Estados Unidos y su Ley del embudo


Arthur González

bandera y pistolaEl mundo se acostumbró por siglos que Estados Unidos siempre saca los mayores beneficios en sus negociaciones, mientras a sus contrapartes les toca la de perder.Cuba no ha sido una excepción en ese campo, comprobado desde 1902 con el apéndice constitucional conocido como Enmienda Platt, que les permitía invadir militarmente la Isla cada vez que lo desearan, ejecutado en tres ocasiones en el siglo XX.

Posterior a 1959 Estados Unidos rompió relaciones con Cuba, cuando el proceso revolucionario les cambió totalmente el escenario. Desde entonces varios han sido los encuentros para tratar de normalizar las relaciones bilaterales, pero en cada uno de ellos volvió a repetirse la Ley del Embudo.

Para alcanzar algún acuerdo, exigieron que previamente Cuba hiciera dejación de su política exterior, sus relaciones con la URSS y la solidaridad con países necesitados.

En ningún caso Estados Unidos se comprometía a eliminar el inhumano Bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto desde 1962 para matar por hambre y enfermedades al pueblo, con el objetivo de que se sublevara contra el gobierno.

Ahora en pleno siglo XXI, a más de 50 años de esa política del Gran Garrote, vuelven por la misma canal, lo que demuestra el inmovilismo político respecto a la Isla, al expresar el mismo condicionamiento en una presunta negociación que busca la liberación del norteamericano Alan Gross.

Ese norteamericano fue condenado a 15 años de prisión en Cuba por acciones subversivas, mediante la instalación ilegal de varios equipos de transmisión-recepción satelital, que pretendían estimular revueltas populares y dar lugar al derrocamiento del sistema socialista cubano, tal y como hicieron en el Medio Oriente.

Gross no es el clásico espía de la 2da guerra mundial buscador de información, pero sí es un agente enemigo pagado por una potencia extranjera hostil a Cuba, con la misión de ejecutar acciones políticas contra la estabilidad del estado socialista.

La eficaz maquinaria propagandística norteamericana quiere hacerlo una víctima del sistema cubano, cuando en realidad él formaba parte de un amplio Programa de Acción Encubierta, denunciado por la propia prensa de su país.

redes-inalambricas-WIFISu principal tarea era la instalación de los equipos de transmisión que introdujo, a lo que se le sumaba la creación de redes inalámbricas WIFI, a través de unas antenas introducidas en Cuba por otro “turista” estadounidense, enmascaradas como tablas de Surf.

Otras medidas del Programa era la conformación de un llamado Twitter cubano, bajo el nombre de Zunzuneo, más la aplicación de un software denominado “Commotion”, consistente en facilitar una amplia conexión inalámbrica WIFI de forma ilegal.

Ese entramado subversivo lo justificaban bajo el supuesto compromiso del gobierno estadounidense de facilitar las comunicaciones abiertas entre el pueblo cubano y el mundo externo, pero que realmente intenta promover desórdenes sociales al estilo de las llamadas “Revoluciones de Colores”.

Desde la detención de Gross en el 2009, muchas han sido las visitas a Cuba de Senadores, congresistas, ex presidentes, abogados, hombres de negocios y rabinos, para lograr su liberación, pero ninguno habla de que desde hace 16 años en cárceles norteamericanas y en condiciones muy diferentes a la de Gross, aún se encuentran tres cubanos acusados de espionaje, con condenas excesivas.

Los Cinco fueron juzgados en Miami, centro principal de la mafia anticubana y actora principal de cientos de acciones terroristas contra Cuba, bajo el auspicio del gobierno estadounidense, algo probado en miles de documentos desclasificados y publicados por el Departamento de Estado.

Ninguno de los Cinco fue acusado de realizar espionaje, por tanto no eran espías. Se demostró en el juicio de Miami que no accedieron ni buscaban informaciones secretas relacionadas con la seguridad nacional de Estados Unidos, y nunca recibieron orientaciones para hacerlo.

Su misión era frustrar los planes terroristas contra Cuba, causantes de muerte en la Isla y también en Estados Unidos.

El tribunal, presionado sicológicamente por la propaganda en Miami, los declaró culpables, entre otros cargos, de actuar como agentes extranjeros no declarados, y a uno de ellos se le responsabilizó sin prueba alguna, por el derribo de dos avionetas de un grupo provocador de Miami, que violaba continuamente el espacio aéreo cubano para lanzar proclamas contra el gobierno.

Si Estados Unidos dejara a un lado la Ley del Embudo y quisiera en verdad liberar a su hombre en La Habana, puede ejecutar un canje, como lo hizo con la Brigada 2506, entrenada y financiada por la CIA para invadir a Cuba por Bahía de Cochinos.

El caso de Gross trae a la memoria un reportaje publicado en “The Washington Post”, el 4 de enero de 1978, donde se relata cómo la CIA intentó sacar de las cárceles cubanas a David Lemar Christ, técnico de alto nivel de la División de Servicios Técnicos de la CIA, enviado a Cuba en 1960 como “turista” con nombre falso, para instalar clandestinamente micrófonos en la agencia de prensa China, Sinjua, junto a otros especialistas.

Christ y dos técnicos fueron detenidos “in fragantti”, juzgados y condenados a 10 años de privación de libertad, por el delito de espionaje.

La Revolución fue magnánima, cumplieron dos años y cinco meses de su condena, por un delito con graves implicaciones para la Seguridad Nacional.

¿Por qué no actúan ahora de forma similar?

4 pensamientos en “Estados Unidos y su Ley del embudo

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  3. Lo que no se entiende es por qué si los «cinco» estaban haciendo algo tan legal, no lo informaron antes a las autoridades estadounidenses y así no ayudaban con sus acciones encubiertas a fomentar la duda que luego acabó en grandes condenas?. Según lo leido hay algo en todo ese tema que no acaba de encajar.

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