones políticas, pero en Cuba están los muertos y mutilados que no olvidan.

Por eso José Martí afirmó:

“Nada hay más justo que dejar en punto de verdad las cosas de la historia”

La CIA intensifica sus planes contra Cuba.


Por Arthur González.

Como en los años 60 del pasado siglo XX, la CIA retoma sus planes contra la Revolución cubana, algunos copiados de aquellos que nunca tuvieron resultados.

Con el nuevo presidente Miguel Díaz-Canel, al frente de los Consejos de Estado y de Ministros, la CIA y el actual mandatario de Estados Unidos, intensifican sus acciones anticubanas, echándole mano a cuanto fantoche aparezca en el camino y se preste a cumplir sus órdenes.

Como arma fundamental mantienen la guerra económica, con la ilusión de que el pueblo se lance a las calles y exija cambios.

Una de las medidas a las que más empeño ponen, son los falsos ataques acústicos y consecuencias en salud hacia sus diplomáticos en La Habana, algo que no pueden demostrar, pero mantienen el tema en cartelera para ahuyentar los turistas y afectar la economía cubana. Para que nadie olvide el asunto, ahora repiten el libreto en China, a riesgo del costo político que eso pudiera conllevarles.

Sobre eso, recientemente Tomás Regalado, periodista y político, de origen cubano radicado en Estados Unidos, declaró en el Interamerican Institute for Democracy (IID):

“Actualmente existen oportunidades coyunturales para debilitar a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua”.

Tras las sanciones y alertas de viaje a Cuba emitidas desde los EE.UU., lo único que está dando renta en Cuba, son los cruceros, porque los turistas que quieren ir a Cuba no quieren ir a los hoteles por temor a ser penalizados por el Departamento del Tesoro. De modo que la gente se queda en los cruceros. Algunas sanciones están dando resultados”.

El IID se dedica al estudio de la política exterior de los EE.UU. hacia las denominadas “dictaduras” del continente, y es dirigido por Carlos Alberto Montaner, terrorista cubano.

Unido al recrudecimiento de su guerra económica y mediática contra Cuba, la CIA intensifica otras medidas para estructurar una “oposición” interna entre los jóvenes y artistas.

Entre los asalariados que más financian actualmente está Rosa María Payá, devenida en “refugiada política” en Miami, por ser la única figura joven que pueden mostrar ante el mundo como “disidente” cubana, a pesar de no residir en la Isla, nunca fue miembro de grupitos contrarrevolucionarios, estudió en la Universidad de La Habana y no es aceptada por elementos “disidentes” de larga data al servicio de los yanquis.

Rosa María en poco tiempo ha recibido un apoyo total de la CIA y políticos como Marco Rubio e Ileana Ros-Lehtinen, fue enviada a múltiples países europeos y latinoamericanos, incluso bajo solicitudes del Departamento de Estado es recibida por políticos y miembros del Parlamento Europeo.

Esa “refugiada política” hecha a la medida de las necesidades yanquis, sustituyó a Yoani Sánchez, quien en el 2004 fue reclutada por Carlos Alberto Montaner, siendo igualmente paseada por el mundo, y sin éxitos pasó al olvido.

En los actuales planes de la CIA, Rosa María fue dirigida a participar en el evento Teen Vogue Summit, organizado por la revista Vogue, el pasado 1ro de junio en New York, donde expuso el proyecto Cuba Decide, pero sin resultados que mostrar.

Teen Vogue Summit tuvo este año una agenda para intercambiar sobre temas del control de armas, la reforma migratoria y el cambio climático.

Rosa María, igualmente fue llevada recientemente a una reunión con el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, miembro del Partido Republicano y fuertes relaciones con Marco Rubio. En dicho encuentro la “refugiada” solicitó que la OEA prestara atención a lo que ella denomina “crisis democrática” que vive la Isla, matriz de opinión que la CIA está conformando, para crear condiciones a futuras acciones internas con sus asalariados y para lo cual aspira a emplear los twists y los SMS, tal y como hacen hoy en Venezuela y Nicaragua.

El encuentro con el embajador yanqui estuvo auspiciado por la organización anticubana Freedom House, financiada por la CIA, tras la NED y el Departamento de Estado, donde Payá Acevedo se presentó como “presidenta de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia”, cargo que le asignaron para darle representatividad y justificar su presencia en actividades de la región, solicitándole a los miembros de la OEA que, además de tomar medidas contra Venezuela, lo hagan igualmente hacia Cuba para “poner fin a la represión y la falta de libertades”.

Siguiendo ese libreto, Rosa María expresó “la necesidad de recuperar un sistema democrático e instó a la OEA y sus estados miembros, a no reconocer como representantes del pueblo cubano a los miembros de la Asamblea Nacional, ni a Miguel Díaz-Canel, por no haber sido elegidos bajo un sistema con garantías democráticas”.

Trujillo, en su posterior intervención ante la Asamblea de la OEA, expuso: “los países de las Américas tienen que aceptar que Cuba es la madre de todo mal, referente al debilitamiento de la democracia en el continente y las violaciones de derechos humanos”.

Otra línea de trabajo de la CIA es sobre el sector artístico-intelectual, donde la artista plástica Tania Bruguera, tiene la cara visible en busca de captar adeptos para sus planes.

En ese sentido, lo más reciente es su oferta de financiamiento a cineastas cubanos, para “promover la diversidad de voces en el audiovisual independiente cubano, impulsar a directores, productores y guionistas noveles de comunidades poco representadas, a contar sus historias”.

Afirmó que le dará prioridad a “proyectos con temas sociales acuciantes en la Cuba de hoy y del futuro, que sostengan los principios de no discriminación por orientación sexual, identidad de género, color de la piel, forma de pensar, estatus socioeconómico y procedencia geográfica”.

Como financista del proyecto aparece el Instituto Internacional de Artivismo Hanna Arendt (INSTAR), engendro creado para sustentar esa estrategia subversiva como “un espacio de alfabetización cívica en la Isla, resultado de la acción pública #YoTambienExijo”.

Tampoco habrá resultados favorables para la CIA, porque los cubanos empuñarán siempre su espada victoriosa, porque como afirmó José Martí:

“Lengua, tenemos todos; pero espada pocos”

 

Acusan a Cuba de fusilar, pero no dicen los crímenes que cometieron.


Por Arthur González.

En 1959 al triunfar la Revolución cubana, una de las primeras medidas adoptadas fue detener y someter a juicios a los asesinos, torturadores y colaboradores del régimen del dictador Fulgencio Batista; muchos de ellos fueron sancionados a pena de muerte por sus crímenes.

Los que ahora acusan a Cuba, no mencionan esos asesinatos, solo conforman operaciones mediáticas para tergiversar la verdad y ocultar que Estados Unidos recibió y otorgó la categoría de “refugiados políticos”, a una parte de aquellos asesinos.

De lo sucedido a los asaltantes al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba en 1953, ni una palabra, cuando allí el ejército batistiano asesinó, sin juicio alguno, a todos los detenidos.

Contra Batista nunca se llevó a cabo una denuncia por sus violaciones de los derechos humanos, ni fue sometido a sanciones económicas, porque fue un fiel peón de Washington y asesorado por oficiales del FBI que viajaron a La Habana para entrenar a quienes formaron parte del Buro de Represiones Anti Comunistas, BRAC, tenebrosa organización que detenía arbitrariamente y asesinaba a mansalva, por el solo hecho de ser sospechoso de comunista.

Los juicios celebrados en 1959 contra los asesinos y torturadores, fueron públicos, miles de personas asistieron, para declarar contra quienes cometieron todo tipo de crímenes.

Entre los asistentes a los juicios estaban periodistas extranjeros, que comprobaron la justeza de las sanciones. Entre ellos el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, Jules Dubois; el editor del Washington Daliy News, John T. O´bourke y los diputados chilenos Alfredo Lorca y José Musalem.

Sin esclarecer los motivos que los impulsan o quienes les sufragan en estos momentos esa campaña contra la Revolución, organizaciones contrarrevolucionarias a las órdenes de Estados Unidos, entre ellas: Archivo Cuba, la Fundación de los Derechos Humanos y Cubalex, presentaron un documento sobre fusilamientos, supuestas desapariciones forzosas, asesinatos extrajudiciales, muertes de opositores e inducción al suicidio, algo que jamás el gobierno de Estados Unidos ha podido probar.

Las acusaciones parten de Miami, donde precisamente se refugiaron los asesinos más crueles de la tiranía batistiana, a pesar de ser reclamados por el gobierno revolucionarios. La respuesta del Departamento de Estados yanqui fue otórgales la residencia en ese país.

Al parecer María Werlau, directora ejecutiva de la organización Archivo Cuba, no sabe que Esteban Ventura, Jesús Blanco Hernández, Conrado Carratalá Ugalde, Luis Alberto del Rio Chaviano, Sotero Delgado Méndez, Orlando Piedra Negueruela, Mariano Faget Díaz, Rafael Gutiérrez Martínez, Pilar García, Irenaldo García Báez, Julio Laurent Rodríguez, Lutgardo Martín Pérez Molina y Rolando Masferrer Rojas, encontraron refugio seguro en territorio estadounidense, a pesar de tener sus manos llenas de sangre.

Tampoco conoce que por las calles de Miami camina libremente Posa Carriles, autor de la voladura de un avión civil cubano donde murieron 73 personas, padre de los actos terroristas contra 6 hoteles cubanos, donde falleció un turista y que fue participante del plan de asesinato de Fidel Castro, en ciudad de Panamá.

¿Por qué ella no reclama justicia para esas víctimas?

Entre los fusilados en Cuba estaba el ex comandante del ejército de Batista, Jesús Sosa Blanco, acusado de cometer 108 asesinatos, de ellos 53 en una tarde.

Otro de los fusilados fue el capitán Grao, quien en solo una mañana asesinó a 30 campesinos de un caserío en las faldas de la Sierra Maestra, para que no apoyaran al ejército rebelde.

Entre los testigos en aquellos juicios comparecieron sacerdotes que declararon sobre la crueldad de los acusados.

¿No saben los miembros de esas organizaciones contrarrevolucionarias, de los 214 asesinatos cometidos por los alzados en las montañas del Escambray, organizados y armados por la CIA?

Alfabetizadores, maestros, campesinos y sus familiares, obreros agrícolas y funcionarios, fueron torturados y asesinados por esos llamados “luchadores por la libertad”.

Entre los alfabetizadores están Pedro Blanco Gómez de 13 años; Manuel Ascunce de 16 años; Delfín Sen Cedré de 20 años y el maestro Conrado Benítez de 18 años.

Total de víctimas fatales, de ellos 63 campesinos y obreros agrícolas, 13 niños, 3 mujeres, 8 ancianos, 9 maestros voluntarios de la campaña de alfabetización, 10 funcionarios, 6 administradores de granjas agrícolas.

Muchos de los asesinos fueron juzgados y fusilados justamente.

Terroristas a las órdenes de la CIA, colocaron explosivos en los centros comerciales, cines y escuelas de la isla, donde murieron personas inocentes. Entre los autores está Carlos Alberto Montaner, hoy residente en Estados Unidos, a pesar de ser un prófugo de la justicia cubana.

Miembros de organizaciones terroristas como Alfa 66, Omega 7, y muchas más, transitan libremente por calles y ciudades de Estados Unidos, como lo hizo Orlando Bosch, quien contó con el apoyo de la representante al Congreso Ileana Ros-Lehtinen, al igual que Guillermo Novo Sampoll, implicado directamente en el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier, su secretaria y el chofer.

Antes de mentir contra Cuba, deberían responder ante la Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, por qué no demandan al FBI de no actuar contra los residentes en Miami, Ángel de Fana Serrano, participante del plan de asesinato a Fidel Castro, junto a Posada Carriles; Armando Valladares, terrorista que colocó bombas en centros comerciales de La Habana; Gaspar Jiménez, asesino del diplomático Dartagnan Díaz; Pedro Remón, asesino de los funcionarios cubanos Eulalio Negrín y Félix García; Ramón Saúl Sánchez, ex miembro de Omega 7 y cómplice de los asesinos Eduardo Arocena y Pedro Remón.

La guerra psicológica contra Cuba nunca ha fructificado, pues se desbarata con las propias informaciones desclasificadas de la CIA y del FBI.

Los que reciben altas sumas de dinero para tales campañas carecen de moral y elementos convincentes, viajan constantemente a Estados Unidos, son asiduos visitantes a residencias diplomáticas y abastecidos para sus acciones.

Mientras acusan a Cuba, callan sobre las desapariciones, secuestros y asesinatos de miles de mexicanos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, y no dijeron una sola palabra de la detención arbitraria y asesinato del joven argentino Santiago Maldonado.

Por la ausencia de moral y apego a la verdad, nunca han contado con apoyo del pueblo cubano, son repudiados permanentemente por una población que sabe lo que es padecer el terrorismo de estado, ese que durante medio siglo ejecuta Estados Unidos contra Cuba.

No por gusto expresó José Martí:

“Se aborrece a los viles y se ama con todas las entrañas, a los hombres pudorosos y bravos”