Sueños de los terroristas de Miami


Por Arthur González

Esos que se dicen defensores de los derechos humanos en Cuba y tiene a su haber cientos de muertos por sus actos terroristas contra el pueblo, ahora trasnochados y con el saco repleto de 59 años de fracasos, llaman a la desobediencia y la rebeldía nacional, para aplicar la misma receta de Venezuela y Nicaragua.

La mafia terrorista de Miami no acaba de comprender que la Revolución cubana es auténtica, popular y con raíces mambisas anti imperialistas.

Millones de dólares malgastados por Estados Unidos durante más de medio siglo, no han podido derrocar lo que el pueblo cubano ha construido y defiende, consciente que de eso depende su independencia y soberanía.

El 30 de mayo 2018 en una demostración de subordinación a los que han asesinado y ejecutado cientos de actos terroristas contra Cuba, algunos de los “disidentes” fabricados por la CIA, como Antonio Enrique González-Rodiles, se reunieron en Miami con varios terroristas entre ellos Ángel de Fana, participante en un plan de asesinato al presidente cubano, Fidel Castro, cuando asistía a la Cumbre Iberoamericana en Isla Margarita, Venezuela.

El objetivo de dicho encuentro fue firmar un panfleto en el cual acordaron “unir” a los grupúsculos contrarrevolucionarios que aún quedan en la Isla, con aquellos radicados en Estados Unidos, según dicen, para liberar a Cuba de la dictadura de Castro, algo idílico que nunca han logrado.

La edad de la mayoría de los residentes en Miami les hizo perder la memoria de sus constantes fracasos, desde la aplastante derrota de la brigada mercenaria en Playa Girón, hasta los planes terroristas ejecutados durante los últimos 60 años.

El propio Gonzales-Rodiles es una prueba del fracaso yanqui, pues su mal diseñado proyecto del 2007 denominado Estado de Sats, se quedó por el camino sin penas ni glorias, a pesar del apoyo de la CIA.

Embriagados por lo que observan en la televisión, sobre las revueltas callejeras en Venezuela y Nicaragua, financiadas por la CIA a través de la NED y la USAID, piensan que en Cuba pueden aplicar similares fórmulas, olvidándose que los cubanos no permitirán jamás nada que perturbe su seguridad ciudadana.

Esos que creen realmente que son “disidentes”, pero dirigidos, entrenados y financiados por la CIA, desconocen al pueblo de Cuba y aunque pudieran existir inconformidades por la situación económica resultante de la Guerra Económica y también por errores cometidos, olvidan que, ante un hecho contrarrevolucionario, de inmediato el pueblo se une para repudiarlo.

Los ideólogos del presidente Donald Trump, retomaron añejos criterios de la CIA, cuando el 02.05.1967 se opusieron a un cambio de política hacia Cuba, asegurando:

“[…] “las medidas de rechazo económico y aislamiento político a través de las acciones de la OEA, contribuyen a crearle dificultades a Castro, pero no han sacudido su control sobre el poder” […]

“Después de seis años vale preguntarse si esta política será la mejor para hacer avanzar nuestros intereses nacionales, bajo las condiciones que puedan prevalecer en el futuro”.

Al igual que piensan hoy los funcionarios de la actual administración, en aquellos años hubo rechazo al cambio, bajo los argumentos siguientes:

“No es el momento más propicio para cambiar nuestra política hacia Cuba, ya que las dificultades económicas de Cuba y las señales del creciente descontento, indican que las penurias tienen un efecto real y es mejor mantener las presiones a fin de lograr el derrumbe del socialismo”.

Ni el desmembramiento del socialismo en Europa que conllevó al llamado Periodo Especial en Cuba, ni el reforzamiento de la Guerra Económica con la persecución financiera ejecutada por Barack Obama, con sus multas de 10 mil millones de dólares contra los bancos extranjeros que se atrevieron a negociar con La Habana, campañas mediáticas de supuestas violaciones de los derechos humanos, actos terroristas contra varios hoteles y restaurantes, ni la Posición Común de la Unión Europea, mermaron el apoyo popular a la Revolución.

Si Antonio-Enrique González-Rodiles considera que la situación en Cuba es “cada día más asfixiante y el país se desmorona a pedazos”, puede volver a residir en Miami, donde vivió hasta el 2002 cuando la CIA lo reclutó para llevar a cabo el proyecto Estado de Sats, obligándolo a regresar a La Habana y renunciar a su estatus migratorio de residente permanente en el exterior.

En Cuba no hay retroceso al sistema escogido por el pueblo, ni regreso al sistema imperante hasta 1958, cuando Fulgencio Batista asesinaba a todo el que se le opusiera, torturando a diestra y siniestra con el visto bueno de los yanquis.

González-Rodiles ha marcado su camino al unirse a terroristas, como Ángel de Fana y Armando Valladares, quienes cumplieron sanción en Cuba por sus acciones terroristas, por lo que siempre tendrá el desprecio de los cubanos.

Ese intento de la CIA por realizar provocaciones callejeras en Cuba con sus asalariados Berta Soler, Guillermo Fariñas, Jorge Luis García “Antúnez” y el drogadicto Gorki Ávila, no tiene futuro, porque:

  • Desconocer al nuevo Presidente.
  • Apoyar la aplicación de sanciones políticas, económicas y judiciales contra Cuba, sus funcionarios y otros vinculados a ellos.
  • Condenar la violación de los derechos humanos y exigir la liberación de los presos contrarrevolucionarios y que se les permita ejecutar provocaciones callejeras.
  • Exigir el derrocamiento del sistema socialista y el paso al capitalismo.
  • Llamar a la desobediencia y realizar actos callejeros en contra del gobierno.
  • Solicitar apoyo y reconocimiento de otros países a los grupos contrarrevolucionarios.

Son parte de la receta diseñada por el ideólogo Gene Sharp, pero esas nunca serán aplicables en Cuba, porque como aseguró José Martí:

“Una vez gozada la libertad, no se puede vivir sin ella”.

 

Estados Unidos 60 años de errores con Cuba


Por Arthur González.

Cualquiera comete una torpeza, pero lo de Estados Unidos con Cuba es un record Guinness.

El más reciente de los desaciertos fue la reunión sostenida del sub secretario de Estado, en la Cumbre de las Américas que se celebra en Lima, con un grupito de sus asalariados que poseen un historial muy alejado al de cualquier joven cubano.

El sub secretario John J. Sullivan, se reunió el 12 de abril 2018 a puertas cerradas, con miembros de la “oposición”, que no trabaja ni estudia en Cuba, pero Estados Unidos insiste en calificarla como “miembros de la sociedad civil independiente”. Por supuesto que son independientes del pueblo, pero totalmente dependientes del dinero y órdenes de Washington.

Esos que Estados Unidos exhibe actualmente como “disidentes”, seguirán el mismo camino del olvido de sus antecesores en los años 80 y 90, cuando embriagados por el éxito obtenido con el Programa Democracia aprobado por Ronald Reagan, la Casa Blanca destinó millones de dólares para la fabricación de una “oposición cubana”.

¿Quién se acuerda de Yndamiro Restano y Hubert Jerez, de la llamada Asociación de Periodistas Independientes?; ¿De Lázaro Cabrera, Vladimir García y Omar López, de la Asociación Pro Arte Libre?

¿Alguien menciona a Humberto Colás y a Berta Mexidor, de aquellas inventadas Bibliotecas Independientes?

¿Han vuelto a ser noticia en los medios de Miami, Ricardo Bofill, Martha Freyre, María Elena Cruz Varela y Roberto Luque Escalona, quienes integraron el fantaseado Comité Cubano Pro Derechos Humanos, y la Concertación Democrática Cubana?

Ni en Cuba y menos en Miami, se habla del llamado Partido Pro Derechos Humanos de Cuba, compuesto entre otros asalariados por Samuel Martínez Lara, Tania Díaz Castro y su líder Odilia Collazo Valdés, quien en realidad era la agente Tania de la Seguridad del Estado cubano, según sus testimonios aparecidos en el libro “Los Disidentes”, del 2003.

A otros que eran noticia diariamente, como lo son ahora Rosa María Payá y Antonio Enrique González-Rodiles, ya nadie les envía dinero,  y pasaron a mejor vida, entre ellos Vladimiro Roca, René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcasés, Martha Beatriz Roque Cabello, Elizardo Sánchez, Jesús Yanes Pelletier y Gustavo Arcos, quienes conformaron el Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna Cubana, y llevaron a cabo la campaña “La Patria es de Todos”, impulsada por la mafia terrorista de Miami con Ileana Ros-Lehtinen al frente.

La fuerza que le dio Estados Unidos a Yoani Sánchez en el año 2007, haciéndola una súper “estrella” de la Web, con millonarios premios periodísticos, la conformación de un Blog, más un diario digital, ya no es noticia, porque su imagen fue confeccionada artesanalmente con cartón, por especialistas del Departamento de Estados y la CIA.

A pesar de todos sus fracasos los yanquis le echan nuevamente mano a una nueva promoción de asalariados, que desdicen mucho de sus patrocinadores, por conformar un equipo de megalómanos como Guillermo Fariñas, íntimo del asesino terrorista Luis Posada Carriles y González-Rodiles, con sus fantasías de ser licenciado en Física, a quien le construyeron el 2007 en Miami, un proyecto bajo el nombre de Estado de Sats, en fecha similar al de Yoani.

Como elemento significativo se destaca que, en cada una de las escuálidas reuniones de Estado de Sats, participaba un “diplomático” de la Misión de Estados Unidos en La Habana, quien controlaba lo que se decía y hacía. Al no obtener resultados, González-Rodiles fue destinado al apoyo de las Damas de Blanco, y a viajar constantemente a Miami para hacer campañas anticubanas.

Lo más denigrante para John J. Sullivan, fue tener que darle la mano a Danilo Maldonado, conocido por “El Sexto”, drogadicto confeso y sin nivel académico alguno, lo que demuestra el fracaso de Estados Unidos durante casi 60 años, en su intento por inventar una oposición a la Revolución popular cubana.

Se empecinan los yanquis en no reconocer el socialismo cubano, gastan miles de millones en planes, actos terroristas, campañas de prensa y en el abastecimiento a una contrarrevolución que, como reconocen sus diplomáticos en La Habana, “dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día”.

El tiempo se encargará de ver al grupito actual de “disidentes”, tomar el mismo rumbo de aquellos que en su momento fueron sus “estrellas rutilantes” y hoy nadie se acuerda de que existen.

Quizás algunos de ellos tomen la suerte de otros que, como, Néstor Baguer, Luis Veliz, Ana Rosa Jorna, Yamila Pérez, Noel Ascanio, Aleida Godínez, Alicia Zamora, Otuardo Hernández y Carlos Serpa Maseira, fueron desclasificados por los Órganos de la Seguridad de Cuba, y recibieron el reconocimiento de su pueblo por las tareas cumplidas como agentes secretos, que lograron engañar durante años a los experimentados Servicios de Inteligencia yanqui.

Cuba tiene mucho que mostrarles a sus hermanos latinoamericanos y caribeños, algo que Estados Unidos no puede y menos aún sus lacayos, porque como dijera José Martí:

“Cuba no anda de pedigüeña, anda de hermana y obra con la autoridad de tal. Al salvarse, salva. Nuestra América no le fallará, por ella no le falla a América”

 

Estados Unidos expertos en fabricar opositores


Arthur González.

Al triunfar la Revolución cubana el 1ro de enero de 1959, en contra de las aspiraciones del gobierno de los Estados Unidos, que en 1958 preparaba una tercera fuerza que lograra opacar el liderazgo de Fidel Castro, la Casa Blanca inició la fabricación de “opositores” que pudieran derrocar a la naciente Cuba libre y soberana.

El 28 de enero de 1959 crearon en Miami la primera organización opositora, La Rosa Blanca, integrada por ex miembros de la tiranía de Fulgencio Batista, refugiados en Estados Unidos.

Meses más tarde el sub Secretario de Estado para el hemisferio occidental, Lester D. Mallory, redactó un memorando en el que afirmaba:

“… No existe una oposición política efectiva en Cuba…”

A partir de ese reconocimiento, la CIA se dio a la tarea de construirla, lo que se pone de manifiesto en su primer plan de acciones encubiertas, aprobado por el presidente Eisenhower el 17 de marzo de 1960, donde se expresa como una de las tareas a lograr:

Crear una oposición cubana responsable, atractiva y unificada contra el régimen de Castro…”

Para Estados Unidos es una obsesión construir “disidentes y opositores”, donde existen gobiernos que no son de su agrado, siendo la CIA la encargada de ejecutarlo.

La historia así lo demuestra y los ejemplos son Guatemala, Irán, Cuba, Chile, Nicaragua, Polonia, el Tíbet y Venezuela.

Desde el ascenso de Hugo Chávez Frías, Estados Unidos desató una cruenta guerra para tratar de derrocarlo.

Desde la embajada yanqui en Caracas, oficiales de la CIA bajo cargos diplomáticos, organizan, instruyen y financian a los llamados “opositores” contra la Revolución Bolivariana, con el empleo de métodos y planes idénticos a los aplicados contra Cuba.

No en vano la CIA creó hace 10 años, un Director de Misión para Cuba y Venezuela, para el análisis de información, organización y dirección de acciones de inteligencia contra ambos países.

El escenario venezolano es diferente al cubano porque la mayoría de la burguesía nacional y los partidos políticos no se marcharon hacia Miami, permanecen dentro del país, permitiéndole organizarlos para llevar a cabo acciones políticas y subversivas diseñadas por sus ideólogos.

Costosas campañas de prensa fomentadas internamente y en el exterior, persiguen el propósito de satanizar el proceso venezolano, manipulando la realidad a su antojo.

Cansados de fracasos, elevaron la varilla y llegaron a organizar un golpe militar, incluido el secuestro del presidente Chávez, algo que violó los más elementales derechos constituciones, la carta de la OEA, de la ONU y los tan manipulados Derechos Humanos, situación vergonzosamente respaldada por varios países al servicio del imperio, entre ellos España.

La tan “preocupada” Europa que sirve a Estados Unidos de ente evaluador de los Derechos Humanos para conformar imágenes mediáticas, no alzó su voz de condena a esa acción, a pesar de que se emplearon los mismos métodos de la tenebrosa Operación Cóndor, ejecutada en la década de los años 70 del siglo XX.

El pueblo se encargó de revertir el macabro golpe, pero el gobierno yanqui no conforme con ello, continuó su accionar subversivo entrenando a cabecillas opositores como Leopoldo López, enviándolo a tomar un curso con Lech Walesa, en el instituto que lleva su nombre en Polonia, junto a mercenarios cubanos como Berta Soler, Yoani Sánchez Cordero, Antonio Enrique González-Rodiles y Eliecer Ávila.

Para que nadie se llame a engaños, la prensa yanqui divulgó recientemente la información de que el Departamento de Estado paga casi 1 millón de dólares a expertos para que trabajen con la oposición en Venezuela, dinero que sale del contribuyente, en vez de emplearlo en mejorar la asistencia médica para las personas de bajos ingresos.

Ahora no podrán decir que la oposición en Venezuela es libre y espontánea, porque ya se sabe que la Oficina de Operaciones de Conflictos y Estabilización del Departamento de Estado, entregó, el pasado mes de septiembre, 900 mil dólares al Atlantic Council, para promover la resolución “no violenta” de conflictos en Venezuela, siguiendo la teoría de Gene Sharp.

Por esa razón refuerzan la guerra económica para que el pueblo se revele contra Maduro, a la vez que siguen orientando a los opositores a negarse a dialogar y llegar a un entendimiento racional que traiga paz a ese pueblo.

Paralelamente, continua la guerra mediática que intenta responsabilizar al gobierno bolivariano de la actual situación interna, cuando el único culpable es el gobierno estadounidense, y la prueba evidente fueron las declaraciones de Jason Marczak, director del Centro Latinoamericano Adrienne Arsht, del Atlantic Council, quien confirmó haber recibido los fondos para trabajar con sus “amigos” dentro de Venezuela, incluso llevar a Washington a algunos elementos de esa contrarrevolución para recibir entrenamiento.

Agregó Marczak, que la misión que tienen es proporcionar a la oposición y a otros miembros de la sociedad civil, herramientas necesarias para trabajar de forma más cohesionada, como una coalición unida, para organizar conversaciones, recopilar datos y hacer análisis, espionaje a manos llenas.

La CIA es experta en emplear organizaciones “no gubernamentales”, constituidas para canalizar su dinero de forma enmascarada y encubrir a sus oficiales, con el objetivo de trabajar en los países que no siguen la línea política dictada por la Casa Blanca.

Ante esa injerencia yanqui, la OEA, la Unión Europea y el Parlamento europeo hacen silencio. No hay una sola declaración de ellos para condenar a Estados Unidos por su guerra permanente contra el pueblo venezolano, lo que demuestra la doble moral que poseen ante tales violaciones de los derechos humanos, en una nación que lucha por ser independiente y soberana.

Tales actos subversivos son los que obligan a los países que sufren esas agresiones, a hacer patentes las ideas de José Martí cuando aseveró:

“Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas.Es la hora del recuento y la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.

 

 

 

 

 

 

Retoma la Iglesia Católica cubana su actuar contra la Revolución


Por Arthur González.

Con el paso a jubilación del cardenal Jaime Ortega Alamino, se percibe un retomar de la Iglesia Católica cubana a sus históricas posiciones en contra de la Revolución, algo que desde Miami los testaferros del dictador Fulgencio Batista pedían a gritos, con su frustrado sueño de 58 años, de reimplantar el sistema capitalista que tantas penurias dejó en el pueblo de la isla.

Ortega Alamino fue duramente acusado de complicidad con el gobierno y quienes lo hicieron olvidaron sus posiciones hostiles que dieron paso a varias pastorales pro yanquis, pues deseaban un enfrentamiento político que el Vaticano no aprobó, buscando una forma más hábil de actuar para alcanzar sus objetivos estratégicos.

Con la asunción del nuevo Arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García, hay cierto y cauteloso cambio en la línea seguida por su antecesor y muestra de ello fue el encuentro que sostuviera con algunas integrantes del grupúsculo “Damas” de Blanco, lo que fue interpretado como una señal de apoyo a la contrarrevolución asalariada de Estados Unidos.

El 16.07.2017 dos sacerdotes católicos, José Conrado Rodríguez Alegre y Castor Álvarez, acudieron a la vivienda de Berta Soler, donde oficiaron una misa ante una docena de contrarrevolucionarios, y la imagen publicada habla por sí sola de la calaña de los integrantes de los llamados “disidentes”.

De Conrado Rodríguez Alegre se conocen los antecedentes provocativos pagados por la mafia terrorista de Miami y sus frecuentes visitas a la capital de la mafia, lo que trajo como consecuencia que la jerarquía católica decidiera enviarlo a España por algunos años y después fuera trasladado de Santiago de Cuba para Cienfuegos para evitar males mayores, porque sus acciones transitan en la frontera del delito.

Orientado por esos que desean una confrontación de la Revolución con la Iglesia, José Conrado se entromete en los asuntos internos de la política del país, con actitudes provocativas como la mostrada en la propia misa, cuyo video se puede visionar en las redes sociales, en el cual estimula a los contrarrevolucionarios a seguir su enfrentamiento al gobierno, no decaer en sus propósitos, algo no acorde con la actitud de un religioso en una misa.

En demostración del desafío a las autoridades eclesiásticas y gubernamentales, ambos sacerdotes volvieron a reunirse el pasado sábado 5 de agosto con dirigentes contrarrevolucionarios, en la residencia del Antonio Enrique González-Rodiles, encontrándose presente Berta Soler, Ailer González, Ángel Moya, Claudio Fuentes y Raúl Borges, los que conforman el variopinto exponente de la mal trecha “oposición” cubana.

Esa reunión conspirativa forma parte del esfuerzo que hacen los yanquis por sacar del ostracismo y la inactividad a la contrarrevolución interna, la que pierde cada día más adeptos debido a su motivación por saltar a la emigración, después de acumular avales suficientes para clasificar a un visado como “refugiados políticos”, dentro del amplio y priorizado programa diseñado por el Departamento de Estados solo para Cuba.

Los propios participantes en dicha reunión divulgaron que el propósito era “intercambiar visiones sobre la situación actual y el papel que dentro de esta coyuntura deben jugar la Iglesia y la oposición en Cuba, la importancia del servicio en los temas sociales de la Iglesia católica cubana y del apoyo y solidaridad que necesita la oposición, llegando al acuerdo de ampliar y sostener de forma regular este tipo de intercambios”.

¿Qué buscan los dos sacerdotes con esa posición abiertamente violatoria de las normas de la Iglesia y de las leyes cubanas?

Evidente intentan convertirse en víctimas si fuera reprimidos, situación que serviría para amplificar las campañas anticubanas sufragadas por la Casa Blanca.

Esos conspiradores de 7ma categoría parecen olvidar que la Revolución jamás se dejó provocar por las múltiples acciones contrarrevolucionarias de algunos sacerdotes desde el mismo triunfo de 1959, a pesar de que usaron los templos para guarecer asesinos que intentaron secuestrar aviones civiles, guardar armas de fuego y reuniones totalmente conspirativas de decenas de agentes reclutados por la CIA.

Ante esos delitos, nunca fue cerrada un templo u orden religiosa, Cuba soportó que sacerdotes llevaran a cabo junto con la CIA, la despiadada e inhumana Operación Peter Pan, que separó de sus padres a 14 mil niños cubanos, enviados solos a Estados Unidos y recibidos por sacerdotes que los distribuyeron por orfanatos y casas de familias, donde muchos fueron abusados sexualmente.

En los últimos 20 años la relaciones Iglesia Católica- Estado cubano mejoraron notablemente, demostrado por la visita de tres Papas, algo único para Cuba a pesar de ser un país socialista, se construyó un nuevo seminario para la formación de sacerdotes, se repararon decenas de templos, se toleran varios centros de preparación docente, a pesar de que la educación es totalmente estatal, y muchos otros aspectos que hablan de una armonía positiva.

Si las presiones de Estados Unidos son tan fuertes que la iglesia acepta correr el riesgo de perder lo avanzado, se sabrá en los próximos meses.

Los que desean retomar la hostilidad contrarrevolucionaria de la Iglesia Católica, deberían conocer que esos llamados “opositores” no son respaldados por el pueblo, pues conoce perfectamente que trabajan siguiendo instrucciones del amo que les paga, carecen de ética, moral, prestigio y sin carisma alguno, y como aseguró el jefe de la misión diplomática estadounidense en La Habana:

“No vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, sino que más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores”.

Allá ellos con su condena, pero sería mucho más inteligente corregir la táctica para no perder lo avanzado en la estrategia.

No por gusto José Martí sentenció:

“La obra de amor ha hallado siempre muchos enemigos”

 

Prohibido olvidar


Por Arthur González.-

La mafia terrorista anticubana intenta tergiversar la historia de sus crímenes contra el pueblo cubano durante más de medio siglo, acusando al gobierno revolucionario de cometer «actos de lesa humanidad».

Envalentonados por la presencia del presidente Donald Trump en Miami, y sus palabras desacertadas contra Cuba el pasado 16.06.2017, los que abandonaron su tierra y solo acumulan largas listas de fiascos, pretenden ahora inventar un espectáculo circense con un apócrifo juicio, en una fingida “Comisión Internacional Fiscalizadora de Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo”, bajo la consigna de “Prohibido olvidar”.

El espectáculo tuvo lugar el 15.07.2017 en la de la Alcaldía de Miami, donde varios contrarrevolucionarios, autodenominados “exiliados”, y algunos residentes en Cuba como el asalariado Antonio Enrique González-Rodiles, expusieron sus alegatos, al parecer olvidándose de que los cubanos que viven en la mayor de las Antillas están alfabetizados y la mayoría posee nivel técnico o universitario, que les permite leer y conocer la verdadera historia de su patria.

Si alguien no tiene derecho a olvidar es precisamente el pueblo cubano, que sufrió una cruenta tiranía encabezada por Fulgencio Batista, quien asesinó, torturó y ordenó desaparecer a miles de jóvenes que se oponía a su régimen de terror, apoyado política y militarmente por el gobierno de Estados Unidos.

Esos que ahora conforman el “juicio contra Castro”, son los mismos que trabajaron junto a Batista, cuando en 1952 se apoderó del poder mediante un golpe de estado, pisoteando la constitución de la República.

Está claro que los cubanos no pueden olvidar que asesinos como Esteban Ventura; Rolando Masferrer; Jesús Blanco Hernández; Conrado Carratalá; José Ramón Conte Hernández,( miembro de la brigada mercenaria de Bahía de Cochinos y del grupo de asesinos de Carratalá, nombrado el “grupo 5” encargado de los asesinatos a jóvenes revolucionarios, y autor del asesinato del estudiante y obrero Antonio Díaz Santana); Luis Alberto del Río Chaviano; Mariano Faget; Pilar García; Julio Laurent y decenas de asesinos más, lograron el estatus de refugiados en Estados Unidos, a pesar de las reclamaciones de los tribunales cubanos para juzgarlos por sus crímenes.

Para esos y su jefe Fulgencio Batista, nunca celebraron un juicio y menos aún conformarles una Comisión Internacional Fiscalizadora de Crímenes de Lesa Humanidad, porque muchos de los “exiliados” participaron en sus delitos.

Cómo se le podría olvidar a los cubanos residentes en la Isla, los crímenes cometidos por quienes al servicio de la CIA asesinaron en las montañas del Escambray, a campesinos humildes y alfabetizadores, o de aquellos que colocaron petacas incendiarias en los grandes centros comerciales de La Habana, cines y teatros, para sembrar el terror entre los ciudadanos, establecido por un plan de la CIA hoy desclasificado, en el que tuvo una amplia participación Carlos Alberto Montaner, quien mutó de terrorista a analista político.

Tampoco los pescadores cubanos borrarán de sus mentes los ataques terroristas efectuados contra sus barcos y casas en las costas, por comandos de Alfa 66, dirigidos por Andrés Nazario Sargent, entre ellos el perpetrado sobre el caserío de Boca de Samá, al norte de Banes, Holguín, causando dos muertos y cuatro heridos, en el que una adolecente perdió su pie derecho.

En Cuba nadie olvida los actos terroristas contra embajadas, consulados y oficinas comerciales cubanas en Madrid, New York, Perú, Argentina y Canadá, que causaron destrucción y muerte de diplomáticos cubanos.

Tampoco los padres e hijos de los diplomáticos y funcionarios cubanos Félix García Rodríguez, Jesús Cejas, Crescencio Galañena, y del técnico de la pesca Artaigñan Díaz, asesinados por terroristas de Omega 7 “exiliados” en Miami, podrán borrar de la memoria tales actos.

Aún varios de esos asesinos, entre ellos Luis Posada Carriles, autor junto a Orlando Bosch, de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano en el que perecieron 73 personas inocentes; Eduardo Losada Fernández, Pedro Remón, Guillermo Novo Sampol, Gaspar Jiménez Escobedo, Andrés García,  viven en Estados Unidos sin ser molestados y respaldados por el denominado “exilio”.

Nunca un país ha sido tan agredido por solo decidir adoptar un sistema distinto al de Estados Unidos. La guerra económica total impuesta desde 1962 afecta a varias generaciones de cubanos.

La guerra biológica sufrida por los cubanos, jamás se borrará del corazón de los padres de 101 niños muertos en 1981 producto de la introducción premeditada del virus del Dengue Hemorrágico, inexistente hasta entonces en Cuba, por el grupo terrorista dirigido por Eduardo Arocena, según declaró durante el juicio celebrado en New York en 1984, por asesinar al diplomático cubano en Naciones Unidas, Félix Rodríguez.

Igualmente, le sumaron la guerra contra la flora y fauna de la isla para evitar la alimentación del pueblo.

Los “exiliados” de Miami tienen que tener presente esos crímenes de lesa humanidad, pues la Fiebre Porcina Africana fue introducida desde Estados Unidos y a causa de ella se sacrificaron 424,848 cerdos.

La Roya y el Carbón de la caña de azúcar afectó miles de caballerías de caña. La Sigatoka Negra, que afecta el cultivo del plátano y no existía en Cuba hasta 1990, fue introducida para afectar la alimentación del pueblo.

La Tristeza de los Cítricos y el Minador de los cítricos, aparecieron en Caimanera, Guantánamo en las cercanías de la Base Naval Yanqui y posteriormente en Matanzas, perjudicando amplios sembradíos de frutas.

La Seudodermatosis Nodular Bovina, cuyo agente causal es el virus de SNB, infestó añojas y novillas, perjudicando la producción de leche al provocarles daños en la piel. Igual situación sucedió al detectarse la Mamilitis ulcerativa de la vaca lechera, causada por el Herpes Virus MUB, el que infesta las ubres.

La lista de crímenes es demasiado larga para que a nadie en Cuba se le puedan olvidar. Por tanto, los que están condenados a perpetuidad son precisamente esos “exiliados” que fracasados y frustrados pretenden desnaturalizar la historia.

Por esas razones los cubanos de ningún modo olvidarán a sus muertos, pues como aseguró José Martí:

“Olvidar es de ruines”