Arthur González.
Los trabajadores europeos agobiados por la pérdida del nivel de vida, su calidad e incluso la seguridad personal de cada familia, causada por la grave crisis económica que enfrentan, se han lanzado a las calles en protesta por las criminales medidas de recorte.
El día 14 de noviembre lo marcará la historia como el Día de la Valentía Popular, por el desafío de millones de trabajadores ante la imposición por sus gobiernos, de acciones que van en contra del bienestar y los derechos humanos, al lanzar a la pobreza a familias enteras, e incluso al suicidio de cientos de padres y madres que pierden la razón al verse imposibilitados de dar el pan diario a sus hijos.
Ya suman cientos los trabajadores detenidos en una ola represiva que se incrementa por las protestas pacíficas. Solo en España durante las primeras horas del paro general nacional, alcanza la suma de 60 personas, de las cuales se desconoce cuál será su final y en qué condiciones están, pues todos conocemos el tratamiento brutal que le ofrecen a los que son detenidos en este tipo de protestas.
Sobre estos actos el silencio de la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, de la Comisaria de la Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, y Navi Pillay de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), las hace tan culpables como también a los jefes de Estado y Gobierno que sancionan los ajustes económicos en contra de sus pueblos.
Sin embargo si la pequeña y valerosa, isla de Cuba, bloqueada por el imperialismo yanqui desde hace 51 años, toma una medida jurídica o policiaca contra alguno de los asalariados de Washington, que reciben órdenes de realizar probaciones en la vía pública para ser conducidos por la policía, allá salen ambas en coro unísono vociferando improperios y acusaciones, con tal de hacerle el juego a los norteamericanos.
La actitud de la Unión Europea ante estos asuntos de su propio continente es la prueba evidente de la subordinación que tienen a los yanquis y como forman parte de la Guerra Mediática contra los cubanos.
No hay justificaciones para no sancionar a países como España, Portugal, Italia y Grecia por la brutal represión y el abandono en que dejan a sus trabajadores.
Es aquí donde se comprueba de qué lado se encuentran los “preocupados” por los derechos humanos en Cuba.
Lo demás se le dejamos a la historia, pues la verdad siempre sale a flote. Por eso Cuba obtuvo el 13 de noviembre otra contundente victoria en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su denuncia por más de veinte años contra el criminal Bloqueo Comercial y Financiero impuesto por los Estados Unidos, en su fallido intento por derrocar la Revolución que acabó para siempre con la opresión y la discriminación, algo que los señores imperialistas no perdonan.