El objetivo de Estados Unidos es asfixiar al pueblo cubano.


Por Arthur González.

Aunque siempre Estados Unidos ha procurado matar por hambre y enfermedades al pueblo cubano, en los últimos tiempos hacen lo imposible por asfixiarlo totalmente, aprovechándose de los efectos que causan las leyes que conforman la guerra económica, comercial y financiera, aplicadas por todas las administraciones yanquis desde 1959.

Como parte de la campaña presidencial iniciada recientemente, Donald Trump vaticinó un recrudecimiento de esas acciones de guerra económica, según sus declaraciones durante un video divulgado en la red Truth Social, donde catalogó a Cuba “como un estado fallido”, pero sin referirse a las verdaderas causas de las actuales penurias que sufren los cubanos.

El responsable de las 243 sanciones al pueblo de Cuba y la inclusión nuevamente en la espuria lista de países que patrocinan el terrorismo, agregó:

“El liderazgo en Cuba podría cambiarse si soy reelegido el 5 de noviembre del 2024, porque trataré de divorciar la admiración y apoyar a todo el valiente pueblo de Cuba, del vil régimen comunista y aunque no es nada fácil lo apreciamos y vamos a cambiarlo”. “Biden ha sido muy débil con los comunistas, yo apoyo al pueblo cubano”.

Hay que ser muy cínico para decir que aprecia al pueblo de la Isla, cuando todas sus acciones son para estrangularlo y hacerle la vida más difícil cada día.

Trump se encargó de desmontar la estrategia de Barack Obama, al calificarla de craso error que no alcanzó los éxitos esperados de desmontar el sistema socialista desde dentro y por tanto lo adecuado era apretar más la tuerca del garrote en el cuello de cada ciudadano, hasta que se lancen a las calles, al estilo de la teoría de “la lucha no violenta y la desobediencia civil”, desarrollada por Gene Sharp.

Preparándole el camino por si es elegido en noviembre de este año, y también con el propósito de evitar que el presidente Joe Biden, en un posible 2do mandato, suavice la guerra económica contra Cuba, el viernes 22 de marzo de 2024 los miembros de la mafia anticubana en el Congreso, aprobaron una nueva Ley con un financiamiento de 1,200 millones de dólares, para las operaciones del gobierno estadounidense en los Departamentos de Defensa, Seguridad Nacional, Trabajo, Salud y Servicios Humanos, Educación, Estado y el poder legislativo, donde incluyeron en una llamada “percha”, un fuerte paquete millonario para la asistencia económica a algunos aliados de Estados Unidos y fondos para promover la “democracia” en Cuba y Nicaragua.

El próximo paso será su aprobación en el Senado, donde cuentan con el respaldo del senador Marco Rubio.

El congresista Mario Díaz-Balart, presidente de la subcomisión sobre el Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados, en la Comisión de Asignaciones de la Cámara Baja, expresó que la nueva Ley incrementará un 25 por ciento los fondos para promover la “democracia en Cuba”, donde están incorporados seis proyectos de ley de asignaciones restantes para el Año Fiscal 2024.

Esos incrementos contemplan más dinero para las transmisiones a Cuba de Radio y TV Martí y un fondo adicional para promover tecnologías que fomenten la libertad en Internet y aborden las amenazas de la censura. Denegar visas a funcionarios de gobiernos y organismos internacionales que ellos identifiquen como vinculados a la cooperación médica cubana, y mayores restricciones financieras para el programa de emprendedores privados cubanos.

Nada nuevo en su fracasada estrategia, pues respecto a Internet el senador Marco Rubio ha expresado:

“El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, donde Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.

Igualmente, hace unos años el senador Carl Meacham afirmó:

“Nuestro equipo reparó en el creciente interés que tienen los funcionarios del Departamento de Estado, en incrementar las capacidades básicas de computación y alfabetización del pueblo cubano, como medio de facultarlo para llevar a cabo cambios positivos en su propia sociedad.”

Por su parte, Obama diseñó el trabajo con los nuevos actores económicos privados, como fórmula para desmontar el socialismo y declaró:

“Los ciudadanos deben tener la libertad de participar en los procesos políticos e insistiremos en que la sociedad civil se nos una, para que sean los ciudadanos y no solo los líderes quienes conformen el futuro”.

Como el sueño de conformar una oposición política dentro de los emprendedores no dio los resultados proyectados, ahora le cortan de cuajo todas las facilidades que tuvieron y son acusados de ser parte del gobierno comunista.

Por esa razón, la nueva Ley prohíbe “destinar los fondos disponibles para programas de promoción de la democracia en Cuba, en temas vinculados con el impulso empresarial, la reforma económica, el emprendimiento o cualquier otra asistencia que no estén relacionados con el fomento de la democracia, como se regula en la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática Cubana de 1996 (Ley Helms-Burton, y en la Ley de Democracia Cubana de 1992 (Ley Torricelli).

Para no dejar dudas de que persiguen contra los empresarios privados cubanos, la oficina de Mario Díaz-Balart emitió una nota donde se prohíbe utilizar fondos públicos del gobierno estadounidense, en la promoción del emprendimiento en Cuba, para evitar que la Administración Biden emplee fondos de democracia para fines no autorizados.

Una vez más el camino del dinero es la fórmula para llenar el bolsillo de quienes, desde 1959, hacen un jugoso negocio con la oposición al “régimen” comunista, plasmado en la aprobación de 25 millones de dólares para los programas de “promoción de la democracia en Cuba”, donde aparece el incremento del 5 % en relación con el año 2023.

En cuanto al fondo para “promover tecnologías que fomenten la libertad en Internet y aborden las amenazas de la censura”, se establece que 90 días después de la aprobación definitiva de la Ley, el secretario de Estado y el director ejecutivo de la Agencia de Medios Globales de Estados Unidos (en consulta con el presidente del Fondo de Tecnología Abierta) deben presentar a los Comités de Asignaciones, los fondos y planes para implementar los programas de desarrollo de tecnologías de Internet para la subversión contra Cuba. 

Guerra avisada no mata soldados y los cubanos están preparados para el posible gobierno de Trump, quien sin la menor vergüenza ha dicho que espera terminar el trabajo que inició durante su mandato.

Los cubanos, como fieles discípulos de José Martí aplican su pensamiento militar para resistir los ataques yanquis, cuando afirmó:

“A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo. Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque”.

La política de Estados Unidos hacia Cuba no cambia.


Por Arthur González.

Los yanquis no se cansan de exigirle cambios a Cuba, pero ellos mantienen la misma política desde hace más de medio siglo, porque su objetivo es inamovible: derrocar la Revolución socialista iniciada por Fidel Castro a solo 90 millas de sus costas.

No olvidar que, en diciembre de 1958, en la reunión del Consejo de Seguridad, el director de la CIA Allen Dulles le expresó al presidente D. Eisenhower: “Tenemos que evitar la victoria de Castro”.

Desde entonces todo su empeño ha sido destruir a la Revolución. Primero, con la guerra económica, comercial y financiera para evitar la satisfacción de las necesidades del pueblo, a fin de que culpe al socialismo de sus penurias. Segundo, sembrar el desencanto y el desaliento, fomentar el hambre y las enfermedades para después enviar sus marines como “salvadores”, ante el supuesto fracaso del socialismo.

Para lograrlo, asignan anualmente millones de dólares en sufragar campañas mediáticas que sustentan su guerra psicológica para envenenar la mente de los cubanos, tal y como hicieron con la falsa Ley de la Pérdida de la Patria Potestad; así como a sus mercenarios que cumplen órdenes, sin lograr nada en 65 años.

Actualmente con el desarrollo de Internet y las redes sociales, el trabajo se les hace mucho más fácil, algo que el senador Marco Rubio afirmó en el año 2012, durante un evento celebrado por la Fundación Heritage de Estados Unidos y Google Ideas: “El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet”.

Basta recordar que el Departamento de Estado proporcionó 2,8 millones de dólares a un equipo de hackers y especialistas en programación, para el diseño de un software específicamente para Cuba, bautizado con el nombre de Zunzuneo, en el cual conformaron un Twitter para enviar mensajes a los jóvenes a través de las redes sociales, con la pretensión de exhortarlos a movilizarse contra el gobierno revolucionario.

El 13 de junio del 2013 el Departamento de Estado anunció propuestas de varios proyectos para:

“Promover la democracia y los derechos humanos en Cuba, uno de ellos con el uso de herramientas digitales para ser utilizadas de forma selectiva y segura por la población civil cubana, junto con otra iniciativa para el fomento de igualdad y defensa de las redes sociales de los cubanos de raza negra”.

Estados Unidos ha trabajado históricamente por provocar una sublevación interna en Cuba, que les sirva de pretexto para una invasión con sus tropas, tal y como dicen los documentos de la Operación Mangosta:

“La operación está dirigida a provocar una rebelión del pueblo cubano. Esta sublevación derrocará al régimen comunista e instaurará un nuevo gobierno con el cual Estados Unidos pueda vivir en paz”.

Esos intentos fueron ejecutados en varias oportunidades y la más destacada fue en julio del 2021, cuando crearon los hashtags #SOSCuba, #SOSMatanzas y #PatriaYVida,unido a las transmisiones en vivo a través de Facebook Live, para desencadenar un plan de desestabilización social y propiciar el cambio de sistema.

El 17 de marzo del 2024 soñaron con repetir la farsa, aprovechándose de la actual crisis energética en Cuba, provocada por el mantenimiento de la mayor central termo-energética del país, la falta de combustible diésel para los generadores de electricidad y la escasez de alimentos por falta de liquidez y otras acciones de la guerra económica aplicadas por Estados Unidos.

La población cubana está agobiada ante la situación a la que está sometida de forma sostenida por más de medio siglo y ante la falta de electricidad, que unido a las altas temperaturas hacen muy difícil la vida.

Por eso en una barriada de Santiago de Cuba, los pobladores acudieron pacíficamente ante las oficinas del intendente para reclamar que les pusieran la electricidad y se les vendiera más alimentos. Algo similar sucedió en la ciudad de Bayamo y el poblado de Santa Marta en Cárdenas, sin que nadie fuera reprimido, a pesar de que algunos elementos, estimulados desde Estados Unidos, gritaron consignas contrarrevolucionarias.

Todos fueron escuchados por los principales dirigentes políticos y no hubo violencia ni las añoradas revueltas que anhelan los yaquis.

Sin embargo, llama la atención que de inmediato Congresistas yanquis de origen cubano y elementos contrarrevolucionarios asentados en Miami, la capital del odio, se solidarizaron con las protestas, concentrados en las afueras del restaurante Versalles, en el barrio de la Pequeña Habana.

El congresista republicano Carlos Giménez, nacido en Cuba, escribió en su cuenta de X: “El pueblo cubano quiere libertad y el fin del régimen comunista asesino que lo oprime”. Lo mismo hizo María Elvira Salazar, desacreditada en Miami por sus votaciones en el Congreso en contra de beneficios para su comunidad, y otro tanto realizó frente al restaurante de marras, la congresista estatal Alina García.

La propia prensa de Miami al relatar los sucesos reconoció que “la pandemia de la Covid 19, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y errores endógenos en política económica y monetaria cubana, han agravado en los últimos tres años los problemas estructurales del sistema cubano”.

Pero lo más indignante fueron las declaraciones de la embajada yanqui en la Isla, al publicar en su cuenta oficial X:

Somos conscientes de los informes de protestas pacíficas en Santiago, Bayamo, Granma y otros lugares de Cuba, con ciudadanos que protestan por la falta de alimentos y electricidad. Instamos al gobierno cubano a que respete los derechos humanos de los manifestantes y atienda las necesidades legítimas del pueblo cubano”.

¿Con qué moral puede exigir Estados Unidos y esos congresistas, respeto a los derechos humanos en Cuba, cuando se oponen a un alto al fuego en Gaza, ante el genocidio que comete hace 5 meses su aliado Israel contra el pueblo palestino, masacrando a más de 30 mil personas y sin dejar de enviarle dinero y armas a Tel-Aviv, para asesinar a mujeres y niños indefensos?

La estrategia yanqui para justificar otra invasión a Cuba es muy vieja.

Un documento secreto del Pentágono, fechado en junio de 1962, confeccionado por el general Benjamín Harris, contempla un plan ante una posible rebelión del pueblo cubano, en el que se plantea:

“Estados Unidos apoyará y sostendrá la rebelión en Cuba con todos sus recursos, incluido el uso de su fuerza militar, para garantizar la sustitución del régimen comunista por un nuevo gobierno que sea adecuado para Estados Unidos. […] Estados Unidos debe ser capaz de ejecutar una rápida acción militar para anticiparse a un concentrado y drástico programa de represalias en pro de la humanidad y de la misión de este plan”.

Esos son los “preocupados” por lo que sucede en Cuba, mientras a diario le aprietan el cuello al pueblo con sus sanciones económicas, comerciales y financieras.

Razón la de José Martí cuando dijo:

¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!

La Casa Blanca convertida en un hogar de ancianos.


Por Arthur González.

Hace pocos años desde Estados Unidos hacían campañas virulentas por la edad que tenían los dirigentes cubanos y especialmente las dirigían contra Fidel Castro, a pesar de tener excelente salud, memoria envidiable y una cultura sin igual. Sin embargo, ahora quienes tienen que rejuvenecer su gobierno son los Estados Unidos, porque han convertido a la Casa Blanca en un hogar para ancianos con graves problemas mentales.

Otro tanto ocurre en el Congreso, donde muchos legisladores tienen más de 70 años, al igual que en el Senado, con algunos frisando los 80 años, lo que significa la edad más avanzada de la historia de ese parlamento, de acuerdo con una investigación efectuada por FiveThirtyEight.

Recordemos que Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, tenía casi ocho décadas y Dianne Feinstein, actual senadora demócrata por California cumplió 90 años de edad y de acuerdo con lo publicado por el San Francisco Chronicle, tiene un visible deterioro mental y su actual mandato culmina en el 2025.

Joe Biden, actual presidente y aspirante a la reelección por el Partido Demócrata, cumplió 81 años, convirtiéndose en el presidente yanqui de mayor edad en acceder a la oficina oval, con claras evidencias de limitaciones físicas y mentales, expuestas en sus continuas caídas y vacíos intelectuales ante los ojos del mundo. De ganar las próximas elecciones terminará su mandato con 86 años.  

El pasado mes de febrero del 2024, un fiscal independiente publicó un artículo en el que describió a Biden como: “un agradable anciano con buenas intenciones y mala memoria”. No hay dudas, la Casa Blanca ya es un hogar de ancianos, púes Donald Trump también lo es, y después desbarraban de Cuba.

Para quien no esté de acuerdo con esto, basta con escuchar lo que expresó hace solo días, Hillary Clinton, exsecretaria de Estado, en el programa de radio “Mornings with Zerlina”:

“Tenemos que aceptar la realidad, de que el presidente Joe Biden es un viejo, pero hay que seguir adelante para proteger a la democracia en las próximas elecciones presidenciales”.

Peligrosamente, Estados Unidos estará presidido por un viejo con un alto poder, aunque en realidad quien manda en ese país no es el presidente, sino el complejo militar industrial y los poderosos consorcios que acumulan la mayor riqueza del país.

Es lamentable que los jóvenes políticos no puedan aspirar a gobernar a ese nivel, lo que quizás permitiría proyectar una línea política más acorde a las necesidades de su pueblo y trabajar por una coexistencia pacífica mundial, en vez de azuzar guerras innecesarias que solo dejan muertes y destrucción, a pesar de que nunca dejarán de ser imperialistas con ansias de dominar el mundo.

Mucho trabajo tendrán en la Casa Blanca, los especialistas en geriatría, neurólogos, fisioterapeutas, urólogos y psicólogos para mantener a esos ancianos aferrados al poder, en vez de irse a sus casas a cuidar nietos, aunque ya a esta altura ni para eso sirven.

Recordemos a José Martí cuando expresó:

“El jugar suavemente conviene al anciano, tanto más cuando más cerca están las rosas de la muerte”.

Pierden la memoria en el Departamento de Estado.


Por Arthur González.

Aunque parezca increíble y cause risas, los asesores del secretario de Estado, Antony Blinken, han perdido la memoria o, por incapacidad profesional no se tomaron el trabajo de buscar en sus archivos, los antecedentes de las mentiras continuadas de Martha Beatriz Roque Cabello, en su actividad contrarrevolucionaria dentro de Cuba, poniendo en ridículo al jefe de ese Departamento al dejarlo honrar a la susodicha con el  Premio Internacional Mujeres de Coraje, otorgado a quienes han demostrado “coraje, fuerza y liderazgo excepcionales”.

Dejaron a Blinken hacer el ridículo con ese galardón, regalado a quien lleva décadas estafándolos con supuestas actividades contra el Gobierno revolucionario cubano, que han sido mentiras, entre ellas una supuesta protesta frente al ministerio de Justicia, que por vía telefónica informaba de una inexistente represión policial, mientras era filmada por la seguridad cubana y divulgada en el noticiero nacional de la televisión.

La farsa más destacada y que quizás serviría para un guión fílmico, fue la huelga de hambre protagonizada en octubre del 2012, conocida popularmente como “La Huelga del Aguacate”, donde la televisión cubana divulgó imágenes que demostraron el engaño ejecutado por Roque Cabello, pues no había tal huelga, ni su estado de salud era crítico a punto de perder la vida, como le hizo creer a la diplomática del área de Prensa, Cultura y Derechos Humanos de la Sección de Intereses de Estados Unidos, SINA, quien corrió a visitarla en su supuesto lecho de muerte.

La misma puesta en escena le montó a Yoani Sánchez Cordero, diplo-disidente, devenida bloguera gracias al agente CIA Carlos Alberto Montaner, que también acudió a darle el último adiós, de conjunto con representantes de varias agencias de prensa europeas.

Si algún premio pudiera otorgarle el Departamento de Estado, es de la habilidad y maestría demostrada para engañar a varios diplomáticos yanquis, incluido uno de los ex jefes de la Sección de Intereses, SINA, a quien manipuló a su antojo, pruebas que también fueron expuestas en la TV cubana.

Ante la falta de una verdadera oposición política en Cuba, los yanquis sacaron del cajón de los recuerdos a este vetusto personaje, que llevó años viviendo del cuento y cobrando mensualmente altas sumas de dinero.

En Cuba se recuerdan otros conatos de huelgas de hambre en los inicios de los años 2000, protagonizados por ella con otros “opositores”, entre ellos el alcohólico Vladimiro Roca, Félix Bonne y René Gómez Manzano, las cuales se convirtieron en bacanales, donde la comida y las bebidas eran las verdaderas protagonistas de la acción.

Martha fue sancionada a 20 años de prisión, sin embargo, fue puesta en libertad rápidamente. Después viajó a Estados Unidos en varias oportunidades, sin limitación alguna, con el fin de obtener dinero para continuar su teatro de “líder” de la inexistente oposición política, pero con el de cursar de los años, pasó al olvido y se quedó sin las remesas que el Departamento de Estado le otorgaba.

La verdad no se puede ocultar por mucho tiempo, aunque en los informes secretos que redactaba la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana, SINA, y remitidos al Departamento de Estado y a la CIA, lo explicaban claramente, sin que lo tomaran en consideración.

Interesante resulta el informe 09 HAVANA 221, ID:202438, de fecha 15 de abril del 2009, que asegura:

[…] La Agenda para la Transición, lanzada promisoriamente hace un año, está a punto de deshacerse. El Diálogo Nacional, de Osvaldo Payá, ha recogido algunos disidentes dispersos, pero no ha hecho acciones importantes en meses…Sin un verdadero milagro entre los líderes de la oposición…no es probable que el movimiento disidente tradicional pueda reemplazar al gobierno cubano”. […] “Vemos poca evidencia de que las organizaciones disidentes principales tengan mucho impacto en los cubanos de a pie”. […] “Una organización de partido político dijo abierta y francamente al jefe de la SINA, que necesitaba recursos para pagar salarios y le presentó un presupuesto con la esperanza de que la SINA lo cubriera” […] Los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa”.

Nada ha cambiado y en una entrevista reciente que le hiciera un diario de Miami a Martha Beatriz, expresó:

“El movimiento opositor al cual yo pertenecí está totalmente desarticulado. Después vino otro grupo integrado por artistas, escultores, pintores… Ese grupo no enfrentó la intensidad del hostigamiento que enfrentó el grupo nuestro. Finalmente, hay un grupo de opositores cuyo paso por la oposición es veloz para salir del país”.

Y para trata de obtener una buena mesada de los yanquis, repitió el mismo estribillo que después del 11 de julio del 2021, fabricó el Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba del Departamento de Estado: “Estoy muy preocupada por la situación de unos 1,000 presos políticos”.

Se sabe que esa cifra es irreal y manipulada, porque las sanciones no fueron debido a pensamientos políticos, sino por hechos delictivos como el saqueo a centros comerciales, incendiar depósitos de basura, agresión a policías y partidarios de la Revolución, apedreamiento a hospitales y policlínicas, intento de asalto a estaciones de policía y la destrucción de autos patrulleros, hechos que los yanquis ocultan.

El actual premio que el Departamento de Estado le regala a la reina de las mentiras, está en consonancia con la línea política injerencista trazada por Estados Unidos desde 1959 para intentar derrocar a la Revolución cubana.

Por eso en el informe de referencia del 15 de abril del 2009, firmado por Jonathan Farrar, jefe de la SINA, apuntaba:

“Debemos continuar apoyando el buen trabajo del movimiento disidente, en la promoción de la observancia de los derechos humanos reconocidos internacionalmente y haciendo públicos los reclamos de los presos políticos”.

El pueblo cubano no olvida lo que escribió el 6 de abril de 1960, Lester D. Mallory, Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos del Departamento de Estado:

“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas…a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”

Exacto José Martí al apuntar: “Olvidar es de ruines”

A 64 años del primer acto terrorista de la CIA contra Cuba.


Por Arthur González.

El 4 de marzo de 1960 ocurrió el primer acto terrorista cometido por Estados Unidos contra la Revolución cubana, cuando hicieron explotar el buque francés La Coubre, en el puerto de La Habana, con el fin de impedir que Cuba adquiriera en Bélgica, granadas para los fusiles FAL y dejarla sin capacidad de repeler la invasión mercenaria que ya preparaban para derrotar a la naciente revolución.

Las dos explosiones con minutos de diferencia, causaron la muerte de 101 personas, entre ellos algunos tripulantes franceses, más 33 desaparecidos y otro centenar de heridos. La mutilación física de los cadáveres fue terrible y pasados 64 años del hecho terrorista aun sigue clasificada la información en Estados Unidos y en Francia.

Las investigaciones realizadas arrojaron que la explosión ocurrió en la bodega número seis, refrigerada, donde estaban almacenadas las cajas de granadas para los fusiles. Las autoridades belgas no negaron la existencia de un posible mecanismo de relojería, capaz de estallar en un tiempo determinado, u otro dispositivo de alivio de presión que se disparara al levantar las cajas.

Se comprobó que, en el recorrido del buque, hubo que tocar puerto estadounidense para reparar equipos de refrigeración de las cámaras que tuvieron desperfectos y más tarde llegar a Haití para cargar varias toneladas de queso, las que fueron almacenadas en la misma cámara donde estaban las granadas, algo que viola todas las medidas de seguridad.

Es evidente la mano de la CIA en ese tenebroso acto terrorista, similar a los demás que, a partir de ese momento, ejecutaron contra Cuba, como se demuestra en decenas de documentos ya desclasificados.

Los campeones de las violaciones a los derechos humanos están presenten en casi todos los hechos similares que suceden en el mundo, porque su naturaleza es criminal, algo que queda demostrado en los vetos continuados a las resoluciones presentadas recientemente en la ONU, para que Israel detenga el genocidio contra el pueblo palestino en la franja de Gaza y el apoyo sostenido en dinero y armas.

No por gusto José Martí afirmó en su carta al amigo mexicano Manuel Mercado:

“De esta tierra no espero nada, ni para ustedes, ni para nosotros, más que males”.