Por Arthur González.
En su más reciente mensaje, los Obispos Católicos de Cuba emiten criterios para que los cubanos y cubanas no voten a favor del nuevo Código de las Familias, siguiendo la misma línea de los que desde Estados Unidos se desgastan en su propaganda anticubana, con la ilusión de que dicho referendo se convierta en medidor del apoyo al gobierno revolucionario.
Esa posición es habitual en el clero cubano que participó activamente en la operación de subversión política Peter Pan, organizada por la CIA en 1960, bajo el falso argumento que el estado les quitaría a los padres el derecho a la patria potestad de sus hijos. Por esa razón sacaron sin acompañamiento filial, a 14,038 niños y niñas de Cuba.
Otras acciones fueron desarrolladas por ellos como fue prestar sus templos para reuniones de grupúsculos contrarrevolucionarios, esconder armas y hasta pretender dar asilo a un asesino que quiso desviar un vuelo comercial hacia Estados Unidos. Igualmente han respaldado a elementos contrarrevolucionarios y organizaron cursos de preparación para líderes comunitarios para una supuesta transición hacia el capitalismo.
Revistas y folletos con posiciones abiertamente contra el sistema cubano, como Vitral y otras, se reparten en sus templos, utilizan las homilías para incitar a la oposición al gobierno e incluso escriben en las redes sociales líneas de mensajes contrarrevolucionarios.
Respecto al nuevo Código de las Familias, en su mensaje hacen planteamientos para manipular a los feligreses con preceptos de “moralidad legado los padres fundadores de la Patria, que sostienen como Nación”, como si el nuevo Código no se basara en esos mismos principios de amor a la familias, a los ancianos, personas desprotegidas y niños, abarcador de todos los tipos de familias que están presentes hoy en la sociedad cubana, realidad que no se puede ocultar ante la particularidad existente en cada hogar de la Isla.
Bajo qué principios humanos la Conferencia de Obispos Católicos puede afirmar que “No es ético que se reconozca como adecuada la llamada gestación solidaria”, cuando una pareja no pueda engendrar un hijo por deficiencias genéticas de uno de los cónyuges.
Quienes no son padres por mantener el celibato, no pueden comprender los sentimientos de frustración que sufre una pareja que desean tener un hijo y no puede lograrlo.
Lo recogido en el nuevo Código es un acto sumamente humano que no admite discusión, pero la iglesia católica se opone incluso hasta la fecundación in vitro, a pesar de que, según la biblia, al crear a Adán y a Eva, Dios les dijo: Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra; hecho que niega la evolución de las especies.
Otro aspecto que expone la doble moral que practican sobre las relaciones sexuales, son sus criterios manipuladores en cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, como si quisieran ignorar lo que sucede en la tierra desde la existencia del hombre como ser racional.
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