Miami, la pobreza de la que no se habla


Por Arthur González.

Los que no soportan el socialismo cubano, ciertamente imperfecto, pero si mucho más humano que el sistema capitalista salvaje, como lo calificara el Santo Padre Juan Pablo II, casi nunca escriben artículos dedicados a criticar la pobreza existente en los Estados Unidos y menos la de Miami.

La triste realidad de los habitantes de Miami dista mucho de la cubana, que, a diferencia de ellos, padece una cruel guerra económica desde hace 58 años, con la malsana intensión de matar por hambre al pueblo.

La verdad que no se divulga es que, hoy en día en el estado de Florida se cuentan más de 789 mil núcleos familiares, obligados a destinar la mitad de sus ingresos en pagar la renta de sus viviendas, a lo que se le suman 11,4 millones de estadounidenses que tiene que gastar más de la mitad de su salario en costear la renta y los servicios públicos, situación que no existe en Cuba, a pesar de las campañas mediáticas para hacerla parecer como “el país de mayor pobreza” de Latinoamérica.

En la isla comunista todos los ciudadanos son propietarios de su vivienda, y en Estados Unidos es una quimera poder comprar una, debido a los precios prohibitivos que estas tienen, de ahí que se asegura que el 37 por ciento de los núcleos familiares son inquilinos.

La situación en Padre Juan Pablo II, es aún peor, al estar calificado oficialmente como el tercer condado del país con los precios de renta más elevados, perjudicándose especialmente las personas de bajos y medianos ingresos, ya que deben invertir en alquiler más del 30 %, pues el costo de un simple apartamento de una sola habitación, es no menos de mil 145 dólares mensuales.

Cubanos y otros latinos que llegan a Miami con el sueño dorado de tener abundancia, chocan con otra realidad, unida a la violencia callejera, drogas y la brutal actuación de la policía que mata a tiros a cualquier persona, solo por suponer que iban armadas.

Francis Suárez, alcalde de Miami, reconoció recientemente que “en Miami hay personas que pagan el 100 por ciento de sus ingresos solo en la vivienda, y tienen que ser subsidiados por la familia”.

Esa es una de las causas por las que los ciudadanos carecen de un seguro médico, porque a diferencia de Cuba, la medicina en Estados Unidos hay que pagarla.

En Cuba a pesar de las campañas para satanizar su sistema, ningún ciudadano tiene que desembolsar un solo centavo para sufragar una operación de corazón, pulmón, riñones o un parto, todos los gastos los asume el estado socialista, al igual que la educación, incluida la de niños con discapacidad, las de arte, deportivas y otras especiales.

El sistema de salud cubano garantiza la vida de cada ciudadano, por eso este año logró una tasa de mortalidad infantil de 4,2, en niños menores de un año, entre mil nacidos vivos, lo que no posee ningún estado de Estados Unidos.

Mucha propaganda negativa se divulga en el país del Norte contra Cuba, con imágenes de la Habana Vieja destruida y desgastada por el tiempo y la ausencia de mantenimiento constructivo, pero todos los niños asisten con su uniforme y zapatos a la escuela.

Los indigentes que dormían en portales, aceras, parques y escalinatas de las iglesias, no existen en Cuba desde que triunfó la Revolución, sin embargo, esos casos aumentan en Estados Unidos y Europa, sin que la prensa acuse al sistema capitalista de ignorar el derecho de todos al trabajo, la vivienda, la salud y la escolaridad, como si esos no fueran los derechos humanos básicos para cualquier sociedad.

Jamás Estados Unidos ha sido condenado por el trato inhumano que brinda a sus ciudadanos, al no disponer de un servicio que garantice la salud de todos, donde millones de personas sufren y mueren de enfermedades curables, por la falta de recursos para obtener un seguro médico.

Antes de criticar a Cuba, país pobre y bloqueado por el poderoso imperio yanqui, tienen que mirarse ellos primero. Por eso les prohíben a los norteamericanos visitar libremente al vecino socialista, para que no constaten las mentiras que les cuentan desde hace más de medio siglo y comparen las ventajas de tener otro sistema, que no será perfecto, pero si muchísimo más humano.

Por esas razones dijo José Martí:

“Se exige a Cuba el reconocimiento de los derechos humanos en una sociedad que no puede vivir en paz, sino sobre la base de la sanción y práctica de esos derechos”.

Sacerdote cubano al servicio de la mafia terrorista de Miami


Por Arthur González.

El Sacerdote cubano José Conrado Rodríguez Alegre, poseedor de una vasta historia al servicio de la mafia terrorista anticubana de Miami, vuelve a mostrar hasta donde puede caer una persona con tal de obtener unos cuantos dólares, por eso llama la atención que enviara una carta al Presidente Raúl Castro, en la que pide que “los cubanos puedan elegir en libertad, no votar en las próximas elecciones”, la que inmediatamente fue publicada en medios norteamericanos y otros de sus aliados, como prueba de para quién trabaja el mencionado cura.

Desde hace años el sacerdote Rodríguez Alegre, es visita constante en la ciudad de Miami y acude a los canales televisivos para mentir y trastocar la realidad cubana, por lo que seguramente cobra sus intervenciones, porque en ese mundo todo se paga.

Natural de la provincia de Santiago de Cuba, parece que olvidó cómo era la situación económica y política de los ciudadanos orientales antes de triunfar la Revolución, donde la sangre de los mejores jóvenes corría por las calles, asesinados vilmente por la policía del dictador Fulgencio Batista, donde nadie podía ejercer la libertad de expresión, pues era apresado, torturado y asesinado al instante.

Ahora al servicio de los hijos y nietos de esos asesinos, intenta desprestigiar el proceso revolucionario cubano que cambió radicalmente el panorama de miseria, analfabetismo, hambre y desempleo que existía en su terruño natal, donde la medicina para los pobres era inalcanzable al bolsillo de la mayoría, algo que la Revolución impuso gratuitamente para todos, como él mismo pudo constatar al ordenarse como sacerdote e ir a trabajar al hospital pediátrico.

Siguiendo la misma línea de Ileana Ros-Lehtinen y de Mario Díaz-Balart, hijos de testaferros de Batista y del senador Marco Rubio, ese sacerdote habla de “libertad para votar”, arrastrando a otros dos curas, Castor José Álvarez de Devesa, de Camagüey y Roque Nelvis Morales Fonseca, de la provincia de Holguín, olvidándose como eran las elecciones en Cuba antes de 1958, donde los politiqueros de la época compraban las cedulas, se robaban las urnas y cambiaban votos por camas en los hospitales.

Hoy las urnas cubanas son custodiadas por niños y se ejerce el voto libre y voluntariamente, sin presiones de ninguna autoridad. Las calles no están llenas de carteles de politiqueros haciendo campañas ni hay fraudes, como los ocurridos en México, Honduras u otros países.

Las propuestas de candidatos se realizan abiertamente por el pueblo en cada cuadra, y los propuestos no tienen que recaudar altísimas sumas de dinero como sucede en Estados Unidos, donde cada partido aporta millones de dólares y el Presidente es elegido por solo 538 votos electorales, en un país de más de 323 millones de personas.

Evidentemente los tres sacerdotes no miran a su alrededor para comparar la limpieza y transparencia de los sufragios de su país, solo siguen las instrucciones de Miami, donde los fraudes electorales le quitaron la victoria al candidato Al Gore, para favorecer a George W. Bush.

A darle lecciones de transparencia a otra parte. Vergüenza debería darles vestir una sonata, para escudados en la fe católica, mentir y pecar de forma tan despreciable, a partir de las instrucciones de personas que tienen las manos manchadas de sangre inocente, de cientos de cubanos muertos por sus actos terroristas, jamás condenados por José Conrado.

Este mismo sacerdote es el que ha oficiado misas en la casa de Berta Soler, sin los requisitos mínimos exigidos por la iglesia y sosteniendo reuniones conspirativas con otros elementos al servicio de la inteligencia yanqui, en total desafío a las autoridades, las que nunca se han dejado provocar por ese sumiso de la mafia terrorista anticubana radicada en el sur de la Florida.

Es presumible que, Castor J. Álvarez, Roque N. Morales y José Conrado, pretendan dañar el diálogo respetuoso y constructivo que desde hace años mantiene la alta jerarquía católica cubana con el Estado, lo que motivó la visita de los tres últimos Papas, hecho sin antecedentes en otros países del mundo.

Ante personas como estas dijo José Martí:

“La deshonra es del villano que pone manchas de deseo donde hay vida de felicidad”.

Donald Trump, el continuador


Por Arthur González.

Cuando se mira hacia atrás en el tiempo, se puede constatar que Donald Trump es un continuador coherente de la política exterior de los Estados Unidos, aunque su personalidad acentúa aún más el carácter imperialista, ante la falta del edulcorante que otros presidentes han empleado.

La década de los años 80 del pasado siglo, marcó un nuevo rumbo del imperio yanqui hacia América Latina y desempolvó la llamada Doctrina Monroe, lo que se constata en los postulados del Programa Santa Fe, puesto en marcha bajo la administración de Ronald Reagan. En dicho texto se afirma:

“Históricamente la política de Estados Unidos hacia América Latina nunca ha estado separada de la distribución global de poder. […] América Latina, tanto como Europa Occidental y Japón, es parte de la base de poder de Estados Unidos. No podemos permitir que se desmorone ninguna base de poder de Norteamérica…”

Lo que sucede hoy en la región es exactamente lo que ese Programa diseñó y ejecutó.

Respecto a Cuba, fue tácita la proyección del trabajo para destruir el proceso revolucionario, al exponer que:

“Estados Unidos ya no puede aceptar el estatus de Cuba […] El precio que La Habana debe pagar por sus actividades no debe ser un precio bajo… Los primeros pasos deben ser francamente punitivos. Los diplomáticos cubanos deben irse de Washington… Hay que cortar los dólares de los turistas norteamericanos… Debe quedarle absolutamente claro al gobierno cubano, que si siguen como en el pasado se tomaran otras medidas apropiadas.”

Trump y sus asesores retomaron ese camino, a pesar de que el presidente Barack Obama comprendió que no les había permitido obtener los resultados esperados y de ahí el viraje en su política hacia la isla, trasladando una imagen diferente con el acercamiento diplomático, pero dejó intactas todas las medidas aprobadas por sus antecesores para impedir el desarrollo del país, entre ellas la guerra económica, el financiamiento y apoyo a la subversión interna, la Radio y TV Martí, las Leyes Torricelli, Helms-Burton y Ajuste Cubano, las campañas de prensa para satanizar el socialismo, unido a una feroz persecución financiera hacia la banca extranjera, como nunca antes.

Entre las acciones para subvertir el orden interno, Obama dio su visto bueno al empleo de Internet con fines subversivos, con la creación del twitter Zunzuneo y el wifi Conmotion para crear redes inalámbricas sin necesidad de Internet, ensayado con efectividad en Túnez; el envío a Cuba del “contratista” Allan Gross para estructurar redes que transmitieran información a través de Internet, con la introducción del potente equipo de comunicaciones Bgan, unido al abastecimiento ilegal de varias antenas parabólicas camufladas como tablas de surf, para la formación de redes por el sistema Wifi, que evidentemente trasmitirían hacia el lugar donde se instalara el Bgan.

En sus azucarados mensajes al pueblo cubano, Obama no dejó de recalcar sus propósitos de desmontar el socialismo y al igual que pretende ejecutar hoy Trump, su punto de mira fue la llamada sociedad civil y los jóvenes cubanos, por eso expresó:

Podemos hacer más para apoyar al pueblo cubano y promover nuestros valores a través del compromiso […] Los ciudadanos deben tener la libertad de participar en los procesos políticos…Insistiremos en que la sociedad civil se nos una para que sean los ciudadanos, y no solo los líderes, los que conformen nuestro futuro”.        

“Podremos aumentar considerablemente nuestro contacto con el pueblo cubano […] Nadie espera que Cuba se transforme de la noche a la mañana, pero creo que el compromiso estadounidense, mediante nuestra embajada, empresas y ante todo nuestro pueblo, es la mejor manera de representar nuestros intereses y apoyar la democracia y los derechos humanos”.

“Nuestras políticas en materia de viajes y remesas están ayudando a los cubanos, al brindarles nuevas fuentes de información, oportunidades de trabajar como autónomos y acceso a bienes de propiedad privada, además de fortalecer a la sociedad civil independiente. Estas medidas servirán para fomentar aún más los contactos personales, respaldar con mayor fuerza a la sociedad civil en Cuba”.

En los últimos años, las acciones yanquis contra gobiernos con ideas socialistas han dado como resultado el retorno a políticas neoliberales, apoyadas con millones de dólares para desplegar compañas mediáticas contra líderes revolucionarios, movilizar a la derecha y financiar actos provocativos para desestabilizar la economía y el orden interno en países como Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

De ahí que Estados Unidos cumpla al pie de la letra el diseño del Programa de Santa Fe, el que sin el menor sonrojo señaló:

“América Latina es vital para Estados Unidos, la proyección del poder mundial de Estados Unidos siempre ha descansado en un Caribe cooperativo y en una América Latina que ha brindado apoyo”.

Ese es el motivo del odio visceral hacia Cuba y Venezuela, porque sus programas sociales cortaron el monopolio imperialista y ha repartido las riquezas entre los desposeídos, algo que los yanquis no perdonan y por tanto “el precio que La Habana debe pagar no debe ser un precio bajo”.

Una vez más se equivocan, los pueblos latinoamericanos y caribeños han crecido y no se dejan confundir por palabras engañosas y como concluyó José Martí:

“Con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia”

“Es la hora del recuento y de la marca unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.

 

 

Barack Obama abrió el camino


Por Arthur González

Cuando el presidente Barack Obama aprobó la apertura de Google en Cuba, con vistas a permitir un acceso amplio a Internet, sabía bien lo que hacía, abrir el camino para los propósitos subversivos mediante esa vía que tanto añoraban los ideólogos yanquis para desmontar el socialismo desde adentro.

Esa fue la dirección que se trazó su administración desde que reconoció públicamente que la política del cerco a Cuba no había alcanzado los resultados ambicionados y por tanto decidió cambiarla por una apertura, para desde adentro intentar los mismos fines.

Ahora se ve a las claras que esa autorización, que permitió a Google brindar sus servicios a la isla, buscaba trabajar a la sociedad cubana como el mismo dijo, y la prueba está en el anuncio hecho el 23.01.2018 por el Departamento de Estado, sobre la creación del Grupo de Trabajo de Internet para Cuba “con el objetivo de promover el flujo de información hacia la isla de gobierno comunista”.

Ese selecto grupo estará integrado por representantes gubernamentales y no gubernamentales, quienes examinarán los desafíos tecnológicos y las oportunidades para ampliar el acceso a Internet y los medios independientes en Cuba.

Nada es causal en la política hostil de Estados Unidos contra el pueblo cubano, el propio presidente Donald Trump lo explicó en junio del 2017 ante la mafia terrorista anticubana de Miami y lo plasmó oficialmente en su Memorando Presidencial de Seguridad Nacional, del 16 de junio de 2017, titulado Fortalecimiento de la política de los Estados Unidos hacia Cuba.

Todavía no se conoce el presupuesto destinado para esa tarea, pero será de muchos millones de los que malgasta la Casa Blanca desde 1959, con la frustrada ilusión de ver caer el socialismo cubano, para lo cual desembolsan anualmente más de 28 millones de dólares para mantener a la radio y la TV Martí, que no se escuchan ni se ven en toda la isla, pero mantiene a cientos de personas que cobran altos salarios, sufragados por la Oficina de Trasmisiones para Cuba (OCB).

El poder emplear internet en Cuba para sus fines subversivos data de 1996, cuando la Rand Corporation, del Instituto de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, preparó un estudio para el Departamento de Defensa, titulado “Las telecomunicaciones cubanas, redes de computación y sus implicaciones en la política de Estados Unidos”, en el cual se expresa tácitamente “el interés de ayudar a la apertura en Cuba y forzar el surgimiento de una sociedad civil independiente, mediante el empleo del enlace de Cuba a Internet, utilizando Internet para transmitir noticias y análisis balanceados, y promover el uso de Internet por ONG cubanas, universidades y otros destinatarios”.

Obama lo fue introduciendo en Cuba, al acogerse a las excepciones que contempla la Ley del Embargo en el área de las telecomunicaciones, para lo cual aprobó el plan presentado por Google en el 2015 para masificar el acceso a Internet en la isla, lo que algunos calificaron como la “dirección correcta” de Obama, sin ver lo que escondían realmente sus “nobles” propósitos.

De los yanquis nunca se puede esperar nada bueno respecto a Cuba, porque su obstinación es derrocar el socialismo a cualquier costo, aunque para ello tengan que emplear métodos engañosos.

El recientemente creado Grupo de Trabajo de Internet para Cuba, tratará de implementar las ideas que elaboró en 1996 la Rand Corporation, apoyadas en marzo de 2005, por Roger Noriega, entonces subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, cuando declaró en una audiencia congresional: “Estados Unidos flexibilizó los requisitos de las licencias para que, por primera vez, puedan ser entregadas computadoras personales de alta velocidad, a grupos de la sociedad civil en Cuba”.

El senador Marco Rubio, miembro de la mafia anticubana, se sumó al mismo proyecto contra Cuba, para presionar al gobierno a que iniciara una apertura en el tema de internet, a pesar de la guerra económica.

Por ese motivo fue invitado a participar en un encuentro preparado en el 2012 por la Fundación Heritage de Estados Unidos y para solicitar el permiso del Gobierno para introducir internet en la isla, dadas las ventajas que, según ellos, ese medio representa para derrocar a la Revolución cubana.

En su intervención el senador Rubio expresó: “El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, pues Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.

Por tanto, nada es nuevo en ese tema y los cubanos están preparados para enfrentar el reto, a la vez que aprovechan la apertura para incrementar la tan necesaria informatización de la sociedad, sin temor a la contaminación made in USA, contra la cual están vacunados desde hace 58 años.

A los yanquis que los compre quienes no los conozcan, los cubanos conocen del peligro que encierra la tontera, porque como dijo José Martí:

“A los que bien velan todo se le revela”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los yanquis perdieron la memoria


Por Arthur González.

Al conocer los resultados del operativo policial que capturó a los ex policías terroristas venezolanos al servicio de la CIA, la prensa de Estados Unidos y de sus aliados, tergiversa la información para volver a satanizar al presidente Nicolás Maduro y confundir a la opinión pública.

Estados Unidos, padre y madre del terrorismo internacional creador de la tenebrosa Operación Cóndor, donde los asesinatos y las torturas eran el pan de cada día en Latinoamérica, unido al golpe militar diseñado contra el presidente constitucional Salvador Allende, ahora se oponen a la captura del grupo que robó un helicóptero militar y sustrajo armas de combates para bombardear instituciones gubernamentales venezolanas.

Si ese mismo hecho hubiese ocurrido en Estados Unidos la historia sería contada de otra forma.

Quienes invadieron Irak, bajo la mentira de que poseían armas químicas que no existían y asesinaron a ciudadanos civiles, lo mismo que en Afganistán y Libia, ahora acusan al gobierno venezolano por haber realizado una operación militar para capturar a la pandilla terrorista.

Para confundir y tergiversar la verdad, califican de “asesinato” la muerte del terrorista Oscar Pérez, por considerarlo un “opositor” a sus órdenes. Sin embargo, el asesinato de Muammar el Gadafi, presidente de Libia, fue bien visto por la Casa Blanca, porque ese era el verdadero objetivo con su invasión injustificada en ese país árabe, donde provocaron el caos y la violencia interna.

Estados Unidos es responsable del desorden de la sociedad venezolana, con sus planes subversivos para destruir la revolución bolivariana, la cual no aceptaron desde queHugo Chávez, ganó las primeras elecciones convirtiéndose en un blanco a eliminar.

La guerra económica y psicológica que llevan a cabo contra Venezuela, solo es comparada con la que ejecutan contra Cuba por similares motivos.

El golpe militar efectuado contra Chávez, fue organizado y financiado por Estados Unidos, incluido su secuestro, lo mismo que llevaron a cabo en Honduras contra el presidente Manuel Celaya, trasladándolo hacia México en ropa de dormir, hecho sin precedentes en la historia.

Esas acciones tuvieron el apoyo total de gobiernos europeos y algunos latinoamericanos, que callaron ante actos criminales que pisotearon la llamada “democracia”.

La acción comando de Venezuela para capturar a los terroristas encabezados por Oscar Pérez, es legítima y no es diferente a la organizada por las fuerzas militares yanquis para capturar a Osama Bin Laden, quien según dijeron, fue muerto en el asalto, a pesar de no estar armado, como si lo estaba el grupo venezolano que respondió con alto poder de fuego contra las tropas del ejército constitucional de Venezuela.

¿A quién pretenden engañar los yanquis cuando su hoja de crímenes es amplia e inigualable?

¿Se olvidaron de sus crímenes en Viet Nam, donde lanzaron toneladas de napalm para asesinar a campesinos, mujeres y niños?

Oscar Pérez no es un héroe como quieren hacerle creer a la opinión pública, es un terrorista, pagado con dinero de Estados Unidos, que lanzó bombas contra civiles inocentes en Caracas, lo que pudo constarle la vida a cientos de personas.

El mundo conoce el historial de Estados Unidos y no se le puede engañar fácilmente.

Para esos que salieron a defender al terrorista, como Miguel Otero, editor del diario venezolano El Nacional, exiliado actualmente en España, debería condenar a Estados Unidos por acoger y proteger a Luis Posada Carriles, asesino de 73 pasajeros inocentes que viajaban en el avión de Cubana de Aviación, explotado en pleno vuelo y prófugo de la justicia de Venezuela, del cual no dice ni media palabra.

La campaña que hacen contra Maduro, demuestra de lo que son capaces los yanquis cuando surgen dirigentes políticos que no se someten a sus órdenes, algo que no arman contra el presidente de Brasil acusado de corrupción, o los de Argentina y Honduras, porque son fieles subordinados de su política imperial.

A la Corte Penal Internacional tienen que llevar a George W. Bush, por haber aprobado el derrumbe de las Torres Gemelas en New York, para justificar la invasión contra Afganistán y a Barack Obama, por la orden de invadir Libia y el linchamiento del presidente Gadafi, más la ejecución extrajudicial de Bin Laden, cuyo cuerpo no fue mostrado, ni entregado a sus familiares para darle sepultura.

El Departamento de Estado dio instrucciones a su subordinado Luis Almagro, de la OEA y otros países latinoamericanos miembros del Grupo de Lima, para que se sumen a la condena de Venezuela, algo que no hicieron contra los actos terroristas de la derecha, cuando quemaron vivos a seguidores de Maduro, incendiaron instituciones estatales y centros universitarios.

Por presiones del Departamento de Estado yanqui, 12 países latinoamericanos del Grupo de Lima, condenaron al gobierno venezolano y se dice que podrían solicitar a la Corte Penal Internacional, iniciar una investigación contra Maduro, en la próxima reunión de cancilleres el 23.01.2018 en Chile, para  analizar a Venezuela.

Todos, con falta total de decoro, hacen un silencio cómplice sobre el vergonzoso fraude electoral ocurrido en Honduras, y la salvaje represión contra su pueblo que protesta masivamente en las calles.

Del asesinato de Danilo Maldonado en Argentina, el grupo de Lima cerró ojos y oídos para ni ver ni escuchar, la organización Human Rights Watch no ha condenado al gobierno de Macri, ni existen cruzadas de prensa en su contra por los abusos que comete a diario.

Por eso los pueblos se radicalizan cada día y no aceptan imposiciones desde Estados Unidos, país que se aleja de losciudadanos cada vez más, incluidas las expresiones de su presidente, que llamó “países de mierda” a varios latinos y africanos, algo que al parecer Miguel Otero no se dio por enterado, tal y como le sucedió con las represiones policiales contra pacíficos manifestantes en Barcelona.

La democracia sigue enferma entre esos que solo escuchan la voz de su amo, Estados Unidos, y no la de los ciudadanos honestos.

Por esas causas José Martí aseguró:

“Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”