Prófugos de Cuba por las calles de EE.UU.


Arthur González

bbc mundoRecientemente BBC Mundo divulgó un artículo en el que expone toda una “novela” sobre Charles Hill, estadounidense requerido por la justicia de su país debido a su participación en el secuestro de un avión y la muerte de un policía en la ciudad de Albuquerque, Nuevo México, hace 43 años.Charles fue sargento paracaidista en la guerra contra Vietnam y estuvo estrechamente vinculado a actividades políticas por eliminar la discriminación racial en Estados Unidos y soñaba con fundar una nación afroamericana en cinco estados del sur estadounidense: Louisiana, Mississippi, Alabama, Georgia y Carolina del Sur, la que tendría como nombre República Nueva África (RNA).

Algo similar diseñó en 1825 el presidente de Estados Unidos Anthony Quincy Adams, al comprar un territorio en África, la actual República de Liberia, con la intensión racista de expulsar a todos los negros de América y retornarlos a su continente; de ahí que los nombren afro norteamericano, pues no los consideran como norteamericanos plenos.

En agosto de 1971 el FBI logró desmantelar varias organizaciones de negros disidentes que luchaban por alcanzar la igualdad racial y muchos de sus integrantes no tuvieron otra opción que huir de la persecución, debido a tener ideas políticas diferentes; entre ellos estaba Charles Hill.

Tratando de escapar del operativo policial establecido contra todos los opositores al racismo despiadado, el auto en el que viajaba fue interceptado por un teniente, quien descubrió tres rifles, una escopeta calibre 12, literatura política, dinamita y granadas, por lo que de inmediato sacó su pistola de reglamento y cuando iba a dispararle a Charles y a sus otros dos acompañantes, recibió un balazo que le causó la muerte.

Posteriormente Charles arribó a La Habana abordo de un avión Boeing 737 que logró secuestrar y desde entonces ha sido requerido por la justicia de su país y del Gobierno estadounidense.

De ese caso y otros similares de negros opositores políticos, Estados Unidos hace una gran algarabía, e inculpa a Cuba de ofrecerle asilo político.

Sin embargo, desde 1959 viven libremente en varios estados de Norteamérica cientos de asesinos consuetudinarios, esbirros del Gobierno del tirano Fulgencio Batista, terroristas, ladrones y malversadores que son reclamados por la justicia cubana y jamás la Casa Blanca ha respondido a los reclamos legales de los tribunales de Cuba.

Entre esos casos están:

Jesús Blanco Hernández, Comandante de la Marina de Guerra de la tiranía, prófugo de la justicia revolucionaria por varios asesinatos y encontrándose en el Centro Migratorio Mc Allen, Texas, reclamado por Cuba el 27 de enero de 1959 mediante nota diplomática, sin respuesta.

Conrado Carratalá Ugalde, ex jefe del Departamento de Dirección de la policía de la tiranía, asesino de decenas de cubanos.

Luis Alberto del Río Chaviano, General de Brigada del ejército batistiano y acusado de varios asesinatos.

Sotero Delgado Méndez, miembro de la policía de Batista, acusado del asesinato del Dr. Pelayo Cuervo Navarro, en la Causa Nº. 321/57 del Juzgado de Marianao y reclamado oficialmente al Departamento de Estado.

El Consulado cubano en Miami recibió la orden de impulsar esa extradición con fecha 23 de marzo de 1959.

Por la misma Causa y en la misma nota solicitando la extradición, aparecen los esbirros Orlando Piedra Negueruela, Mariano Faget Díaz y Rafael M. A. Gutiérrez Martínez, quienes también huyeron de la justicia cubana.

Armentino Feria Pérez, ex miembro de los «Tigres de Masferrer», célebre por los asesinatos cometidos en Manzanillo, Sagua de Tánamo y Santiago de Cuba.

Pilar Danilo García García, General de Brigada para el Ejército y Jefe de la policía Nacional. Reclamado por la justicia cubana por cientos de asesinatos.

La lista resultaría interminable y las notas diplomáticas de la época ya ocupan muchos legajos.

Otros asesinos terroristas son Orlando Bosch Ávila, considerado por el propio FBI como terrorista, autor de varios hechos de ese corte causante de la muerte de decenas de personas, junto al asesino Luis Posada Carriles, ambos vinculados directamente a la explosión en pleno vuelo del un avión civil cubano, donde murieron 73 personas.

Esos asesinos caminaron y aun lo hacen libremente por las calles de Estados Unidos, a pesar de ser prófugos de la justicia.

De estos casos que no causaron la muerte a una sola persona sino a decenas, no se escriben artículos para condenar a Estados Unidos por darle abrigo, a pesar de que sus autoridades conocen perfectamente su historial de crímenes.

Por actitudes como esas recordamos a José Martí cuando expresó:

“…hay pocas cosas que en el mundo sean tan odiadas como los hipócritas”.

Un pensamiento en “Prófugos de Cuba por las calles de EE.UU.

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