Blasfeman los incultos


Arthur González

CIA+logoLa propia vida se encarga de ubicar a cada quien en el lugar que le corresponde, y así dejará establecido el puesto que ocupan los asalariados de Washington, creados con la intensión de ejecutar la política subversiva contra Cuba diseñada y sufragada por la CIA.Como reafirmación de la baja calaña de la escasa masa de mal llamados “disidentes” entrenados por especialistas estadounidenses, iniciaron ataques insultantes contra el Cardenal de Cuba, Monseñor Jaime Ortega Alamino, por sus recientes declaraciones a la prensa española en las que reconoce con honestidad que en las prisiones de la isla no hay prisioneros políticos.

En el año 2011 el propio Cardenal, de conjunto con el ministro de Asuntos Exteriores de España y el Gobierno de Cuba, inició una mediación para lograr la excarcelación de 75 contrarrevolucionarios al servicio de Estados Unidos, lo que logró materializar e incluso la casi totalidad decidió aceptar los visados ofrecidos por las autoridades españolas y emigraron junto a sus familiares.

La historia del tratamiento y conducta de esos “disidentes” una vez asentados en territorio peninsular es archiconocida, cambiándoles de inmediato el calificativo por el de “revoltosos” producto de sus acciones antisociales, al no aceptar el tratamiento de “luchadores por la libertad” que les daban mientras residían en Cuba.

Algunos de los 75 no quisieron aventurarse a tener que cambiar de estatus de asalariados a trabajadores y decidieron permanecer en su país, pero ahora atacan al prominente religioso por decir la verdad y no seguir el juego de la contrarrevolución, aunque eso no significa que comparta las ideas del Gobierno cubano.

El vocero de la contrarrevolución interna en contra de Monseñor Ortega es nada menos que Jorge Luis García Pérez «Antúnez», el mismo individuo que mantiene estrecha relaciones de amistad con el asesino del Che Guevara, Luis Rodríguez, alias “El Gato”, quien posee una amplia hoja de crímenes en América Latina, en su larga trayectoria como miembro de la CIA.

«Antúnez» es una persona sin la menor cultura y buena conducta ciudadana, son conocidos sus desordenes públicos y antecedentes penales por hurto y falsificación de documentos. Según fuentes cubanas ambos delitos fueron cometidos mucho antes de ser captado por elementos contrarrevolucionarios al servicio de los yanquis.

Su trayectoria es similar a la de Guillermo Fariñas y otros que vieron en la carrera de “disidentes” un jugoso modo de vida.

De acuerdo con declaraciones de “Antúnez”, replicadas por los medios dedicados a las campañas anticubanas, el Cardenal los ha traicionado, y según afirmó: “con sus declaraciones ayuda a “limpiar la imagen” del Gobierno cubano”, calificándolo de “irresponsable, insensible, oportunista, falto de moral y principios, con una conducta mezquina, ambigua, cómplice, cobarde y lacaya”.

Existen antecedentes de expresiones similares de la inculta y grosera Berta Soler, al no poder doblegar al Cardenal para que respalde sus actos subversivos y acusaciones falsas contra las autoridades, e incluso no interceder para que fuera recibida por el Santo Padre Benedicto XVI durante su estancia en La Habana.

Si alguna entidad está en capacidad de conocer las mentiras de la contrarrevolución en la Isla es la Iglesia Católica, por ese motivo todas las personalidades políticas que arriban a Cuba se entrevistan con el Cardenal y otros Obispos para no dejarse influir por las campañas mediáticas fomentadas desde Estados Unidos.

Pero lo que más le duele a los asalariados de Washington es que Monseñor Jaime Ortega reconoció ante la prensa de España que: “…los disidentes no se hacen muy presentes en el pueblo de Cuba”, se ve más en medios extranjeros del sur de la Florida, en blogs y en cosas así… ”.

Esa contrarrevolución interna responde directamente a la mafia terrorista de Miami encabezada por Ileana Ros-Lehtinen, congresista que respalda al asesino consuetudinario Luis Posada Carriles, al igual que hizo con Orlando Bosch, considerado por el FBI como terrorista peligroso debido a sus múltiples crímenes.

Ellos se oponen al cambio de táctica adoptada por la administración Obama y por tanto trata de conformar una imagen negativa de la Revolución cubana, algo que se esfuma durante las visitas que efectúan decenas de Senadores y Representantes estadounidenses a La Habana.

No es casual que integrantes de la mafia anticubana en Miami y asalariados en la Isla, enviaran una carta al Papa Francisco cargada de falsedades, con el objetivo de intentar presionarlo para que los respalde y reciba personalmente durante su próxima estancia en Cuba, algo bien difícil pues sus dos antecesores no lo hicieron ya que conocían perfectamente la verdad y colocaron los intereses de la Iglesia por encima de esa política anticubana.

Con la irrespetuosa misiva de “Antúnez” contra el Cardenal queda plasmada la verdadera proyección de la contrarrevolución cubana, su ausencia de educación, cultura y ética al denominarlo: “Cardenalito ruin de malas intenciones”.

Por conductas similares José Martí afirmó: “Dios no escucha a los viles”.

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