Por Arthur González.
Hay informaciones de mucha importancia para el mundo que no se comentan en la gran prensa internacional. Sin embargo, todo lo contrario, ocurre con las que se fabrican contra Cuba para distorsionar su imagen y satanizar a su Revolución socialista.
Un vivo ejemplo de lo anterior es la base militar estadounidense ubicada en el Reino Unido de la Gran Bretaña, conocida como Menwith Hill Station (MHS), la cual conforma parte de la amplia red mundial de vigilancia que posee la Agencia de Seguridad de Estados Unidos, conocida como NSA.
Recientemente Edward Snowden, ex analista de dicha Agencia, filtró varios documentos donde se demuestra hasta donde llega Estados Unidos en su espionaje tecnológico al resto de mundo.
En el sitio The Intercept, se afirma que la base de Menwith Hill Station (MHS), espía al mundo mediante sistemas satelitales y otras comunicaciones inalámbricas.
En esa importante denuncia informan que la susodicha base está situada en el contado británico de Yorkshire del Norte, en un área de 2,2 kilómetros cuadrados, enmascarada como si fuese de la Real Fuerza Aérea Británica, cuando en realidad es propiedad de Estados Unidos, engañando de esa forma a los ciudadanos británicos.
La misión de dicha base militar de la NSA es interceptar todas las comunicaciones internacionales, a partir de un sistema denominado FORNSAT, el cual emplea grandes cúpulas que enmascaran potentes antenas para captar subrepticiamente todas las transmisiones entre satélites extranjeros.
Además, la NSA diseñó otro sistema nombrado OVERHEAD, mediante el uso de varios satélites, propiedad del gobierno estadounidense para el monitoreo y control de las llamadas de los teléfonos y señales WiFi, lo que hace del espionaje tecnológico yanqui una potencia a nivel mundial, permitiéndole interceptar todo el tráfico telefónico y de Internet, violando de esa forma la privacidad de personas, Gobiernos y empresas privadas.
De acuerdo con la capacidad instalada por la NSA, se asegura que tecnológicamente tienen posibilidades de obtener diariamente datos de más de 300 millones de mensajes de correo electrónico y llamadas telefónicas, así como grabar unos 335 millones de registros de metadatos, en solo una jornada de 12 horas, incluidas informaciones de los remitentes y los destinatarios de un correo electrónico, o los números de teléfono marcados por una persona en tiempo real. Sigue leyendo