La naturaleza humana muchas veces es difícil de comprender al proyectarse contradictoria y en ocasiones inconsecuente con las experiencias vividas. Ese parece ser el caso de Juan Carlos Cremata Malverti, un cubano que llegó a ser director de cine después de cursar estudios en instituciones de su país, creadas a partir del triunfo de Fidel Castro.
La vida de ese artista se vio afectada profundamente por la pérdida repentina de su padre, producto de la acción terrorista planificada y ejecutada por elementos contrarrevolucionarios al servicio de la CIA, contra un avión de la empresa aérea Cubana de Aviación, en el que perecieron horriblemente 73 personas inocentes.