Aumenta la pobreza en EE.UU.

Arthur González

Hace 50 años el presidente Lyndon Jonson, en su primer discurso sobre el estado de la nación pronunciado en 1964, prometió que su gobierno libraría una guerra contra la pobreza.

En el año 2013 el país más rico del mundo contaba con unas 49,7 millones de personas en la pobreza, incluidos 13,4 millones de niños, cifras confirmadas por el Comité de Consejeros Económicos de la Casa Blanca el 07.01.2014, algo que no se divulga con bombos y platillos como se hace contra otros países, especialmente aquellos con gobiernos que no son del agrado de los Estados Unidos.

Hoy, uno de cada cinco niños en EE.UU son pobres y más de uno de cada cinco menores en New York viven en una familia que no tiene lo suficiente para comer, según reporte de la ONG, Coalición en contra del Hambre. Paradójicamente New York también posee el número mayor de multimillonarios del mundo.

Según declaró el presidente Barack Obama en diciembre del 2013, la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando a una velocidad peligrosa, reconociendo la creciente desigualdad que pone en peligro el llamado sueño americano.

Ante este panorama, Obama lanzó el 09.01.2014 el anuncio de cinco Zonas Promesas para la reactivación de la economía y la sociedad norteamericana, siendo estas San Antonio en Texas, Filadelfia en Pensilvania, Los Ángeles en California y el sureste de Kentucky y Choctaw, en Oklahoma.

Tales territorios serán beneficiados con fondos federales para intentar combatir los núcleos deprimidos económicamente, por medio de la colaboración de los sectores público y privado, potenciar la educación, el acceso a los recursos y a diversas exenciones fiscales.

Para los próximos  tres años la Casa Blanca propone veinte Zonas Promesas más, a fin de ofrecer oportunidades económicas a las poblaciones tradicionalmente más deprimidas.

Actualmente el tema de la pobreza se apodera de las campañas para las próximas elecciones presidenciales del 2016, prometiendo soluciones para  disminuir la pobreza infantil, en un país donde  la mayoría de los senadores y representantes son millonarios, asegurándose que no menos de 268 legisladores del total de 534, tienen actualmente como promedio ingresos superiores a un millones de dólares, según informe del Centro para la Política Responsable.

El representante republicano por California, Darle Issa, es el más acaudalado de los miembros del Congreso, con un patrimonio neto de 464 millones de dólares.

Entre los políticos que hacen campaña se encuentra el senador Marco Rubio de origen cubano, quien afirmó el 08.01.2013 que: “Estados Unidos necesita una nueva agenda de reformas para auxiliar a los habitantes más desfavorecidos a que encuentren trabajo y ayuden a sus familias a salir de la pobreza.” 

Actualmente el Congreso norteamericano debate asuntos candentes como los beneficios por desempleo, cupones de alimentos y el salario mínimo, aspectos que afectan a la población norteamericana de menores recursos económicos.

Lo que llama poderosamente la atención es que Estados Unidos no tiene una economía socialista, a la cual ellos tildan de “fracasada e incapaz de satisfacer las necesidades de los ciudadanos”, por lo que cabe preguntarse: ¿Qué está pasando en las sociedades capitalistas que cada vez son más los que protestan por la falta de empleos, vivienda, educación y adecuados sistemas de salud?

Tal parece que son esos países los que requieren urgentemente un programa de Transición Pacífica que se ocupe de las necesidades básicas de sus pueblos, en vez de gastarse miles de millones de dólares en subvertir gobiernos que tienen sistemas políticos y económicos socialistas.