En Miami los terroristas son santos, no asesinos


Por Arthur González.

De acuerdo con el concepto de terrorismo, recogido en el Título 22 del Código de Estados Unidos, Sección 2656f(d), es:

“La violencia premeditada y con motivos políticos, perpetrada contra objetivos civiles por grupos sub nacionales o agentes clandestinos, generalmente con la intención de influenciar a un público determinado”.

La definición de las Naciones Unidas sobre el terrorismo dice:

Cualquier acto criminal dirigido contra un estado y encaminado a, o calculado, para crear un estado de terror en las mentes de personas particulares, de un grupo de personas o del público en general”.

Sin embargo, para los mafiosos anticubanos radicados en Miami, bajo la protección del gobierno de Estados Unidos, los cubanos organizados, entrenados y financiados por la CIA desde 1959, para derrocar a la triunfante Revolución cubana, son “combatientes por la libertad”, a pesar de los asesinatos de civiles inocentes, la colocación de artefactos explosivos en centros comerciales, escuelas y cines, el bombardeo a centros industriales y otras acciones similares.

Las bandas de alzados introducidas en 1960 en el macizo montañoso del Escambray, ubicado en la central provincia cubana de las Villas, es el vivo ejemplo del doble racero con que Estados Unidos califica a los terroristas.

Los integrantes de aquellas bandas de alzados fueron los que torturaron y asesinaron el 5 de enero de 1961 al maestro voluntario de 18 años, Conrado Benítez y al campesino Heliodoro Rodríguez, por el simple hecho de alfabetizar en las comunidades rurales.

Similares actos cometieron el 26 de noviembre de 1961, contra el joven alfabetizador de solo 16 años Manuel Ascunce y al campesino Pedro Lantigua. Ambos fueron ahorcados y torturados salvajemente antes de morir.

Los alzados tenían como objetivo sembrar el terror entre los campesinos para que no apoyaran los planes de la Revolución.

De acuerdo con documento del Departamento de Estado, Volumen X, Cuba 1961-63:

“…las operaciones serán planeadas y ejecutadas en apoyo a fuerzas guerrilleras existentes o que pueden emerger en las elevaciones de Cuba, utilizando tanto operaciones marítimas como aéreas, para el suministro de armas y medios, y para la infiltración y ex filtración del personal…”

Para el Nuevo Herald de Miami esos asesinos a sueldo del gobierno yanqui son “héroes de la libertad”.

Cientos fueron los asesinados en el Escambray, como el terrible caso de la familia Romero, de la finca San José de Altamira, cuando un grupo de alzados sacaron de su casa a todos sus integrantes, a culatazos y bayonetazos, entre ellos a Paula Romero, de 14 años, su hermana Teodora y a su madre Vicenta, a José Pio Romero, su hermana Ana Romero y un sobrino. Todos fueron asesinados.

Cientos son los testimonios de las víctimas causadas por esos “luchadores por la libertad”, que hoy viven plácidamente en Miami sin ser molestados por el FBI, a pesar del pasado terrorista al servicio de Estados Unidos.

Un documento confeccionado por el Coronel Jack Hawkins, jefe de la sección de personal paramilitar en el centro de operaciones de la Fuerza de Tarea de la CIA, en la denominada “Operación Cubana”, señala sin pudor:

“Durante el período comprendido entre octubre de 1960 y el 15 de abril de 1961, se perpetraron alrededor de 110 atentados dinamiteros contra objetivos políticos y económicos, se colocaron más de 200 bombas. Se descarrilaron 6 trenes, se dejó inactiva la refinería de Santiago de Cuba durante una semana, como resultado de un ataque sorpresivo desde el mar.  Se provocaron más de 150 incendios contra centros estatales y privados, incluyendo 21 viviendas de comunistas y 800 incendios en plantaciones de caña” […]

Esas operaciones lograron un éxito considerable. Las embarcaciones que prestaban servicio de Miami a Cuba entregaron más de 40 toneladas de armas, explosivos y equipos militares e infiltraron y sacaron a un gran número de personal” […] Algunas de las armas entregadas se utilizaron para pertrechar parcialmente a 400 guerrilleros que operaron durante un tiempo considerable en el Escambray, (zona montañosa) de la provincia Las Villas. La mayoría de los sabotajes perpetrados en La Habana y otros lugares se realizaron con materiales suministrados de esta manera” […] Sigue leyendo

Piden a Obama perdón para un asesino terrorista


Por Arthur González.

A pesar de que en días pasados el presidente Barack Obama, describió la matanza ocurrida en Orlando, Florida, como “un acto de terror y de odio”, parece que los mafiosos anticubanos tienen conceptos diferentes del terrorismo, especialmente cuando son ellos los ejecutores de tales actos contra el pueblo de Cuba.

Aunque parezca increíble, un grupo de mafiosos anticubanos radicados precisamente en la Florida, le pidió recientemente al Presidente Obama, que conceda un perdón presidencial al connotado asesino nacido en Cuba, Eduardo Arocena, quien cumple dos cadenas perpetuas desde hace 33 años en una cárcel de la ciudad de Rochester, en el estado de Nueva York.felix02

Ese, para quien los contrarrevolucionarios cubanos de Miami piden clemencia, fue el que asesinó en plena calle neoyorkina al diplomático cubano destacado ante Naciones Unidas, Félix García Rodríguez.
Oficiales del propio Buró de Federal de Investigaciones (FBI) aseguraron durante el juicio, que durante meses estuvieron detrás de al menos dos asesinatos y 30 explosiones ocurridos en Nueva York, New Jersey y Florida, cometidos por Arocena entre 1975 y 1983 cuando era miembro de la organización anticubana al servicio de la CIA, Omega 7 dirigida por Orlando Bosch, también asesino múltiple y terrorista peligroso para quien la representante republicana Ileana Ros-Lehtinen y el senador Connie Mack, solicitaron clemencia ante el presidente George Bush padre, el que finalmente se la concedió.

Durante el juicio celebrado en 1984 en la corte federal de New York, Arocena reconoció que además de ese asesinato, como miembro de Omega 7, cumplió la misión de introducir en Cuba en 1981, ciertos tipos de gérmenes y virus patógenos para causar daños a la económica, los animales y las personas, según consta en el expediente del FBI No. 2FBI 185-1009, página 2189. Sigue leyendo

Lo que Obama no dijo


Por Arthur González.

Nadie puede dudar de la inteligencia, carisma y habilidad política del presidente Barack Obama, algo demostrado en sus intervenciones públicas en La Habana.

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Entrenado para contiendas políticas, sabe cómo ganarse la simpatía de la audiencia y para eso su equipo de trabajo prepara los discursos para acaparar la atención del auditorio.

En sus palabras al pueblo cubano el 23.03.2016 en el Gran Teatro Alicia Alonso, fue preciso al señalar: “los Estados Unidos no tienen ni la capacidad ni la intensión de cambiar a Cuba, cada pueblo debe hacerlo por sí mismo”. Sin embargo, las acciones cotidianas que lleva a cabo confirman que mintió.

Desde que asumió la presidencia, Obama aprueba anualmente 20 millones de dólares para programas subversivos, con el propósito de desmontar el sistema socialista que tanto aborrecen; mantiene activas la radio y la TV Martí para influenciar ideológicamente a los cubanos; orienta y financia a la contrarrevolución interna en actos provocativos, y se fortalecen las campañas de que Cuba “viola” los derechos humanos.

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Obama debería pedirle perdón al pueblo cubano


Por Arthur González.

La prensa repite todos los días que, durante su visita a La Habana, el presidente Barack Obama, hablará sobre los derechos humanos y reiterará que: “los Estados Unidos consideran que ningún cubano debe ser víctima de acoso, arresto o golpizas, solo por ejercer el derecho universal de hacer que su voz se escuche”.

Falacias reiteradas en campañas mediáticas para satanizar a la Revolución cubana.

Lo que debería hacer el presidente Obama, es pedirle perdón al pueblo cubano en su discurso en La Habana, por tantos daños, destrucción y muerte causadas por su país contra Cuba.obama 2

Miles de documentos y planes ya desclasificados y publicados, confirman la política de terrorismo de Estado elaborada por la CIA y aprobada por todas las administraciones estadounidenses desde 1959 hasta la fecha.

El primer hecho de terrorismo fue la voladura del buque francés La Coubre, el 4 de marzo de 1960, mientras descarga granadas para fusiles FAL compradas en Bélgica para defender la estabilidad del país, ante la inminente invasión que preparaba Estados.

Fueron los primeros 101 muertos y los 200 heridos, después del triunfo de la Revolución.

Petacas incendiarias introducidas clandestinamente por la CIA, destruyeron desde 1961 centros comerciales, cines, teatros y fábricas, con su secuela de muertos, heridos y cuantiosas pérdidas materiales.

Un documento preparado por la Agencia Central de Inteligencia para el Grupo permanente del Consejo Nacional de Seguridad, del 08.06.1963, publicado por el Departamento de Estado en su conocido Foreign Relations, FRUS, volumen XI, 1961-1963, con el número 346, confirman los actos de terrorismo que sufrió Cuba en esa etapa.

Para no dar lugar a dudas, el mencionado plan expone textualmente:

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Historias latentes


Por Arthur González.

El 1ro de enero se cumplieron 57 años de la fuga del tirano Fulgencio Batista de Cuba, ante el avance invencible de las fuerzas revolucionarias encabezadas por Fidel Castro Ruz, situación que no fue del agrado del Gobierno de Estados Unidos, de ahí que de inmediato prepararán un golpe militar que impidiera la toma del poder de los rebeldes.

Ante el apoyo popular de la casi totalidad del pueblo cubano a la victoria revolucionaria, empezaron los planes de desestabilización aprobados por el propio presidente D. Eisenhower, quien junto con Allen Dulles, director de la CIA, expresaron en la última reunión del Consejo de Seguridad Nacional en diciembre de 1958, que había que impedir la victoria de Castro y buscar un hombre bien apertrechado que respondiera a ellos, como una tercera posición.

Frustrados poCIA 4r no poderlo ejecutar, el 11 de diciembre de 1959 J.C. King, Jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, envió un informe al director Allen Dulles, con un grupo de recomendaciones para liquidar a la Revolución, las que demuestran hasta donde son capaces de llegar para lograr sus fines.

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