Por Arthur González.
Al pasar balance a los dos años del restablecimiento de relaciones entre EE.UU. y Cuba, algunos directivos estadounidenses hacen declaraciones no ajustadas a la realidad y algunas de ellas totalmente falsas, como las que hicieron recientemente Emilio Morales, presidente del The Havana Consulting Group, y John Kavulich, Presidente de la entidad no gubernamental, Consejo Económico y Comercial Cuba-EE.UU.
Morales afirmó: “el Gobierno cubano ha desaprovechado las oportunidades propiciadas por el proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos, para rescatar una economía al borde del colapso”.
Eso no tiene una base objetiva, pues la guerra económica, comercial y financiera impuesta por la Casa Blanca contra la Revolución, se mantiene inalterable. Continúa prohibido el comercio normal, el otorgamiento de créditos, la apertura de cuentas bancarias por parte de Cuba y el empleo del dólar como medio de pago.
Por tanto, a qué aprovechamiento se refiere, si el estado actual de la economía cubana se debe en gran medida a las acciones de la parte norteamericana, como afirmaron los especialistas del Council on Foreign Relations, al publicar en 1999 un conjunto de propuestas para cambiar la política hacia la Isla.
En esa propuesta se dice:
“La oposición de EE.UU. a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política.
Esto coincide con lo expresado por la CIA en un memorando secreto sobre la situación de Cuba, que asegura:
[…] “El principal objetivo de los programas encubiertos de Estados Unidos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba… Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro” […]
Esa guerra económica conocida como Bloqueo, se mantiene intacta, como fórmula para hacerle creer al pueblo y al resto del mundo, que el sistema socialista es inviable y solo trae aparejado el retraso de la economía.
¿De cuáles oportunidades habla Morales? Sigue leyendo