Organizaciones contra Cuba se tragan su propio veneno.


Por Arthur González.

Las organizaciones creadas y/o financiadas por Estados Unidos en su guerra no convencional contra la Revolución cubana, se han tenido que tragar su veneno al ver como la Unión Europea fortalece sus relaciones con Cuba, después del fracaso de la llamada Posición Común, aplicada en 1996 a propuestas del lacayo de Miami, el ex presidente español José María Aznar, como parte de las acciones que impusieron los yanquis para estrangular económicamente a Cuba.

La resistencia y unidad del pueblo cubano entorno a su Revolución, demostró con creces la manipulación mediática con la que pretendían fabricar una falsa imagen de violaciones de los derechos humanos en la Isla, algo que el gobierno estadounidense intenta manejar para justificar sus actos criminales contra el pueblo cubano, como son las guerras económica, comercial, financiera y biológica, las presiones y el chantaje político contra otros gobiernos que tienen relaciones con Cuba y los actos de terrorismo ejecutados por la CIA, incluidos los planes de asesinato a Fidel Castro, en violación total de los derechos humanos.

Al no poder destruir el sistema socialista en Cuba y constatar el avance de la Revolución, el bloque europeo reconoció tácitamente el fracaso de su Posición Común y en 2016 firmó con La Habana el primer pacto bilateral que entró en vigor provisionalmente en noviembre de 2017, hecho que provocó los chillidos de quienes se oponen a que Cuba se iguale al resto de los países latinoamericanos, donde las violaciones de los derechos humanos son cotidianas.

A pesar de las calumnias de la prensa extranjera, sufragadas con parte de los 20 millones de dólares que aprueba anualmente la Casa Blanca para la subversión contra Cuba, en la Isla no hay un solo desaparecido, ni periodistas asesinados, ni fosas comunes con cadáveres no identificados, ni sacerdotes acribillados a balazos y otros crímenes, como que suceden a diario en otros lugares del mundo.

En Cuba los derechos de los seres humanos se materializan en el derecho a la vida, la educación y la medicina gratuita para todos, sin importar creencias o posiciones ideológicas, razas, preferencias sexuales o limitaciones físicas. A eso se suman el derecho a la práctica sana del deporte, la cultura, la maternidad sustentable con licencias pagadas a las madres por 12 meses, el derecho a que sus familiares, dígase esposo, padres, abuelos o suegros, asuman el cuidado del bebé con una pensión monetaria por un año, algo impensable en países desarrollados.

Mucho se difama a la Revolución para satanizarla e impedir que su ejemplo se propague, pero la verdad se impone porque a pesar de las mentiras fabricadas por los yanquis, en Cuba se respira un aire de seguridad, protección al ser humano y respeto por la vida que no existe en muchos lugares del mundo, incluidos los Estados Unidos donde la medicina es un negocio que no respeta los derechos humanos.

Los cubanos tienen derecho a proponer los candidatos a las asambleas del Poder Popular, sin que estos soliciten dinero para campañas electorales como sucede en estados llamados “democráticos”.

Cubanas y cubanos cobran similares salarios por ocupar idénticos puesto laborales, todos tienen derecho a ingresar en los sindicatos y realizar los planteamientos que deseen y no como dicen los yanquis que en Cuba no hay sindicatos “libres”.

Lo que no pueden los cubanos y cubanas es conspirar contra el Estado por orientaciones financiadas por los yanquis, para crear desórdenes, algo que la embajada de Estados Unidos en La Habana instruye permanentemente.

Esos grupúsculos contrarrevolucionarios creados por Estados Unidos y sus agencias de inteligencia, que no tienen respaldo de la sociedad cubana, son los que quieren ser escuchados por la Unión Europea en sus reuniones con el gobierno cubano, impulsados por sus amos para que algunos ignorantes se crean que en la Isla existe una “oposición”, algo que los propios diplomáticos yanquis niegan en sus informes secretos.

Basta recordar el cable confidencial No. 09HAVANA221, ID: 02438, del 15 de abril del 2015, confeccionado por el Jefe de la Sección de Intereses de Washington en La Habana y enviado al Departamento de Estado y a la CIA, donde afirma:

“Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie. Las encuestas informales que hemos hecho entre solicitantes de visas y refugiados muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas” […] “Están más preocupados por tener mayores oportunidades para viajar libremente y vivir de manera confortable”.

Es por eso que los altos funcionarios de la Unión Europea no se reúnen con esos grupúsculos, porque ni representan al pueblo cubano, ni tienen futuro dentro de la sociedad de la Isla.

Organizaciones de “derechos humanos” construidas para atacar a países que tienen gobiernos no aceptables para Estados Unidos, como Civil Rights Defenders y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, organizado en España, dan gritos porque no se escuchan los “reclamos” de un puñado de elementos, que solo de verlos cualquiera se percata la baja calaña que poseen.

Sin embargo, no condenan la guerra económica que aspira a matar por hambre y enfermedades a todo un país.

No por gusto los diplomáticos de Estados Unidos en La Habana en secreto plantean a sus jefes:

“No vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores”. […] Es preciso que busquemos en otra parte, incluso dentro del propio gobierno, para identificar a los más probables sucesores del régimen de Castro”.  

Si los que les pagan tienen esos criterios, ¿por qué los funcionarios de la Unión Europea, van a perder su tiempo en escuchar mentiras de personas sufragadas por Estados Unidos, que carecen de prestigio y autoridad, a diferencia de un gobierno establecido y reconocido por cientos de países del Mundo?

Cuba es un país con altos niveles académicos, la educación es obligatoria hasta 9no grado y el pueblo está totalmente informado de los sucesos más relevantes, por tanto, es falso de que no tengan acceso a la información pues son millones los que poseen las vías para leer lo que pasa en este mundo, donde los yanquis invaden a otros países sin razón, o los asesinatos que se producen por el libre acceso a las armas que tienen los estadounidenses, el encarcelamiento de niños por ser inmigrantes, la represión contra los negros en muchas ciudades norteamericanas, los más de 40 millones de estadounidenses que viven en la pobreza y los millones que no cuentan con seguro médico.

Cualquier cubano tiene derecho a expresar sus criterios en las asambleas a nivel de barrio, acudir a la fiscalía para realizar denuncias y exponer sus quejas en oficinas de atención a la ciudadanía, e incluso escribir a la prensa oficial para encontrar una respuesta a sus inquietudes.

Pero eso no es lo que desean los yanquis, pretenden conformar grupos contrarrevolucionarios y convertirlos en partidos políticos como hicieron en Polonia, para destruir el socialismo.

Mejor que se preocupen ellos por resolver los acuciantes problemas de corrupción y violaciones de los derechos de sus ciudadanos, intentar ponerle freno al actual presidente, que hace y deshace a sus anchas, recluye a los inmigrantes en cárceles como animales, separa a padres de sus hijos, sin el menor respeto a los derechos de los niños, algo que ninguna de las organizaciones que se “preocupan” por los derechos humanos de Cuba, condenan.

60 años de argumentaciones falsas contra la Revolución no han logrado destruir el apoyo internacional, porque los pueblos saben diferenciar la mentira de la verdad, y como expresó José Martí:

“La retórica sueña a careta de cómico en la oratoria funeraria”.

 

Por qué presionan a la Unión Europea por sus relaciones con Cuba.


Por Arthur González.

Cada vez que la Unión Europea avanza de forma positiva hacia Cuba, a los yanquis se les inflama el hígado al ver como su política es desoída.

La llamada Posición Común, que lograron imponerle a los europeos en 1996 cuando tenían al frente de España a su más fiel lacayo, José María Aznar, fracasó y no pudieron ahogar económicamente a Cuba como soñaron.

Después de 20 años la Unión Europea tuvo que reconocerlo y acercarse a La Habana nuevamente para establecer programas de cooperación, como tienen con países de Latinoamérica donde la vida no vale nada, un periodista es asesinado cada 48 horas, líderes comunitarios, sindicalistas con posiciones de izquierda y hasta políticos son vilmente masacrados, sin que ninguna de las organizaciones de derechos humanos creadas contra Cuba, condenen y propongan sanciones contra sus gobiernos.

Colombia, Honduras, México, Brasil, Guatemala, Chile y otros más, son vivos ejemplos y la Unión Europea siempre ha mantenido relaciones, como si la vida en esos países fuese una panacea, a pesar de las huelgas y protestas callejeras reprimidas brutalmente por las fuerzas policiales, situación que no sucede en Cuba.

Sin embargo, el llamado Observatorio Cubano, con sede en Madrid y financiado con parte de los millones que anualmente aprueba el gobierno de Estados Unidos para el accionar subversivo contra Cuba, acusa constantemente a La Habana de “violar” los derechos humanos, exigiéndole a la Unión Europea que sostenga una postura más exigente con la Isla.

¿Cuándo ese Observatorio extraterritorial reclamará a la Unión Europea una actitud fuerte y condenatoria contra Francia por violar sistemáticamente los derechos de ese pueblo?

Desde hace meses cada semana se constatan las protestas populares en varias ciudades francesas, de los llamados chalecos amarillos, las que son salvajemente reprimidas por la policía, lanzándole gases lacrimógenos, chorros de agua fría, bastonazos a diestra y siniestra que dejan decenas de heridos, unido a las detenciones arbitrarias, pero nada de eso es criticado y menos aún sancionado.

Sin embargo, cuando en Cuba se detiene alguno de los asalariados de los yanquis por ejecutar actos provocativos orientados por sus patrones, de inmediato se forma la alharaca de aquellos que desde Miami y Madrid viven del cuento de ser “luchadores por los derechos humanos”.

Por suerte con la llegada de Internet, Facebook, Instagram y Twitter, las mentiras se esfuman al observar las imágenes que los mismos “opositores” colocan en la red, pues la supuesta represión no se ve por ninguna parte, las detenciones que hace la policía no tiene la violencia y brutalidad de las de otros países “democráticos” y “libres”.

La policía cubana no se disfraza con cascos, chalecos antibalas, escudos y cuando artefacto existe para reprimir. No hay en Cuba fuerzas antimotines, ni carros para atacar con potentes chorros de agua, ni gases y menos aún armas largas.

Las fotos de las detenciones son una muestra contundente de la diferencia entre el actuar de las fuerzas del orden interno cubano y las de otros países del mundo.

La misma Marcha Gay le demostró al mundo como fueron las detenciones de los provocadores, orientados días antes dentro de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana. Ante la resistencia ostensible, fueron cargados en brazos, ni arrastrados y menos golpeados con bastones como se observa a diario en el mundo, y a pesar de las campañas mediáticas, muchos de los que actuaron fueron los mismos constructores del lujoso hotel Paseo Prado, que se levanta al inicio de esa popular avenida habanera.

La táctica enemiga es reforzar la matriz de opinión de que en Cuba “aumentan las detenciones arbitrarias y actos represivos”, para continuar sus acusaciones falsas, algo que los millones de visitantes extranjeros que arriban anualmente a la Isla comprueban, regresando a sus países con el criterio de que Cuba es un lugar alegre y seguro para pasar unas excelentes vacaciones.

Las actuales presiones a la Unión Europea contra La Habana, están dadas en que próximamente se iniciará una nueva legislatura en la Unión Europea y los yanquis pretenden que el tema de los Derechos Humanos sea tratado para condenar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, por ser los países que resisten las acciones de guerra económica, comercial y financiera de Estados Unidos, en su intento por estrangular sus economías, a fin de que sus ciudadanos se lancen a las calles a protestar.

Esa vieja aspiración no la han logrado en Cuba en 60 años, y en Venezuela y Nicaragua, el verdadero pueblo se mantiene al lado de sus máximos dirigentes, resistiendo los embates imperiales que han provocado más unidad en torno a sus procesos revolucionarios.

Por esas razones es importante recordar lo que sabiamente alertaba José Martí:

“Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas como almohada”

Rosa María Payá la que vendió su alma a los yanquis.


Por Arthur González.

Mucho se habla en la prensa de derecha sobre Rosa María Paya Acevedo, hija de uno de los asalariados de Estados Unidos en Cuba, que murió en un accidente de tránsito cuando viajaba en un auto conducido a exceso de velocidad por el español Ángel Carromero, repartiendo dinero del Partido Popular Español a la contrarrevolución fabricada por los yanquis, acción que prueba fehacientemente la injerencia en los asuntos internos cubanos y la incitación a desórdenes públicos.

Al ver cortada la entrada de dinero proveniente de Estados Unidos debido a muerte del padre, Rosa María y su madre Ofelia Acevedo, aceptaron apoyar la campaña diseñada por los yanquis, de acusar a las autoridades cubanas del accidente y a cambio recibirían un visado del programa de refugiados políticos para todo el núcleo familiar, de los que asigna el Departamento de Estado.

La mentira construida sobre el hecho se destruyó al ser enviadas a España para presionar a su gobierno, con el fin de que apoyaran la versión made in USA, pues las cortes judiciales españolas no aceptaron la acusación contra Cuba, al validar el juicio celebrado en la Isla y reafirmar que Carromero era el verdadero responsable del homicidio.

No obstante, Rosa María y su madre tuvieron que seguir con el guion por el que recibieron los beneficios de residir en Estados Unidos y han continuado con la mal trecha historia, pero la vida se encarga de poner el punto sobre la i, demostrando que todo es parte del complot anticubano, pues sus gastos van a la cuenta del Departamento de Estado, quien paga las facturas de sus visitas a países europeos y latinoamericanos, donde es recibida por dirigentes subordinados a la política yanqui, entre ellos José María Aznar del Partido Popular, condecorado en Miami por haber impuesto la Posición Común Europea contra Cuba, en 1997.

La evidencia de que Rosa María vendió sus sentimientos por dinero, fue su presencia el pasado 20 de enero de 2019 en la Convención del Partido Popular español, celebrada en Madrid.

Ella fue enviada nuevamente por el Departamento de Estado, dirigido actualmente por el ex director de la CIA, para hablar mal de Cuba, como si ella fuese un personaje de la política internacional, algo que no es, ni tiene avales para ello.

Durante su intervención en el conclave afirmó en la Isla, durante los sesenta años de la Revolución, hay una marcada “falta de libertades”, algo que se contradice con su residencia legal en La Habana, adonde entra y sale sin la menor dificultad, a pesar de las provocaciones que hace en cada viaje, estatus que refuta su condición de “perseguida política” en Cuba.

Como muestra de agradecimiento a uno de sus padrinos, tuvo palabras de elogio para el ex mandatario José María Aznar, y quizás hasta compartió alguna cena con el asesino de su padre, Ángel Carromero, porque si de algo carece Rosa María es precisamente de escrúpulos.

Lastimoso su discurso en el cual no se escuchó un solo reclamó para los derechos de españoles, franceses, africanos, palestinos y los millones de latinoamericanos que son víctimas del sistema capitalista y tienen que lanzarse a las calles a protestar por mejoras salariales, la salud pública, la educación, la rebaja de altísimos impuestos y el reclamo de jubilados por el aumento de sus pensiones, recibiendo una salvaje represión con porrazos, potentes chorros de agua fría, gases lacrimógenos y arrestos arbitrarios, solo por exigir una vida mejor, algo que no sucede en la Cuba socialista.

Esos ciudadanos si requieren de una solidaridad globalizada para evitar el incremento de la pobreza, que según los organismos de la Naciones Unidas aumenta por años, matando niños que pudieran tener una mejor existencia sin el capitalismo salvaje que los oprime sin piedad.

De quien vendió su alma por el dinero de los yanquis no se puede esperar más que odio, al ver saludable a la Revolución que lleva 60 años resistiendo agresiones. Al final la vida le pasara factura como a hace con personas de similar calaña, porque como afirmó José Martí:

“El odio mira como a un criminal a la cordura”

Rosa María Payá un símbolo de anexionismo yanqui.


Por Arthur González.

Quienes desconocen la historia de Cuba y su anti imperialismo, pecan. Ese es el caso de Rosa María Paya Acevedo, joven que cambió su amor paternal por el dinero de los que quieren ver a su país sometido, especialmente los miembros de la mafia terrorista anticubana de Miami y la ultra derecha estadounidense.

Su padre ingeniero electro mecánico, siempre trabajó para el gobierno revolucionario, a pesar de ser cabeza del Movimiento Cristiano de Liberación, grupúsculo contrarrevolucionario al servicio de Estados Unidos, quien murió en un accidente de tránsito cuando viajaba junto al español Ángel Carromero, líder de la juventud del Partido Popular y el sueco Jens Aron Modig, miembro del Partido Socialcristiano sueco.

El auto fue rentado por Carromero, amante de conducir a exceso de velocidad, y por eso se salió de la carretera cuando se dirigía a la ciudad de Bayamo, provincia oriental Granma, estrellándose contra un árbol, muriendo Payá y el también “disidente” Harold Cepero.

El motivo del viaje era repartir 4 mil 500 dólares enviados por Esperanza Aguirre del PP, destinados a crear grupos políticos juveniles en Cuba.

Posteriormente, Rosa María contactó con diplomáticos estadounidenses en La Habana y aceptó fabricar una versión falsa de la muerte del padre acusando a la Revolución, a cambio de ser beneficiada con un visado de refugiados políticos para ella, su madre y dos hermanos.

Al llegar a Miami fue llevada de inmediato ante Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y el senador Marco Rubio, encargados de tejer la versión deseada de los hechos y fabricarle una imagen internacional, con el propósito de convertirla en una “líder juvenil” contra la Revolución.

Fue así como pudo visitar varios países latinoamericanos y ser recibida por presidentes y altos funcionarios gubernamentales, además de asistir al Parlamento europeo y ser atendida por representantes de partidos de derecha, como parte del diseño construido por Estados Unidos.

Para darle cierta relevancia que justificara sus viajes, le crearon el cargo de presidenta de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, permitiéndole recorrer parte de Europa y América Latina, cumpliendo el plan de trabajo trazado por especialistas yanquis en guerra psicológica y subversión.

Pero en la era de Internet es imposible ocultad la verdad y confundir a millones de personas que ven a diario sus estrechos vínculos con personajes de la mafia terrorista anticubana y políticos ultraderechistas, que responden a las órdenes del Departamento de Estado y la CIA.

Entre ellos está Luis Almagro, secretario general de la desprestigiada OEA, José María Aznar, ex presidente español al servicio de Estados Unidos y de Miami, Felipe González, viejo agente de la CIA denunciado por Alfredo Grimaldos, en su libro “La CIA en España”; la ex presidenta de Panamá Mireya Moscoso, quien liberó al asesino terrorista Luis Posada Carriles, autor de la voladora de un avión civil cubano donde murieron 73 personas, autor de actos terroristas en hoteles cubanos y miembro del equipo que planeaba asesinar a Fidel Castro durante un acto en la universidad de Panamá, y otros personajes con similares currículos.

Si esa es la persona que pretende que los jóvenes cubanos y el pueblo en general, la apoye para desmontar el socialismo, de antemano tiene garantizado el repudio total, porque la sangre inocente derramada no se le olvida a ninguno de los millones de cubanos dignos.

Para manchar aún más la imagen de Rosa María, le han orientado entregar un inventado premio con el nombre de Payá Sardiñas, a casi treinta exjefes de Estado y de Gobierno, bajo el pretexto de la falsa defensa de la democracia en la región.

Con solo leer sus nombres ya tienen asegurado el rechazo de millones de personas, pues todos poseen una larga historia cargada de acciones repudiables. Entre esos “galardonados” figuran:

Los expresidentes de Panamá Nicolás Ardito Barletta y Mireya Moscoso; José María Aznar y Felipe González, de España; Belisario Betancur, Andrés Pastrana, César Gaviria y Álvaro Uribe de Colombia; los mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox;
Miguel Ángel Rodríguez, Rafael Ángel Calderón y Laura Chinchilla de Costa Rica; del Salvador Alfredo Cristiani; el argentino Fernando de la Rúa; Osvaldo Hurtado de Ecuador; Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti de Uruguay y de Bolivia Jorge Quiroga.

Como muestra de que son los yanquis quienes están tras la medida subversiva contra la Revolución cubana, aparecen como la cara visible de la idea, el dueño del reaccionario Diario Las Américas y el también venezolano Nelson Mezerhane.

Para los entendidos en la sucia política yanqui y conocedores de sus lacayos, no hay necesidad de más explicaciones, pues una joven cubana sin aval de ningún tipo, no es aceptada en esos ambientes, a no ser por indicaciones del Departamento de Estado, quien dirige el ministerio de colonias que conforman los funcionarios antes mencionados.

Estados Unidos nunca ha logrado obtener resultados en sus planes contra Cuba, precisamente porque no tiene personas con prestigio ni reconocimiento social, pero no hacen caso a sus propios diplomáticos en La Habana, cuando remiten a Washington informes secretos, donde afirman:

“Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes tengan impacto en los cubanos de a pie. Las encuestas informales que hacemos entre solicitantes de visas y refugiados, muestran que las personalidades disidentes o sus agendas son prácticamente desconocidas”.

Los yanquis no cesan de errar con el pueblo cubano, pues no obstante padecer una guerra económica, unida a la mediática, mantiene la unidad a sus ideas y a su independencia, porque como dijera José Martí:

“El pueblo está hecho de hombres que resisten y hombres que empujan”.

Parlamento Europeo aprueba resolución sobre Cuba, pero sigue la misma línea de Donald Trump


Por Arthur González

La aprobación del Parlamento Europeo al Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación con Cuba, puso fin a la execrable Posición Común impuesta en 1996 para sancionar a La Habana, a propuestas del entonces presidente de España, José María Aznar, por indicaciones de Estados Unidos, especialmente de la mafia terrorista radicada en Miami. Aznar fue condecorado por congresistas de origen cubano, hijos de testaferros del dictador Fulgencio Batista.

La Posición Común, pretendía reforzar la Guerra Económica impuesta por Estados Unidos en 1962 para matar por hambre y enfermedades al pueblo cubano, aprovechándose de la caída del socialismo en Europa del Este, incluida la desintegración de la URSS, la cual trajo más penurias a Cuba, al estar su comercio exterior ligado en un 85 % a ese bloque.

Ahora la derecha europarlamentaria, encabezada por algunos españoles, cabildearon fuertemente para introducir párrafos que siguen las campañas fabricadas por Estados Unidos contra Cuba, relacionados con supuestas violaciones de los derechos humanos, algo que Donald Trump expresó en su discurso del 16.06.2017 en Miami, rodeado de terroristas, asesinos de inocentes y otros asalariados que no han podido derrocar el socialismo cubano.

Elena Valenciano, europarlamentaria del Partido Socialista Español, que dé socialista no tiene ni sombra, había adelantado lo que estaba cocinando entre bambalinas, en su intervención en los debates del Parlamento Europeo el 30.05.2017, donde expresó “la necesidad de exigirle a Cuba altos estándares en materia de Derechos Humanos, entre ellos el libre acceso a los medios de comunicación” porque la mayoría de los grupos quieren ver cambios en Cuba, una transformación del sistema político cubano y, sobre todo, ver una mejora de los cubanos. Es un estándar común a todos, pero no todos quieren seguir el mismo camino”.

Es evidente que participó activamente en la negociación de la Resolución aprobada, y brindó su apoyo al levantamiento de la Posición Común, a cambio de que se aceptara acusar a Cuba de “violar” sistemáticamente los derechos humanos, por eso sus declaraciones inmediatas de que “se sentía muy satisfecha por la resolución aprobada”.

La vida le demostró a Europa que la Revolución cubana es legítima y apoyada mayoritariamente por su pueblo, quien resistió estoicamente el recrudecimiento de la guerra económica, y logró salir adelante sin rendirse.

Elena Valenciano y otros eurodiputados como Luis De Grandes e Ignacio Salafranca, se unieron a la guerra mediática fomentada y financiada por Estados Unidos, para acusar a la Revolución de “violar” los derechos humanos, cruzada que se sabe está basada en planes de la CIA para intentar desprestigiar al país que más hace por los derechos de la humanidad.

Esos eurodiputados nunca alzan sus voces para señalar como Estados Unidos pisotea los derechos de sus ciudadanos y los del mundo, con sus guerras de rapiña, donde asesinan a mujeres, hombres y niños inocentes, ni las brutales represiones que ejecutan los órganos policiales de países europeos contra los ciudadanos que exigen mejoras en la calidad de vida, como hacen en estos días en Alemania con los que protestan ante la Cumbre del G 20.

Al parecer la eurodiputada Elena Valenciano, esa que tanto defiende a los cubanos asalariados de Estados Unidos, enviados con todos los gastos pagados a Europa para que mientan sobre Cuba, no se ha tomado el tiempo de leer lo que dicen los diplomáticos estadounidenses en la Habana sobre los “disidentes”, cuando afirman en sus cables clasificados y dados a conocer en el sitio WikiLeaks: Sigue leyendo