Estados Unidos, barranca abajo y sin frenos.


Por Arthur González.

El supuesto “paraíso encantado”, del que tanto presumen los yanquis, está en una seria crisis al ponerse de manifiesto las debilidades de su sistema de las cuales no hablan, ni le fabrican campañas mediáticas para demostrar los problemas de su sociedad, pero que la propia vida se encarga de evidenciar, ante la paulatina depauperación del llamado “American way of life”, vendido al mundo como el mejor.

Esa sociedad que no se preocupa por satisfacer las necesidades básicas de su gente, como la salud, la educación y la cultura, carece de sistemas gratuitos y universales. Su principal industria es la guerra, para llenar los bolsillos de los magnates a costa de la muerte de millones de personas, incluida la de los propios estadounidenses, unido a las secuelas que arrastran aquellos que quedan con vida.

Hoy, Estados Unidos expone fracturas en su economía muy difíciles de resolver. El amplio negocio de las drogas, la prostitución, el juego y la industria de la pornografía, incluida la infantil, degradan día a día una sociedad enferma que venden a los demás como lo más supremo.

La venta libre de armas de todo tipo, provoca constantes tiroteos causantes de muertes masivas en centros escolares y un profundo daño psicológico en los sobrevivientes, sin que el gobierno tome medidas para prohibirlas, porque quienes manejan las riendas del negocio sufragan financieramente a senadores, representantes y hasta candidatos presidenciales, en un sistema electoral realmente corrupto donde se elige a quien más dinero disponga para costear las campañas, cada vez más costosas.

Datos oficiales exponen que las ventas de armas se dispararon un 64% entre 2019 y 2020, mientras se suspendieron muchos programas de prevención de la violencia. Por eso, la cantidad de niños menores de 18 años que mataron con un arma de fuego, creció de 836 en 2019 a 1,150 en 2020.

Otro elemento que afirma la decadencia del régimen imperial yanqui, lo expuso el doctor Selwyn Rogers, director fundador del centro de trauma de UChicago Medicine, quien aseguró que el número de menores de 16 años que llegan al hospital con heridas de bala, se duplicó en los últimos seis años.

A esto se suma que los adolescentes acusados de tiroteos son sancionados como adultos y enviados a cárceles de mayores, enfrentándose a castigos más severos, declaró Josh Rovner, director de justicia juvenil en Sentencing Project, quien apoya una reforma del sistema judicial.

Agregó que, solo en 2019, aproximadamente 53,000 menores fueron acusados como adultos y adolescentes, situación que amplía las probabilidades de ser victimizados mientras están presos; pero esta cruel realidad no es sancionada por el Parlamento Europeo, la OEA, ni la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

La pandemia de la Covid-19 puso al descubierto otras debilidades del aparentemente “poderoso” sistema yanqui, al no poseer una medicina comunitaria al alcance de todos, lo que provocó cientos de miles de muertos, enterrados en fosas cavadas en la tierra, escenario solo visto en países del llamado tercer mundo.

El incremento de indigentes en las calles durmiendo y comiendo de la basura, prueba la declinación de ese sistema capitalista que se precipita rápidamente barranca abajo y sin frenos, igualado a países subdesarrollados de Latinoamérica, África y Asia, donde los ricos son cada día más ricos y los pobres más pobres.

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Desprestigiar la Revolución cubana, viejo objetivo yanqui.


Por Arthur González.

Estados Unidos, frustrado al no poder impedir el triunfo de la Revolución cubana, en el año 1959 conformó su estrategia para demonizarla, para lo cual no hay límites en el dinero gastado con tal de que el mundo se crea sus mentiras.

El diseño aprobado por el presidente Dwight Eisenhower y mantenido hasta la actualidad, se basa en el concepto de Joseph Goebbels, ministro de comunicaciones de Adolfo Hitler, que plantea: 

“La verdad no es medida por su coincidencia o fidelidad a los hechos que describe o nombra, sino por su efecto emocional y por la cantidad de veces que es repetida”.

Para materializarlo, Estados Unidos con sus servicios de inteligencia desarrollan diferentes operaciones especiales, como la ejecutada por la CIA en los años 50 del siglo XX, bajo el nombre de Mockingbird, en la cual reclutaron a numerosos periodistas de reconocidos medios de prensa, con la finalidad de difundir informaciones manipuladas contra la Revolución cubana, para sembrar matrices de opiniones negativas y lograr el aislamiento internacional.

Ese objetivo se mantiene intacto y entre las organizaciones que le sirven para alcanzarlo están la USAID y la NED, que a su vez financian y orientan lo que la CIA desea.

La supuesta organización “independiente” Cubalex, es una de las tantas fabricadas para inventar eventos represivos y detenciones que califican de arbitrarias, algo que no hacen contra las verdaderas represiones policiales, detenciones y hasta desapariciones que se constatan en países, como sucede desde hace meses en Perú sin que Estados Unidos las condene, o en Francia, donde la policía reprime con salvajismo a los trabajadores, situación que no se observa en Cuba.

En su más reciente informe, Cubalex contabiliza en febrero, “247 eventos represivos contra miembros de la sociedad civil”, hechos que no reporta la Nunciatura Apostólica en la Isla, ni las decenas de agencias de prensa extranjera acreditadas, algo que llama la atención para cualquier persona que tenga un coeficiente de inteligencia medio.  

Si esa “represión” fuese cierta, las fotos y detalles inundarían los medios de prensa internacionales, pero Cubalex, como otras tantas “ONG” que son sufragadas con miles de dólares, tienen que justificar el dinero que reciben y de ahí sus noticias alarmistas que nunca pueden demostrar.

Afirma Cubalex: “la escala represiva desatada por el régimen castrista, afectó a los miembros del movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), a las Damas de Blanco y al recién creado movimiento Cuba de Luto”, organizaciones que nadie conoce en Cuba, pues las llamadas Damas de Blanco ya no tienen miembros, porque no hay dinero para pagarle y las mencionadas como “nuevas”, al parecer buscan financiamiento y una visa para “refugiados políticos”.

Es conocido que el accionar de la contrarrevolución en la Isla aspira a obtener ese tipo de visado, que les permite vivir en Estados Unidos con un respaldo económico, como Rosa María Payá, Laritza Diversent directora de Cubalex, y muchos más que han hecho de su accionar una jugosa carrera.

Exacto fue el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en la Habana, al informar secretamente a Washington el 2009-04-15:“…los disidentes son poco conocidos en Cuba fuera del círculo de los diplomáticos extranjeros y la prensa” […] la búsqueda de recursos es su principal preocupación” […] “su impacto en la sociedad cubana es muy poco y no ofrecen una alternativa política al gobierno” […] “los cubanos están más preocupados por tener mayores oportunidades para viajar libremente y vivir de manera confortable”…

Cubalex fue fundada el 10 de diciembre de 2010, en la Habana, por iniciativa del contrarrevolucionario Elizardo Sánchez Santa Cruz, pero solo tiene registro legal en Estados Unidos desde junio de 2017, país que la financia con el viejo sueño de “la transformación social para alcanzar el restablecimiento de la democracia y el Estado de Derecho en Cuba”.

¿Por qué los yanquis, tan preocupados por los Derechos Humanos y la democracia, no crearon una organización similar en época del dictador y asesino Fulgencio Batista?

Batista era un protegido de Washington que aseguraba las inversiones y el capital de Estados Unidos en la Isla, por esa razón la CIA creó en 1954 el Movimiento de Integración Democrática Americana (MIDA), para garantizar el accionar secreto contra las organizaciones revolucionarias en Cuba y el movimiento obrero.

Después del triunfo de la Revolución se encontraron evidencias documentales del reclutamiento que ejecutaba el MIDA en varios sectores de la sociedad cubana y el carnet que identificaba a sus integrantes, calificándolos como “combatientes que defendían la democracia, la libertad, en su lucha contra el comunismo”.

Otra organización conformada por recomendaciones al dictador, de la CIA y el FBI, fue el Buró para la Represión de Actividades Comunistas, BRAC, nacida el 4 de mayo de 1955, por Decreto Presidencial N0. 1307, bajo el control del Ministerio de Gobernación, Buró que asesinó y torturó a cientos de cubanos, sin que jamás el Departamento de Estado hiciera una denuncia de sus crímenes.

Sin embargo, en carta del director de la CIA Allen Dulles, al tirano Fulgencio Batista, fechada en 15 de julio de 1955, le sugería el envío a Washington de uno de los jefes del BRAC, para “capacitarlos en algunas técnicas utilizadas para combatir las actividades del comunismo internacional”.

Estados Unidos emplea laboratorios para elaborar las noticias falsas y tergiversadas contra la Revolución cubana, entre ellos los informes que emite la supuesta ONG Cubalex.

En 2011, el Senador Carl Meacham, encargado de América Latina en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se reunió con personal del Departamento de Estado, altos diplomáticos extranjeros y funcionarios de la industria, para investigar cómo los medios sociales y la tecnología, podían utilizarse en promover y fortalecer la “democracia” en América Latina.

Meacham reconoció que “el Departamento de Estado ha entrenado a periodistas en varios países, para que aumenten su capacidad de diseminar rápidamente la información precisa sobre acontecimientos importantes y se han invertido grandes esfuerzos en Cuba”.

Para eso, el Departamento de Estado creó el 23 de enero del 2018, el “Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba”, integrado por representantes del Gobierno y Organizaciones No Gubernamentales.

En los años 2012 y 2013 la NED, (National Endowment for Democracy) contrató a Laritza Diversent para realizar actividades subversivas con su grupo, entre ellas proveer asistencia legal en Cuba a la contrarrevolución.

Según la página web de la NED, reconocida pantalla de la CIA, solo en 2013, Cubalex recibió dos partidas por 32, 970 y 16, 000 dólares. Desde esa fecha está orientada directamente por dicha entidad y subordinada a sus intereses.

En mayo de 2017, Laritza y parte de sus colaboradores, materializaron su sueño de residir en Estados Unidos, bajo el privilegiado estatus de “refugiados políticos”.

No olvidemos que, en 1991, Allen Weinstein, historiador y primer presidente de la NED, declaró:

“Mucho de lo que hoy hacemos, ya lo hacía la CIA hace 25 años, pero de manera encubierta”.

Cada cual saque sus conclusiones, pero recordemos a José Martí cuando afirmó:

“El lacayo se alquila al señor de más lujo y poder”

Hacer creíbles las mentiras


Por Arthur González.

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y seguidamente la del Signature Bank, pudieran tener graves consecuencias en la economía del régimen estadounidense, aunque para evitar el pánico el mismo presidente Joe Biden, aseguró a la población que había estabilidad en el sistema bancario de la nación, minimizando los problemas ocurridos en ese sector.

No obstante sus declaraciones, la realidad es algo diferente, pues esas quiebras repercutieron en la estabilidad de las propias bolsas yanquis, las europeas e incluso las asiáticas, al registrar significativas pérdidas en sus cotizaciones. 

El Dow cayó 345 puntos, o un 1,1% el viernes 10 de marzo del 2023. El S&P 500 cayó un 1,5% y el Nasdaq Composite bajó un 1,8%. A pocos días, el Dow cayó un 4,4%, su peor semana desde junio; el S&P 500 bajó un 4,6% y el Nasdaq bajó un 4,7%, situación que proyecta la inseguridad financiera que esas quiebras representan.

Los expertos las calificaron como, “la segunda mayor sufrida en los Estados Unidos desde la crisis financiera mundial de 2008”, por ser el Silicon Valley Bank (SVB) el decimosexto banco más grande del país, elemento que no se puede encubrir fácilmente.

La debacle ocurrió debido a que los clientes del SVB retiraron su dinero casi en masa, ante la preocupación de perderlo debido a la evidente crisis que atravesaba esa entidad, la cual trabajaba mayoritariamente con el sector de la tecnología y empresas respaldadas por capital de riesgo.

Silicon Valley Bank fue fundado en 1983, para ofrecer financiamiento a buena parte de las empresas de tecnología y atención médica que respaldaban muchas empresas estadounidenses, las cuales se perjudicaron ante la subida de las tasas de interés y la disminución del capital de riesgo.

Como consecuencia de esta situación, cuatro de los mayores bancos yanquis por el volumen de sus activos, perdieron en un solo día 52,400 millones de dólares del valor de mercado. Seguidamente, los inversionistas iniciaron la venta de sus acciones en el JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, ante la preocupación por sus carteras de bonos en dichas entidades, escenario que nadie puede esconder.

Por el efecto dominó, después del cierre del Silicon Valley Bank, las acciones del First Republic Bank cayeron hasta un 60%, por el temor impregnado en los bancos regionales, los que han puesto sus barbas en remojo, al ver arder las de sus vecinos.

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El odio no acaba, se multiplica.


Por Arthur González

Han transcurrido 64 años del triunfo de la Revolución cubana, que Estados Unidos no pudo impedir, y el odio que sienten no se acaba, se multiplica cada vez más, con el marcado deseo de derrocar el proceso socialista, algo que no han podido lograr.

El asunto no se inició a partir de la nacionalización y confiscación de las propiedades de empresas estadounidenses, como quieren hacer ver desde Washington para justificar su criminal guerra económica, comercial y financiera, la más larga en la historia humana.

La verdad está recogida en los propios documentos del régimen yanqui, donde se demuestra que el odio hacia la Revolución comenzó antes del triunfo de enero de 1959, demostrado en las palabras del director de la CIA, Allen Dulles, durante la reunión del Consejo de Seguridad Nacional celebrada el 23 de diciembre de 1958, cuando expresó:

“Es necesario evitar la victoria de Fidel Castro”. Y agregaba el presidente Dwight Eisenhower:

“Tengo la esperanza de lograr una tercera fuerza que crezca en fortaleza e influencia, si se organiza alrededor de un hombre capaz, equipado con armamentos y financiamiento”.

Una victoria de Fidel no era la mejor opción para los intereses yanquis, después de conocer sus posiciones nacionalistas expuestas durante el juicio por el asalto al Cuartel Moncada, en 1953.

Esto prueba que el odio hacia Cuba comenzó mucho antes y crece con cada revés que sufre la política criminal y subversiva diseñada por Estados Unidos.

Según datos desclasificados, en los años 50 del siglo XX, la Estación de la CIA y el FBI en Cuba, ya utilizaban agentes encubiertos bajo la fachada de comerciantes, sumado a los oficiales designados como “diplomáticos” en la embajada y el consulado en la ciudad de Santiago de Cuba, quienes desde enero de 1959 incrementaron su trabajo para socavar a la Revolución, mediante la organización de redes de agentes que buscaban información para facilitar los planes de hacer fracasar los programas revolucionarios.

El gobierno cubano no tuvo alternativas para defenderse y ante cada acción yanqui se vio obligado a tomar medidas de respuesta, entre ellas la nacionalización y expropiación de sus propiedades.

Los cubanos que abandonaron el país y dejaron atrás sus bienes, incluidas industrias y centros de servicio, los perdieron. Quienes permanecieron en Cuba recibieron la indemnización correspondiente y ahí están los documentos que lo avalan.    

Sin embargo, desde Miami, aquellos que viven del cuento del “exilio”, que les permitió enriquecerse y hasta hacer carreras políticas, no cesan de destilar su odio enfermizo que corroe hasta la política exterior de Estados Unidos.

Ejemplo de ello es el recién proyecto de ley sobre marcas nacionalizadas en Cuba, presentado el 9 de marzo 2023 por un grupo de legisladores, denominado «No Stolen Trademarks Honored in America», que procura prohibir a los tribunales yanquis, validar cualquier derecho sobre negocios o activos que fueron nacionalizados por el Gobierno revolucionario, con el objetivo de evitar que Cuba pueda vender en un futuro, sus productos en el mercado norteamericano.

Dicho proyecto es promovido por congresistas miembros de la mafia anticubana y como es habitual en esas acciones contra Cuba, está encabezado por el corrupto senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y Marco Rubio, miembro del Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para el hemisferio occidental, quienes constantemente chantajean al presidente Joe Biden, para evitar que mejore las relaciones con La Habana.

Para esos mafiosos, que no soportan la victoria de Cuba ante los 64 años de agresiones yanquis, cualquier confiscación o incautación de activos por parte del régimen cubano, es y será siempre un “acto criminal” que no debe ser recompensado por el Gobierno de los Estados Unidos”.

De ser aprobada esa ley, “prohibiría el uso de las marcas comerciales, cuando quien las utilice haya conocido en el momento de adquirirlas, que el nombre de las mismas es igual o similar al de las que fueron confiscadas por el Gobierno revolucionario cubano”.

Una de las marcas que más persiguen es la de los rones cubanos, principalmente el afamado Habana Club, porque detrás está el consorcio Bacardí, debido a que ese ron es muy superior al de ellos, al alcanzar desde hace años altos niveles de venta en el mundo.

Es conocido que la compañía Bacardí sufraga planes subversivos contra Cuba desde la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana, que presidió el terrorista Jorge Más Canosa, y aporta sumas millonarias a las campañas electorales de esos senadores y otros, incluidos varios representantes que hacen carrera gracias al dinero que reciben de dicha compañía.

Cuba Ron, con su socio el grupo francés Pernod Ricard, logró registrar en Estados Unidos la marca Havana Club, que lleva el nombre de una marca nacionalizada en la Isla, pero que su registro original estaba vencido y por tanto, no era legalmente propiedad de sus antiguos dueños, situación que ocultan los enemigos de la Revolución, pero sí reconocido por los tribunales estadounidenses al fallar a favor de Cuba, en abril del año 2022, en sentencia firme ante demanda impuesta por la compañía Bacardí, que expresa: “La marca Havana Club, es una propiedad totalmente cubana”.

La verdadera historia que manipulan desde Estados Unidos, es que en 1960 el gobierno cubano confiscó legalmente la marca Havana Club, junto con otros activos de la empresa de José Arechabala S.A., grupo productor de bebidas alcohólicas y azúcar. En esa fecha Arechabala ya no vendía esa marca y había dejado de pagar su registro.

Ante el incremento de las ventas cubanas del ron Habana Club y la fama alcanzada a nivel mundial, Bacardí oportunistamente compró en 1995 la marca que fuera de José Arechabala, aprovechándose de que, por las leyes del bloqueo impuestas desde 1962 por Estados Unidos contra Cuba, no se podía comercializar ningún producto cubano en ese mercado.

Bacardí inició las ventas de un ron producido fuera de Cuba, bajo la marca Habana Club, engañando a los compradores que suponían era un producto netamente cubano.

Sin embargo, la marca del ron Bacardí sí estaba vigente cuando sus propietarios abandonaron la Isla después de 1959 y por eso, aunque la fábrica en Santiago de Cuba fue expropiada, Cuba no continuó utilizándola.

Su odio hacia Cuba no tiene fin, porque como afirma el plan de Acciones Encubiertas de la CIA, aprobado en marzo de 1960: “El objetivo es provocar la sustitución del régimen de Castro por uno que sea más aceptable para Estados Unidos”.

Exacto fue José Martí al decir:

“El odio no construye”.

El verdadero protagonista de la guerra entre Ucrania y Rusia.


Por Arthur González. 

La vida demostró que, en el 2014, cuando Estados Unidos financió y organizó las protestas en Kiev, sus verdaderos objetivos eran desestabilizar a Rusia con el apoyo cómplice de la OTAN.

La propia Angela Merkel declaró recientemente que “los acuerdos de Minsk, sólo perseguían ganar tiempo para que Ucrania pudiera armarse lo suficiente y enfrentar militarmente a Moscú”, situación que puso de manifiesto que el protagonista principal del conflicto es Estados Unidos, al ser Rusia el objetivo principal de su política militar, según exponen sus estimados de inteligencia, y junto a la República Popular China, conforman su estrategia de seguridad nacional para dominar el mundo.

Al revisar los montos millonarios que aprueba Washington para Ucrania, es obvio que son ellos los reales actores de ese conflicto, aunque sus analistas erraron al pronosticar que Kiev podría poner a su favor el enfrentamiento militar por el apoyo que recibiría, incluido el de la subordinada Europa, algo que en la práctica no ha sido así.  

Con la intención de derrotar a Rusia, Estados Unidos le impone sanciones desorbitantes, aprobadas también por los europeos bajo la presión yanqui. El envío de grandes sumas de dinero y armas a Kiev, no tiene comparación con ninguna otra guerra, pero en la práctica los mayores perjudicados son los propios europeos que acumulan una inflación inimaginable, por el alto costo que deben pagarle a Washington por el gas y otros productos que antes adquirían en Rusia a precios más bajos.

Otro tanto padece ahora el pueblo estadounidense, ante el alza de los precios de productos alimenticios y por la pérdida del mercado ruso a sus exportaciones, además de sufragar esa guerra con parte de sus impuestos, los que bien pudieran ser invertidos para mejorar el sistema de salud y de educación, que cada día se encaren más. 

La manipulación mediática de los yanquis respecto al conflicto armado, escamotea la verdad al gran público estadounidense respecto al millonario apoyo monetario a Kiev, el cual desangra la economía doméstica y encarece la vida del ciudadano de a pie.

En solo un año, la asistencia militar yanqui a Ucrania alcanza la suma de 77,500,000,000 millones de dólares, a los que se unen 54,900 millones de euros (unos 58,000 millones de dólares) entregados como “préstamo” por la Unión Europea, que no incluyen los 20,600 millones de dólares otorgados por organismo internacionales, entre ellos el Banco Mundial, cifras que difícilmente Kiev pueda pagar en los próximos 15 años, unido al descontrol de hacia dónde van a parar esos multimillonarios fondos. 

Por supuesto, el máximo ganador de esta contienda es el poderoso complejo militar industrial del régimen de los Estados Unidos, al vender armas, equipamiento militar, tanques, municiones y otros insumos, incluso a Europa, a partir de la petición de Washington de que los europeos envíen el armamento ruso a Kiev, el cual será repuesto por el estadounidense, negocio redondo a costa del dinero europeo.

Una simple lectura de las cifras millonarias, supuestamente prestada por Estados Unidos a Ucrania, expone que la misma supera a la destinada a varios gastos internos del Gobierno yanqui, algo calificado por el diario The Hill, como una suma de dinero “asombrosa”, situación que, al transcurrir el primer año, ya despierta preocupación en los congresistas debido a la situación militar desfavorable de Kiev frente a Moscú.

La inquietud de los congresistas yanquis se basa en que durante el pasado año fiscal, se gastó más de lo que recaudó, pues en el presupuesto total del año 2022, Estados Unidos destinó 132,000 millones de dólares para el transporte; 129,000 millones para el gobierno general y 65,000 millones de dólares para otros gastos del país.

Al observar las cifras de 29,300 millones de dólares prestados a Ucrania para la asistencia militar directa, los 45,000 millones de dólares asignados a fondos de emergencia para elevar su seguridad general y la recuperación económica, la seguridad energética y capacidad para hacer frente a la crisis humanitaria derivada del conflicto, más 1,900 millones de dólares al apoyo humanitario a los refugiados, el Comité de Control y de Rendición de Cuentas, que preside el congresista republicano James Comer, exigió al Departamento de Defensa, al Departamento de Estado y a la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), que presenten informes detallados sobre los gastos de la ayuda a Kiev, financiados por los contribuyentes estadounidenses, ante la preocupación de que “esos fondos no estén protegidos del despilfarro, el fraude y el abuso”, según publica el diario The Hill.

Recordemos que con el millonario presupuesto aprobado anualmente para fomentar la subversión interna en Cuba, auditorías efectuadas por agencias yanquis, detectaron que parte del dinero fue destinado a comprar artículos lujosos para el disfrute personal de los “disidentes”, casas y otros bienes alejados de la actividad para la cual fueron aprobados.

Existen informaciones que en Ucrania sucede algo similar y por eso la preocupación del Comité de Control y de Rendición de Cuentas, ante la pérdida de dinero que difícilmente podrán recuperar, pero como el objetivo principal es cercar a Rusia e intentar debilitarlo económicamente, el Congreso aprobó el 24 de febrero 2023, otra suma de más de 113,000 millones de dólares en ayuda militar, económica y humanitaria. Además, el Departamento de Defensa publicó en su boletín informativo, que suministrará armas a Ucrania, por un valor de 31,700 millones de dólares.

Los gastos aumentan y los resultados son escasos, porque la cúpula ucraniana exige más ayuda, por eso Oleksii Reznikov, ministro de Defensa, considera que los mil millones propuestos por la Unión Europea, no serán suficientes para el millón de grupos de municiones que necesitan, valoradas en unos cuatro mil millones e insistió en la necesidad de recibir sistemas de defensa aérea y los tanques Leopard prometidos.

Todo apunta a que Ucrania será un nuevo Viet Nam, donde se hundirán las economías yanqui y europea, por el embriagado sueño napoleónico de apoderarse de Rusia, olvidando la historia de esa nación.

No se equivocó José Martí al afirmar:

“Es criminal quien promueve en un país la guerra que se puede evitar”.