El imperio yanqui ordena y manda


Arthur González

aguila-eeuu2No es secreto para el mundo que los yanquis se consideran los emperadores de la era moderna, ordenan, mandan y deciden el destino de millones de pobladores del planeta Tierra.

Ahora le tocó recibir el castigo de los dioses yanquis por desobedecerlos, al Banco francés BNP Paribas; el resultado es la multa más alta jamás impuesta a un banco, con la astronómica cifra de 10 mil milloneBanco Paribass de dólares, unos 7 mil 400 millones de euros.

El objetivo es preciso, que a nadie se le vuelva a ocurrir incumplir una orden de Washington.

Lo triste del asunto es la pérdida de soberanía de los países que aceptan el mandato estadounidense, ocultándoles en muchas ocasiones la verdad a sus ciudadanos, quienes al final pagan las consecuencias.

Cuando en 1996 el entonces Presidente de Estados Unidos William Clinton, firmó la execrable “Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubanas” (Ley Libertad 1996), conocida como Ley Helms- Burton, muchos gobiernos europeos y Latinoamericanos dictaron leyes particulares para protegerse de las acciones imperiales.

 Ahora Francia al aceptar esta inverosímil multa, demuestra la pérdida de su soberanía e independencia y por supuesto el servilismo a una disposición descabellada del imperialismo yanqui.

 Como si les resultara poco, Washington en su insaciable propósito de demostrar hasta donde son capaces de llegar con los incumplidores de sus órdenes, exige también la destitución de una docena de altos funcionarios de BNP Paribas, entre ellos la de Georges Chodron de Courcel, director general delegado y presidente de la filial suiza y la de Vivien Lévy-Garboua, consejero de dirección.

Esta acción contra Francia es la prueba mayor de la Guerra Económica de Estados Unidos contra Cuba, ejecutada desde hace más de 50 años, que pretenden suavizarla llamándole “embargo”, con el fin de estrangular la economía socialista de la isla para que no sirva de ejemplo al resto del tercer mundo y provoque finalmente una revuelta popular que ponga fin a la Revolución.

Un documento elaborado por el Council on Foreign Relations, CFR, de Estados Unidos y publicado el 12 de enero de 1999, contiene un conjunto de propuestas en las que se esboza cómo deben conducirse las relaciones con Cuba en el siglo XXI.

Esas propuestas van dirigidas a lograr una “Transición” en Cuba y entre sus fundamentos exponen que:

“La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.

Esta afirmación remarca el motivo por el cual Estados Unidos intenta hacer fracasar la economía socialista cubana, poniéndole traspiés a cuanta medida le sea posible para lograr ese propósito.

Las declaraciones ante la TV cubana en 1987 de 27 cubanos que lograron engañar a la CIA, como supuestos espías a su servicio, fueron testimonio de cómo esa agencia de inteligencia hizo lo imposible por entorpecer negaciones comerciales y financieras cubanas, línea de trabajo que se mantiene desde que en enero de 1962 el Presidente J.F. Kennedy aprobara el conocido “Proyecto Cuba” más conocido por “Operación Mongoose”, estableciéndose 32 medidas para provocar la caída del gobierno de Fidel Castro, de ellas 13 para garantizar la Guerra Económica.

Ese concepto dice textualmente:

“La acción política será apoyada por una Guerra Económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país…”

Esperemos la respuesta del Palacio de los Eliseos y si en la misma Francia se somete a la Casa Blanca o logra mantener su soberanía para comerciar con el país que desee, bajo sus históricos principios de Liberté, Egalité y Fraternité.

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