Si en Cuba ocurre una muerte por la causa que sea, se forma de inmediato una gran campaña mediática con apoyo de los diarios más importantes de Estados Unidos y de sus aliados europeos y latinoamericanos.
Algo muy diferente sucede si el deceso se produce en territorio norteamericano. Allí la muerte de un ciudadano no mueve a noticia, así sea producto de los golpes de la policía fronteriza o de la estatal. Sigue leyendo