Arthur González
Acaba de finalizar la VII Cumbre de las Américas, por primera vez con la participación de Cuba, como resultado de la exigencia unánime de los países latinoamericanos y caribeños.
El final nada halagüeño, al no lograrse el consenso requerido para una declaración donde se recogieran las principales inquietudes, necesidades y propuestas de solución, a los problemas que afectan la región en materia de educación, salud, seguridad, derechos humanos, desarrollo sostenible, respeto a la libre determinación y muchos más.
Solo las conversaciones entre el presidente Barack Obama y Raúl Castro, dejaron algo concreto de ese evento, el que se convierte en un suceso más protocolar que efectivo. Sigue leyendo