Hipocresía al por mayor

Arthur González

Después de guardar un silencio cómplice ante las acciones dirigidas por Washington en su intento por derrocar al gobierno elegido democráticamente en la República Bolivariana de Venezuela, los aliados incondicionales de Estados Unidos cierran filas junto al imperio para acusar a Venezuela por detener y atraer a la responsabilidad penal a todos los complotados en el frustrado golpe de estado. Mientras la derecha venezolana orientada por la embajada estadounidense en Caracas quemaba escuelas, organismos gubernamentales, atacaba a policías y partidarios del socialismo, levantaba barricadas en calles y avenidas, la Unión Europea nunca condenó esos actos terroristas violadores de la legalidad, los derechos humanos y la democracia.

Sin embargo, bien diferente es la posición asumida por ese bloque regional ante la detención de uno de los principales ejecutores de la intentona golpista. Ahora emplean un lenguaje amenazador e injerencista contra el gobierno presidido por Nicolás Maduro, e hipócritamente se declaran alarmados por la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.

Los incendios provocados en el edificio que ocupa la Fiscalía de la Nación no les preocupó ni la quema de centros universitarios, el desabastecimiento y el aumento desmedido de precios para provocar descontentos en la población, pero que fuese apresado uno de los agentes principales de la embajada norteamericana en Venezuela les causa alarma.

Para demostrar aún más su subordinación a los dictados de la Casa Blanca, la Unión Europea se atrevió a decirle al gobierno venezolano que deben “garantizar que las acusaciones” contra los detenidos sean investigadas rápida e imparcialmente dentro del pleno respeto del principio de presunción de inocencia”.

¿Y por qué razón no hicieron lo mismo con Estados Unidos cuando detuvo e internó en la Base Naval en el territorio ocupado de Guantánamo contra la voluntad de Cuba, a cientos de seres humanos que llevan más de una década padeciendo maltratos, torturas, vejaciones y sin derecho a ser juzgados como seres humanos?

¿Acaso esos detenidos no son seres humanos con similares derechos?

Estados Unidos tortura sistemáticamente a sus detenidos, lo que tuvieron que reconocer ante la Comisión contra la tortura de la ONU, y en un largo informe dado a conocer pero la Unión Europea al parecer no quiso conocer de esa violación y por tanto calló en complicidad con los dueños del mundo.

Mientras la policía de varios países europeos ataca con saña y golpea con ensañamiento a miles de manifestantes por el derecho al trabajo, la educación, la salud y a una vivienda digna, le reclaman y exigen a Venezuela que respete la libertad de expresión y los derechos fundamentales de su población.

En recientes declaraciones públicas, el presidente Maduro dio a conocer las pruebas materiales del plan de golpe de Estado que Ledezma firmó junto a los también subordinados de Estados Unidos Leopoldo López y María Corina Machado, pero esto no es criticado ni rechazado por los que hipócritamente ladran para evitar las sanciones de sus lacayos.

La razones por las que no quieren permitir que un país pueda elegir democráticamente el sistema político que desea, es sencillamente porque no aceptan el socialismo. Para evitarlo no hay libre determinación ni libertad de pensamiento que valga, debe ser eliminado de raíz por ser un mal ejemplo.

Cuánta verdad encierran las palabras de José Martí al decir que:

“…hay pocas cosas que en el mundo sean tan odiadas como los hipócritas”.