La soledad del imperio.


Por Arthur González.

Estados Unidos tiene dinero, tecnología, poderío militar, pero eso no basta para lograr que el mundo lo apoye en su criminal y despiadada guerra económica, comercial, financiera y biológica, contra una pequeña Isla, la que no posee medios que afecten la seguridad nacional del imperio, aunque su rebeldía y resistencia para defender la independencia y soberanía, hayan enfermado de los nervios a todos los presidentes norteamericanos durante los últimos 60 años.

Dwight Eisenhower fue el primer presidente que mostró síntomas profundos de alteración nerviosa, al no poder impedir el triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro, como expuso en la última reunión del Consejo de Seguridad Nacional, celebrada el 23 de diciembre de 1958, donde el entonces director de la CIA, Allen Dulles, expresó: “Debemos evitar la victoria de Castro”, recibiendo la aprobación del Presidente quien respondió: “ Tengo la esperanza de lograr una tercera fuerza que crezca en fortaleza e influencia, si se organiza alrededor de un hombre capaz, pertrechado con financiamiento y armamentos”.

Al comprobar como Fidel Castro entraba triunfante en la Habana, aclamado por el pueblo, Eisenhower tomó la decisión de trabajar rápidamente en su derrocamiento, ordenándole a la CIA diseñar planes secretos, conociéndose que el 14 de abril del propio año 1959, se elaboró el primero de una larga lista de planes y operaciones especiales, incluidos los de asesinatos al propio Fidel Castro, como consta en el memorando para el director de la CIA, fechado el 11 de diciembre de 1959 y confeccionado por J.C. King, quien en ese entonces era el Jefe de la División del Hemisferio Occidental de la Agencia.

En abril 1960, Lester Mallory, entonces sub secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, proponía en un informe secreto:

“[…] El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno…”

Es así como Eisenhower inicia las primeras medidas de presión económica contra Cuba y el 3 de enero de 1961, días antes de dejar su puesto al electo presidente J.F. Kennedy, rompe las relaciones diplomáticas.

Kennedy asume el plan aprobado de la fracasada invasión mercenaria contra Cuba y ante la derrota sufrida, crea el Grupo Especial Ampliado del Consejo de Seguridad, para diseñar acciones con el propósito de destruir a la Revolución cubana.

Es Kennedy quien aprueba la Operación Mangosta, el 18 de enero 1962, en la cual se plasma, entre las 32 tareas, la guerra económica para ahogar a todo un pueblo, donde se dice textualmente:

La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen…”

Para legalizar dicho Programa secreto, JFK, aprueba el 6 de febrero 1962, el “Decreto N0 3447, 27 Resolución Federal N0 IO85, Embargo sobre el comercio con Cuba”.

El argumento en el cual se basa ese Decreto, fue:

“El actual Gobierno de Cuba es incompatible con los principios y objetivos del Sistema Interamericano…”

“Considerando: Que los Estados Unidos, de acuerdo con sus obligaciones necesarias para promover la seguridad nacional y hemisférica mediante el aislamiento del actual Gobierno de Cuba, y, por lo tanto, reducir la deriva de su alineamiento con las potencias comunistas”:

“Por cuanto: Yo, John F. Kennedy, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica”, […] Proclamo el embargo sobre el comercio entre los Estados Unidos y Cuba” […]

La esperanza de que el pueblo cubano no apoyara a la Revolución y se lanzara a las calles, culpando al sistema socialista de sus penurias, a partir de las campañas de guerra psicológica estructuradas por la CIA, como propone la Operación Mangosta, no dieron resultados, y pasados 60 años los cubanos y cubanas saben perfectamente quien es el verdadero responsable de las carencias materiales que padecen, desde hace más de medio siglo.

Documentos desclasificados de la CIA, permiten conocer sus consideraciones al respecto, como el que expresa:

El principal objetivo de los Programas Encubiertos contra Castro, es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba respecto a América Latina y el mundo libre…Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica”.

¿Habrá leído ese memorando el actual subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Michael G. Kozak?, antes de escribir mensajes en su cuenta de Twitter, donde afirmó:

La responsabilidad por los fallos de la economía en la Isla es por la mala gestión económica del régimen”. “La mala administración del régimen de Castro y no las sanciones de Estados Unidos es responsable por la escasez de alimentos en Cuba”.

Al mundo no le quedan dudas de quién es el único culpable de la situación económica cubana, a lo que se suma la guerra financiera, que impide criminalmente todas las transacciones bancarias desde y hacia Cuba, a fin de que no pueda comprar alimentos, materias primas, maquinarias, equipos médicos y medicinas, piezas de repuesto, ni efectuar los pagos que adeuda y menos aún cobrar las ventas que realiza.

Solo durante los 8 años de la administración del presidente Barack Obama (2009-2016), las multas impuestas a la banca internacional por trabajar con Cuba, ascendieron a 47, por violar las regulaciones contra Cuba, y el monto de las misma alcanzó la suma de 14 mil 404 millones 358 mil 605 dólares.

Por esas razones, año tras año el mundo vota a favor de Cuba en las Naciones Unidos, porque no es un “embargo” bilateral como quieren aparentar los yanquis, es una persecución implacable contra todos los que pretendan hacer negocios con la Isla, sean estadounidenses, miembros de la Unión Europea, de Asia, África, o de América Latina.

Triste papel debe jugar el diplomático yanqui ante la Asamblea General de la ONU cada año, pues sabe de ante mano que las mentiras que le dan a leer, son rechazadas por la inmensa mayoría de las naciones allí representadas.

Los pretextos de Estados Unidos para justificar el Bloqueo, como los relativos a las fabricadas mentiras de “detenciones arbitrarias” en Cuba, solo le bastaron para alcanzar el respaldo de 3 países, en contraposición con los 187 que apoyaron el documento presentado por el canciller cubano, porque la verdad es que en Cuba no existe un asesinado, torturado o desaparecido, como sucede en países con los que Estados Unidos mantiene excelentes relaciones y cooperación.

Por eso José Martí afirmó:

“La verdad como el sol, ilumina la tierra a través de las nubes”.

 

 

 

 

CIA contradice a la embajadora de Estados Unidos en ONU


Por Arthur González

Al parecer no hay una buena coordinación entre el Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, pues la actual embajadora ante la ONU, Nikki Haley, en su intervención del 01.11.2017 para defender su voto en contra del proyecto de resolución cubano contra el Bloqueo Económico, Comercial y Financiero, impuesto por su país hace 56 años, afirmo:

“Cuba ha usado el embargo de Estados Unidos como un objeto brillante para distraer al mundo de sus propios fracasos”.

Sin embargo, la CIA expresa en sus documentos oficiales todo lo contrario, algo que al parecer a embajadora no conoce, obligándola a hacer el ridículo ante el mundo.

De acuerdo con lo expresado por la CIA:

“El principal objetivo de los programas encubiertos de los Estados Unidos contra Castro, es completar el aislamiento económico… Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica.”

Así mismo, afirma la CIA:

Existen aún muchas posibilidades para fortalecer el cerco económico en torno a Castro y pudieran imponerse sanciones más severas por parte de Estados Unidos, contra los países que comercian con Cuba o envían productos por vía marítima.”

“Los cursos de acción… aumentarían los problemas para Castro y, por tanto, apresurar su caída”

Si esos alegatos de la CIA son un “objeto brillante” usado por Cuba para “para distraer al mundo de sus fracasos”, tendrá la embajadora Haley que discutirlo con sus superiores para que no la manden más a servir de hazmerreír ante el mundo.

¿Será ciega y sorda la señora que no ve ni escucha que todos los países representados en la Asamblea General de las Naciones Unidas se expresan a favor de Cuba?

Si realmente la embajadora quiere hablar directamente con el pueblo cubano, puede hacerlo, para que escuche como sufren muchas penurias a causa de la política yanqui, pero a pesar de ello, los cubanos se mantienen firmes y unidos sin el “desencanto y el desaliento” que pretende lograr Estados Unidos con su guerra económica despiadada, que es una total violación de los derechos humanos de 11 millones de cubanas y cubanos.

Cuando se analiza con detenimiento la intervención de Estados Unidos, causa lástima, porque esa embajadora es una persona inteligente, con preparación académica, al igual que la embajadora alterna que la secundó en la réplica, y ambas al finalizar sus intervenciones, no pueden sentirse cómodas con las miradas de desprecio que sintieron al caminar por los pasillos de esa importante sala.

De todas formas, la victoria de Cuba fue aplastante, porque como recordó el canciller Bruno Rodríguez, lo expresado por José Martí:

“Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”

 

 

 

La vergüenza de no conocer la historia


Por Arthur González.

Medio día del 1ro de noviembre de 2017, día memorable para el pueblo cubano, al obtener un total apoyo del mundo contra el criminal bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por Estados Unidos desde hace casi 60 años. Record en la era moderna de resistencia de una pequeña isla en el Caribe, contra la potencia imperialista más poderosa del planeta tierra.

En la sesión de la Asamblea General de la ONU para debatir y votar a favor del proyecto de resolución presentado por Cuba contra ese Bloqueo, la nota más vergonzosa la dio Nikki Haley, embajadora de los Estados Unidos, al demostrar su total ignorancia de la historia, culpabilidad del sistema de su país que le oculta a sus ciudadanos la verdad, cuando esta no les favorece.

Entre las barbaridades que dijo la embajadora, está su afirmación de que los problemas económicos de Cuba son por su sistema y no a causa del Bloqueo y que, si los Estados Unidos lo eliminaran, todo seguiría igual porque el gobierno revolucionario es el único responsable.

Es triste ver a una persona de ese nivel hablar sin el menor conocimiento de los propios documentos del país que representa.

Para alfabetizar históricamente a esa señora basta con citar algunos conceptos de planes de Estados Unidos, que no les enseñan a los funcionarios del Departamento de Estado, ni a los ciudadanos comunes.

  • Memorando de J.C. King, Jefe de la División del Hemisferio Occidental, para el director de la CIA. 11 de diciembre de 1959.

Los objetivos de Estados Unidos.

El derrocamiento de Castro en el término de un año y su reemplazo por una Junta que sea del agrado de los Estados Unidos, la cual convocará a elecciones seis meses después de su llegada al poder.

Alentar a grupos opositores a favor de Estados Unidos… para establecer por la fuerza un área controlada desde Cuba.

Como cierre de dicho memorando propone:

Se le debe dar una cuidadosa atención a la eliminación de Fidel Castro. Ninguno de los que se hallan cercanos a Fidel, como por ejemplo su hermano Raúl y su compañero Che Guevara, tienen el mismo carisma sobre las masas. Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual.

  • Memorando del el Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos de los EE.UU. Lester D. Mallory. 6 de abril de 1960.

El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.

  • Programa de acción encubierta contra el régimen de Castro. 17 de marzo de 1960.

Objetivo:  El propósito del programa aquí expuesto es provocar la sustitución del régimen de Castro por uno que responda mejor a los verdaderos intereses del pueblo cubano y sea más aceptable para Estados Unidos.

El primer requisito es crear una oposición cubana responsable, atractiva y unificada al régimen de Castro, que se declare públicamente como tal…

  • Proyecto Cuba, Operación Mangosta. 18 de enero de 1962.

Objetivo: El objetivo de EE.UU. es ayudar a los cubanos a derrocar al régimen comunista en Cuba e instaurar un nuevo gobierno con el cual Estados Unidos pueda vivir en paz.

La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos.

  • Memorando del Jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor, General L.L. Lemnitzer, dirigido al Secretario de Defensa. 13 de marzo de 1962.

Contiene 9 medidas con sus anexos, que sirvieran como pretexto para justificar la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba.

La lista es bien amplia y si la embajadora de los Estados Unidos las estudiara, se daría cuenta del ridículo que hizo hoy ante el mundo.

El resultado, otra derrota aplastante para Estados Unidos, algo que su prepotencia no les permite comprender.

Visionario fue José Martí cuando aseguró:

“Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas”