Miami convierte a un terrorista en un santo varón.


Por Arthur González.

El mundo sabe que Miami es la capital del terrorismo, por la cantidad de personajes acogidos como “refugiados”, a pesar de los crímenes cometidos al servicio de la CIA y del gobierno de los Estados Unidos.

Desde 1959 el estado de Florida dio abrigo a centenares de esbirros de la tiranía de Fulgencio Batista, haciendo caso omiso a las reclamaciones oficiales del gobierno revolucionario cubano, debido a las causas pendientes que esos asesinos, torturadores y ladrones, tenían en los tribunales cubanos. Además, acogen y protegen a quienes ejecutan actos terroristas en América Latina por órdenes de la CIA y, sin embargo, ningún organismo defensor de los derechos humanos jamás ha condenado a los Estados Unidos por ser patrocinador del terrorismo.

Uno de los tantos terroristas resguardados y transformados en un santo, es Carlos Alberto Montaner Suris, fallecido el pasado 29 de junio de 2023, al que califican de “un embajador de la democracia y de la libertad”.

Para los que olvidaron o no conocen la verdad, basta con recordarles que Montaner posee un sórdido pasado terrorista al servicio de la CIA, iniciado en los años 60 del siglo XX, quien se dedicó a colocar petacas incendiarias y explosivos en centros comerciales de La Habana, Cuba.

Fue uno de los más activos terroristas al servicio del Frente Revolucionario Democrático (FRD), creado por los oficiales de la CIA David Atlee Phillips y Howard Hunt y dirigido por Antonio «Tony» Varona, aliándose a terroristas como José Ignacio Rasco y Rafael “Warry” Sánchez.

Quienes en Miami ahora lo considera “un padre espiritual”, “un caballero”, un gran escritor, periodista y “líder político y espiritual para los cubanos exiliados”, soslayan que madres cubanas y sus pequeños hijos resultaron gravemente heridos al estallar los artefactos incendiarios que él colocó en el centro comercial Flogar, en La Habana, a finales del año 1960, fecha en que las familias cubanas acudían a hacer las compras de navidad, incluido los juguetes para sus hijos.

Descubierta su actividad terrorista al servicio de la CIA, Montaner fue capturado el 26 de diciembre de 1960 y en registro efectuado a su vivienda, le fueron encontrados varios de los medios incendiarios de alto poder que la CIA le entregó.

Para no dejar dudas, un informe elaborado por el coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA, expone:

“Desde el 28 de septiembre de 1960 hasta el mes de abril de 1961, indujimos ilegalmente en Cuba, 75 toneladas de explosivos y armamentos, mediante 30 misiones aéreas, más otras 46,5 toneladas en 33 misiones de infiltración marítima, para abastecer a grupos terroristas urbanos”.

Por esas actividades criminales, fue juzgado en la Causa 6-61 de enero de 1961 y declarado culpable, junto a Alfredo Carrión Obeso, Néstor Manuel Piñango Pérez y Víctor Jorge Fernández Romero, todos condenados a 20 años de prisión por terrorismo, según consta en documentos oficiales de los tribunales cubanos.

Montaner se fugó del centro penitenciario el 8 de septiembre de 1961 y logró asilarse en una embajada latinoamericana. A pesar de sus crímenes, el gobierno revolucionario le extendió un salvoconducto para abandonar el país, actitud muy diferente a la del gobierno del Reino Unido, que, bajo las presiones yanquis, se opuso a entregare un salvoconducto a Julián Assange, asilado por años en la embajada de Ecuador en Londres, y ahora en peligro de ser deportado a Estados Unidos.

En Miami y posteriormente en Madrid, Montaner engrosó su currículo contrarrevolucionario y llegó a ser uno de los patrocinadores de la Unidad Liberal Cubana, colaboró con la Fundación Nacional Cubano Americana, la ultraderecha española agrupada en el Partido Popular español y con varias agencias para estructurar campañas mediáticas anticubanas, entre ellas la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Office of Cuba Broadcasting (OCB), la USAID, la NED, todas al servicio de la CIA y lo ayudaron a crear la casa editorial Playor.

Como sí participar en acciones para matar a seres inocentes no fuese repudiable, en Miami al conocer su muerte, varias personas expusieron elogios sobre Montaner, entre ellos la escritora Daína Chaviano, quien escribió:

“Carlos Alberto Montaner fue uno de los hombres más decentes y lúcidos que he tenido el privilegio de conocer”.

El artista Orlando González Esteva, dijo: “Alberto, todo cordialidad, representó al cubano ilustrado, ecuánime, curioso, al tanto del acontecer más y menos asociado con nuestro país”.

El escritor Sergio Andricaín, afirmó: “Carlos Alberto Montaner era, para mí, el epítome del cubano digno, un hombre de trato afable y sonrisa franca, un intelectual de talla internacional siempre comprometido con sus ideas. Con su fallecimiento, Iberoamérica pierde a un gran hombre”.

Andrés Oppenheimer expresó: “Fue uno de los grandes intelectuales latinoamericanos de nuestros tiempos” y Juan Manuel Cao, periodista contrarrevolucionario vinculado a la mafia terrorista de Miami, expuso: “Era el canciller del exilio y la democracia”.

Nada de esto asombra a los cubanos de la Isla que han sufrido acciones terroristas de todo tipo, desde las armadas y las biológicas introducidas para matar por enfermedades, hasta la guerra económica, comercial y financiera que lleva 64 años, y pretende sembrar el desencanto y el desaliento a partir de la insatisfacción y las dificultades económicas, buscando causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.

Otros connotados terroristas, entre ellos Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, también fueron catalogados de héroes en Miami, ambos con una vida ligada estrechamente a la CIA para asesinar a cientos de seres humanos, sin nunca ser juzgados por sus crímenes.

Esa es la democracia, derechos humanos y libertad que pretenden imponer al pueblo cubano, pero el 1ro de enero de 1959 dijo basta de engaños y mentiras, e inició un camino soberano y libre, algo que los yanquis no le perdonan y por eso imponen sanciones, pagan a asesinos para sembrar el terror y fabrican campañas de prensa, para satanizar a la Revolución que rompió definitivamente las cadenas impuestas por Estados Unidos.

Certero fue José Martí al exponer:

“Los árboles corrompidos han de arrancarse de raíz”

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