Por Yeniel Cabrera Duardo
Las fábulas de Esopo las escuché muchas veces en voz de mi abuelo. Siempre me llamó la atención su composición breve, pero de mensaje contundente contra los vicios del género humano. En la mayoría de los casos, los protagonistas son animales u objetos humanizados y resultan recurrentes las malevolencias del lobo, las intrigas del zorro o la superioridad de Zeus. Siempre encierran una enseñanza moral, trasladan un consejo o marcan una pauta en la conducta de los hombres.