Arthur González
El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina, CADAL, pretende hacernos pasar “gato por liebre”, asumiendo papel de víctima, cuando en realidad está entre las llamadas Organizaciones No Gubernamentales que sirven de pantalla a las maniobras de subversión política, ejecutadas por Estados Unidos en su hemisferio.Según su sitio Web, CADAL es una “fundación privada, sin fines de lucro y a-partidaria, cuya misión consiste en promover los valores democráticos; observar el desempeño político, económico e institucional; y formular propuestas de políticas públicas que contribuyan al buen gobierno y el bienestar de las personas”.
Pero el verdadero objetivo es atraer a jóvenes estudiantes universitarios y profesionales latinoamericanos, con el fin de contrarrestar las tendencias izquierdistas que se manifiestan en la región, especialmente después del triunfo de Hugo Chávez Frías en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Cristina Fernández en Argentina, Lula Da Silva en Brasil y Rafael Correa en Ecuador, sin descartar la fuerte influencia del pensamiento de Fidel Castro.
Con el fin de lograr una legalización a sus acciones pro yanquis, CADAL pretende que el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, (ECOSOC), le otorgue un estatus consultivo, algo que desean a toda costa para tener libre acceso a los países del área y poder ejecutar sus proyectos subversivos.
El Comité de Organizaciones No Gubernamentales del ECOSOC acusó en días pasados a CADAL por estar implicada directamente en actividades contra el sistema político, constitucional y jurídico de algunos Estados miembros, entre ellas el intento por ejecutar y financiar acciones contra el buen desarrollo de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, celebrada en La Habana en el mes de enero del 2014.
Para intentar deslucir esa II Cumbre, directivos de CADAL siguiendo órdenes desde Estados Unidos, entregaron dinero e instrucciones, a fin de organizar de forma paralela un llamado ”Foro Democrático en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos”, y obligar a Presidentes, Jefes de Gobierno y la prensa extranjera se involucraran en el mismo, donde estarían presente asalariados de Miami que se autodenominan “disidentes”.
Según algunos líderes de CADAL esto lo han ejecutado en Uruguay, Perú, Argentina y Chile, sin que las autoridades intervinieran. Lo que no declaran estos “directivos” es que en esos países no pretenden derrocar su sistema político como es el caso de Cuba, la cual lleva 54 años combatiendo planes de la CIA y el gobierno yanqui, que intentan destruir una Revolución auténtica e imponerle un gobierno títere al servicio total de Washington.
No es un secreto que CADAL ha estado vinculada con algunas organizaciones terroristas con sede en Miami y elementos anticubanos que han organizado acciones de ese corte, como Ángel de Fana, Eusebio Peñalver, Orlando Gutiérrez Boronat y Mario Chanes.
¿Contra qué gobiernos que no sea el de Cuba, la Casa Blanca aprueba abiertamente 20 millones de dólares anuales para alimentar la subversión interna? ¿A qué país del área la CIA le ha planificado tantos Programas de Acción Encubierta, incluidos los de terrorismo de Estado como a Cuba?
Gabriel Salvia, director de CADAL, no pudo lograr sus objetivos y se le impidió la entrada a La Habana, ahora grita y acusa como si eso fuera algo excepcional. Estados Unidos le niega la visa a cuanta persona le venga en ganas y los acusan de terrorista, incluidos músicos, intelectuales, académicos y hasta religiosos, de eso los cubanos tienen ejemplos para llenar toda una oficina de Naciones Unidas con denuncias.
Las propias declaraciones de Salvia son la prueba de que su viaje no tenía buenas intenciones, no pretendía hacer turismo ni cosa parecida, sino actividades contra la estabilidad interna, algo que uno de los asalariados de Miami, Manuel Cuesta Morua se ha encargado de afirmar en su múltiples declaraciones a la prensa internacional.
Los cubanos no le solicitaron su presencia en la isla ni necesitan que le hagan análisis, encuestas, investigaciones de incidencia en sus políticas públicas, como se proponía CADAL y mucho menos que le vayan a promover valores “democráticos” made in USA ni le visiten extranjeros para observar el desempeño político, económico e institucional.
Eso se llama injerencia en los asuntos internos y como dijera el presidente benemérito de las Américas, Don Benito Juárez, “El respeto al derecho ajeno es la paz”·
¿Por qué razones CADAL no acusa al gobierno norteamericano cuando le niega la entrada a su territorio, a padres, madres, hermanos o tíos, de ciudadanos cubanos residentes en Estados Unidos, acusándolos sin la menor prueba de que son posibles “emigrantes”, impidiendo así las visitas familiares?
¿Eso CADAL no lo considera como violación obscena de los derechos humanos a la libertad y reunión familiar?
El director de CADAL Gabriel Salvia, quiso bailar en casa del trompo y no pudo, ahora que vocifere y llore, al fin y al cabo se quedó con las ganas de entorpecer la unidad de todos los países del área sin la presencia yanqui ni el apoyo a sus asalariados en La Habana.