¿Cuánto le ha costado a Estados Unidos la contrarrevolución cubana?

Arthur González

Según aparece en el 1er Programa de Acción Encubierta que el presidente Eisenhower le aprobó a la CIA en 1960, el objetivo perseguido era “provocar la sustitución del régimen de Castro, por uno fuera más aceptable para Estados Unidos”.

Para alcanzarlo se trazaron varias líneas de acción entre ellas: “crear una oposición cubana responsable, atractiva y unificada contra el régimen de Castro.”El presupuesto asignado para ese 1er Programa en el año fiscal 1960-61, fue de 3 millones 500 mil dólares, cuando una coca-cola solo costaba 5 centavos.

En diciembre del propio año 60, Eisenhower autorizó la creación del Centro de emergencia a refugiados cubanos en Miami, como parte de las acciones de guerra mediática que iniciaban contra la Revolución.

Con esa misma política agresiva, el presidente John F. Kennedy, aprobó en 1961 el Programa de Refugiados Cubanos. El presupuesto inicial del Programa fue de 4 millones de dólares en 1961, de 38 millones de dólares en 1962, hasta alcanzar la cifra de 144 millones de dólares en 1972.

Ese programa duró 15 años, costándole al Tesoro estadounidense 727 millones de dólares.

Tales cifras se incrementan con otras acciones, como fue la creación de la estación de radio clandestina ubicada en la isla hondureña de Swan, la cual trasmitía noticias falsas construidas en Washington para iniciar la guerra sociológica contra el pueblo cubano, repetida en los años 80 con la Radio y TV Martí, que no se escucha ni se ve en toda Cuba, pero tiene un presupuesto anual de cientos de millones de dólares.

La primera tarea de esa guerra sociológica fue la inescrupulosa e inhumana Operación Peter Pan, mediante la cual sacaron hacia Estados Unidos a 14 mil 48 niños sin acompañantes, que además del alto costo sicológico y humano, consumió un elevado presupuesto federal para sufragar boletos de avión, alojamiento, manutención de esos niños, estudios, servicios médicos y otros; todo lo cual fue debitado del presupuesto público para la salud y educación de los ciudadanos norteamericanos.

Paralelamente están los gastos para actividades militares y paramilitares, como fue la fracasada invasión por Bahía de Cochinos, con un costo multimillonario, unido a la creación, organización, abastecimiento y entrenamiento de poco más de 400 redes de la CIA, cifra reconocida por esa Agencia; más los actos de terrorismo ejecutados, de acuerdo con el testimonio del Coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA.

Nunca se podrá olvidar la guerra biológica empleada para causarle daños a la economía y sistema de salud de Cuba, como fue la introducción de la fiebre porcina africana, por lo fueron sacrificados cientos de miles de cerdos para impedir que la enfermedad se diseminara por todo el país; unido a cientos de otras plagas y virus contra la salud animal, forestal y humana.

La introducción del Dengue Hemorrágico resultó una de los actos más criminales. En su inicio en 1981, infestó a 344 mil 203 personas y 158 murieron, de ellas 101 eran niños.

Crear e introducir esos gérmenes en la Isla, representó un alto costo dentro del presupuesto de la CIA.

En los últimos 20 años las tareas de subversión política y de guerra mediática contra la Revolución cubana, han tenido un peso muy alto en los presupuestos de Estados Unidos. El Plan Bush, aprobado en mayo del 2004, destinó 49 millones de dólares que no tuvieron resultado alguno.

Barack Obama heredero de esa política absurda, destinó desde su llegada a la Casa Blanca, 20 millones anuales para mantener a una contrarrevolución interna dividida y penetrada por la Seguridad del Estado, de acuerdo al informe confidencial elaborado por el jefe de la Sección de Intereses en La Habana en el 2009.

Programas de la USAID como Zunzuneo y Conmotión, tuvieron elevados presupuestos, sin logros.

Los desembolsos de cientos de miles de dólares que ha realizado la CIA para el pago de decenas de supuestos espías a su servicio dentro de la Isla, fueron a parar a las arcas de la Seguridad cubana, la que engañó consuetudinariamente a sus experimentados oficiales.

El ex oficial de la CIA, Ishmael Jones, calificó esas acciones en su libro “The Human factor: Inside the CIA’s Dysfunctional Intelligence Culture”; Encounter Books, New York and London; 2008; pp. 33-35, como una muestra de mala profesionalidad de la Agencia.

La lista del dinero malgastado y perdido por las diferentes administraciones yanquis es amplia y llegará el momento en que los contribuyentes le exigan cuentas a los congresistas que integran la mafia anticubana, por haber jugado con su dinero solo para hartar su sed de venganza por haber perdido en 1959 el poder en Cuba.

Vivir para ver.