Arthur Gónzalez
Blanca Reyes, autotitulada “representante” en Europa de las denominadas Damas de Blanco, grupúsculo contrarrevolucionario financiado y entrenado por el gobierno norteamericano, anda protestando porque las autoridades cubanas le denegaron la entrada a Cuba, lo que asegura haberle producido desolación al ser la última oportunidad para volver a ver a su padre de 93 años de edad, considerándolo una “violación de los derechos humanos”.
Visto el hecho fríamente, pudiera crear un sentimiento de apoyo hacia ella, pero el tema realmente tiene otras aristas.
La Reyeses esposa del poeta Raúl Rivero, y ambos se acogieron a la condición de refugiados políticos en España desde el año 2005, desde donde se ganan la vida difamando a su patria y uniéndose a cuanta campaña mediática que desarrolle el gobierno norteamericano en contra de Cuba, además de desviar parte del dinero que le enviaba la USAID para esos fines.
Al parecer a Blanca se le olvidó que fue ella quien por decisión propia dejó a tras a su papá anciano, privándolo del cariño y afecto que necesitaba, y nunca lo ha invitado a visitarla a España.
Respecto a las emociones que le causan el no poderlo ver, debería tener presente que son las mismas que sienten los miles de cubanos cuando les deniegan una visa temporal para visitar a hijos, padres, hermanos, abuelos y tíos, radicados en los EE.UU. o en países de la Unión Europea, algo que ella conoce muy bien, pues la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana le denegó el 31 de octubre del 2003 una visa para visitar a su hijo residente en ese país; sin embargo nunca armó campañas propagandística sobre tal negativa.
El que un simple funcionario consular, a veces contratado para trabajar temporalmente en La Habana, le diga a una cubana o cubano que no se le otorga el visado por entender que pudiera ser “un posible inmigrante”, o sencillamente “no tengo explicaciones que darle”, lacera el corazón, especialmente para las personas de la tercera edad que quizás sea la última oportunidad de poder acariciar a un hijo o nieto, quienes por la crisis económica en Europa y los Estados Unidos, no pueden dejar de trabajar para viajar a Cuba.
Lo peor de todo es que nadie se atreve a protestar ante el temor de que ese funcionario consular que se siente “todo poderoso”, lo pueda vetar en próximas solicitudes de visa, enterrando así sus ilusiones de poder ver a los seres queridos.
Esas negativas muy comunes para los cubanos residentes en la Isla, también son violaciones de los derechos humanos y de las que Blanca jamás ha querido mencionar.
El Heraldo Cubano 
Que estupido eres al hacer esa comparacion,el funcionario norteamericano le niega la entrada de un extranjero a su pais,cosa que es correcta para todo pais,pero lo que es denigrante es que un ciudadano cubano tenga que pedir permiso para entrar a su pais,eso solo sucede en Cuba,y tu apoyas eso,por supuesto que es una violacion de los derechos humanos,pero mientras hayan estupidos como tu que alaben esas medidas,todo seguira igual.Y te aclaro que los presos que mandaron a España, porque los mandaron,no fue porque ellos quisieran,fue o te vas o sigues preso,informate masantes de opinar papagayo del gobierno,!Verguenza le debe dar a tus gobernantes!
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Verdaderamente no habia oido tantas falta de sentido comun en un mismo articulo. Esa persona esta pidiendo su derecho a regresar a su pais, no es un favor es su derecho. Los norteamericanos niegan o aprueban visas para extranjeros. Mira que ese regimen cubano nubla el sentido a sus seguidores. Increible.
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