Por Arthur González.
Estados Unidos siempre busca la paja en el ojo ajeno, pero silencian y no miran la que tienen en los suyos, que por cierto es grande y cargada de violaciones a los derechos humanos.
Esto se pone de manifiesto en la creación de múltiples campañas diseñadas por el grupo operativo de Internet para la subversión en Cuba, creado el 23 de enero del 2018 por el Departamento de Estado, y de las acciones desarrolladas por ese Departamento desde hace años paraentrenar a periodistas de varios países, con el propósito de aumentar su capacidad para diseminar informaciones tergiversadas y falsas sobre acontecimientos en Cuba, país que se opone a la política injerencista de Estados Unidos y no acepta someterse a sus órdenes.
Prueba de esa manipulación mediática que hacen en su guerra psicológica contra la Revolución cubana, es la “gran preocupación” expresada recientemente por el gobierno de Canadá, a través de Sabrina Williams, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense, debido a la inventada “represión violenta” de las autoridades cubana ante las protestas “pacificas” y las sentencias dictadas por los tribunales contra los manifestantes del 11 de Julio de 2021, declaraciones que huelen a presiones de Washington, como hicieron ante la fracasada farsa de los inventados “ataques acústicos”.
Evidenciando quien ordena y manda sobre las campañas contra Cuba, en fecha coincidente con la posición de Canadá, Brian Nichols, subsecretario para Latinoamérica del Departamento de Estado, reclamó el pasado 23 de noviembre 2022, la liberación de los manifestantes cubanos detenidos el 11J, al exponer:
“Nos preocupa el próximo juicio de Jonathan Torres Farrat, que sólo tenía 17 años durante las protestas del #11J y se enfrenta a 8 años de prisión”.
¿Por qué razones el Departamento de Estado yanqui y su subordinado canadiense, hacen silencio por las sentencias a cadena perpetua de cientos de menores de edad, que permanecen de por vida en cárceles de Estados Unidos, junto a adultos comisores de graves delitos?
No sabe el Departamento de Estado yanqui que en sus cárceles se cometen crímenes y brutales golpizas por oficiales contra los detenidos, como denunció el 24 de noviembre de 2022, la periodista Camelia Burris en el Nuevo Herald, ante la filtración de un video grabado el 8 de julio de 2019 con un teléfono móvil introducido a escondidas por un preso y publicado en YouTube.
En dicha grabación se observa claramente a varios guardias del estado de Florida, golpeando salvajemente a un preso cuando estaba inmovilizado, pero a pesar de esa denuncia la fiscalía estatal del Condado de Lake, determinó que ninguno de los guardias será juzgado.
Según el artículo de esa periodista, un grupo de guardias de prisiones de la Florida se turnaron para golpear al preso en el Correccional Lake, cerca de Orlando, situación habitual y ejecutada en zonas ciegas, donde las cámaras de seguridad no tienen visibilidad.
Los cargos penales presentados contra los ejecutores de la salvaje golpiza paliza fueron retirados, obviando las evidencias expuestas en la grabación, donde se ve a un grupo de guardias golpeando repetidamente al recluso, quien tuvo la cabeza inflamada, múltiples lesiones y varias costillas fracturadas.
Esa violación de los derechos humanos no es condenada y menos divulgada por la gran prensa yanqui, canadiense y europea; los fiscales ni los guardias son acusados y tampoco incluidos en listas de represores.
Sin embargo, contra Cuba que lleva 63 años asediada por Estados Unidos, fabrican múltiples mentiras y sus fiscales son satanizados por hacer cumplir las leyes.
En sus actividades contra la Revolución cubana que resiste estoicamente una guerra económica, el día 21 de noviembre del 2022, un grupúsculo de contrarrevolucionarios pagados con dinero del que anualmente aprueba del gobierno yanqui para sus acciones subversivas contra Cuba, se concentró en el exterior de la embajada cubana en la Ciudad de México, para provocar al personal diplomático, violando las convenciones internacionales establecidas. La respuesta de los funcionarios diplomáticos fue inmediata, al enfrentar a los provocadores al servicio de la misión yanqui en suelo mexicano.
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