Continúan los viajes de Yoani

Arthur González

Son tantas las horas de vuelo que no son fáciles de contabilizar los viajes efectuados por la bloguera oficialista de Washington en solo un año y medio. Otro tanto sucede con sus premios.Yoani Sánchez Cordero, mutante de filóloga a bloguera al servicio de los yanquis, ha recibido más premios que medallas entregadas por Moscú a los héroes de la 2da guerra mundial, en época de Iósiv Visariónovich Dzhugachvili, más conocido como Stalín.

El pasado 8 de junio la bloguera oficialista estuvo presente en el festival literario Printers Road de Chicago, donde habló de varios temas, durante un encuentro auspiciado por el diario Hoy de Chicago, entre ellos la forma de ejercer el periodismo en Cuba, las nuevas tecnologías y los libros.

Lo que no explicó Yoani son los mecanismos de los que se vale para transmitir desde La Habana tantas informaciones, quiénes le entregan la tecnología de la que dispone, cómo puede traducir de inmediato sus artículos a más de 16 idiomas, quién le financia el sitio Web que posee, sus facilidades para ubicar el servidor fuera de la Isla y el amplio ancho de banda, así como otros elementos que ponen en evidencias la participación de los norteamericanos en todo su proyecto.

Durante su visita de cinco días a la ciudad de Chicago, la asalariada recibirá otro premio por sus “esfuerzos” para «enfrentar la censura y promover la libertad de expresión» en Cuba, otorgado por el Chicago Council on Global Affaire, en el marco de la decimotercera Gala Anual Gus Hart.

El tema escogido para su conferencia fue la “desconfianza entre los cubanos”, que según alegó fue “sembrada por el castrismo”, retórica que tiene varios años, pues desde Miami le publicaron en el 2008 un libro con ese mismo argumento.

Lo que no digo Yoani si Castro también es responsable de la desconfianza que tienen algunos de los miembros de la mafia anticubana de Miami, que ven al comunismo hasta en la actuación de famosos artistas cubanos y organizan mítines para boicotear su presencia en teatros y plazas, o de deportistas retirados como le sucedió al equipo de Industriales, quienes se vieron impedidos de jugar en el corazón de Miami, por medidas coercitivas impuestas por esos arcaicos anticubanos.

Yoani al parecer olvidó que fue la CIA quien creó más de 400 organizaciones de corte terrorista, causantes de la explosión de bombas en centros comerciales, cines, teatros y guarderías infantiles en varias ciudades de Cuba.

No sabe ella que fue la CIA la responsable de la muerte del turista italiano Fabio Di Celmo, producto de un artefacto explosivo colocado por un mercenario en un hotel habanero, dentro de una simple jaba, como parte de un plan para destruir varios centros turísticos de la capital cubana.

Olvidó la bloguera que al presidente Fidel Castro, la CIA le organizó más de 600 planes para asesinarlo, reconocido por el propio Gobierno norteamericano.

Qué decir de las plagas y enfermedades introducidas para afectar la salud humana, de los animales y plantas.

No recuerda que el Dengue no existía en Cuba antes de 1983, cuando apareció la epidemia del dengue hemorrágico.

Y de la fiebre porcina africana, la tristeza del cítrico, el trip plamis, el moho azul del tabaco, la broca del café y muchos más.

¿A eso le llama paranoia?

¿No recuerda la asalariada que en 1987 la TV denunció la actuación de más de 100 oficiales de la CIA en la isla, los que entregaron plantas de transmisión satelital y otras muy modernas, a los 27 supuestos agentes que tenían en Cuba?

Dolorosamente esos planes aún están vigentes, sino que le pregunten al Sr. Alan Gross qué orientaciones recibió antes de viajar a Cuba, y ella misma pudiera comentar de las instrucciones que le proporcionan en cada viaje al exterior y los nuevos proyectos que tiene la CIA con ella, para intentar movilizar a la juventud cubana con el sueño de derrocar a la Revolución.