Disidencia cubana divida por el dinero

Arthur González

Lo que se sabe no se pregunta, dicen españoles y latinos pero en este caso se reafirma algo bien conocido por todas las personas inteligentes del mundo, la contrarrevolución cubana conformada por la CIA, se mueve de acuerdo a la cantidad de dinero que recibe y de ahí su falta de unidad hasta para cuestiones elementales.Esta situación la confirmó recientemente una de las veteranas “licenciadas en oposición” de la “universidad” de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Martha Beatriz Roque Cabello, la misma que engañó a todos con su supuesta huelga de hambre, conocida internacionalmente como la “Huelga del Aguacate”, en hechos semejantes plagados de mentiras.

Martha Beatriz quien ha hecho de la “disidencia” una carrera universitaria, participó en reunión convocada el 17 de diciembre por los funcionarios norteamericanos acreditados en Cuba, en la cual distribuyeron una “Hoja Informativa” que el gobierno de Estados Unidos publicó a través de la Oficina del Secretario de Prensa de la Casa Blanca.

En dicha “Hoja” explican la decisión de Estados Unidos de intercambiar a Alan Gross, norteamericano preso en Cuba, por tres de los cinco cubanos detenidos en cárceles norteamericanas, así como el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

Al encuentro asistieron también Laritza Diversent, Antonio González-Rodiles, Elsa Morejón, Oscar Elías Biscet, Jorge Olivera, Elizardo Sánchez, Félix Navarro, Leonardo Calvo, Juan Antonio Madrazo, Ángel Moya, Guillermo Fariñas, Héctor Maseda, Miriam Leyva, Fernando Palacio y Arnaldo Ramos. No estaban la inculta y grosera Berta Soler ni la bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez.

La noticia descompuso a los contrarrevolucionarios quienes vieron amenazado su estatus de “disidentes” y por supuesto los jugosos salarios que reciben mensualmente por su condición de serviles soldados de la Casa Blanca y de ahí sus proyecciones en contra de la decisión del Gobierno que les paga, entrenan y orienta.

Lo más significativo de esos “luchadores por los derechos humanos” fue la posición casi unánime asumida por los presentes, en contra de la posible relajación del Bloqueo contra Cuba, el cual persigue según sus documentos desclasificados:

“….lograr el desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Negarle dinero y suministros a Cuba para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

El otro aspecto con el que tampoco estuvieron de acuerdo la casi totalidad de los “Luchadores por la Libertad” allí reunidos, fue la liberación de Alan Gross, encarcelado en Cuba por introducir equipos de transmisión satelital para crear redes ilegales, al estilo de las que la CIA diseñó contra países del Medio Oriente, con el objetivo de derrocar gobiernos no aceptables para Estados Unidos.

Está claro para todos que en su afán por destruir a la Revolución cubana, la CIA y su gobierno le han hecho creer a sus asalariados durante más de medio siglo, que son indispensables para la política de la Casa Blanca contra Cuba y por eso piensan que todas las decisiones políticas tienen que serles consultadas.

Lamentablemente la vida les ha demostrado que solo son piezas de un ajedrez muy complejo, donde juegan en una amplia estrategia pero que son solo eso, piezas para mover a su antojo y en la que ninguno tiene relevancia para esa gran partida que en 56 años Estados Unidos no ha podido ganarle a Cuba y donde la desunión ha sido el denominador común.

Carecen de unidad por ausencia de ideales verdaderos y de ahí que se cumpla al pie de la letra las palabras de José Martí, cuando aseguró:

“Se respeta lo que se ve unido y a lo que no se ve unido no se le respeta.”