Miles de arrestos por protestas pacíficas.

Arthur González.

La autotitulada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) que constituyó el asalariado de Miami, Elizardo Sánchez Santa Cruz Pacheco, conocido por el sobre nombre de Camaján, cuando en los años 80 le copió burda y deslealmente el nombre de dicho grupúsculo a su compañero de faenas, Gustavo Arcos Bernés, asegura que solo en el mes de octubre en Cuba se produjeron “medio millar de arrestos por motivos políticos”. ¿Cómo los habrá contado?.

Por supuesto que esto es parte de las orientaciones que recibe Camaján para incrementar la matriz de opinión que intentan crear desde Miami sus patrones. Lo que no dice es que ni «Amnistía Internacional» ni instituciones religiosas están de acuerdo con esto.

Sin embargo, existen varios sitios digitales ubicados en Miami y España que le replican la desinformación, mientras que en el viejo continente europeo solo en este mes, existen cientos de miles de arrestos de personas pacíficas que salen a las calles a protestar por la pérdida del bienestar de vida ante los recortes presupuestarios. Estas personas no solo son detenidas y encarceladas, sino que son brutalmente reprimidas, con cabezas, brazos, costillas y hasta piernas rotas, de los golpes que reciben de forma salvaje por la policía. Por estos nadie se interesa en los EEUU. ni hay campañas tendensiosas.

Escenas dantescas son proyectadas por la TV en vivo, donde se aprecia el ensañamiento contra trabajadores, estudiantes y amas de casa que protestan por la pérdida de sus casas, sus cuentas de ahorros, el trabajo y la posibilidad de vivir honestamente.

Lo que no dice Camaján es que son cientos las personas en Europa que diariamente toman como vía de solución el suicidio, ante los no menos de trescientos desalojos diarios de que son víctimas los trabajadores españoles; que los jóvenes no tienen trabajo ni perspectivas, en Grecia, Italia, Portugal y España; que el nivel de vida baja por horas, mientras la represión brutal de la policía sube por minutos.

Tampoco dice que él no trabaja desde hace 30 años y vive como un Sultán gracias al dinero que recibe desde Miami para hablar mal de la Revolución. Triste papel que le han asignado y como mercenario al fin, también trabajó para la seguridad cubana, denunciando a sus propios compinches. Este es Camaján.

Los asalariados de Washington y Miami que radican en Cuba, llevan a cabo provocaciones y violaciones del orden siguiendo orientaciones,  precisamente para ser conducidos a una estación de la policía y entonces que Camaján lo informe como detenciones, y  así mantener sus campañas anticubanas. Pero jamás han podido divulgar una paliza de la policía contra los provocadores, porque en Cuba la policía no emplea cascos, escudos, carros con chorros de agua, ni gases lacrimógenos.

No obstante, vista hace fe y los que visitan la Isla de Cuba perciben la tranquilidad ciudadana, las limitaciones económicas a causa de la Guerra Económica de los EE.UU. contra Cuba desde hace medio siglo y a la policía sin armas largas, escudos o cascos, y sobre todo que el pueblo apoya mayoritariamente a su proceso revolucionario, algo que disgusta a los mafiosos anticubanos de Miami y a sus patrones en la Casa Blanca.