Arthur González
Un pecador nato, condenado al infierno por colocar petacas incendiarias en centros comerciales y cines de la capital cubana en los primeros años de la década de los años 60, tiene la osadía de acusar al Sumo Pontífice Francisco de ser un excéntrico.
El pecadorizo en cuestión es Carlos Alberto Montaner, viejo agente de la CIA devenido en escritor y analista político, agencia para la que trabaja desde que residía en la Habana y ejecutaba actos terroristas causantes de decenas de muertos y heridos, unido a cuantiosas pérdidas materiales que según los documentos desclasificados perseguían el objetivo de “promover la fragmentación del régimen y posiblemente un golpe interno para desalojar a Castro del poder y la terminación de su vida económica”. Sigue leyendo →
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