Arthur González
Se conocen los principios que rigen la guerra mediática contra Cuba iniciada en 1959 al triunfar la Revolución encabezada por Fidel Castro, personaje mal visto por la CIA y la Casa Blanca, según confirman documentos desclasificados de la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, celebrada el 23 de diciembre de 1958.Esa cruzada anticubana permanece intacta a pesar del nuevo escenario en el que se mueven las relaciones entre ambos gobiernos, pues el propósito de derrocar el sistema socialista cubano se mantiene como meta no alcanzada.
Por esa razón, desde que el presidente Barack Obama anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas, la mafia terrorista anticubana y un sector de la ultra derecha norteamericana se movilizaron en contra de tal decisión, al no aceptar el reconocimiento del fracaso de una política que despilfarró cientos de miles de millones de dólares sin lograr asesinar a Fidel Castro, ahogar económicamente a la Revolución, dividir sus fuerzas armadas y menos aun sublevar al pueblo contra el gobierno.
Temiendo que el resultado conlleve a un fortalecimiento de la economía cubana, refuerzan las cruzadas propagandísticas en un intento desesperado por entorpecer el acercamiento entre Estados Unidos, la Unión Europea y Cuba, manipulando el mal traído tema de los Derechos Humanos.
En las últimas semanas en las redes sociales se intenta fabricar una Cuba virtual, donde la “represión” contra los asalariados que trabajan para Estados Unidos se incrementa, situación que no observan los diplomáticos occidentales, las iglesias, los inversionistas extranjeros ni los corresponsales de reconocidas agencias de prensa internacionales. Evidentemente todo es fabricado porque tanta gente no puede estar ciega y sorda.
La isla está atestada de artistas de todo el mundo disfrutando de la Bienal de la Habana, unido a miles de turistas y periodistas especializados en las artes plásticas, que tampoco reportan los fantasmagóricos sucesos denunciados por quienes han hecho de eso un modo de vida, como son Elizardo Sánchez Santa Cruz y Pacheco, Yoani Sánchez, Antonio Enrique González-Rodiles y la grosera Berta Soler de las llamadas “Damas” de Blanco.
A esa comparsa se sumó recientemente la artista Tania Bruguera, quien fuera enviada a Cuba por la mafia asentada en Miami para un plan provocativo, saliéndole mal la jugada. Ahora está pendiente a un juicio y no ha tenido otra alternativa que quitarse el disfraz de artista revolcándose en el mismo fango que los demás asalariados.
El desespero de los anticubanos radicados en la Florida se percibe en cada acción, sin otro remedio que utilizar cada ficha ubicada en Cuba, motivo por el cual orientaron a Gonzalez-Rodiles a cambiar su atuendo de científico por el de un grupúsculero de bajo costo, para apoyar a la inculta Berta Soler con su pandilla de mujeres de escaso nivel de educación y amplios antecedentes delictivos.
A esa misión se ha negado Yoani Sánchez Cordero, al no aceptar vincularse con ese tipo de personas, considerándose una estrella internacional con más de medio millón de euros en un banco extranjero y sin necesidad de cumplir esas tareas para mantener su alto nivel de vida, logrado gracias a la estrategia que se trazó la CIA, por medio de la entrega de premios internacionales que le conformaron una rápida imagen internacional.
A esa estratagema se unieron varios senadores de Estados Unidos, algunos miembros de número de esa mafia y otros receptores de su apoyo financiero, los que presionan a Obama para colocar el tema de Derechos Humanos y la Libertad de expresión, como premisa para la normalización de relaciones.
Paralelamente enviaron a la grosera Berta Soler a Noruega para seguir con la misma fábula, que solo creen aquellos que nunca han viajado a Cuba.
Sin embargo, el incremento del turismo norteamericano y europeo facilita que las mentiras se descubran rápidamente, lo que motiva la pérdida de apoyo, pues como bien expresó José Martí:
“…la verdad una vez despierta, no vuelve a dormirse”.
El Heraldo Cubano 