Permite Estados Unidos viajes a Cuba bajo licencias con fines subversivos.


Por Arthur González.

El Departamento de Estado continuará permitiendo que ciudadanos de Estados Unidos viajen a Cuba, amparados en una licencia que persigue objetivos subversivos, según información publicada en su sitio oficial.

La licencia titulada, “Apoyar la sociedad civil de Cuba o promover la independencia del pueblo cubano de las autoridades cubanas”, será admitida para que ciudadanos norteamericanos continúen viajando a la Isla, siempre que su finalidad sea la de:

Apoyar la sociedad civil de Cuba o promover la independencia del pueblo cubano de las autoridades del país, lo cual resultará en una interacción significativa entre el viajero y las personas de Cuba”.

De acuerdo con la información publicada por las autoridades yanquis, los “intercambios deben desarrollarse bajo los auspicios de una organización sujeta a la jurisdicción de los EE.UU., que favorezca dichos intercambios, siempre que su propósito sea la de promover las llamadas conexiones de pueblo a pueblo”. 

Tales viajes “contarán con un programa de actividades a tiempo completo, diseñado para incrementar el contacto con los cubanos, y que estos produzcan interacciones significativas entre el viajero y las personas de Cuba”.

Para garantizar ese objetivo, los grupos de estadounidenses que viajen a la Isla, “deberán estar encabezados por un empleado, consultor pagado o agente de la organización auspiciadora, que siempre acompañe a cada grupo en su viaje a Cuba, a fin de garantizar que todos los viajeros tenga un programa a tiempo completo de actividades de “intercambio educativo”, debiendo certificar que no sostengan contactos con personas o entidades que actúen en nombre de determinados funcionarios prohibidos del gobierno de Cuba, o ciertos miembros del Partido Comunista de Cuba”.

Un aspecto puntualizado por el Departamento de Estado yanqui y de estricto cumplimiento por los agentes de viajes, es que tienen ajustarse al requisito contemplado en la licencia “Apoyar la sociedad civil de Cuba o promover la independencia del pueblo cubano de las autoridades cubanas”, el cual establece claramente que “los viajes a Cuba solo se autorizan, siempre y cuando sus actividades sean con organizaciones reconocidas defensoras de los derechos humanos; una organización independiente diseñada para promover una transición rápida y pacífica a la democracia o, con personas y organizaciones no gubernamentales, siempre que promuevan actividades independientes, con la intención de fortalecer la sociedad civil en Cuba”. 

Otro de los elementos a consumar es que “el programa de actividades del viajero no puede incluir tiempo libre, ni de recreo en exceso de lo normal para un programa a tiempo completo”.

Este elemento deja por sentado que están prohibidas las actividades de placer y recreo, o sea turísticas.

Todas las gestiones en Cuba tienen que ser con trabajadores no estatales, tales como el alojamiento, transporte y la alimentación.

La mencionada licencia se estableció bajo la administración de George W. Bush, quien dio luz verde al plan de la “Comisión para la Asistencia de una Cuba Libre”, más conocido como Plan Bush, aprobado en mayo del 2004, que pretendía acelerar la “Transición pacífica de Cuba hacia la democracia”.

El Plan Bush, aceleró un conjunto de medidas para estrangular la economía cubana, incrementándose las multas impuestas por la OFAC, a las entidades financieras que sostenían relaciones con la Isla y a ciudadanos estadounidenses que viajaran a Cuba.

Limitó las visitas familiares de cubanos residentes en Estados Unidos, a una cada tres años y recortó el monto anual de las remesas a mil usd, cifra vuelta a imponer por el presidente Donald Trump.

En esa época, Bush revitalizó la Ley Helms-Burton con sus Títulos III y IV para amedrentar a los inversionistas extranjero.

A pesar del recrudecimiento de las sanciones económicas, permitió viajes con fines subversivos, con el sueño de provocar el derrocamiento del sistema desde adentro, para lo cual incrementó el apoyo a los grupúsculos contrarrevolucionarios, muchos de ellos abastecidos e instruidos por viajeros estadounidenses que ingresaban a Cuba, amparados en la licencia para “Apoyar a la “sociedad civil” de Cuba, como sucedió el 20 de mayo del 2005 cuando la asalariada del gobierno de Estados Unidos, la contrarrevolucionaria Marta Beatriz Roque Cabello, orientada por los yanquis, fomentó en La Habana una supuesta reunión de la “Asamblea Nacional para Promover la Sociedad Civil”, con varios invitados extranjeros y la presencia fiscalizadora del entonces Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, James Cason.

La Revolución cubana tiene suficiente experiencia en esos menesteres y las autoridades competentes, de conjunto con el pueblo, sabrán detectar los intentos subversivos e impedir actos provocativos contra la integridad de la nación, porque como dijera José Martí:

“Quien bien vela, todo se le revela”

Los neos disidentes desmemoriados.


Por Arthur González.

En los últimos tiempos, especialmente posterior a la partida de Fidel Castro, se escuchan voces de algunos neos disidentes olvidadizos, opuestos a muchas medidas que hoy asume Cuba, como fórmula para cambiar todo lo que debe ser cambiado, con vistas a actualizar el proceso socialista y mantener la unidad y resistencia frente al incremento de las medidas adoptadas por Estados Unidos, en su guerra económica de casi 60 años contra el pueblo cubano.

Cierto es que hay situaciones subjetivas e incluso objetivas, que están directamente relacionadas con decisiones que pueden ejecutarse y no son resultado de esa guerra económica, pero lo que llama la atención es que esos que ahora afirman disentir, fueron fieles adeptos al socialismo cubano cuando restricciones y medidas afectaban al ciudadano común y nunca levantaron sus voces para discutirlas.

Entonces, ¿por qué ahora que la apertura de la sociedad es bien diferente, se las dan de “justicieros inconformes” y escriben en blogs y otros sitios de internet sus criterios, que llegan a faltarle el respeto al actual presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al compararlo con George W. Bush?

¿Será que sueñan con un cambio de régimen y desean congraciarse con los vecinos del Norte, o es para no perder sus visas múltiples para viajar ese país? Todo es posible.

Esos “justicieros inconformes” parece que no recuerdan los cambios constantes realizados en Cuba desde 1992.

No es ocioso recordárselos, pues antes de esa fecha asumían una actitud militante en defensa de la patria, sin jamás mostrar inconformidad cuando gozaban de altas posiciones dentro del sistema.

Para refrescarles la memoria, basta señalar que en 1993 se despenalizó la tenencia de divisas por parte de los cubanos, algo que constituía un delito. Ese mismo año se fijó el marco legal para el ejercicio del trabajo privado y se crearon las Unidades Básicas de Producción Cooperativa en la agricultura, UBPC, transfiriéndoseles el pleno usufructo de las tierras de las granjas estatales y la totalidad de los medios para su explotación.

En 1994 se restructuró la Administración Central del Estado y se suprimieron 15 Ministerios e Instituciones, reduciéndose el aparato administrativo del Estado.

Ese mismo año se estableció el nuevo sistema tributario de carácter integral y se permitió la apertura de los mercados agropecuarios, con precios de oferta y demanda, donde los suministradores son los propietarios individuales de tierras, asociaciones cooperativas privadas, Unidades Básicas de Producción Cooperativa y las granjas estatales.

Otro de los cambios de ese año fue la autorización de los mercados de artículos industriales y artesanales, con precios de oferta y demanda.

1995 marcó el inicio de la apertura de centros privados para la elaboración y expendio de alimentos y bebidas.

En el mes de septiembre del 95 se aprobó la nueva Ley de Inversión Extranjera, la cual, por primera vez desde 1959, permitió hasta el 100 % del capital extranjero, modificándose el Decreto Ley 50 que solo permitía hasta el 49%.

El propio Fidel Castro, en su discurso del 3 de marzo de 1995, en el Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, afirmó:

“Son circunstancias nuevas. Se crean desigualdades inevitablemente y se crean privilegios, algunos con grandes ingresos y otros con menos ingreso, resulta inevitable. Tiene que aumentar el número de trabajadores por cuenta propia, las posibilidades para el trabajo por cuenta propia y el desarrollo de producciones artesanales, de producción en menos escala…”

“Tenemos que analizar bien las perspectivas del desarrollo de la pequeña y mediana empresa, el papel del Estado y su participación en todo eso…”

Posterior al 2006 se adoptaron otros cambios, como fue el permitir que los ciudadanos cubanos residentes en el país, pudieran alojarse en todos los hoteles, rentar autos y motos en las agencias especializadas, tener líneas propias para el uso de la telefonía celular, se eliminó el histórico permiso de salida del país establecido por el gobierno de Fulgencio Batista, el 10 de junio de 1954, en conformidad con las disposiciones de la Ley-Decreto No. 1563.

Igualmente, dejó de exigirse la carta de invitación para visitar otros países y se extendió el permiso de salida temporal hasta los 24 meses, incluidos los menores de edad, sin tener que pagar las prórrogas mensuales en los consultados cubanos.

El trabajo no estatal se amplió considerablemente, como la renta de casas particulares y habitaciones a extranjeros y nacionales, unido a otras medidas.

En Cuba nadie tiene que suicidarse, ni callarse, cuando tiene un criterio diferente, para comprobarlo solo hay que caminar y no andar en autos. Con subirse a un ómnibus o visitar un mercado es suficiente para escuchar variedad de opiniones, unas con objetividad y otras con ausencia de conocimientos u olvidos históricos.

Los que callaron antes y ahora se lanzan a dar criterios en las redes sociales demuestran doble moral, pues nunca tuvieron valor de exponerlo en las reuniones administrativas o en las del Partido Comunista.

Cuba tiene una larga historia de valentía y moral, por eso soporta las agresiones más crueles de la historia moderna.

Para aquellos que se escudan en las redes sociales, deben repasar un poco de la historia, pues para llegar hasta hoy, el pueblo ha luchado en múltiples terrenos.

La guerra económica impuesta no es un pretexto para ocultar errores verdaderos, pero es cierta y creciente. No por gusto se mantiene inamovible y Barack Obama, supuestamente el más osado presidente de Estados Unidos, estableció las relaciones diplomáticas, pero no aflojó uno solo de los nudos que aprietan a Cuba, como son la Ley Torricelli, la Helms-Burton, la Ley del Embargo y la del Comercio con el Enemigo.

Por el contrario, estableció nuevas y peores medidas de persecución financiera contra los bancos extranjeros que se atrevieron a ejecutar transacciones, imponiendo record en ese sentido al multar al banco francés PNB Paribas, con 10 mil millones de dólares.

Ante el acoso de los yanquis, Fidel Castro le decía en 1961 a los intelectuales:

Esto significa que, dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada.  Contra la Revolución nada, porque la Revolución tiene también sus derechos; y el primer derecho de la Revolución es el derecho a existir.  Y frente al derecho de la Revolución de ser y de existir, nadie, por cuanto la Revolución comprende los intereses del pueblo, por cuanto la Revolución significa los intereses de la nación entera, nadie puede alegar con razón un derecho contra ella”.

El hombre piensa como vive, de ahí los cambios de ideas, porque quien disfruta hoy de ciertos privilegios no se proyecta igual que cuando vivía otro entorno.

José Martí no se equivocó cuando dijo:

“Cuando no se piensa claro, no se habla claro”.

 

 

¿Medidas en el camino correcto?


Por Arthur González.

Para dejar su record Guinness bien difícil de romper, el pasado el 14 de noviembre la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, OFAC por sus siglas en inglés, impuso una multa de 5 millones 976 mil 028 dólares, a la compañía multinacional National Oilwell Varco, (NOV) y a sus subsidiarias Dreco Energy Services y NOV Elmar.

Tales medidas pretenden atemorizar a quienes establezcan relaciones con La Habana, por tanto, impiden el comercio y el empleo del dólar, algo que convierte en letra muerta todas las licencias aprobadas por la Casa Blanca, las que pasan a formar parte de la imagen de es el presidente que más avanzó en las relaciones con Cuba.

Cuando el pasado 4 de octubre 2016 el presidente Barack Obama firmó e hizo pública la Directiva Presidencial PPD-43, algunos con cierta ingenuidad y desconocimiento histórico del comportamiento del Gigante de las Siete Leguas, como calificó José Martí a los Estados Unidos, se apresuraron en expresar que esas medidas “iban en el camino correcto, aunque eran limitadas”, la vida se encargó de aclararles la verdad.

obama-firmandoEstados Unidos nunca hace nada en beneficio de otros, siempre busca sacar la mejor lasca de sus pasos, algo recogido en la historia desde hace 200 años y con Cuba lo cumplen al pie de la letra.

Otros, como el escritor cubano Leonardo Padura, aseguran con extrema superficialidad, que “ven los ocho años de Obama en el poder como unas vacaciones para la Isla, para ahora volver a la pesadilla”, pronosticando una administración de Donald Trump, peor, sin contar aún con elementos concretos.

Quizás visto desde una cómoda cama en Madrid, Miami o algunas capitales latinoamericanas, Padura pueda hacer esa valoración de la administración Obama, pero para el pueblo cubano que resiste una férrea guerra económica y financiera, incrementada por este presidente, la valoración es bien distinta.

Barack Obama es el presidente que más dinero ha aprobado para las acciones subversivas encaminadas a destruir a la Revolución, incluso superó a Ronald Reagan y a George W. Bush, con el otorgamiento de 20 millones de dólares anuales, además de otros fondos adicionales como los 2 mil millones de dólares el solicitados al Congreso en marzo del 2015, para la “Iniciativa Regional de Seguridad” (CBSI). Sigue leyendo

Les salió el tiro por la culata


Arthur González

Marco Rubio-BrookingEl gobierno de Estados Unidos persiste en su empeño de destruir a la Revolución cubana y para ello no escatima dinero ni tiempo.

El esquema seleccionado desde las últimas décadas es la llamada “Transición Pacífica a la Democracia”, eufemismo para desmantelar el socialismo. Sigue leyendo

La CIA violadora de todos los derechos


 Arthur González

TORTURA _cheney tortura_bigDiseñada para ejecutar planes y operaciones contra toda persona o gobierno que no haga lo que desea Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia no ha dejado de violar todos los derechos de este mundo terrenal. Sigue leyendo