De espaldas a la realidad


Arthur González

Barack-Obama-restablecimiento-Cuba_MILIMA20141217_0123_8A pesar que el Presidente Barack Obama reconoció el pasado 17 de diciembre que la política ejecutada por Estados Unidos contra Cuba fue un fracaso, sus nuevas proyecciones siguen la misma ruta.

Evidentemente no cambian porque sus objetivos son los mismos.Una de las líneas que ahora pretenden trabajar para subvertir el sistema socialista cubano, es el acercamiento y apoyo financiero al sector de trabajadores privados, algo que se pronostica como otro gran fracaso.

Estados Unidos sueña con ver el capitalismo florecer nuevamente en la Isla, como si pudieran borrar de la mente del pueblo, incluso de los más jóvenes, los problemas que ese sistema dejó en Cuba, donde las diferencias de clases, de género, raza y la pobreza que ese sistema impuso, fueran ahora la salvación del país.

¿Olvidan los ideólogos de la Casa Blanca que fue la Revolución cubana quien devolvió la dignidad al país, conocido hoy en el mundo gracias a sus avances en educación, salud, cultura, ciencias, deportes y derroche de humanidad, en las múltiples misiones solidarias con otros pueblos?

Solamente en el año 2013, 103 millones 611 mil 788 personas en el mundo recibieron la ayuda científica cubana llena de amor y humanismo, en 30 países de África, 25 América Latina y el Caribe, 10 de Asia, el Pacífico y Medio Oriente, y uno de Europa, gracias a los 46 mil 295 médicos, enfermeras y técnicos de la salud que prestan su servicio a esos pueblos.

¿Pensarán que con profesionales privados eso hubiese sido posible?

Cuba ante de 1959 solo contaba con 98 hospitales y de ellos uno en el campo y solo existían 2 mil 26 enfermeras.

Hoy Cuba exhibe una tasa de mortalidad infantil de 4,2 por mil nacidos vivos y materna de 21 por 100 mil nacidos vivos.

Antes de 1959 cifras oficiales aseguran que existían en Cuba millón y medio de ciudadanos sin trabajo o sub empleados. Los campesinos no disponían de tierras para cultivar, sin escuelas, médicos ni seguridad social alguna. Se contabilizaban 400 mil obreros agrícolas desocupados en 1958.

En 1956 el dictador Fulgencio Batista, apadrinado por Washington, cerró la Universidad de la Habana, abierta nuevamente después del triunfo de la Revolución en 1959. El nivel escolar general de los casi seis millones de cubanos en ese año era de solo dos grados.

El triunfo de Fidel Castro les dio trabajo inmediato a 10 mil maestros desempleados que encontró en 1959, lo que permitió que unos 550 mil niños de 6 a 14 años que no asistían a la escuela pudieran hacerlo, según censos oficiales de la época batistiana.

Trasnochados los funcionarios estadounidenses que piensen que estimular al sector privado cubano puede mejorar la economía y la promoción de una oposición al gobierno, que ellos insisten en calificar como “sociedad civil independiente”.

En la actualidad existen 483 mil 396 trabajadores privados en Cuba, en comparación con los más de cuatro millones empleados en la economía estatal.

El desarrollo de una nación no puede estar basado en negocios pequeños como restaurantes, cafeterías, forradores de botones, rellenadores de fosforeras, choferes de taxis, fotógrafos, reparadores de todo tipo de objetos y arrendadores de vivienda.

Pretendiendo más en crear y preparar una oposición al gobierno que en mejorar la economía del país, mediante inversiones en la extracción de minerales, la industria eléctrica, de materiales de la construcción, o en la industria farmacéutica y la biotecnología, Estados Unidos y algunos aliados como la Iglesia Católica cubana, se han dado a la tarea de ofrecer cursos para jóvenes emprendedores, a través un plan denominado “Cuba- Emprende”, diseñado en Miami con apoyo del Cuba Study Group.

En el Centro Cultural “Padre Félix Varela”, adscrito al Arzobispado de la Habana, se ofrecen talleres de asesoramiento empresarial en colaboración con la Universidad de Loyola y de la Salle, además de una maestría en administración de empresas impartida por profesores de la Universidad Católica de Murcia.

¿Por qué ahora ese interés de preparar a los trabajadores privados?

La razón es clara, desde ahora hay que preparar a la futura oposición política; de ahí que la subsecretaria de Estados Roberta Jacobson, afirmara en una audiencia en el Congreso a inicios de febrero:

Me reuní con siete de estos empresarios, gente que realmente está tratando de administrar sus propios negocios, dueños de restaurantes, barberos, mujeres que hacen jabones o decoraciones textiles y uno puede ver personas que están comenzando a separar su propio futuro del gobierno…Es a esas personas a quienes queremos ayudar”.

Si en vez de perder el tiempo en preparar a esos trabajadores que no tienen peso alguno en la economía cubana, aprovecharan las oportunidades que brinda la nueva Ley 188 para la Inversión Extranjera, aprobada por el parlamento en marzo del 2014, Estados Unidos pudiera tener mayores posibilidades de negocios con resultados favorables para ambos pueblos.

Desgraciadamente eso no les interesa; ellos insisten en destruir a la Revolución, pero están condenados al fracaso.

Por eso ahora más que nunca los cubanos tienen que recordar las palabras de José Martí cuando aseguró:

“…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

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