Por Arthur González.
El 15 de agosto del 2015, John Kerry, secretario de Estado de los Estados Unidos, declaraba en la Habana al inaugurar su embajada: “…este es el momento de acercarnos como dos pueblos que ya no son enemigos ni rivales”; sin embrago, cada paso que da su Gobierno hacia Cuba persigue el objetivo de mantener acciones como enemigos.
Los vecinos que solo echan basura al de abajo e intentan hacerle la vida un infierno, no pueden ser considerados como buenos y respetuosos, y eso es exactamente lo que hace Estados Unidos con Cuba.
La ampliación de las licencias para que sus ciudadanos visiten la Isla, solo persigue el propósito de trasladar sus valores hacia la sociedad cubana, para desmontar el socialismo y no para que disfruten de la cultura y sus inigualables paisajes naturales, pues ninguno puede hacer turismo porque violaría las leyes vigentes que lo prohíben.
Para reafirmar que siguen siendo los mismos enemigos, retomaron con nuevos bríos las transiciones ilegales de las llamadas Radio y Televisión Martí, con el fin de subvertir el orden interno en Cuba, al nombrar como nueva directora de esos engendros creados bajo la presidencia de Ronald Reagan, a Malule González, experimentada periodista de las cadenas de televisión Univisión, Telemundo y CBS Telenoticias.