La viuda de Oswaldo Payá, sin vergüenza pero con dinero

Arthur González

Hoy se hace más patente lo escrito por Don Francisco de Quevedo y Villegas, autor del barroco español, quien aseguró: “Poderoso caballero Don Dinero”. Así es el caso de la viuda del contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá Sardiñas, la cual se aprovecha de la muerte de quien fuera su compañero en la vida y padre de sus tres hijos, con tal de obtener unos dólares y algunos paseíllos por Europa con todos los gastos pagados. Para hacer más campañas contra su patria, Ofelia Acevedo aceptó una nueva invitación del Partido Popular, en un intento por retomar un tema gastado y juzgado, la manipulación de cómo murió su esposo.

Ante la imposibilidad de poder acusar a la policía cubana del hecho, y quedar demostrado que el único responsable de la muerte de Payá Sardiñas es el español Ángel Carromero, chofer del auto en que viajaban a exceso de velocidad, el propio José María Aznar ha vuelto a la palestra en este caso, con el propósito de darle visibilidad en los medios de la prensa.

Es sabido que las cortes españolas rechazaron de plano las acusaciones de la susodicha viuda y de una de sus hijas, al reafirmar que el homicida imprudente es el líder de las juventudes del Partido Popular, enviado por Esperanza Aguirre a repartir dinero entre la contrarrevolución cubana, asalariada de Miami y de Madrid, algo insólito que prueba la injerencia en los asuntos internos de un país con el cual se mantienen plenas relaciones diplomáticas, consulares y comerciales.

La orientación que ha dado la CIA es tratar de mantener el tema en cartelera y para ello se gastarán los euros que sean necesarios; para eso Ofelia recibió un visado como refugiada política en Estados Unidos y ahora no tiene otra alternativa que insistir en su papel de acusadora, aunque para ello deba mentir cuantas veces le sea orientado.

Lo triste del asunto es que su pérdida de prestigio y credibilidad van en aumento, las lágrimas no afloran a sus ojos ni a los de su hija y todos observan como disfrutan viajes, comidas, paseos y hasta algunas copas incluidas por bares y salones europeos, en momentos difíciles y de crisis económica.

En este caso vale parafrasear a uno de los tantos partidos políticos presentes en la Cuba de los años 50, dirigido por un hombre con dignidad y limpieza de actuación, nombrado Eduardo Chivás, quien en lucha contra la corrupción existente en el país esgrimía el lema de “vergüenza contra dinero”.

Contrariamente lo que se pone de manifiesto en Ofelia Acevedo es “desvergüenza a cambio de dinero”.

Así son las posiciones de los que sueñan con retrotraer la historia de Cuba al pasado, porque como expresara el más universal de los cubanos, José Martí “…honor y corazón se truecan fácilmente por dinero”.