Un huérfano ingrato


Por Arthur González

Juan Carlos Cremata

Juan Carlos Cremata

 La naturaleza humana muchas veces es difícil de comprender al proyectarse contradictoria y en ocasiones inconsecuente con las experiencias vividas. Ese parece ser el caso de Juan Carlos Cremata Malverti, un cubano que llegó a ser director de cine después de cursar estudios en instituciones de su país, creadas a partir del triunfo de Fidel Castro.

La vida de ese artista se vio afectada profundamente por la pérdida repentina de su padre, producto de la acción terrorista planificada y ejecutada por elementos contrarrevolucionarios al servicio de la CIA, contra un  avión de la empresa aérea Cubana de Aviación, en el que perecieron horriblemente 73 personas inocentes.

Los responsables de ese crimen residen plácidamente en Miami con el respaldo de sus autoridades, entre ellos Luis Posada Carriles y el fallecido Orlando Busch Ávila.

La ausencia e influencia de la figura paterna evidentemente transformó la conducta del niño, quien en años posteriores mostró dificultades en su interactuación, algo que fue moldeando su personalidad hasta alcanzar su adultez con manifestaciones egocéntricas, como parte de una necesidad de reconocimiento a todo costo, ante los éxitos profesionales y en las relaciones interpersonales alcanzadas por su hermano.

Durante varias protestas de los familiares de las víctimas del crimen del avión de Cubana ante la Sección de Intereses de Estados Unidos en la Habana, debido a la negativa de ese gobierno en juzgar a los máximos responsables del acto terrorista, era frecuente encontrar a Juan Carlos Cremata y a su madre, la cual tuvo que cumplir roles de madre y padre en la educación y formación de sus dos hijos.

Como inconsecuencias en la conducta de madre e hijo, días después eran observados en cócteles y fiestas que ofrecía el Jefe de la Sección de Intereses como representante de la Casa Blanca y de la política hostil ejecutada contra Cuba, algo sin explicación alguna al no ser actividades con estadounidenses del medio cultural.

En fecha reciente ese cineasta estuvo de visita en Miami y a su regreso a la Habana divulgó en la Web una carta personal donde define su ausencia del concepto Patria, y en tonos incomprensibles expone elementos que demuestran su falta de agradecimiento al país que lo ayudó a crecer, lo educó gratuitamente y le apoya a seguir viviendo con calidad de vida, a pesar de estar contagiado con una enfermedad incurable.

Se puede tener mala memoria, pero no ser desagradecido con las personas que fomentaron los altos niveles de salud y atención médica del que disfrutan hoy todos los cubanos residentes en la isla.

Los seres humanos comenten errores, sin embargo las virtudes y la obra creada para el bienestar de toda una nación no se pueden soslayar por tener ideas políticas diferentes.

En esta vida los desagradecidos ocupan un espacio no bien visto y Juan Carlos Cremata Malverti puede ser uno de ellos, por olvidar como esa Cuba que hoy critica y quiere pintar como decadente, se ocupó de ingresarlo en un hospital en la capital francesa, sufragarle todos los gastos causados y además llevarle a su madre hasta París para que lo cuidara, sin tener que pagar un solo euro.

Para ganarse oportunistamente la simpatía de una parte de la comunidad cubana en Miami no se requieren utilizar, de forma vulgar e irrespetuosa, los símbolos patrios como el himno nacional y la bandera cubana.

Satirizar la obra de la Revolución cubana y a su líder histórico, en una obra de teatro adapta solo con esos fines, no es digno de quien solo ha recibido atenciones y afectos.

En otro país como huérfano, no hubiese tenido la oportunidad de alcanzar el nivel profesional que posee en las instituciones de alto nivel que hoy desdeña; su madre no se sabe los malabares que habría tenido que hacer para dar de comer y educar a sus dos vástagos, y él con su enfermedad incurable controlada gracias al sistema de salud de la Revolución, quizás no estaría entre los vivos para hacer cine y menos aun para adaptar obras teatrales como hizo con “El rey se muere”, de Eugène Ionesco, trastocándola en “El Rey Berenjena Primero”.

Juan Carlos Cremata debería tener siempre presente las palabras de José Martí cuando dijo:

“El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz”.

27 pensamientos en “Un huérfano ingrato

  1. Muchas gracias Arthur,por esa definición que haces de estos renegados y desagradecidos de lo que hoy son gracias a la Revolucion,que les dio los medios,son gente de memoria corta y pervertida..aquí en España tenemos unos cuantos cubanos,que proceden de la misma manera al hablar de la Revolucion,solo para ganarse la simpatía de la casta en el poder,esperando ser recompensados…Un saludo compañero..

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  2. A propósito de: Un huérfano ingrato
    Arthur González, ¿existes de verdad con este nombre? He intentado encontrar una imagen tuya en el ciberespacio y no la he encontrado.
    En tu blog, de nombre tan ¨rimbonbante¨ como EL HERALDO CUBANO, dice:
    Somos un grupo de personas interesadas en discutir temas relacionados con la sociedad cubana y divulgar la verdad que censura el monopolio mediático.
    Lo cual al final no dice nada. Somos muchos y muchas en Cuba a quienes nos interesan esos mismos propósitos, por lo que no nos ayuda a saber quiénes son.
    Por otra parte, según la definición del tan conocido diccionario Larousse, un heraldo es:
    • Caballero medieval que transmitía mensajes de importancia, ordenaba las grandes ceremonias y llevaba los registros de la nobleza.
    Por lo que evidentemente a un heraldo lo nombraba alguien. ¿A ti, quién te ha nombrado?
    Me parece bastante poco ético publicar una fotografía de Juan Carlos Cremata cuando no publicas la tuya. Y bastante menos ético develar información sensible de su biografía que no revelas de la tuya. Y todavía peor aún, que utilices su condición de huérfano de un padre asesinado en el brutal crimen del avión de Barbados para titular tu infame escrito.
    Una persona tiene al menos una imagen física y una biografía que ayuda a saber quién es pero de ti, nada. Tenemos que pensar que existes y piensas de verdad lo que escribes, solamente porque lo dices tú. La verdad es que no me inspiras ninguna confianza.
    Como yo sí soy responsable de lo que escribo, mi nombre es Belkis Vega y soy cineasta. Si no me conoces, puedes buscarme en el ciberespacio y te va a aparecer bastante información, pero puedes también utilizar esas mañas que tienes para hurgar en las vidas de las personas y encontrar mucho más, bueno y malo, como tenemos tod@s.
    Lo que has escrito de Juan Carlos me ofende como persona, como artista y como revolucionaria. Pero evidentemente mi concepto del término ¨revolucionario¨no es el tuyo. Y te recuerdo la referencia hecha por el mismo Fidel Castro en mayo del año 2000:
    “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.

    ¿Qué crees que sustenta más este texto; la obra cinematográfica y teatral de Juan Carlos Cremata Malberti o tu desafortunado texto?

    Juan Carlos tiene todo el derecho a expresar sus inquietudes y visión a partir de su obra. De eso se trata. También a ejercer la función crítica inherente al arte. Y a ejercerla con la pasión, la irreverencia y la valentía que lo caracterizan.

    No pude ver su versión de la obra de Ionesco porque al censurarla, no me lo permitieron. No puedo defenderla ni estar en contra de ella, lo cual también sería posible. Ese es el derecho de cada uno. Pero con lo que no puedo estar de acuerdo es con la censura. Como dice Juan Carlos, el Consejo de las Artes Escénicas conocía su propuesta. Si no estaba de acuerdo, debió haberse dialogado con Juan Carlos antes que la obra se estrenara y no censurarla después de dos funciones.

    Pero la verdad que todavía menos de acuerdo puedo estar con que se escriba un texto tan plagado de descrédito al hombre y al artista como el que has escrito y publicado en tu blog. Cuando veo cosas como ésta siempre pienso en la imagen de Saturno devorando a sus hijos porque gentes como tú en nombre de la Revolución, intentan ¨devorar ¨ sus hijos. Desde el título y el doble sentido que das a la palabra ¨huérfano¨. Tú eres el que pretende que Juan Carlos sea un ¨huérfano¨ de la Revolución, colaborando a su descrédito y negándole el derecho que tiene –que tenemos- a expresar nuestras preocupaciones y compartirlas. Y también el derecho que tenemos a equivocarnos porque somos seres humanos. Y, como dice el texto bíblico:
    ¨Que lance la primera piedra quien esté libre de pecado¨.

    Y tú te crees con el derecho de lanzar no una sino muchas piedras hasta intentar tocar a una artista como Iraida Malberti, una creadora de altos méritos que ha consagrado su obra a la creación para niños y que según tu malintencionado escrito, es ahora¨ culpable¨ de compartir y apoyar a su hijo.
    Vergüenza debiera darte Arthur González o como te llames, haber escrito y publicado un texto tan bajo y oprobioso como éste. Defiendo también tu derecho a no compartir la (o las) propuestas artísticas e ideológicas de Juan Carlos Cremata pero para ello no hay que desacreditar con insultos y manipular aspectos personales de la vida de un artista comprometido y valiente. Tu escrito habla mucho peor de ti que de Juan Carlos.

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  3. Este creador es de los que en tiempos de restablecimiento quieren ser bufón del imperio, todo el mundo, amigos y enemigos, reconocen la capacidad del líder histórico y el congraciándose con los anexionistas, rata ni porque tu padre lo asesino Luis Posada Carriles.

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  4. A propósito de: Un huérfano ingrato aparecido en el blog El Heraldo cubano
    Belkis Vega
    Arthur González, ¿existes de verdad con este nombre? He intentado encontrar una imagen tuya en el ciberespacio y no la he encontrado.
    En tu blog, de nombre tan ¨rimbonbante¨ como EL HERALDO CUBANO, dice:
    Somos un grupo de personas interesadas en discutir temas relacionados con la sociedad cubana y divulgar la verdad que censura el monopolio mediático.
    Lo cual al final no dice nada. Somos muchos y muchas en Cuba a quienes nos interesan esos mismos propósitos, por lo que no nos ayuda a saber quiénes son.
    Por otra parte, según la definición del tan conocido diccionario Larousse, un heraldo es:
    • Caballero medieval que transmitía mensajes de importancia, ordenaba las grandes ceremonias y llevaba los registros de la nobleza.
    Por lo que evidentemente a un heraldo lo nombraba alguien. ¿A ti, quién te ha nombrado?
    Me parece bastante poco ético publicar una fotografía de Juan Carlos Cremata cuando no publicas la tuya. Y bastante menos ético develar información sensible de su biografía que no revelas de la tuya. Y todavía peor aún, que utilices su condición de huérfano de un padre asesinado en el brutal crimen del avión de Barbados para titular tu infame escrito.
    Una persona tiene al menos una imagen física y una biografía que ayuda a saber quién es pero de ti, nada. Tenemos que pensar que existes y piensas de verdad lo que escribes, solamente porque lo dices tú. La verdad es que no me inspiras ninguna confianza.
    Como yo sí soy responsable de lo que escribo, mi nombre es Belkis Vega y soy cineasta. Si no me conoces, puedes buscarme en el ciberespacio y te va a aparecer bastante información, pero puedes también utilizar esas mañas que tienes para hurgar en las vidas de las personas y encontrar mucho más, bueno y malo, como tenemos tod@s.
    Lo que has escrito de Juan Carlos me ofende como persona, como artista y como revolucionaria. Pero evidentemente mi concepto del término ¨revolucionario¨no es el tuyo. Y te recuerdo la referencia hecha por el mismo Fidel Castro en mayo del año 2000:
    “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.

    ¿Qué crees que sustenta más este texto; la obra cinematográfica y teatral de Juan Carlos Cremata Malberti o tu desafortunado texto? Creo que no solamente para mí la respuesta sería obvia: la obra de Cremata.

    Juan Carlos tiene todo el derecho a expresar sus inquietudes y visión a partir de su obra. De eso se trata. También a ejercer la función crítica inherente al arte. Y a ejercerla con la pasión, la irreverencia y la valentía que lo caracterizan.

    No pude ver su versión de la obra de Ionesco porque al censurarla, no me lo permitieron. No puedo defenderla ni estar en contra de ella, lo cual también sería posible. Ese es el derecho de cada uno. Pero con lo que no puedo estar de acuerdo es con la censura. Como dice Juan Carlos, el Consejo de las Artes Escénicas conocía su propuesta. Si no estaba de acuerdo, debió haberse dialogado con Juan Carlos antes que la obra se estrenara y no censurarla después de dos funciones.

    Pero la verdad que todavía menos de acuerdo puedo estar con que se escriba un texto tan plagado de descrédito al hombre y al artista como el que has escrito y publicado en tu blog. Cuando veo cosas como ésta siempre pienso en la imagen de Saturno devorando a sus hijos porque gentes como tú en nombre de la Revolución, intentan ¨devorar ¨ sus hijos. Desde el título y el doble sentido que das a la palabra ¨huérfano¨. Tú eres el que pretende que Juan Carlos sea un ¨huérfano¨ de la Revolución, colaborando a su descrédito y negándole el derecho que tiene –que tenemos- a expresar nuestras preocupaciones y compartirlas. Y también el derecho que tenemos a equivocarnos porque somos seres humanos. Y, como dice el texto bíblico:
    ¨Que lance la primera piedra quien esté libre de pecado¨.

    Y tú te crees con el derecho de lanzar no una sino muchas piedras hasta intentar tocar a una artista como Iraida Malberti, una creadora de altos méritos que ha consagrado su obra a la los niños y niñas y que, según tu malintencionado escrito, es ahora¨ culpable¨ por compartir y apoyar a su hijo.
    Vergüenza debiera darte Arthur González o como te llames, haber escrito y publicado un texto tan bajo y oprobioso como éste. Defiendo también tu derecho a no compartir la (o las) propuestas artísticas e ideológicas de Juan Carlos Cremata pero para ello no hay que desacreditar con insultos y manipular aspectos personales de la vida de un artista comprometido y valiente. Tu escrito habla mucho peor de ti que de Juan Carlos.

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  5. Ese discurso no es de un Stalinista. Es de un fascista, un camisa negra que no entende nada de libertad, democracia y mucho menos del socialismo. Y si la obra de J. C Cremata amenza el régime, es que la cosa esta mas pudrida que se pueda imaginar. Esta claro por que la mayor parte de esta generación de artistas cubanos está en el exilio. De cualquier modo tal como la referida obra, ese comentario será borrado de la página. Desafio al sr. Gonzales exercitar el salutar debate de ideas y seguirmos discutindo sobre el tema. Saludos Vicente Ferraz

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  6. Ayer, 21 de julio, he escrito un comentario que no ha sido publicado y me informan que está ¨pendiente de moderación¨. No sé qué quiere decir esto pues a diferencia del autor del blog, no he insultado a nadie en mi escrito. No sé si es una manera de decir que está censurado porque no comparto los criterios ni la forma de expresarlos de quien dice llamarse Arthur González pero no deja constancia de su existencia. Vamos, vamos, quién está detrás de la intención de enfrentar cuban@s vs cuban@s y decidir quién es o no es revolucionario y solamente publica los comentarios de los que se suman a su carroza y aplauden sus devaríos. Publicaré mi escrito en un blog donde NO me lo censuren.

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  7. El día 21 de julio, he escrito un comentario que no ha sido publicado y me informan que está ¨pendiente de moderación¨. No sé qué quiere decir esto pues a diferencia del autor del blog, no he insultado a nadie en mi escrito. No sé si es una manera de decir que está censurado porque no comparto los criterios ni la forma de expresarlos de quien dice llamarse Arthur González pero no deja constancia de su existencia. Vamos, vamos, quién está detrás de la intención de enfrentar cuban@s vs cuban@s y decidir quién es o no es revolucionario y solamente publica los comentarios de los que se suman a su carroza y aplauden sus devaríos. Publicaré mi escrito en un blog donde NO me lo censuren.

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