La doble moral de Estados Unidos

Arthur González

¡Que nadie toque nada, yo solo puedo tocar!, parece ser el concepto más apreciado del Gobierno norteamericano, lo que se puso de manifiesto nuevamente en el caso de Ucrania.Siguiendo ese mismo camino, la Organización del Tratado Atlántico Norte, declaró recientemente que “suspenderá cualquier cooperación práctica civil o militar con Rusia, por la ocupación y posterior anexión de la región ucraniana de Crimea por parte de Moscú”, acuerdo tomado en la reunión de los ministros de exteriores de la OTAN, quienes exigieron que Moscú vuelva a cumplir con la legislación internacional.

Dicha acción responde a las indicaciones del actor principal de la política hegemónica mundial, Estados Unidos, y para reafirmarlo el presidente Barack Obama, dio su apoyo al anteproyecto de ley aprobado por su Congreso, el cual prevé la prestación de ayuda a Ucrania y la aplicación de sanciones contra Rusia.

Esa posición de los otanistas movería a risa si no fuera por el peligro que encierra para la paz internacional, pues ellos hacen todo lo contrario de forma cotidiana sin que nadie en este mundo pueda reclamarles absolutamente nada.

Para demostrar su doble moral en temas similares, el gobierno de Estados Unidos anunció el deseo de aumentar sus efectivos desplegados en Rumania y de los mil que tiene actualmente elevarlos a mil 600, e incrementar también sus aviones militares.

La ampliación de tropas norteamericanas en ese territorio europeo estará ubicada en la base que tienen en el aeropuerto Mihail Kogalniceanu, cerca de la ciudad de Constanza, junto al mar Negro, zona que Estados Unidos lleva años utilizándola con fines militares.

Con el propósito de no dejar dudas de su carácter imperial, los norteamericanos obligaron a uno de sus aliados incondicionales, el Gobierno de Polonia, para que anunciara el supuesto“deseo” de que dos brigadas pesadas de la OTAN se emplacen permanentemente en su territorio,con el fin de obtener la misma seguridad garantizada a otros países aliados.

Las “peticiones” de Rumania y Polonia son resultado de decisiones estadounidenses, aspecto que se comprueba en las declaraciones de un funcionario del Departamento de Defensa norteamericano, quien según informaciones de la agencia de prensa francesa, AFP, pronosticó el posible despliegue de fuerzas norteamericanas adicionales en la región, para reforzar a sus aliados de Europa del Este, ante su “preocupación” por la reciente incorporación de Crimea a Rusia.

Estados Unidos como amo y señor del mundo, obligará a sus aliados para que asuman una parte de los gastos que ese despliegue le costará a su endeudada economía, imponiéndoles una contribución en aviones de combate, que tendrán la misión de patrullar el área del mar Báltico y reforzar el apoyo militar a Polonia.

Como si fuera poca la injerencia norteamericana en los asuntos de Europa del Este, el actual parlamento ucraniano, resultante del golpe de estado gestado con las orientaciones y soporte de Estados Unidos, aprobó una ley para realizar ejercicios militares en territorio ucraniano con países de la OTAN y de la Unión Europea, decisión que evidentemente le fue indicada desde Washington para legalizar su presencia militar en la zona.

En esos ejercicios deben participar 2 mil 500 militares ucranianos y otros tantos extranjeros, entre ellos de Estados Unidos, Polonia, Rumania y Moldavia.

Si Rusia hiciera algo similar, posiblemente se desate la tercera guerra mundial, pues los yanquis no permiten que otros países puedan asumir posiciones parecidas a las de ellos ni siquiera para proteger su soberanía.

Así es como actúa el imperialismo estadounidense, y como expresara José Martí:

“Solo la moralidad de los individuos conserva el esplendor de las naciones”.