Arthur González
Aquellos alquimistas del medioevo que buscaron afanosamente cientos de fórmulas y pócimas milagrosas, nunca pudieron imaginar lo fácil que era la creación de un procedimiento para lograr la plena impunidad, después de ejecutar diversos delitos.El invento ha sido descubierto en una pequeña isla del mar de las Antillas, llamada Cuba, y sus autores son elementos financiados por el Gobierno de Estados Unidos, de los que trabajan a tiempo completo y con total consagración para lograr los objetivos trazados desde Washington.
Uno de estos “inventores” es Elizardo Sánchez Santacruz Pacheco, creador de la llamada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, al lograr vivir del cuento sin tener necesidad de acudir diariamente a una empresa, marcar un reloj de entrada y salida y mucho menos sudar la camisa.
Su invento le ha dado altos dividendos en dólares y euros que le envían sus patrocinadores, y a cambio solo remite informaciones falsas sobre la realidad interna cubana, como las “detenciones arbitrarias”, que no son más que el resultado de las medidas que se ve obligada a ejecutar la policía, cuando elementos pagados desde Miami alteran el orden público, precisamente para obligar a los agentes del orden a conducirlos a una Estación de policía para tomarle declaraciones y en algunos casos imponerles una multa.
Ante la generalización del descubrimiento, cualquiera que desee obtener dinero de forma fácil y rápida, solo tiene que inventar una historia de posible represión sobre su persona y como por arte de magia recibe apoyo, respaldo y reconocimiento internacional de ciertas organizaciones creadas por los yanquis para esos fines.
A vuelta de correo comenzarán a llegarle cientos de dólares junto a una propaganda gratuita en las redes sociales y la prensa escrita, con su foto y una breve historia que pudiera hacerlo famoso o famosa, en un abrir y cerrar de ojos; ejemplos sobran.
Un caso reciente es el de Roberto de Jesús Guerra, quien se encontraba esperando un ómnibus en una céntrica avenida habanera y recibió, sin motivos aparentes, unos puñetazos en pleno rostro por un desconocido.
De “ipso facto”, que significa en el acto, se inició una campaña donde acusan al gobierno cubano de ser responsable del hecho, toda una verdadera paranoia, pues eso sucede en cualquier parte de este mundo convulso sin repercusión alguna.
Como resultado d
el hecho, la ONG Amnistía Internacional está reclamando una “acción de urgencia” a favor del agredido, quien nada más y nada menos es uno de los llamados “periodistas independientes”, de esos que reciben dinero y preparación mensualmente en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, para que escriban artículos injuriosos y falsos sobre la realidad cubana, orientados por sus patrocinadores norteamericanos.
Es como decir que a la cantante mexicana Selena la asesinaron por órdenes del FBI, o que a John Lennon lo apuñaló un enviado de la CIA porque estaba en contra de la invasión norteamericana a Vietnam.
Otro de los casos que según aseguraron Elizardo y Guillermo Fariñas, recomendarán a Amnistía Internacional para que lo declare preso de conciencia, es un tal David Bustamante, homosexual con VIH-SIDA que en medio de un ataque de histeria por cuestiones pasionales, se encaramó en el techo de su vivienda ofendiendo con palabras obscenas a cuanto transeúnte pasaba por la misma.
Resultado: fue detenido como cualquier persona en este mundo, pero los asalariados de Miami escribieron el capítulo de un folletín tele novelesco y lo han convertido en “San David de pueblo mocho”.
Así actúan esos asalariados. De todo acusan a la Seguridad cubana, como si ellos fueran el ombligo del mundo y en realidad nadie los conoce ni siquiera en su casa a la hora del almuerzo.
El Heraldo Cubano 