La CIA orienta buscar información sobre médicos cubanos.


Por Arthur González.

Cumpliendo órdenes de Mike Pompeo, Secretario de Estado y ex director de la CIA, sus antiguos subordinados buscan afanosamente información sobre las brigadas médicas cubanos, que prestan ayuda solidaria en países escasos de profesionales de la salud.

Estados Unidos dispuso tres millones de dólares para que la CIA pague a sus informantes, con el propósito de continuar las campañas contra Cuba, situación devenida en psicosis para ahogarla económicamente, cortándole todas las entradas de divisas, supuestamente para “ayudar al pueblo”.

Informaciones de algunos medios de prensa y periodistas a su servicio, develan sus fuentes y desenmascaran a quienes trabajan bajo las órdenes de oficiales encubiertos, tras la fachada de secretarios de prensa y cultura, diplomacia pública y otros cargos ocupados para el trabajo secreto de la CIA.

No hay que ser especialista para percatarse de cómo la CIA deja su marca indeleble donde los médicos cubanos hacen su trabajo de misioneros de la salud, salvando vidas y preparar a la población para prevenir enfermedades, algo que ningún médico estadounidense está dispuesto a hacer.

Cientos de cuartillas escriben los asalariados de la CIA, calificando de “esclavos” a los médicos cubanos, al aducir que el gobierno no les paga el salario contratado, patraña iniciada hace algunos años para tratar de que abandonaran las misiones, bajo la promesa de otorgares visa a Estados Unidos, dentro del programa Cuban Medical Professional Parole, aprobado en septiembre de 2006.

Jair Bolsonaro, fue el primero en rechazarlos para cortar el ingreso de dinero a Cuba, seguido por Lenin Moreno de Ecuador y la golpista de Bolivia, pero las misiones cubanas continúan su ayuda en otros países que soportan las presiones y amenazas yanquis, solo interesados en estrangular económicamente a Cuba y no por la salud de los necesitados.

Ante la repentina aparición de la Covid-19, muchos países que no disponen de suficientes médicos y enfermeros con la preparación y experiencia de los cubanos, solicitaron apoyo de Cuba, de inmediato la brigada Henry Reed, especializada en el enfrentamiento a enfermedades en casos de desastres naturales y graves epidemias como el cólera y el ébola, fueron enviados, causándole a los yanquis un disgusto no previsto.

La CIA volvió a la carga para desesperadamente buscar información de los salarios que pagan por el personal cubano y reiniciar la fracasada campaña de que son “esclavos”.

Diarios y redes sociales publican las supuestas cifras que varios países sufragan por el trabajo de los médicos y enfermeros cubanos, evidenciando los requerimientos de la CIA, como el caso de Sudáfrica, donde el diputado Siviwe Gwarube, exigió al ministro de Salud, Zweli Mkhize, detalles de cuántos cubanos trabajarían en el país, sus especialidades, dominio del inglés y los costos.

La respuesta del ministro fue “filtrada” a la prensa: “Cuba ha enviado 187 especialistas médicos, que asistirán a ciudadanos contra la Covid-19 y trabajarán en zonas donde el país no cuenta con personal suficiente”.

“La mayor parte del dinero, casi 10,4 millones de dólares, será para salarios de 116 médicos de familia; 1,5 millones se utilizarán para pagar el trabajo 32 tecnólogos de la salud; otros 883.000 dólares para 18 epidemiólogos y 1,2 millones para 13 bio estadísticos”.

El ministro afirmó que Pretoria sufragará el alojamiento de los médicos, desembolsando 367 mil dólares.

Otro caso es Perú, país donde deslizaron la información del monto de dinero que pagarán por el trabajo de 85 médicos cubanos, para combatir la pandemia del Covid-19.

Una prueba de la intensa búsqueda que requieren los yanquis, la aportó el diario peruano Gestión, al publicar que había tenido acceso al contrato entre en Ministerio de Salud (MINSA) de Perú y La Habana, donde consta el salario de 2 mil dólares mensuales para 50 médicos y 35 enfermeros, integrantes del contingente Henry Reeve.

El personal cubano fue solicitado por los gobernadores de Ayacucho, Moquegua, Arequipa y Áncash, ante la falta de médicos y enfermeros peruanos para atender a los 200 mil contagiados por el Coronavirus, causante de más de 5 mil 500 muertos, situación que no preocupa a Estados Unidos.

Al conocer el gobierno de Donald Trump, que la exportación de servicios médicos es una de las principales fuentes de ingreso para Cuba, desató una persecución implacable y cortar los cerca de 6 mil 400 millones de dólares que ellos calculan.

Contra el gobierno mexicano llevan a cabo una rabiosa presión, para que no acepten a los profesionales cubanos. Publicaciones financiadas por Estados Unidos, entre ellas la mal llamada “prensa independiente” y otras radicadas en el sur de la Florida, acusan al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de entrar en complicidad con formas de “esclavitud moderna”, al aceptar los médicos cubanos.

Reiterando el método aplicado, el libelo Diario de Cuba, creado y sufragado por los yanquis, afirmó que tuvo acceso a detalles del contrato firmado por el Instituto de Salud para el Bienestar y Cuba, sin explicar cómo logró llegar a un documento oficial.

Demostrando que su prioridad informativa es solo el dinero que Cuba recibe, publicaron la cifra de10 mil 693 dólares que gastará México por cada especialista, y aseguran que la información la aportó una fuente del gobierno de la Ciudad de México, nada más parecido a una acción de espionaje encubierta tras el periodismo.

Cuba envió especialistas en Medicina General Integral, biomédicos, especialistas en medicina crítica, medicina interna, epidemiólogos y enfermeros, ya que la pandemia cobra mucha fuerza en México, donde sus especialistas no dan abasto.

Esa búsqueda de información ordenada por la CIA, intenta sabotear los contratos con Cuba. Un ejemplo patente son los detalles obtenidos por sus agentes ubicados en la prensa, entre ellos los términos acordados, salarios, tiempo de permanencia, especialidades y lugares de trabajo.

Se empeñan en determinar los tipos de contratos, al afirmar que Cuba los rúbrica con gobiernos locales, como nueva estrategia para ofrecer sus servicios.

Dicha información está priorizada por la CIA para entorpecer los contratos, pues según el mencionado libelo, lo ejecutan también en Perú, en la región italiana de Lombardía, e intentaron hacerlo con comunidades autónomas españolas, como las de Valencia y Cataluña, prueba del seguimiento que hacen a las actividades médicas cubanas.

La insistencia es inverosímil, porque en vez de preocuparse por el enfrentamiento que hace México a la pandemia, la cantidad de profesionales de la salud de que disponen, número de hospitales y equipos para los centros de terapia intensiva, solo buscan detalles relacionados con el salario.

Un “periodista” de Diario de Cuba, el pasado 3 de juniole solicitó a la secretaria de Salud de la capital mexicana, información respecto a sí la Secretaría de Finanzas de la CDMX es quien paga dicho acuerdo,labores específicas que realizan los médicos cubanos y especialidades, si el contrato firmado es público y la posibilidad de obtener una copia del mismo, si el grupo de médicos cubanos enviados a Veracruz forman parte del mismo convenio y si el costo del hospedaje está incluido, elementos que comprueban las orientaciones de la CIA, porque esos detalles le servirán para sus próximas estrategias anticubanas.

Sutil fue la amenaza del “periodista” a la funcionaria mexicana, al recordarle: “La relatora de la ONU para Formas Contemporáneas de Esclavitud y la relatora sobre Trata de Personas, demandaron explicaciones al gobierno cubano sobre el trabajo que realizan sus médicos en el exterior, advirtiendo que eso podría constituir trabajo forzoso”.

El colofón de la persecución yanqui contra la economía cubana, la expuso el mismo Mike Pompeo, al exigirle, el 10 de junio 2020, a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aclarar su papel en el envío de misiones de médicos cubanos a Brasil, durante el gobierno de Dilma Rousseff, repitiendo la mentira de que los cubanos eran obligados a un “trabajo esclavo”.

Su verdadero interés es cortar la entrada de dinero, exigiéndole a la OPS explicar el pago a Cuba de mil trescientos millones de dólares, sin discutirse previamente en el Consejo Ejecutivo de esa organización, amenazándola con hacer cambios en la misma: “Como lo hicimos con la OMS, la administración Trump exigirá la rendición de cuentas de todas las organizaciones internacionales de salud, que dependen de los recursos de los contribuyentes estadounidenses”.

El acoso desatado ante la contratación del personal médico cubano, toca también a los gobiernos de Noruega y Luxemburgo, acusados por Cuban Prisoners Defenders (CPD), el 10 de junio, de colaborar con el esquema de “esclavitud”, que suponen las brigadas médicas cubanas en Haití y Cabo Verde.

Nadie queda exento de la cacería y por eso El Nuevo Herald, publicó que Argelia no paga el salario de los médicos cubanos desde marzo 2020, de los de 71 millones de dólares anuales que contempla el acuerdo con Cuba, elemento divulgado “casualmente”, el 21 de mayo 2020 por el diario argelino Journal Officiel.

Estados Unidos vomita odio, al ver que los profesionales de la salud de Cuba prosiguen su labor de salvar vidas. De ahí que la CIA se haya rebajado, hasta el punto de utilizar al poco creíble y desprestigiado conductor, Alex Ota-Ola, facilitándole una copia de un contrato entre Angola y una empresa cubana, para el trabajo de médicos cubanos.

La verdad se impone para disgusto de los yanquis, por eso muchos países, organizaciones y personalidades mundiales, propusieron al contingente internacional Henry Reeve, para el Premio Nobel de la Paz.

Recordemos siempre lo que dijo José Martí:

“Cuba no anda de pedigüeña por el mundo,

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