Cada cual a su oficio


Arthur González

después de provocacionesPara que nadie dude de la naturaleza terrorista de la contrarrevolución cubana, a Guillermo Fariñas, a pesar de ser íntimo amigo del asesino terrorista Luis Posada Carriles, lo han seleccionado para recibir la “Medalla de la Libertad”, Truman-Reagan, del 2015.Lejos de dañar a la Revolución cubana, ese tipo de acción fortalece las denuncias que desde hace medio siglo hace el pueblo cubano de los actos terroristas diseñados por Estados Unidos.

Sin reparar en la estrecha unión de Posada Carriles con Fariñas, la Junta Directiva de la Fundación para la Memoria de las “Víctimas” del Comunismo, seleccionó al asalariado cubano para ser condecorado con dicha Medalla, en una ceremonia que tendrá lugar en 12 de junio en el monumento ubicado en Capitol Hill, Washington D.C.

Fariñas se auto define como “heredero de todos los cubanos que en el mundo y en la isla han mantenido una actitud frontal contra el comunismo», actitud que forma parte de las características de personalidad del susodicho asalariado.
La condecoración habla por sí sola, pues ya la recibieron antes, el inválido que no lo era, Armando Valladares, el mismo que engañó a la opinión pública mundial e incluso hasta la primera dama de Francia, Madame Mitterrand.

Otro galardonado con tal “alto honor” es el gran asalariado de la CIA el polaco Lech Walesa, ahora entrenador de los contrarrevolucionarios cubanos.

Ninguna acción similar causa sorpresa, solo hay que recordar algo de historia para comprender quiénes han sido las verdaderas víctimas del terrorismo.

Para refrescarle la memoria a algunos, basta con señalar el documento preparado por la Agencia Central de Inteligencia para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, presentado el 8 de junio de 1963 con el título: “Política encubierta y programa integrado de acciones propuestas hacia Cuba”.

Dicho programa ya desclasificado, fue aprobado por el presidente de Estados Unidos, dice entre otras cuestiones:

1) Dentro del contexto de las presunciones políticas y los estímulos de la situación en Cuba descritos arriba, la CIA presenta un programa consistente en los cursos de acción interdependientes siguientes:

a) Recolección encubierta de inteligencia, tanto de los requerimientos estratégicos de EE.UU. como de las necesidades operativas.

b) Acciones de propagada para estimular sabotajes simples de bajo riesgo y otras formas de resistencia pasiva y activa.

c) Aprovechamiento y estimulación de desafección en los centros de poder militar y otros.

d) Acciones negativas económicas sobre una base creciente.

e) Sabotaje general y hostigamiento.

f) Apoyo a los grupos cubanos anticastristas autónomos para su complemento y ayuda en la ejecución de los cursos de acción expuestos arriba.

Más adelante afirma el documento:
“Solamente después que los efectos de la represalia económica y de las acciones de sabotaje, se sientan profundamente en la población y en los grupos de elite, puede esperarse convertir la desafección, en las fuerzas armadas y otros centros de poder del régimen, en revueltas activas contra el séquito Castro-comunista”.

[…] “Los sabotajes en este programa son tanto un arma económica como un estímulo a la resistencia, debe existir una visible y dramática evidencia del sabotaje para que sirva como un símbolo del creciente desafío popular al régimen de Castro”.

El mencionado plan detalla los tipos de sabotajes (acciones terroristas) a ejecutar contra Cuba, y deja bien esclarecido que:

“Cada acción tendrá sus peligros, habrá fracasos con la consecuente pérdida de vidas y acusaciones contra EE.UU. que resultarán en críticas en casa y afuera. Ninguna de esas consecuencias esperadas deberá hacernos cambiar nuestro curso si el programa expuesto puede esperarse tenga éxito”.

Como resultado de esas y otras acciones terroristas, el pueblo de Cuba llora todavía la pérdida de 3 mil 478 hijos, cientos de ellos niños, y más de 2 mil 099 ciudadanos que resultaron lisiados para toda su vida, como consecuencia de las bombas, ataques piratas y otros actos para causar terror entre la población civil.

Así son las cosas en el país que se declara juez universal de los derechos humanos, de ahí que José Martí expresara:

“La deshonra es del que deshonra a los demás”.

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