Rosa María Payá y las causas de un fracaso.


Por Arthur González.

Muchos en el mundo se preguntan ¿Cómo Estados Unidos no ha podido derrocar a la Revolución cubana en 60 años, a pesar de los miles de millones de dólares destinados a ese empeño?

Muy simple, la fortaleza radica en la ideología que defienden los cubanos para mantener su independencia y soberanía nacional, ante la ausencia de estas razones en los asalariados que ellos han fabricado a lo largo de esos años.

Una de las “disidentes” construidas en los últimos años es Rosa María Paya Acevedo, quien, durante entrevista privada con diplomáticos estadounidenses acreditados en la Habana, aceptó orquestar una campaña contra Cuba, a cambio de que se les otorgaran visas de “refugiados políticos” para ella, su madre y dos hermanos, procesadas con inmediatez inusual, por considerar que “sus vidas peligraban” en la Isla.

 Al llegar a Miami, Rosa fue recibida por la entonces representante Ileana Ros Lehtinen y el senador Marco Rubio, quienes ante la ausencia de una figura joven que pudiera venderse como “disidente”, le ofrecieron convertirla en una “opositora política” y viajar por el mundo con todos los gastos pagados.

A partir de ese momento Rosa María visitó decenas de países, siendo recibida por ministros y hasta expresidentes de gobiernos latinoamericanos y europeos, el secretario general de la OEA, parlamentarios europeos y otros dirigentes, todo gracias a las gestiones de los políticos yanquis, pues ella carece de antecedentes en esa esfera y de personalidad jurídica para que le dispensen ese tratamiento.

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Las payasadas de la mafia terrorista anticubana.


Por Arthur González.

Viuda de Payá sonrie ante el homicida de su esposo

El Comité de Relaciones Exteriores del Senado yanqui aprobó el pasado 20 de marzo 2018, una resolución que reclama investigar la muerte de Oswaldo Payá, algo que raya en la payasada, pues hasta las cortes de España rechazaron esa acción, cuando la viuda, Ofelia Acevedo y la hija, Rosa María Payá, fueron enviadas a Madrid por la mafia terrorista de Miami con similares pretensiones.

En aquella ocasión el ministro de asuntos exteriores se negó rotundamente a aceptar tal denuncia y les expuso claramente que, si tenía las pruebas suficientes, debían acudir a la justicia por ser la encargada de ventilar tales casos.

Rosa María y su madre orientadas desde EE.UU. así lo hicieron, pero para su sorpresa los jueces no aceptaron la acusación por carecer de elementos probatorios.

Durante el juicio celebrado en Cuba contra el homicida español Ángel Carromero, enviado a la isla por Esperanza Aguirre del Partido Popular español, para repartir miles de euros para que los contrarrevolucionarios ejecutaran actos provocativos, se comprobó fehacientemente que Carromero conducía el auto rentado a exceso de velocidad, lo que en España acostumbraba a realizar y de ahí que le fuera suspendida su licencia.

Una vez decidido su traslado a la península, para el cumplimiento de su sanción por el homicidio de Oswaldo Payá y su compañero de fechorías, le fue entregado en custodia al embajador español hasta su salida hacia Madrid, y en ningún momento le confesó al diplomático que fue presionado para sus declaraciones de culpabilidad en el juicio.

El embajador y el cónsul general de España estuvieron presentes en el juicio, junto a decenas de periodistas de agencias extranjeras y todos declararon que el proceso jurídico fue limpio y demostró la responsabilidad de Carromero en la muerte de Payá.

Posteriormente Rosa María y su madre, fueron entrevistadas en la residencia de un diplomático yanqui, no en el consulado, donde aceptaron desarrollar la campaña anticubana a cambio de un visado de “refugiadas políticas”, algo inescrupuloso pues manipulan la muerte de un ser querido para ganar dinero y posición en Miami.

Ahora los miembros de la mafia terrorista anticubana, esa que respalda a los asesinos que residen libremente en Miami, como Luis Posada Carriles, autor, entre otros hechos, de la voladura de un avión civil cubano donde murieron 73 inocentes, han presentado ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, una resolución para que se investigue la muerte de Payá, e incluso recientemente uno de sus miembros, Marco Rubio, propuso cambiarle el nombre a la calle donde se encuentra la embajada cubana en Washington, por el de Oswaldo Payá.

¿Por qué el corrupto senador Bob Menéndez, aún en proceso investigativo, y Ted Cruz, ambos de padres cubanos, no solicitan investigar a Carlos Alberto Montaner, terrorista prófugo de la justicia cubana por colocar petacas incendiarias en centros comerciales, causantes de varios heridos?

En Miami también radica Gaspar Jiménez, asesino del diplomático cubano Dartagnan Díaz y cómplice de Posada Carriles, ambos condenados por terrorismo en Panamá y posteriormente liberados por presiones de la CIA.

No conocen esos senadores que por las calles de Miami caminan libremente Guillermo Novo Sampoll, cómplice del asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier, su chofer y la secretaria, además de ejercer como torturador en el tenebroso Plan Cóndor y asesino de dos custodios de la embajada de Cuba en Argentina; Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, terrorista y traficante de armas; Rodolfo Frómeta, terrorista cubano, jefe de los comandos F-4, autor confeso de actos terroristas contra Cuba, Pedro Remón, agente CIA que participó en el asesinato en New York de los diplomáticos Félix García y Eulalio Negrín, más una docena de asesinos protegidos por las autoridades norteamericanas.

Campañas engañosas no podrán transformar la verdad y resulta repugnante que la propia familia de la víctima, se preste para emplear al difunto a fin de ganar miles de dólares.

Nunca el Senado yanqui ha aprobado una resolución para investigar la desaparición de 43 jóvenes mexicanos, o del asesinato de cientos de periodistas, ni han solicitado una investigación sobre los asesinatos de activistas de izquierda en Latinoamérica, lo que demuestra la payasada de los anticubanos a fin de deformar la realidad de la Revolución, esa que nunca han podido destruir.

Siempre habrá que tener presente a José Martí, cuando ante situaciones similares, aseguró:

“No debe perderse el tiempo en intentar lo que hay fundamentos sobrados para creer que no ha de lograrse”

Quien carezca de principios éticos y morales no podrá dirigir a los cubanos.


Por Arthur González

Esos que se apodan “disidentes” y luchan entre ellos por alcanzar posiciones, con la ilusión de dirigir a los cubanos en el futuro cercano, jamás podrán aspirar a lograr un liderazgo en Cuba.

Los diplomáticos yanquis en La Habana que tuvieron el especial “privilegio” de conocerlos, escucharlos y verlos actuar, informaron al Departamento de Estado y a la CIA que:

“…Sin un verdadero milagro entre los líderes de la oposición, no es probable que el movimiento disidente tradicional pueda reemplazar al gobierno cubano es improbable que desempeñen algún papel significativo en cualquier gobierno que asuma después de los Castro…vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie… su impacto en la sociedad cubana es muy poco y no ofrecen una alternativa política al gobierno…más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores…”

A pesar de esos criterios del personal diplomático que los conoció bien, en Washington algunos políticos continúan apostando por ellos y asignan presupuestos millonarios para alimentar a los que desde Miami llevan 58 años viviendo del fracasado cuento de “derrocar al régimen de Castro”.

Desesperados por encontrar figuras jóvenes entre la llamada “oposición”, crearon cursos en centros de Estados Unidos para la preparación de líderes. La primera acción fue en el 2009 con el lanzamiento de becas para jóvenes entre 16 y 18 años de edad.

Le siguieron otras como las otorgadas en el 2015 por la organización World Learning Inc., con sede en Washington, para un “Programa de Liderazgo de Verano”, y en el 2017 la convocatoria de la organización Líderes Sociales, con el propósito de promover el desarrollo profesional juvenil y fortalecer la sociedad civil cubana.

Ante tantos fracasos, apareció Rosa María Paya Acevedo, hija de Oswaldo Payá Sardiñas, muerto en un accidente automovilístico por la imprudencia del español Ángel Carromero, secretario general de Nuevas Generaciones del Partido Popular español, enviado a Cuba a repartirle dinero a la “disidencia” interna, cuando conducía a exceso de velocidad el auto en el que viajaban.

Carromero era un consuetudinario violador del código del tránsito en España, debido a su gusto por la velocidad, por lo cual le fue retirada su licencia de conducción.

Por el homicidio de Paya y su compañero Harold Cepero, fue juzgado y condenado a cuatro años de prisión por homicidio imprudente, ante la presencia del Embajador y el Cónsul General de España en Cuba, quienes reconocieron la limpieza del juicio y la veracidad de las pruebas presentadas, lo que fue ratificado por los periodistas extranjeros asistentes al acto jurídico.

La ausencia de ética de Rosa María y su madre Ofelia Acevedo, es tal que les vendieron a los yanquis sus principios y el amor familiar, a cambio de iniciar una campaña difamatoria contra el gobierno de Cuba, acusándolo de ser responsable de la muerte de ambos asalariados.

Como pago, recibieron un visado para Estados Unidos de “refugiadas políticas”, para ellas y dos hijos varones de Payá Sardiñas. Al arribar a Miami sus declaraciones fueron amplificadas por la prensa, con el respaldo de la mafia terrorista anticubana y en especial del Senador Marco Rubio.

A tal nivel cayeron ambas que se fotografían con el homicida español, lo besan y abrazan como un héroe, sin el menor escrúpulo, a sabiendas que es el único responsable de la pérdida del esposo y padre.

Por instrucciones recibidas en Miami, presentaron una acusación formal ante las cortes españolas, la que fue declarada sin lugar por falta de pruebas, al igual que la apelación.  Tampoco el gobierno de Mariano Rajoy aceptó la versión fabricada en Estados Unidos, y no se dejó arrastrar al show mediático, corroborando las declaraciones de sus funcionarios diplomáticos que presenciaron el juicio en Cuba.

Pasados cinco años y queriendo darle un protagonismo inexistente a la joven Rosa María, con la quimérica pretensión de presentarla como una futura líder para los cubanos, costearon nuevamente su viaje a La Habana para conformar otra provocación en el aniversario de la muerte de Payá.

Para darle más sazón al tema, los senadores Dick Durbin, Bill Nelson, Jeff Merkley, Marco Rubio, Bob Menéndez y Ted Cruz, estos tres últimos de origen cubano, presentaron en el Senado una resolución en honor al legado de Payá, e instaron a que se aclarasen las circunstancias del suceso, con el objetivo de mantener el tema Cuba en discusión y evitar las propuestas de leyes para eliminar la prohibición de viajes a la Isla.

Rosa María siendo supuestamente una perseguida política, visita la Habana de forma permanente, sin confrontar dificultades para sus movimientos e incluso no ha sido encausada por las acusaciones falsas que reitera contra el Gobierno cubano, al responsabilizarlo de la muerte del padre, tal y como hizo recientemente en un comunicado, donde afirmó: “el accidente fue un atentado provocado por oficiales del régimen castrista”.

La “refugiada política” sabe perfectamente que está cometiendo un delito, tipificado en el código penal cubano, como denuncia o acusación falsa, sancionado con privación de libertad de tres a ocho años, algo que, de las autoridades proceder, le daría el pretexto anhelado para proclamarse como perseguida política.

Cuba tiene vasta experiencia en ese tipo de ardides yanquis, por tanto, Rosa María seguirá desgastándose con acusaciones que nunca podrá probar y con el denigrante papel de ganar dinero a costa de la muerte del padre.

En consecuencia, las aspiraciones que tienen de convertirla en una futura líder están condenadas al repudio del pueblo cubano y seguirá el mismo destino que sus tantos antecesores, pues como aseguran los diplomáticos norteamericanos en La Habana: “su impacto en la sociedad cubana es muy poco y no ofrecen una alternativa política al gobierno”.

Ante actitudes similares afirmó José Martí:

“Debe ser penoso inspirar desprecio a los hombres.”

De perseguida política a turista en La Habana


Por Arthur González.

De “perseguida política” a turista en La Habana, así de simple ha sido la transformación de Rosa María Payá Acevedo, hija del “disidente” Oswaldo Payá Sardiñas, fallecido por culpa del español Ángel Carromero, al conducir a exceso de velocidad y condenado por homicidio.rosa-maria-e-ileana

Al morir Payá y perder la familia el financiamiento que por años recibían desde Miami, Rosa María y su madre Ofelia Acevedo, les hicieron el cuento a los diplomáticos estadounidenses acreditados en Cuba, “que la policía pretendía asesinarlas”, algo que solo los que no conocen la historia pueden creer.

Fue así como ambas intercambiaron un visado de refugiados políticos para ellas dos y otros dos hijos del finado, y el pago sería desarrollar una campaña acusando al gobierno cubano del deceso del “disidente”.

Por supuesto que ni siquiera en los tribunales españoles creyeron esa historia, debido a la ausencia de pruebas y al reconocimiento del gobierno de España de la culpabilidad de Carromero.

No obstante, desde su arribo a los Estados Unidos Rosa María fue acogida por miembros de la mafia terrorista anticubana, como Ileana Ros-Lehtinen y Marco Rubio, quien de inmediato se convirtió en su protector, pero pronto se acabó el cuento de que era perseguida política, pues regresó a la isla a los pocos meses para no perder su residencia, lo que demuestra su gran mentira, ya que en ningún momento confrontó peligros, ni represalias.

En Miami conformó una organización contra la Revolución, como medio para obtener parte de los fondos que la Casa Blanca aprueba anualmente y que ascienden a 20 millones de dólares, y ahora anunció otra visita al país donde según ella afirmaba, «peligra su vida».

La prensa pagada para la conformación de noticias falsas contra Cuba, anunció que el 18 de enero 2017 Rosa María regresaba nuevamente a La Habana, nada menos que para estar con sus amigos, los que, de acuerdo con la cruzada mediática concebida en Miami, “están siendo encarcelados, golpeados o amenazados, y temen por sus vidas”.

¡Vaya temor! el de esos que viven a costa del dinero que aporta Estados Unidos, viajan por Europa y Miami sin problema alguno y no trabajan desde que encontraron, como ella, una fórmula para obtener dinero fácil sin preocupaciones.

Resulta evidente que ante las medidas de ajuste económico que anuncia el nuevo presidente Donald Trump, la contrarrevolución cubana fabricada por la CIA, según documentos desclasificados, tiene temor de quedarse sin el amplio financiamiento con el que viven cómodamente desde hace 58 años, razones para incrementar el anejo cuento de los “arrestos y golpizas” que nadie ve en las calles cubanas.

Ahora Rosa María disfruta, como una turista más, de almuerzos y cenas en restaurantes privados de La Habana, gracias a ser mantenida por Estados Unidos dada su condición de “refugiada política”, lo que le permite tener el dinero suficiente para compartir con sus amistades si ser molestada por nadie.

Un verdadero perseguido político de cualquier país sabe que, regresar al lugar de donde un día salió para salvar su vida, es ser hombre muerto, algo bien distinto a lo que ocurre con la “perseguida política” Rosa María Payá Acevedo.

Al darse cuenta de que el tiempo se le acaba, la «refugiada» reportó a través de un video en vivo en la red social Facebook, que han sido seguidas durante tres días por tres autos durante un recorrido por La Habana, algo muy difícil de tragar con la escasez de combustible que los mismos sitios de Miami difunden a diario.

La suerte está echada y por mucho que quieran hacerle creer a los nuevos funcionarios de la Casa Blanca de esas historias de horror y misterio, la vida se encargará de demostrar quien dice la verdad, y todo apunta a que los presupuestos millonarios que les permite vivir del cuento a los llamados “disidentes”, están en el pico del aura, tomando en consideración que los actuales dirigentes de Estados Unidos proceden del mundo de los negocios y no del gremio de los políticos tradiciones comprometidos con viejas e infectivas políticas contra Cuba.

Precisamente ante hechos como este José Martí afirmó:

“Nada falso es duradero ni útil”

Perseguida política o fabricada política


Por Arthur González.

Realmente es incompresible oír hablar de persecución política, peligros para la vida y otros cuentos que ha sufrido una “opositora” en Cuba y a la vez conocer que vive plácidamente en La Habana haciendo campañas a favor de Estados Unidos; por supuesto que se trata de Rosa María Payá Acevedo.rosa maria payah

Esa joven que ha hecho carrera a costa de la muerte de su padre Oswaldo Payá, fallecido en un accidente de tránsito provocado por el español Ángel Carromero del Partido Popular, al conducir a exceso de velocidad mientras repartía dinero para la contrarrevolución cubana, ahora desea hacer una segunda parte de los chascos que hizo su padre, sin tener presente que esas nunca han sido buenas.

Después del suceso, Rosa María y su madre Ofelia Acevedo, en entrevista privada con diplomáticos estadounidenses acreditados en la Habana, acordaron orquestar una campaña contra Cuba a cambio de que se les otorgaran visas de refugiados políticos para ellas y dos hijos de Oswaldo, arribaron a Miami con inmediatez inusual por considerar que sus vidas peligraban en la Isla.

Desde su llegada a la capital de la mafia terrorista anticubana, ambas mujeres fueron entrenadas para desarrollar una cruzada mediática contra su patria, viajando por Europa y América Latina con todos los gastos cubiertos por el gobierno estadounidense, pero en España tuvieron un tropiezo fuerte con la justicia, al serles rechazada la acusación contra las autoridades cubanas por carecer de pruebas legales.

No obstante, Rosa María, apadrinada por el senador Marco Rubio y la representante Ileana Ros-Lehtinen, fue obligada a continuar sus falsas acusaciones y al no obtener resultados ha sido enviada a La Habana nuevamente, de donde salió como “perseguida” política supuestamente por “peligrar” su vida.

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