Por Arthur González
Para aquellos que acusan a Cuba de mentir y hacer propaganda comunista contra el auto denominado “exilio cubano”, ahora tendrán que reconocer cuan equivocados estaban, y deberían pedir disculpas al conocer algunos documentos, desclasificados parcialmente por el Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos, FBI, donde se documentan las acciones terroristas de varios miembros del llamado “exilio”.
Con verdad meridiana la Revolución cubana denunció desde enero de 1959, que Miami se convertía en el refugio de los asesinos y torturadores del dictador Fulgencio Batista, que huían de la justicia cubana y eran recibidos como héroes por las autoridades estadounidenses.
Casi 60 años ha tenido que soportar el pueblo cubano ante la impunidad con que esbirros de la tiranía disfrutan de plena libertad, sin cumplir un solo día de cárcel por la muerte de 20 mil cubanos inocentes, y no como venganza sino como simple justicia.
Los documentos desclasificados del FBI, reconocen que sus directivos estaban al tanto de los planes de miembros de la comunidad cubana radicada en la Florida, para asesinar al líder cubano Fidel Castro.
¿Cuántas veces los dirigentes cubanos lo denunciaron de forma pública, sin recibir una sola respuesta de las autoridades yanquis?
Sin embargo, cuando las autoridades cubanas entregaron decenas de informaciones relacionadas con planes terroristas de los cubanos radicados en Miami, la respuesta del FBI fue apresar, en 1998, a cinco cubanos que viajaron a Estados Unidos para conocer de esos proyectos, a fin de evitar que los mismo se ejecutaran.
El FBI desclasificó parcialmente solo algunos de los documentos sobre los cubanos de Miami, de los cientos de miles que custodia celosamente para que la verdad sobre las acciones ejecutadas y planificadas por esos terroristas no se conozcan.
Uno de esos legajos versa sobre Rolando Masferrer Rojas, considerado uno de los más sanguinarios asesinos a las órdenes de Fulgencio Batista.
Masferrer, apodado El Tigre, dirigió una fuerza paramilitar que sembró el terror en Cuba, asesinando a todos el que simpatizara con los rebeldes de Castro.
Llegó a ser Senador y salió ilegalmente de la Isla al conocer la huida del tirano el 1ro de enero de 1959.
Entre los documentos se encuentra un memorando dirigido al Departamento de Estado, del entonces director del FBI, J. Edgar Hoover, fechado el 13 de mayo de 1959, en el cual afirma que:
“Elementos de Batista han reunido mil fusiles y más de 150 ametralladoras en la zona de West Palm Beach, Florida, junto con dos cazas militares monoplaza F-51 y esas armas han sido compradas por Rolando Masferrer”.
Una semana antes Hoover había hecho llegar otro documento, en el cual aseguraba que el plan consistía en emplear los dos aviones caza para derribar la aeronave en la que viajaría Fidel Castro, de regreso de su visita oficial a los Estados Unidos donde se reunión con el vicepresidente Richard Nixon.
Ante ese grave hecho el FBI no ejecutó acción alguna, haciéndose cómplice de tales actos. Sigue leyendo